¿Qué hace un radar de los empleados para controlar la velocidad en las carreteras con un mazo dentro? Pues esta es una pregunta que se hacen muchos en el Concello de Valga cuando observan el estado en que quedó uno de esos aparatos de medición, en la parroquia de Setecoros.
El autor del destrozo empleó el mazo para destrozar la cámara del radar, y ya fuera por las prisas, o quizás por olvido, lo cierto es que se fue del lugar dejando el mazo dentro.
Hay en el lugar quien sospecha que a algún conductor no le debió agradar en exceso alguna multa por exceso de velocidad en esa zona, y quizás por eso la habría emprendido a golpes contra el, para muchos, temido artilugio.
El radar en cuestión se encuentra en el lugar de Cernadas (Valga), cerca de la intersección con un vial que avanza hacia Cuntis y controla la velocidad en la carretera Nacional 550, concretamente en uno de los puntos más conflictivos para la circulación en este vial que avanza desde Pontecesures hacia Caldas de Reis y Pontevedra.
En relación coa nota
publicada en diferentes redes sociais relativa á actuación do equipo de gobernó
deste concello sobre a falta de colaboración coa comisión de festas de San Roque
de Porto, fanse as seguintes consideracións:
1.- Autoría.
Este equipo de goberno
cuestiona a autencidade do comunicado sen máis aval que un mero perfil de
Facebook, cuestionándose por tanto que dito escrito reflicta o sentir xeral de
toda a comisión de festas de San Roque de Porto.
En relación a esta
cuestión o equipo de goberno convida ós autores a que participen diante deste
órgano o seu malestar, co único obxecto de atopar solución as súas inquedanzas.
2.- Contido.
Na poxa de ramos da última
festa de San Roque públicamente se fixo constar que a comisión de festas non
continuaría coa organización da festa un ano máis, invitando ós veciños ou a
un novo equipo a facelo.
Entendemos pois que esta
nota está fora de lugar e tempo e fainos pensar que se trata dunha maniobra con
un marcado sesgo político.
3.- Non é certo que:
O actual equipo de goberno
non teña apoiado a realización e promoción da festa, tampouco é certo que
osbstaculice e impida ou interfira na celebración da mesma.
O equipo de goberno cíñese
exclusivamente a esixir a documentación que por lei corresponde.
Este equipo de goberno
valora positivamente a labor realizada pola comisión de festas de San Roque de
Porto ao longo de tantos anos; non obstante a normativa esixe unha serie de
requisitos que se teñen que cumprir en canto a ocupacións de vía pública e
seguridade do evento, cuestións éstas que non poden quedar en mans dunha
comisión senón que deben ser tuteladas dende a Administración Local.
Cuestionado o medio que
con tanta frecuencia se ven empregando últimamente por parte de diversos colectivos para facer
chegar suxerencias ou críticas a este equipo de goberno, decir que dende este
equipo de goberno sempre estaremos abertos a contactos coa comisión de festas
como se fai co resto de comisións que organizan festas en Pontecesures a fin de
achegar posturas dun xeito cordial e respetuoso como foi norma ata o de agora.
Ó entender de este equipo
de goberno as manifestacións vertidas nas redes sociais sobre a problemática
que orixina este desencontro ten máis que ver coa colocación das barras de
bebidas e as solicitudes que reiteradamente ser viñan prohibindo. Este ano se
permitiron novas ocupacións para ese fin co conseguinte remate do “monopolio”
por parte dalgún hosteleiro membro da comisión. Esta colocación das novas barras
de bebidas fíxose con tódalas garantías e permisos legalmente esixibles.
Sendo conscientes de que a
colaboración prestada polo Concello é a mesma e na mesma medida durante estos
últimos anos de goberno, invitamos a que se contraste esta queixa e se verifique
e informe de cales son as trabas que sufren e os impedimentos que se lle poñen
para o bo fin da festa.
Dende este Equipo de
Goberno estamos sempre abertos ó diálogo e ó achegamento de posturas, pero sempre
dun xeito dialogante e sereno, e non con publicacións que xeneren desconfianza e confusión entre veciños e
visitantes.
Los residentes en Infesta se movilizan contra una obra de humanización que, dicen, les resta servicios.
Las obras son un engorro. Un engorro tan evidente que los políticos
aprendieron, hace ya muchos años, que cuando se enfrentan a un vecino
que está pasando por ese trance lo único que cabe es entonar aquello de
«perdonen las molestias, estamos trabajando por su bienestar». Pero hay
ocasiones en las que ni siquiera esa letanía sirve. Ocurre en la Rúa
Infesta, en Pontecesures, donde los residentes están que trinan con el
proyecto que el Concello está ejecutando en esa pequeña vía, sobre la
que discurre el trazado del Camino Portugués a Santiago. El lunes
presentaron un escrito, firmado por todos ellos, en el que exponían sus
quejas. «Pero xa foramos falar con eles antes, e non nos serviu de nada», explican.
Hablan los vecinos con los pies metidos, casi
casi, en la zona de obras. Porque no hay mucho más espacio en esta
pequeña callejuela. En ella se está ejecutando un plan de humanización
que pretende meter ese rueiro de aldea en el futuro. Pero el diseño
elegido por el gobierno local no convence a los vecinos, convencidos de
que lo único que se va a lograr con esa actuación es recortar servicios y
entorpecer su vida diaria.
Pongámonos en situación. La de Infesta
es una calle estrecha, por la que hasta ahora podían subir y bajar los
coches gracias a una zona «na que orillaban se facía falla». Era un espacio que se había ganado hace unos años. «Uns
veciños cederon terreos para poder anchear a rúa para darlle servizos á
rúa. E agora, ven o Concello, colócanos unhas pedras e achica a rúa
outra vez». La calle mengua por causa de unas piedras que se han
colocado para separar la zona de tránsito de vehículos de la de paso de
peatones. Porque por esta zona suben los peregrinos, y parte del diseño
se ha hecho pensando en ellos y en su seguridad. Así lo reconoce el
concejal de Obras, Ángel Souto Cordo (TeGa), quien considera que la
necesidad de mejorar la seguridad vial en esa zona, «moi transitada tanto por quen fai o camiño como por quen vai levar os nenos ao colexio», tiene que ser una prioridad para el gobierno del que forma parte.
Pero la actuación tiene su coste: la calle
quedará de sentido único de circulación, y algunos vecinos se encuentran
con que, de esa manera, no pueden acceder a sus garajes. Para ello
tendrán que pasar de largo, dar la vuelta más arriba, y deshacer el
camino de vuelta «en dirección prohibida», lo que ocasionará serios
trastornos, especialmente en las horas de entrada y salida al colegio,
cuando muchos conductores usan la calle como ruta hacia el mismo. Los
residentes calculan, además, que no podrá pasar ni el butano, ni
Protección Civil, ni la ambulancia. «O proxecto debería servir para mellorar a accesibilidade á rúa, e vai ser todo o contrario», protestan. Plantean una alternativa, que la calle se quede, únicamente, para uso de residentes.
Al concejal de Obras, esa alternativa no acaba de convencerle. «Que sexa unha rúa so para residentes non me parece adecuado», dice Souto Cordo. Aclara, eso sí, que otras de las peticiones planteadas por los vecinos sí van a ser aceptadas. Pequeños detalles que, a su juicio, no alteran el proyecto. «Obviamente, nós temos informes técnicos que nos din que por aí poden pasar ambulancias, bombeiros e ata o butano. Pero se finalmente viramos que non é así, buscaríamos unha solución chegado o momento».
Vecinos residentes en San Xulián de Pontecesures denuncian que, «históricamente, hay vertidos de aguas fecales que van directamente desde las viviendas al río Ulla». Sostienen que a pesar de los avances experimentados en materia de depuración y de la ampliación de las redes de saneamiento, «la situación sigue sin ser controlada en esta zona, a la altura del puente de hierro de la vía del tren que cruza sobre el cauce fluvial». Explican que «hay fosas sépticas canalizadas hacia el río sin que nadie haga nada para acabar con esta situación».