Setenta millones para la electrificación de las vías convencionales entre ellas la que transcurre por Padrón, Pontecesures y Catoira.

Con toda la pompa de un acto institucional en el Ministerio de Fomento -y todas las reservas por el cariz electoral que adquiere cualquier iniciativa política en estas fechas- el ministro Ábalos ha forrado de millones de euros el demandado proyecto para enganchar el Corredor Atlántico a la red europea de mercancías ferroviarias, que tendrá un impulso decisivo en la próxima década y los consiguientes fondos comunitarios.

El máximo responsable de las infraestructuras en España ha confirmado la inversión de 2.820 millones de euros este mismo año para acometer mejoras en los distintos trazados del corredor, y 370 de ellos serán específicos para lo que ADIF denomina como cuadrante noroeste, en el que se integra Galicia. Se trata de casi un 17 % del montante total de 17.000 millones que todavía tiene que invertir España en la red ferroviaria para que estas conexiones se consideren integradas por sus características en el gran corredor transeuropeo, llamado a convertirse en una alternativa real a la invasión de camiones que inundan los entramados viarios continentales.
El eje del corredor atlántico

José Luis Ábalos habló en todo momento de «un proyecto de Estado», por cuanto beneficiará a Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, País Vasco, Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid y Galicia, y comprometió el respaldo del Ejecutivo, que debe complementarse «con la participación de la iniciativa privada para poder culminar la tarea». Se refería, sin entrar en más detalles, a la necesidad de que el sector público planifique y cree las infraestructuras, pero que también se encargue de generar el marco normativo que facilite la participación del capital privado. Además de la liberalización ferroviaria, citó la necesidad de que las empresas se impliquen en la gestión de las plataformas logísticas. ADIF, de hecho, propone un modelo colaborativo de explotación en nodos estratégicos como el de Monforte o León.

Una red «abandonada»

Las actuaciones pretenden mejorar los servicios logísticos para las empresas del sector industrial y los exportadores y mejorar una red «bastante abandonada y que corre el riesgo de quedarse obsoleta», reconoció el también dirigente socialista, que adelantó que tras su ejecución habrá una rebaja notable en los tiempos de tránsito, menos costes e incidencias y mayor fiabilidad para el transporte de mercancías desde los puertos atlánticos «hasta el núcleo de Europa».

En lo que respecta a Galicia, la luz verde prioritaria brilla especialmente en dos conexiones. Por un lado, el eje León-Vigo, de 420 kilómetros, que requiere una inversión hasta el 2025 de 650 millones de euros, necesarios para adaptar el trazado a los trenes de entre 600 y 750 metros, lo que implica la racionalización de las estaciones y la adecuación de gálibos e instalaciones de seguridad. Y, por otro, la línea Vigo-A Coruña, de 210 kilómetros, que necesita 70 millones de euros para la renovación y electrificación de los tramos del antiguo trazado que dan servicios de proximidad. A estas dos líneas estratégicas se sumarían actuaciones complementarias en 245 kilómetros de vías, incluyendo la conexión del puerto de Ferrol y el tramo que pasa por A Coruña-Betanzos-Lugo-Monforte de Lemos, que se conectaría a la línea Vigo-León. La factura de la modernización en este enlace suma cerca de trescientos millones de euros.

Según los cálculos de Fomento, la inversión en Galicia, Asturias y Castilla y León puede alcanzar los 3.558 millones de euros, de los que 1.300 son para renovación de infraestructuras y 2.265 millones para nueva construcción. Son 458 millones más que los que reclamaba la alianza de presidentes autonómicos, que junto al sector empresarial de las tres comunidades busca la implicación del Estado para que el noroeste no se quede desenganchado de las redes europeas. Para ello, también demandan la incorporación del norte de Portugal a este entramado.

La Voz de Galicia

Versos de Rosalía en las escaleras del IES de Valga.

Con motivo del aniversario del nacimiento de Rosalía de Castro, el domingo, se organizan actos en toda la comarca y en todos los ámbitos. En el instituto de Valga, por ejemplo, pintaron las escaleras interiores del centro con versos de la insigne escritora en los que alude, precisamente, a la localidad valguesa. Pertenecen al poema «Como chove miudiño».

Faro de Vigo

El mes más difícil para los vecinos del Ullán.

Cuatro ciudadanos perdieron la vida en trágicas circunstancias.

Los vecinos del Baixo Ulla, un territorio en el que destacan las localidades de Catoira, Valga y Pontecesures, no levantan cabeza. Viven en estado de conmoción permanente, después de que se registraran cuatro muertes en trágicas circunstancias en menos de un mes.

Un concejal de Catoira, atropellado por un camión mientras repartía el pan; un vecino de Valga, aplastado por su tractor muy cerca de su casa; y otro ciudadano de esta misma localidad, aunque originario de Catoira, arrollado por el tren cuando recogía leña. A ellos se sumaba el octogenario valgués alcanzado por un turismo tras cruzar un paso de peatones, también muy cerca de su domicilio.

Son cuatro personas fallecidas a causa de accidentes en un corto periodo de tiempo, lo cual confirma el luctuoso arranque de año en la comarca del Ullán. Si además se tiene en cuenta que en septiembre falleció otro concejal catoirense -en un accidente sufrido en A Illa, cuando practicaba kitesurf-, parece claro que la mala suerte se ha instalado en este territorio.

Porque tampoco hay que olvidar accidentes que se saldaron con heridos de diversa consideración, algunos graves. Uno de los más recientes fue el protagonizado por un vecino de Catoira que quedó aplastado por su motocultor cuando recogía leña en la parroquia de Abalo. Pero en semanas previas se registraron otros siniestros tanto en la localidad catoirense como en la valguesa, también con vehículos agrarios implicados.

El fallecido el lunes, cabe recordar, es José López Castiñeiras, natural de la parroquia catoirense de Oeste pero residente en el municipio vecino de Valga; conocido por sus conciudadanos como «Pepe o da Santa Lucía».

Tenía 66 años y murió arrollado por el tren cuando cruzaba la vía después de haber cortado leña en una finca próxima al tendido férreo, en una zona situada entre Catoira y la playa fluvial de Vilarello, en Valga. En un momento dado intentó cruzar por un paso a nivel sin barreras, arrastrando una carreta en la que llevaba un tronco y la motosierra. Fue entonces cuando resultó alcanzado por el convoy, que lo mató en el acto.

Inevitablemente, cada vez que se produce una muerte así los vecinos del Ullán recuerdan lo sucedido en abril de 2007 en la parroquia valguesa de Campaña, cuando tres vecinos perdieron la vida en el turismo en el que viajaban tras ser arrollados por el tren en el paso a nivel de Iglesia.

Eran Jesús Martínez Senín, de 54 años, su hijo Roberto Martínez Ríos, de 28, y su socio en una empresa de albañilería, José García Bejo, de 48 años.

Al margen del suceso del lunes en la vía férrea hay que recordar que solo siete días antes murió Manuel Castiñeiras Tarrío, «O Listeiro», un vecino del lugar de Paredes (Valga), cuando cruzaba por un paso de peatones, a la altura de la casa consistorial.

Parece que el hombre, de 86 años, ya lo había rebasado y se encontraba en el arcén en el momento en que fue embestido por un turismo.

El octogenario no solo sufrió el fuerte impacto del turismo, sino que recibió otro golpe de consideración al caer en el suelo tras salir despedido hacia un pequeño desnivel existente en el lugar.

El pasado 4 de febrero perdía la vida Francisco Barreiro Cordo, de 80 años de edad y vecino de la parroquia de Cordeiro, en el Concello de Valga, tras quedar atrapado bajo el tractor que conducía.

Se da la circunstancia de que este terrible suceso tuvo lugar a escasos metros de su casa, en el lugar de Balleas, y del mismo punto, en Barcia, en el que había sufrido un accidente casi idéntico en marzo de 2016, cuando cayó con su tractor al cauce del río Louro, donde permaneció atrapado durante unos minutos.

Tenía 77 años y salió con vida porque el caudal era bajo y los servicios de emergencias lo sacaran de debajo de su tractor con rapidez. Esta vez fue muy diferente y Francisco Barreiro Cordo, que se dirigía en su tractor a una finca cercana, no pudo resistir después de que su vehículo agrario volcara y lo aplastara.

Solo unos días antes, el 23 de enero, perdió la vida el concejal catoirense Eduardo Touriño Criado, de 46 años, atropellado por un camión. Estaba repartiendo el pan cuando fue brutalmente golpeado, parece que dentro del arcén de la carretera PO-548, que une Pontecesures con Vilagarcía, a su paso por el centro de Catoira.

Eduardo Touriño había aparcado su furgoneta en el arcén derecho en sentido a Vilagarcía y bajó de la misma para entregar el pan a uno de sus clientes habituales. En ese instante fue golpeado por un camión cargado de ventanas.

Evidentemente este caso conmocionó a los catoirenses, y más aún porque tenían muy fresca en la memoria la muerte del también edil socialista Carlos Castaño Ferreirós, que falleció el 24 de septiembre, a la edad de 41 años, tras sufrir un accidente mientras practicaba kitesurf en la playa de A Canteira (A Illa de Arousa).

Faro de Vigo

Valga busca as mulleres que decidiron sacar o carné cando conducir seguía a ser «cousa de homes».

O Concello homenaxeará as que obtiveron o permiso antes de 1975.

Achégase o 8 de marzo, o Día Internacional da Muller. E, con ese motivo, estanse a argallar, en todos os rincóns da bisbarra, unha chea de actos reivindicativos vestidos das formas máis diversas. No Concello de Valga adoitan buscar un fío argumental para a celebración do Día da Muller. Non buscan historias refinadas: apostan, máis ben, por recoñecer os méritos cotiás. Eses que son, normalmente, os que marcan diferenzas e abren camiños. Para mostra, o tema escollido este ano polo Concello de Valga, que pretende render homenaxe «a todas aquelas mulleres do municipio que sacaron o carné de conducir antes do ano 1975, ou nese mesmo ano».

Quizais aos máis novos lles sorprenda a temática. ¿Un homenaxe ás condutoras? Pois si. Porque ser condutora non sempre estivo ao alcance das mulleres. Que llo pregunten, se non, ás de Arabia Saudita, que ata o pasado mes de xuño non podían poñerse ao volante sen correr perigo de ser represaliadas.

Na España da ditadura, a cousa non pintaba moito mellor para as mulleres. Daquela, levar o volante do coche -como o da vida- era un privilexio reservado aos homes. E as mulleres máis audaces, que ben por necesidade, ben por elección, decidían tomar o mando dos vehículos, non podían facelo se non tiñan a autorización do seu pai ou do seu home. Por iso, ter sacado o carné antes da chegada da democracia é un mérito que non pode pasar desapercibido. Por esa razón, o Concello de Valga quere focalizar nese feito os actos do 8 de marzo. Pretende, di, «recoñecer ás valguesas que foron pioneiras no mundo da automoción», un espazo que «estivo tradicionalmente dominado por homes, relegando á muller a un segundo plano».

Dende o Concello expresaban onte o seu desexo de que todas as mulleres do municipio que cumpran os requisitos desta convocatoria reciban a homenaxe que tanto merecen. E por esa razón, o alcalde vén de publicar un bando no que solicita a todas elas que, «de formar parte deste grupo», se poñan en contacto co consistorio a través do teléfono 986 559 456. A intención e que todas as que foron, estean no acto de recoñecemento que se celebrará o día 9 de marzo, ás oito da tarde, no auditorio de Cordeiro.

Cuestionan la poda de árboles del campo de Iria.

El Concello de Padrón asegura que cortó las ramas como otros años, pero hay vecinos que lo ven excesivo.

La poda de los árboles del campo de la fiesta de Iria, por parte del Concello de Padrón, levanta críticas entre algunos vecinos por lo que califican como «corta agresiva» de las ramas de los plataneros, al estilo de lo que hizo el Ministerio de Fomento con los que crecen a pie de la vía N-550 en A Escravitude. «Veremos se non secarán», dice un vecino.

Otros se preguntan si el Ayuntamiento comunicó la poda al titular del campo, la Comunidad de Montes Retén-Iria, que integra a los vecinos de estos dos núcleos y a los de Roucón, Couto y Pedreda. El presidente de la entidad confirmó que nadie del Ayuntamiento le notificó la poda. No obstante, el concejal José Ramón Pardo explicó ayer que el Concello se encarga de la poda de los árboles del campo de la fiesta de Iria «desde sempre», de modo que este año se hizo como otras veces anteriores y con el fin de evitar que una rama pueda caer sobre el recinto. En cuanto a la corta tan radical de ramas, Pardo asegura que esos árboles en concreto «non teñen ningún problema» y que se hizo como en otras ocasiones, de modo que la poda se repite cada dos o tres años.

No obstante, hay vecinos que critican cómo se hizo y hablan de que las ramas se estaban cortando para que formaran una parra y poder dar sombra en verano, algo que ya no es posible tal y como quedaron los árboles, aseguran.

«É unha pena como podaron, será para vir un ano e non volver en moitos máis», dice un vecino, que la califica de excesiva.

La Voz de Galicia