Investigan la aparición de un cadáver sin documentación en el curso bajo del Ulla.

Unos vecinos del lugar de A Ponte-Padrón, vieron sobre las 14 horas de ayer el cuerpo sin vida de un hombre flotando en aguas del río Ulla. Dieron aviso inmediato a los servicios locales de emergencia, que tras recuperar el cadáver con una lancha lo trasladaron hasta el muelle existente en las proximidades de Finsa. El hombre, de entre 40 y 50 años, no llevaba documentación, por lo que no fue posible indentificarlo. Un dato que sí ha transcendido es que tenía puesto un casco de ciclismo.

Al cierre de esta edición, las fuerzas de seguridad todavía desconocían la identidad del fallecido, habida cuenta de que aún no se había cursado denuncia alguna por desaparición, ni en la provincia de A Coruña ni en la de Pontevedra. En cualquier caso, lo que parece inicialmente descartado es que el hombre fuese víctima de un acto violento. Según fuentes de la investigación, la hipótesis más probable ahora es que el hombre terminase en el río tras sufrir un accidente.

En el lugar de los hechos se presentó el alcalde de Padrón y miembros del gobierno pontecesureño, pero nadie conoció al varón, por lo que se cree que no reside en ninguna de estas dos localidades, y que su presunta caída al Ulla se produjo en alguna zona del curso alto o medio del río. También se cree que llevaba en el agua al menos desde última hora de la tarde del viernos. Participaron en el operativo la Policía Local, el GES de Padrón y la Guardia Civil.

Faro de Vigo

Aparece el cadáver de una mujer en el río Ulla a su paso por Padrón.

El cuerpo sin vida de una mujer, de 59 años de edad, fue hallado en la mañana de ayer en el cauce del río Ulla, a su paso por el municipio de Padrón. Según la información facilitada por el operativo de emergencias, fue un pescador de lamprea que faenaba en ese momento en el río quien encontró el cadáver sobre las 10.00 horas. Tras dar aviso al 112, al lugar se desplazaron los servicios sanitarios, el GES de Padrón y agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil.

En el momento de los hechos se desconocía la identidad de la fallecida, que no portaba documentación en el momento de ser encontrada en el río, a la altura de Aduana, en el lugar de A Ponte (Padrón). Según ha podido saber este diario, se trata de Rosa María Ríos Doce (11-04-1960), residía en Valencia y tenía familiares, en concreto una hermana, en Pontecesures, su localidad natal.

La fallecida, separada y con al menos un hijo, llevaba más de una semana, desde el día 13, alojada en un hotel de Padrón, y anunció que se marcharía hoy, martes. Había venido estos días a vender un terreno de una herencia. Ayer por la mañana salió a las 9.05 horas del establecimiento hotelero andando y menos de una hora después su cuerpo aparecía sin vida en las aguas del Ulla.

Fuentes del operativo indicaron que el cadáver no mostraba signos de violencia, pero que hasta que no se practique la autopsia no se podrá determinar cuál fue la causa de la muerte. Además se realizan diligencias para intentar esclarecer el suceso. Algunas fuentes consideran que podría tratarse de un suicidio ya que apuntan a que la mujer padecía algún tipo de trastorno psiquiátrico.

El Correo Gallego

Aparece flotando en el Ulla en Padrón el cuerpo sin vida de una mujer.

Tenía 59 años, llevaba tiempo residiendo en Valencia y tenía familia en Pontecesures.

El cuerpo de una mujer de 59 años de edad fue encontrado en el río Ulla a su paso por Padrón, concretamente en el lugar de A Ponte. La mujer llevaba toda la vida residiendo en Valencia, pero tenía familia en Pontecesures y, según fuentes consultadas, acarreaba problemas pisquiátricos. Estaba alojada en un hotel de Padrón y todo apunta a que pueda tratarse de un suicidio. 

El cadáver ha sido encontrado por uno de los pescadores de lamprea que estaban faenando en el río. Tras rescatarlo, han trado de reanimarla durante bastante tiempo, pero ya nada han podido hacer.

La mujer no llevaba documentación, por lo que no fue identificada en el momento y se le tomaron las huellas dactilares. En el lugar se han desplegado agentes de la Guardia Civil, incluida la Policía Judicial, la Policía Local y el grupo de emergencias GES de Padrón. También se han acercado los alcaldes de Padrón y Pontecesures. 

El cadáver no mostraba signos de violencia, pero hasta que no se le practique la autopsia no se podrá determinar cuál fue la causa de la muerte. Se están llevando a cabo diligencias para intentar esclarecer el suceso.

El pescador que ha encontrado el cádaver es Ramón Barreiro que, sobre las diez de la mañana, estaba con su lancha, de nombre Eu, levantando las nasas de la lamprea cuando vio el cuerpo entre aguas, a la altura del puente del Ulla, cerca de la empresa Finsa. Al principio creyó que era un hombre y le pareció que «tiña uns 55 anos, pero logo dixéronme que era de máis idade», ha asegurado el valeiro, que fue quien llamó al 112 para señalar la ubicación del hallazgo, al tiempo que impedía con el barco que el cuerpo fuese arrastrado por la corriente

Ramón Barreiro también ha explicado que ya había participado en el rescate de un cadáver con anterioridad desde su lancha. Fue en el mar y, en esa ocasión, era un octogenario.

La Voz de Galicia

El Concello de Padrón mejora la seguridad del trazado del Camino en A Ponte.

El Camino Portugués a su paso por Padrón es un poco más seguro y bonito con dos pequeñas actuaciones del Concello. Más seguro nada más entrar en el municipio, al pasar el puente sobre el Ulla en el núcleo de A Ponte, donde el Ayuntamiento instaló meses atrás una bionda de hormigón que obliga a peregrinos y viandantes a cruzar la intersección de la vía que conduce a la empresa a Finsa por un paso de peatones situado a unos metros.

Hasta la colocación de la bionda, peregrinos y viandantes cruzaban la vía nada más concluir el paso del puente sobre el Ulla, en el cruce con la vía N-550, con el consiguiente peligro. El Concello colocó el muro de protección después de que el pleno de la corporación aprobase una propuesta del BNG de Padrón, que el año pasado alertó de que lo peregrinos estaban «cruzando a estrada para a Aduana polo punto máis perigoso, xusto na intersección coa vía N-550».

El grupo nacionalista ya propuso entonces «prolongar o murete de separación da beirarrúa e a estrada ata o paso de peóns para evitar esta situación de perigo», que es lo que acaba de hacer el Concello con la colocación de la bionda de hormigón.

En otro punto del Camino Portugués entre Pazos y A Escravitude, el Ayuntamiento también realizó una obra que, en este caso, embellece el trazado, al mejorar el tramo entre Cambelas y Tarrío con un pavimento empedrado, que algunos ven excesivo pero que, en este caso, realza una zona del recorrido jacobeo ya de por sí hermosa. El Concello decidió utilizar piedra, precisamente, por ser un tramo del Camino Portugués.

El gobierno local tiene previsto continuar con la mejora del trazado hasta pasar el núcleo de Tarrío hacia Vilar, en A Escravitude, para lo que tiene un proyecto ya redactado y otro en previsión, según explicó ayer el concejal de Obras, José Ramón Pardo. En este caso también habrá zonas en las que se optará por hormigonado.

El cruce en las proximidades de la rotonda de Pazos es ahora el punto más peligroso

Resuelto el problema de seguridad para los peregrinos en el lugar de A Ponte, Padrón aún tiene más puntos que resultan peligrosos para los peregrinos y, sin duda, el cruce en las proximidades de la rotonda del hotel Scala en Pazos es el más grave de todos. Lo es pese a que el Concello solicitó hace tiempo que se adopten medidas para garantizar el cruce seguro de los peregrinos y vecinos en este punto próximo a la rotonda y, más concretamente, en la carretera AC-301 de enlace entre Padrón y Rois.

Llegados a la altura de la glorieta de la vía N-550, los caminantes siguen por la acera hasta la vía AC-301, donde se ven obligados a cruzarla sin ningún tipo de señalización para seguir su camino por el aparcadero del hotel.

Un segundo punto del Camino Portugués mejorable en cuanto a seguridad está en A Picaraña, en el cruce de la vía N-550 después de la rotonda. Los caminantes deben cruzar por un paso que no está regulado por semáforo.

La Voz de Galicia

Los camiones siguen pasando por el centro de Padrón a causa de la señalización deficiente.

¿Por qué la restricción de circulación de tráfico pesado es efectiva en el centro de O Milladoiro, en Ames, y no pasa lo mismo en Padrón? La clave puede estar en la deficiente señalización de la vía alternativa por la que deberían ir los camiones para evitar el centro del casco urbano padronés, la denominada variante.

Si en la carretera N-550 a la altura de Calo, en un sentido, y de O Milladoiro en otro, existen señales bien visibles (en color amarillo) del desvío para camiones, no sucede lo mismo en el tramo de Padrón, donde la señalización es más confusa en los paneles elevados instalados a la altura del núcleo de A Ponte. En sentido contrario, en Pazos, la indicación tampoco es rotunda a la hora de desviar los camiones.

Si bien es cierto que la circulación de vehículos pesados por el centro de O Milladoiro está prohibida, tal y como indican las señales, en Padrón es por ahora una simple recomendación de no pasar por el centro de la villa y tomar el desvío de la variante.

Cuatro años después de abrir al tráfico esta última vía, a pie de la rotonda de Pazos, se puede comprobar que los vehículos pesados que entran o salen de la misma son los menos, mientras la mayor parte circula en dirección al centro de Padrón. Según cálculos del Concello, de media cada minuto dos vehículos pesados atraviesan el casco urbano, pese a que existe una vía alternativa y gratuita. La semana pasada esa circulación fue menor, quizás por la influencia de las vacaciones de verano. Aún así, vehículos cargados con madera, camiones cisterna, bañera y tráileres, todos pasan por el centro, algunos que trabajan para empresas asentadas en el municipio que, a estas alturas, deberían conocer de sobra la recomendación de ir por la variante.

También es cierto que sí los hay que circulan por esta vía alternativa, incluidos algunos cargados de madera, tal y como se puede comprobar a pie de la rotonda del Scala. La Demarcación de Carreteras del Estado en Galicia tenía previsto, según recuerda el Concello, pedir un informe a Tráfico para determinar el volumen de vehículos pesados por el centro de la villa y, en su caso, adoptar medidas, como así hizo en el tramo de O Milladoiro, medidas que podrían pasar por una prohibición.

Otra solución aportada a nivel local pasaría por regular con semáforo todos los pasos de peatones que hay en el tramo urbano de la villa, desde Iria a Ponte, de modo que obligaría a los vehículos pesados a detenerse cada poco y, finalmente, a desistir de circular por el centro.

Entretanto, vecinos y negocios que están a pie de la vía N-550 no solo soportan el paso de estos vehículos, de especial intensidad por las mañana de lunes a viernes, sino también el ruido que conlleva la circulación continua de camiones.

La Voz de Galicia

Jesús Ferrón: «Todos los años había riadas en Padrón».

En los años 60, este vecino, que era concejal, coordinó el operativo en una gran inundación.

Todos los años se esperaban las inundaciones en Padrón; la gente ya estaba pendiente». Así lo recuerda Jesús Ferrón Martínez, un vecino de Padrón de 84 años que, a principios de los 60, tuvo que coordinar las labores de actuación en una de las riadas fuertes que sufrió la villa, al ser concejal en el Ayuntamiento.

Las inundaciones son una cicatriz en la historia de Padrón por su frecuencia y, a menudo, por su intensidad, tanto que algunas fueron históricas, como la que a finales de los años 60 tiró el puente que unía la zona de A Barca con la del Bordel o la de 1987, la más reciente, cuando el agua anegó más de un metro en los comercios de la villa. También por estos días del mes de febrero de 1966 hubo otra riada fuerte.

Y fue así hasta que en el año 1994 se inauguró el canal de derivación del río Sar que, construido por la Xunta, puso fin a las riadas en el casco urbano. De las inundaciones de principios de los años 60, en concreto, en torno al año 1962, habla Jesús Ferrón. A él le tocó tomar el mando de la situación una vez que el alcalde de entonces, Ramón Pazos Giménez, vivía en Santiago y no pudo trasladarse a la villa, precisamente porque quedó aislada por las inundaciones. «Tuve que actuar yo», cuenta.

Así, Ferrón montó el cuartel general en su casa, frente la feria, en la zona de Fondo de Vila, para coordinar todo el operativo en el que participó la Escuela Naval de Marín. «Le pedimos auxilio y vinieron rápidamente», recuerda el vecino. En esa ocasión, la «principal preocupación» eran los vecinos de A Ponte, lugar en el que desbordó el río Ulla. «La gente se subía a los tejados y había que rescatarla», relata Jesús Ferrón. También acudieron a ayudar los bomberos de Santiago. «Llevaba varios días lloviendo y los ríos iban llenos», cuenta. Cuando desbordó el Sar, las calles de la villa y hasta la carretera N-550 quedaron bajo el agua. Los comercios, que ya vivían pendientes de las crecidas del río, «se anegaron y tenían toda la mercancía levantada; sufrieron grandes pérdidas económicas», señala el que fue concejal durante un mandato. Algo similar sucedió también en el año 1987, cuando se registró la inundación más reciente del casco urbano.

En esa riada de principios de los años 60, Jesús Ferrón recuerda que el pueblo pasó más de un día bajo el agua y varios más limpiando todo, porque la crecida también «traía lodo y troncos de árboles que bajaban de Santiago». «El Concello colaboró todo lo que pudo con los vecinos pero no había dinero como hay hoy para las ayudas», señala este vecino de Padrón.

«Las inundaciones eran habituales hasta la construcción del canal de derivación. Ya había un dicho que reza que Caldas, Cuntis y Padrón muchas veces anegadas son», añade Ferrón, quien también precisa que, además del alivio del canal, «ahora ya no llueve como antes».

El canal de derivación fue la solución para evitar las riadas en el tramo urbano del río, pero no en los núcleos situados aguas arriba, como Lamas, en Extramundi, o la zona de Pazos, que siguen desprotegidos en caso de lluvias intensas y de crecidas del Sar. En su día hubo un proyecto para realizar una segunda fase del canal del río y hasta inversión anunciada por parte de la Xunta, pero por ahora se quedó en nada.

La Voz de Galicia