El Ejército en Padrón.

Tercera denuncia en Padrón por saltarse las normas del estado de alerta. La Policía Local denunció en la tarde del lunes a un joven que estaba en grupo con otros en la zona del lavadero del lugar de Extramundi de Arriba, fumando marihuana. Al ver a la patrulla de la Policía Local, el grupo se disolvió y los jóvenes echaron a correr, pero la Policía Local logró retener a uno de ellos, que acabó denunciando por desobediencia. Tiene 21 años, es de Pazos y alegó que se asfixiaba en casa.  

Por otra parte, el Ejército se ha desplegado hoy en las calles de Padrón. En principio, es un grupo de entre 8 y 10 militares que también recorrerá las zonas más más alejadas del casco urbano, como las parroquias del rural. 

Además, la Policía Local de Padrón ha convocado para las ocho de esta tarde una concentración de fuerzas de seguridad y servicios emergencia en el entorno del centro de salud de la capital del Sar, como muestra de agradecimiento al personal sanitario por su labor en esta pandemia. Además del cuerpo local de seguridad, están convocados, en la medida de sus posibilidades a esa hora, Guardia Civil, ambulancia del 061 con base en Padrón, Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) y Protección Civil. 

La Voz de Galicia

Finsa presenta un ERTE para 1.600 trabajadores, 800 en Santiago.

La regulación temporal de empleo en la maderera estará en vigor hasta el próximo 30 de abril.

Después de varios días de intensas negociaciones con la representación sindical, Finsa ha presentado definitivamente un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para hacer frente al parón de actividad desencadenado por la crisis del coronavirus. La regulación afecta a 1.600 trabajadores de las cuatro plantas gallegas, de los que 800 se corresponden con la de Santiago y el resto se reparten entre Padrón, San Cibrao y Ràbade.

El ERTE estará vigente hasta el próximo 30 de abril y las condiciones establecidas pasan por completar el sueldo de los empleados hasta llegar al 90 % en marzo y el 85 % en abril, teniendo en cuenta que el 70 % va con cargo al erario público. También habrá un complemento para llegar al 80 % de las pagas extras y se mantienen el 100 % de las vacaciones., tal y como ha anunciado la compañía. Además, la empresa formará una comisión de prevención específica en cada planta para aplicar y supervisar la aplicación de medidas de seguridad para las personas que tengan que trabajar. El colapso generado por la emergencia sanitaria ha obligado a la empresa a parar la actividad en las plantas, donde quedan servicios mínimos para el mantenimiento de las calderas e infraestructuras, un complejo entramado de máquinas industriales en las que transforma la madera en diferentes productos que tienen salida a los mercados nacionales e internacionales.

Finsa mantiene cerrados los parques de madera de las cuatro plantas gallegas, que son las instalaciones donde recepciona la materia prima, fundamentalmente pino, y donde recibía diariamente, entre todas, nueve mil toneladas de producto. Solo la fábrica santiaguesa, por ejemplo, absorbía cada jornada 2.500. Esto ha tenido un efecto inmediato en el origen de la cadena de valor del monte, donde se han frenado también las talas de pino.

El parón industrial afecta en la comunidad gallega a unos 1.500 proveedores de madera, que suministran a Finsa, y también a otras empresas del sector. El grueso de la plantilla que está fuera de fábricas se encuentra teletrabajando (300 personas ya en todo el grupo), pero no los operarios de las plantas, que estarán sin trabajo hasta finales del mes de abril. La maderera gallega es el primer generador de empleo de la ciudad y su comarca, con 1.200 trabajadores.

La crisis del coronavirus está afectado a todo el tejido empresarial de Compostela, y ha sacudido con mucha fuerza a la hostelería, sector clave en la economía de la ciudad, y que se halla ahora totalmente parada. Bares, hoteles y restaurantes tienen echada la persiana.

La Voz de Galicia

Noticia de 1.995: Cambio de topónimo.

Los grupos de la oposición del Ayuntamiento de Pontecesures criticaron el oscurantismo de la alcaldía, regida por José Piñeiro Ares, en torno al posible cambio de topónimo de Pontecesures por el de Cesures. Hace más de dos años, la alcaldía propuso cambiar el actual nombre de Pontecesures por el de Vila de San Lois de Cesures, contra lo cual se recogieron más de 900 firmas de vecinos que lograron así la paralización del expediente.

Sección, «Hace 25 años»

El Correo Gallego

La cuarentena del alcalde de Pontecesures.

  • «Aprovecho para colaborar en las tareas de casa y estar con mi familia»
     

El alcalde de Pontecesures  compagina su trabajo en la empresa privada con su labor en el ayuntamiento. «Por las mañanas suelo trabajar desde casa los asuntos que tienen que ver con el Concello, ya que la mayoría de las gestiones se pueden hacer a través de administración electrónica, y  de paso aprovecho para  colaborar en las tareas de casa, cocinar y estar con mi familia».

Su mujer, Carmiña, también se lleva el trabajo a casa, «por lo que  podemos estar juntos de mañana mientras Juan y Lucía, mis hijos, se encargan de sus tareas del cole, que les han enviado por el aula virtual, con lo que mantenemos una rutina de trabajo todos».

Seage confiesa que si tengo ocasión retoma su vieja afición, la de radioaficionado, «y contacto con otros lugares de Galicia para saber cómo llevan el encierro forzoso.  El piano esta temporada lo nota también; en algún descanso antes de ir a  trabajar, por la tarde, le arranco unas notas si puedo. Cuando salgo por la tarde para la oficina la mayoría de los días el salón de casa se ha transformado en un improvisado gimnasio para los que se quedan».

A juicio del alcalde pontecesureño,  «lo peor del encierro es el cambio de rutina que nos ha provocado». En este sentido, explica que «el hecho de limitar nuestro mundo a 100 metros cuadrados, ya que vivimos en un piso, impide todo aquello que solíamos hacer en el tiempo libre;  mi hijo Juan practica el fútbol, mi hija Lucía baloncesto y a mi me gusta salir en moto, por ejemplo». 

Todo eso se ve ahora «como un tiempo lejano, y eso que solo llevamos una semana de cuarentena».

Faro de Vigo