El cierre de locales por la pandemia hizo que muchos profesionales buscaran trabajo en otros sectores, lo que provocó una drástica caída de la demanda en la actividad
Pulpería Rial, de Padrón, uno de los establecimientos hosteleros afectados por la falta de personal para contratar.
No son buenos tiempos para la hostelería, uno de los sectores más castigados por la pandemia de la covid y que todavía hoy, tres años después, arrastra las consecuencias de las medidas que se decretaron y que provocaron muchos cierres de negocios y despidos en el sector. Y los que siguen en pie, se encuentran con un problema que hasta el momento parecía imposible: la falta de trabajadores para cubrir sus plantillas tanto eventuales como fijas.
Un claro ejemplo de la situación es la preocupación que manifiestan algunos propietarios de bares y establecimientos de Padrón, que no encuentran camareros o cocineras para contratar justo cuando la localidad coruñesa se acerca a una de las épocas de mayor actividad para la hostelería: las Fiestas de Pascua.
“LLevamos así tres años. No encontramos profesionales. La pandemia hizo que en su día muchos de los trabajadores cambiaran de actividad y se fueran a trabajar a fábricas en las que tienen un horario semanal y no trabajan los fines de semana. Y claro… todo ese personal no ha vuelto”, se lamenta Manuel, el propietario del bar Capilla.
La pandemia fue una de las causas de la falta de mano de obra, pero off the record, algunos profesionales reconocen que la hostelería sigue arrastrando el sambenito de ser un sector en el que la precariedad de los contratos y los bajos salarios siguen campando a sus anchas, y eso hace que muchos profesionales hayan abandonado el sector.
Sin embargo, Manuel Capilla niega la mayor. “Eso sucedía hace años. Ahora se respeta tanto el horario como el salario que establece el convenio de hostelería. ¿Quién se quiere arriesgar a pagar las multas que ponen los inspectores?”, reflexiona.
El hostelero asegura que a los camareros se les contrata por las cuarenta horas establecidas y un salario de entre 1.100 y 1.200 euros al mes, y a los que se contrata para la Pascua, pueden llegar a cobrar unos 100 euros al día (son nueve los que se les contrata) “y siempre asegurados”, indica Capilla al respecto.
“No es que exijamos mucha experiencia, pero sí un mínimo; que sepan servir un café, una caña, una copa … Pero los pocos que se presentan no saben hacer nada”, dice.
Pese a todo ello, las dificultades para encontrar camarer@s o cociner@s sigue siendo un problema para el sector hostelero padronés.
El encargado de uno de los establecimientos más reconocidos de la villa rosaliana, Pulpería Rial, Juan José Santana, habla también de las grandes dificultades que es está encontrando para contratar personal para su establecimiento, y no únicamente para los días de la Pascua, sino para formar parte de la plantilla.
Actualmente, Rial cuenta con una plantilla de doce trababajadores, y otros cinco están de baja. “Ésta es una empresa familiar y ese trato familiar se traslada a toda la plantilla porque queremos que los trabajadores se sientan parte del proyecto. Yo mismo los llevo y los voy a buscar a su domicilio si hace falta. Nosotros estamos buscando una cocinera o cocinero y no para unos días, sino para que esté con nosotros años. Pero la gente que se presenta no es profesional, hay que enseñarle todo”.
Santana se queja de que la gente no quiere trabajar, “sé que también está ocurriendo en otros sectores, pero en este llevamos así tres años. Ya este verano fue prácticamente imposible encontrar camareros, y a veces contratas a un ayudante de cocina y, cuando ya le has enseñado todo, se va”, se lamenta.
Para los profesionales de la bandeja, Padrón es, hoy por hoy, un nicho para encontrar empleo.
La ruta parte del impresionante y conocido puente medieval e Pontevea
En la prehistoria nadie ignoraba lo que eran los límites geográficos. Esas marcas, a veces incluso poco visibles, estaban relacionadas con la seguridad. Si alguien las traspasaba debía atenerse a las consecuencias, que podían ser graves o no. Y esos límites venían definidos en general por accidentes naturales del terreno. Los ríos cumplían esa función en Galicia. Y entre ellos, el Ulla.
De modo que excursión al Ulla, que está ahí al lado, a Pontevea, por la autovía primero y luego por la carretera a A Estrada. Impresionante y conocido puente medieval que en la actualidad tiene la suerte de ser sometido a un lifting. Parada obligatoria, con la suerte de que antes del verano suele ser fácil aparcar al borde de la carretera.
Y ahí mismo, al borde del río Ulla, arranca un sendero fluvial. Un cartel que reza Xirimbao 3 sirve de punto de partida. El camino es estrecho —albricias—, cómodo de recorrer si no ha llovido en las cuarenta y ocho horas anteriores y que en algún punto concreto se arrima al borde, pero tan solo durante unos pocos metros.
A la izquierda, la corriente, muy ancha, preciosa. Más allá, al otro lado que resulta que es provincia de Pontevedra, se extiende una gran superficie con barbacoas que ha sido puesta a punto en días pasados y que para primavera estará simplemente gloriosa y golosa. El bosque de ribera es finísimo en ese comienzo y la visión tanto de esa zona como la del puente alegra la vista, gozo que no debe interrumpir los ladridos de los perros vigilantes de alguna de las casas de la derecha, cerrado el espacio privado por varias vallas de manera que solo hay susto para el excursionista, pero no peligro.
Menos de diez minutos después de haber partido se ve a la diestra un montículo áspero y lleno de arboleda. Se eleva su cumbre a solo sesenta y seis metros sobre el nivel mar pero la impresión es que suman muchos más. Ese es el punto elegido hace un par de milenios para construir un castro, el de Reis. Para entrar en él procede dirigirse en algún momento al asfalto y por el este, ante unas murallas que sorprenden por su altura, buscar la entrada, que existe y se localiza sin problemas. Por cierto que en sus inmediatas cercanías, puro territorio arqueológico, no hubo mejor idea que levantar una instalación. Y seguro que con la bendición legal. Sin comentarios.
Senda fluvial en Pontevea.
Al cuarto de hora del inicio el sendero ha girado en ángulo recto al norte ha cambiado el Ulla por el Santa Lucía y llega al asfalto. Las dos posibilidades: seguir por este y giro a la izquierda en el cruce o bien continuar por el sendero, con el aviso de que aquí el andar no resulta tan cómodo porque la vía es más estrecha y se va rozando vegetación.
En cualquier caso alcanza un punto en que hay que dirigirse al norte, a Valiñas. Se presentan dos maneras de ir a esa aldea con algunas casas impecablemente rehabilitadas: por la derecha de un montículo (firme de tierra y con un árbol que cada uno sorteará como pueda) o por la izquierda del otero, rodando por asfalto. Esa elevación es otro castro. En Valiñas destaca su antigua casa noble, muy bien cuidada, y el palomar que sin duda es o fue suyo.
Senda fluvial en Pontevea.
¿Y al otro lado del río? Pues frente al castro de Valiñas se levanta el de Couso, aunque hoy en día desde uno no se ve el otro a causa de la vegetación. Compartían el agua del Ulla, y en el caso de ese último enclave el territorio fue cristianizado con la construcción de la imponente iglesia de Santa María de Couso.
Iglesia de Santa María de Couso.
Todo lo anterior es simplemente magnífico como entorno para una salida en el siglo XXI, pero no resuelve la incógnita de fondo. ¿Cómo se llevaban los habitantes del castro de Reis, del de Valiñas y del de Couso? ¿Cuál era el límite que ni unos ni otros debían traspasar sin exponerse a las iras del vecino?
La Fiscalía pide prisión permanente revisable para José Luis Abet, autor de la muerte a tiros de su exmujer, la hermana y la madre de esta delante de sus hijos
José Luis Abet llega a la Audiencia de Pontevedra.
La Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra decretó la celebración de la primera sesión del juicio por el triple crimen de Valga a puerta cerrada para proteger la intimidad de las víctimas.about:blank
La mañana de este lunes sirvió para la confección del Jurado Popular que emitirá el veredicto, así como la deliberación del tribunal para decidir la solicitud de la citada celebración a puerta cerrada.
José Luis Abet, autor del crimen, permaneció en la Audiencia hasta el filo de las 15.00 horas, cuando fue trasladado por la Policía. La información sobre lo ocurrido en la sala también se limitó por la misma cuestión de intimidad acordada por el Tribunal.
Selección del jurado
La Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra procedió desde las 10.30 horas de este lunes a la selección del jurado que se encargará de emitir el veredicto del triple crimen de Valga. José Luis Abet, acusado de matar a su ex pareja, la hermana y la madre de esta, llegó a primera hora al tribunal pontevedrés escoltado por la Policía y ante una nube de medios de comunicación procedentes de todo el país.
Está prevista para este lunes la declaración del procesado, además de la de once testigos, entre ellos el hijo mayor de la primera de las víctimas y del acusado, que presenció el crimen.
La previa: el triple crimen de Valga llega a juicio
La Audiencia Provincial de Pontevedra vuelve este lunes al centro de la actualidad al acoger el inicio del juicio procedente de uno de los crímenes más atroces que se recuerdan. Así, y tras dictar la primera condena de la historia a prisión permanente revisable a nivel estatal (el caso de David Oubel y las niñas de Moraña), el Pazo de Xustiza de la ciudad del Lérez recibe este lunes a otro asesino múltiple –confeso– que acabó con la vida de forma consecutiva de su expareja, la hermana y la madre de esta a tiro limpio, todo ello en presencia de sus dos hijos menores de edad que por entonces, en septiembre de 2019. El plenario, que se celebra bajo el procedimiento de la Ley del Jurado, ocupará el Salón Noble de la Audiencia durante toda esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer que tendrá lugar el miércoles.
La agenda prevista para este lunes es la configuración del tribunal popular, que comenzará sobre las 10.00 y que se espera concluir sobre las 11.30 horas, cuando las partes, ya en trámite público, explicarán a los miembros del Jurado el desarrollo de las sesiones que les tocará analizar con lupa. Se espera, además, la declaración del investigado y de los primeros testigos, en este caso once personas que guardan relación con lo sucedido.
Para el martes, si no se producen retrasos o inconvenientes de última hora, la Sección Segunda tiene previsto el interrogatorio de los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en las distintas fases de la investigación, diecisiete en total.
El miércoles, 8-M, el juicio continuará con el testimonio de otros tres guardias y diez testigos más. Para el jueves queda reservado el turno de hasta cinco médicos, entre psicólogos y forenses, además de los agentes de la Guardia Civil expertos en Balística y Criminalística, por una parte, y de Química de Criminalística, por otra.
Así, si todo transcurre según lo previsto, el viernes el Jurado se podrá retirar a deliberar para emitir un veredicto a lo largo de la jornada.
Entre los testimonios previstos para este lunes destaca el del hijo mayor de la pareja, que presenció los tres crímenes cuando tenía tan solo siete años, junto con su otro hermano, de cuatro años. El fiscal solicita que, para evitar la exposición pública de la imagen del menor, el tribunal acepte reproducir en el juicio un DVD con su declaración a puerta cerrada o, en caso que no se autorice, que preste testimonio, también sin público en la sala, mediante videoconferencia.
Abet, según el fiscal, tiroteó a su ex pareja a quemarropa a través de la ventanilla de su coche cuando llevaba a los niños al colegio y, a continuación, al verlas ir a socorrerla, a su hermana y a su madre.
Tres delitos de asesinato, uno de tenencia ilícita de armas y dos de lesiones psíquicas graves son los cargos a los que se enfrenta José Luis Abet, el autor confeso del triple crimen de Valga, que sesgó las vidas de su expareja, Sandra Boquete, y la hermana y la madre de esta, Alba Boquete y Elena Jamardo.
Argumenta el letrado que la permanente revisable es aplicable a partir del tercer asesinato por lo que, por orden cronológico, sería imputable al caso de Alba Boquete, la hermana pequeña de la expareja. Por los crímenes de Sandra y su madre, Elena Jamardo, reclama sendas penas de asesinato.
Asimismo, la acusación que ejerce Amigos de Galicia reclama un delito de lesiones psíquicas a menores, al igual que Fiscalía, por los daños causados a los hijos pequeños de Abet y Sandra Boquete, que presenciaron los hechos. Por último,
Lago Calvo reclama que se aplique el agravante de género, en sintonía con la ley del “Solo sí es sí” y en base a los mensajes que Abet mandaba a su exmujer, en los que, según el abogado, la “cosificaba”. Las declaraciones las realizó antes de una jornada de preparación de un juicio que será maratoniano y en el que, por el momento, solo se decidió la constitución del jurado y que será a puerta cerrada.
Un «chamán» de testigo
Faltaban unos minutos para las diez de la mañana cuando Abet hacía su entrada en la Audiencia Provincial de Pontevedra, escoltado por dos agentes de la Policía Nacional. Comenzó entonces una larga selección de miembros del jurado, para la que se presentaron veinte personas de las cuales se seleccionaron siete mujeres y tres hombres.
La siguiente cuestión a deliberar fue la forma de celebración del juicio, ya que la Fiscalía planteó que fuese a puerta cerrada, petición a la que se adhirieron todas las partes y que finalmente prosperó, al tener en cuenta como un interés superior los derechos de los hijos de Sandra Boquete, para evitar así una revictimización. A la hora de ponderar los derechos, la presidenta de la sala decidió que este prevalece sobre el de información, aunque la lectura del veredicto sí que será pública. Fue clave, en este sentido, el informe psicológico aportado a petición de la magistrada.
Antes de eso, quedan intensas jornadas por delante, para un juicio que tendrá ocupada la sección cuarta durante toda la semana. Precisamente para hoy está previsto que dure mañana y tarde, con la declaración del acusado, de los once testigos previstos para ayer y de los 17 guardias civiles que se fijaron para hoy. La de mañana, será con trece testimonios y la del jueves está centrada en peritos y en personal de los centros penitenciarios de A Lama y Mansilla de las Mulas.
Por el medio, está prevista la declaración de un «chamán» al que el autor confeso habría recurrido, tiempo antes de los terribles hechos, para reclamar un maleficio para su exmujer.
Un relato escalofriante
Los hechos que se juzgarán en la Audiencia de Pontevedra ocurrieron a finales del verano de hace tres años y medio y causaron una gran conmoción en Valga. Según considera probado el Ministerio Público en su escrito, el acusado compró, unos días antes, un revólver de calibre 32 con una caja completa.
El 16 de septiembre de 2019, según el mismo confesó, acudió a casa de su exmujer, Sandra Boquete, en Valga y, para evitar que huyera, colocó su vehículo delante de la puerta del garaje y esperó a que se abriera. La mujer se encontraba acompañada de sus dos hijos, de 4 y 7 de años, que lo presenciaron todo.
Cuando salió, relata el Ministeiro Público, Abet le puso la pistola en la cabeza y le pegó tres tiros, para a continuación abandonar la zona. En el camino se cruzó con el turismo de su excuñada, Alba Boquete, y su exsuegra, Elena Jamardo que acudían en ayuda de su familiar, y a las que también persiguió hasta darles muerte.
José Luis Abet es el segundo vecino de la comarca de Ulla-Umia para el que piden la prisión permanente revisable. El primero fue David Oubel, el parricida de Moraña, que precisamente inauguró esta pena en el conjunto estatal. Hoy en día son 28 los condenados en España a permanente revisable y otro de ellos también es arousano. Se trata de José Enrique Abuín, “Chiclé”, condenado por uno de los crímenes más mediáticos de la última década: El de la joven Diana Quer, en A Pobra.
José Luis Abet, a su salida de la Audiencia Provincial de Pontevedra este lunes.
Todas las partes secundaron un informe forense que avisa del daño psíquico
La magistrada que preside el tribunal del jurado popular que sentenciará el triple crimen de Valga solicitó el pasado viernes, último día laborable antes de que comience el juicio y meses después de señalarse, un informe forense al Instituto de Medicina Legal de Galicia. Preguntaba si la celebración de la vista pública podría causar perjuicio psíquico a los dos hijos del único acusado, José Luis Abet, y de su exesposa, Sandra Boquete (39 años), asesinada el 16 de septiembre del 2019 junto a su hermana, Alba (27), y la madre de ambas, María Elena Jamardo (58). Los niños, de 4 y 7 años entonces, presenciaron el asesinato de su madre a manos de su progenitor, y hoy siguen intentando pasar página. La respuesta del Imelga concluye que la difusión de cada vista conllevaría «un importante riesgo de su revictimización [para los niños] de no celebrarse a puerta cerrada».
La fase previa del juicio comenzó este lunes a las diez de la mañana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Las partes, al tomar sus asientos, encontraron una copia del informe del Imelga sobre sus mesas. La magistrada expuso el contenido y preguntó, inicialmente, su parecer a la Fiscalía. La representante del ministerio público secundó la opinión forense, igual que los abogados de la acusación particular, popular y pública. También el jurado popular, ya constituido tras tres horas, se sumó a la decisión de celebrar las vistas a puerta cerrada. El secretario judicial, poco antes de las tres de la tarde, leyó la resolución que oficializa el cuórum de las partes: «El artículo 26 del Estatuto de la Víctima recoge que en caso de víctimas menores de edad se adoptarán las medidas necesarias para evitar o limitar en la medida de lo posible que la celebración del juicio se convierta en una nueva fuente de perjuicio».
El argumentario se fundamenta principalmente en que, a la hora de ponderar derechos, se considera que el de los menores prevalece sobre los demás, incluso sobre el derecho a la información, aunque se trate de un caso que despertó tanta alarma social. «El superior interés [de salvaguardar a los menores] ha de ser protegido frente a cualquier otro derecho pese al indudable interés general de la presente causa», concluyó el secretario judicial, que añadió que cada jornada del juicio se documentará en grabación de vídeo y que la lectura del veredicto del jurado popular sí se conocerá en audiencia pública. Manuel Martín, abogado que representa a la acusación particular presentada por la familia de las víctimas, consideró al salir de la Audiencia de Pontevedra que «lo mejor es que se celebre a puerta cerrada para salvaguardar la integridad psíquica y moral de los niños».
La planificación prevista para los cuatro días de juicio saltó este martes por los aires sin que tan siquiera comenzase la vista. Tan solo se cumplió la previsión de constituir el jurado popular, que se desarrolló en un clima tranquilo, a puerta cerrada.
El único acusado no declaró
Las partes no pudieron exponer las cuestiones previas y José Luis Abet, único acusado, estuvo casi toda la mañana esperando en una sala anexa a la del juicio. Tampoco declaró, como se esperaba, igual que los 11 testigos citados. Este martes, a partir de las diez de la mañana, está previsto retomar la actividad pendiente del lunes, además de la prevista para la jornada. Por eso, la magistrada presidenta del tribunal anunció que este martes habrá doble sesión, de mañana y de tarde, para recuperar el tiempo perdido.
En total, son 26 testigos entre vecinos de la aldea de Carracido (Valga) que presenciaron o escucharon el crimen, allegados de Abet antes de los asesinatos, trabajadores que participaron aquella mañana en el operativo de emergencias o 17 agentes de la Guardia Civil que dieron forma a la investigación que cimenta la causa judicial. En lo que coinciden todos los citados es en que declararán en contra del acusado, sin que uno solo aporte algún dato a su favor, y que serán fundamentales para argumentar la pena de prisión permanente revisable a la que se enfrenta Abet.
Decisión de ultima hora pese a que el juicio estaba marcado desde el otoño
Dentro y fuera de la sala de vistas, que el juicio del crimen de Valga vaya a celebrarse a puerta cerrada cogió con el pie cambiado a todas las partes. Este se señaló en otoño, por eso era difícil de entender que se hubiera esperado al último día laborable, antes de que comience, para valorar que no sea público. La decisión trastocó el calendario de declaraciones repartidas en cuatro días, ya ajustado por la gran cantidad de testigos convocados en cada jornada. También supone una alteración para los numerosos medios de comunicación que dan cobertura a uno de los juicios del año en Galicia, y que ocuparon la primera planta de la Audiencia de Pontevedra durante toda la mañana sentados en bancos y en el suelo. Incluso un grupo de alumnos de la UNED que iba a asistir a la vista por su singularidad perdió la mañana esperando.
Abet reaparece después de tres años y medio en prisión
La hemeroteca conservaba dos fotografías de José Luis Abet. En la primera, tomada el 17 de septiembre del 2019, pasaba a disposición judicial en Caldas de Reis un día después de cometerse el triple asesinato en Carracido, Valga. La segunda, justo un año después, compareciendo en el mismo juzgado con más peso y el rostro cubierto por una mascarilla para cumplir el protocolo covid. La tercera fue este lunes, tres años y medio después del triple asesinato, y solo guarda una similitud con las anteriores: las manos de Abet aparecen esposadas en todas las imágenes. Su físico ha cambiado considerablemente desde que se su imagen se hizo pública. Estos 42 meses en prisión le han cambiado en cierto modo la cara y el cuerpo, tampoco luce igual su pelo.
Reapareció en la Audiencia Provincial de Pontevedra engominado, con la mirada fija al frente y vestido con pantalones oscuros, cazadora beis con forro de borreguillo y camisa azul de cuadros. Permaneció en una estancia custodiado desde las nueve y media de la mañana hasta las dos de la tarde, cuando lo llamaron para acceder a la sala de vistas. Le guardaron una silla, a la derecha de la bancada reservada para los abogados. Al entrar, se encontró el jurado popular que lo juzgará ya conformado, y al que no dejó de mirar. También al suelo, con la vista fija a ratos. Se le notificó que no declararía, cómo estaba previsto, y que lo hará este martes. Llegado el momento, está por ver si solo responderá a su abogado o también a la Fiscalía y al resto de acusaciones.
A primera hora de la tarde regresó a la cárcel de A Lama para dormir y volver este martes a la Audiencia Provincial que lo juzgará. Será así durante toda la semana, y tal vez más días, de no cumplirse el cronograma del juicio modificado este lunes. Nada que ver con sus hábitos desde que se estrenó en prisión, viviendo en módulos de confianza con presos que, como él, no son conflictivos. Y es que Abet, en tres años y medio, no ha dado un problema a Instituciones Penitenciarias; de ahí que su expediente no recoja ni una falta disciplinaria. Participa en los talleres ocupacionales y socializa con el resto de internos con los que ha pasado más tiempo, en el penal de Mansilla de las Mulas, en León.
Este martes, después de que la Fiscalía y los abogados expongan sus relatos, será su turno de declarar. Abet hablará finalmente en una sala sin público, y lo que diga, sea verdad o mentira, solo es cuestión de tiempo que se termine sabiendo.