La Administración local se va incorporando poco a poco a la nueva
normalidad. Después de dos meses con los consistorios cerradas a cal y
canto, desde esta semana ya empezaron a levantarse las restricciones y a
partir de este lunes volverá a haber atención al público en la mitad de
los ayuntamientos de la comarca, aunque con limitaciones como la cita
previa y dándole prioridad a las gestiones telemáticas.
El más
madrugador fue Ravella, que ya abrió sus oficinas de forma presencial el
27 de abril: lo hizo sin el sistema de cita, pero no se descarta
recurrir a esta modalidad con el fin de mejorar la operatividad interna.
Desde el punto de vista de la movilidad, se habilitó una única entrada
al consistorio por la puerta principal del edificio y la salida está en
un lateral, a través de la puerta de la policía local; además, en el
patio central de la zona de oficinas se organizaron pasillos con vallas y
señalización en el suelo para facilitar el distanciamiento social a la
hora de guardar turno y se colocaron mamparas y dispensadores de gel
hidroalcohólico para desinfectar las manos.
En Cambados, la atención al público se retomó el
pasado lunes, aunque de forma muy limitada. La oficina del registro y
recepción situada en la planta baja actúa de barrera de contención para
evitar que los ciudadanos accedan de forma libre a la planta superior.
Solo pueden hacerlo aquellos que tienen cita previa en algún
departamento ya que se da prioridad a las consultas telefónicas y
telemáticas, por cuestiones de seguridad y porque buena parte del
personal sigue teletrabajando. Se han instalado dispensadores de gel,
mamparas y se están reordenando espacios para evitar aglomeraciones.
El de Vilanova es otro de los concellos en los que ya hay personal trabajando in situ
y se atiende al público, como ocurre también en Ribadumia, A Illa y
Catoira. Los isleños son atendidos tras un mostrador protegido por una
mampara que corta el paso a la zona de oficinas y no pueden hacer uso de
asientos ni otras zonas comunes. En Catoira es necesaria cita previa
para acceder al edificio, al menos hasta el día 25; allí también se han
instalado dispensadores de gel, mamparas y, como en todos los espacios
públicos, se han intensificado los protocolos de limpieza.
Otros ayuntamientos han decidido esperar un poco
más para avanzar en la fase de desescalada y hasta mañana no retomarán
la atención presencial. Es el caso de Meaño, donde lo harán en horario
de 8.30 a 14.30 horas, estableciendo una franja de 12 a 13.30 horas de
atención preferente a las personas mayores, y la atención al público
estará limitada a una persona por puesto, salvo excepciones. El gobierno
local aconseja utilizar el sistema de cita previa para evitar
aglomeraciones y esperas en el exterior del consistorio.
En Meis,
los funcionarios regresan a sus puestos, pero solo atenderán al público
mediante el sistema de cita previa. Para el resto de las gestiones, los
vecinos deberán recurrir a la vía telemática.
Mañana también seguirán cerradas hasta nuevo
aviso las puertas en las casas consistoriales de O Grove, Valga y
Pontecesures. El ejecutivo grovense tiene previsto organizar a lo largo
de esta semana el sistema de cita previa para, a partir del lunes 25,
poder iniciar la atención al público de forma presencial y escalonada,
empezando por la apertura del registro. Entre tanto, los vecinos deberán
limitarse a las vías telemáticas para hacer sus gestiones. En Valga no
ponen fecha para la reapertura y recuerdan que el servicio presencial
solo se ofrece para cuestiones urgentes e inaplazables, mediante cita
previa y sin poder acceder al interior del consistorio.
Estas restricciones obligan a los funcionarios y a
los administrados a reciclarse a marchas forzadas para poder adaptarse a
la nueva situación, pero de todo se puede sacar una lectura positiva.
Al menos así lo plantea el alcalde de Pontecesures, Juan Manuel Vidal
Seage, quien afronta la coyuntura derivada del estado de alarma como una
oportunidad para modernizar la Administración local.
«Isto vai servir para darlle un pulo á revolución tecnolóxica dos concellos, e vai mellorar a axilidade na relación cos cidadáns, porque a un golpe de clic pódese facer calquera trámite. É un acicate, é un cambio de paradigma no traballo: o virus fixo meter o turbo na Administración electrónica», apunta el regidor.
La Voz de Galicia