De Senegal a Pontecesures: «Aquí soy feliz».

Oumar Kande, uno de los migrantes subsaharianos alojados en Valga, hace prácticas en una peluquería donde ya es uno más: «Imos aprender moito del»

Oumar con sus compañeras y su jefa Uxía (1ª derecha)
Oumar con sus compañeras y su jefa Uxía (1ª derecha).

Apenas lleva semana y media haciendo prácticas en Sagasta Cuatro Estilistas, en Pontecesures, pero Oumar Kande ya es uno más. La propietaria del negocio, Uxía González, y su equipo de peluqueras lo han acogido con los brazos abiertos y se deshacen en elogios cuando hablan del joven senegalés, de 23 años. «É unha marabilla», asegura Uxía. «É moi risueñomoi traballadormoi ordenadomoi atento e moi tímido», enumera entre risas, y con visible orgullo, la dueña del local, donde Oumar estará de prácticas hasta el próximo día 28.

El joven es uno de los migrantes subsaharianos que desde el pasado mes de diciembre se alojan en el hotel Corona de Galicia, en Valga, bajo la supervisión de la ONG Rescate. La mayor parte de ellos proceden de países en guerra, como Mali, o en situación de pobreza extrema, como SenegalNígerMauritania o Gambia.

Oumar, con sus compañeras de Sagasta Cuatro Estilistas, donde comenzó sus prácticas de peluquero el 28 de marzo
Oumar, con sus compañeras de Sagasta Cuatro Estilistas, donde comenzó sus prácticas de peluquero el 28 de marzo.

Desde su llegada a Valga, Oumar no ha perdido el tiempo. Con la ayuda de Rescate se matriculó en un curso de peluquería en una academia privada. Tras tres meses de formación en el centro, el pasado 28 de marzo iniciaba su período de prácticas en el negocio de Uxía. Allí, como confirma la propietaria, «fai absolutamente de todo, como calquera de nós».

La jefa: «Ten moita man»

Dice la estilista que el joven tiene «moita man» con las tijeras y que, desde su llegada al local, le ha tocado sobre todo atender a los clientes masculinos, aunque una de sus tareas preferidas es secar una buena melena. «Facer ondas encántalle», detalla Uxía.

«Quen nos vai ensinar é el a nós, xa non sobre o traballo, senón sobre a vida. Imos aprender moito del. Tivemos moita sorte», afirma la estilista, que no quiere «nin pensar» en el día en que Oumar finalice sus prácticas. «Vaime dar tanta pena… Pero imos intentar axudalo no que poidamos. Iso témolo clarísimo», asevera.

Desde el principio Oumar tuvo claro que quería seguir formándose para poder trabajar y vivir en Galicia. Lo cierto es que ya en su país natal ejercía el oficio por el que ha seguido apostando tras llegar a España.

Con cierta dificultad, pues no domina el idioma, cuenta que se fue de Senegal tras la muerte violenta de su padre, que era imán al igual que su abuelo. Pasó cuatro años en Marruecos, donde trabajó de peluquero y en un aparcamiento de coches. Allí surgió la oportunidad de viajar a España en patera. «Estivo traballando nun sitio onde non lle pagaban un salario, senón que lle prometeron facerse cargo dos gastos do desprazamento», relata Uxía.

De un día para otro, lo llamaron para emprender el penoso viaje y, con sus compañeros de periplo, pasó tres días en el mar hasta que Salvamento Marítimo localizó la embarcación. De Lanzarote viajó a Tenerife. De allí a Madrid y, de la capital, a Valga, donde espera haber encontrado un hogar.

A Oumar se le dan muy bien los cortes de pelo masculinos
A Oumar se le dan muy bien los cortes de pelo masculinos.

Oumar: «Llueve mucho, pero me gusta»

«Aquí soy feliz», asegura el joven migrante. Tanto que hasta disfruta del clima gallego, tan distinto del de su país de origen. «Llueve mucho, pero me gusta», asegura. Con su documentación ya en regla —está empadronado en Valga y cuenta con tarjeta sanitaria— Oumar espera poder encontrar un empleo en la zona de Valga que le permita rehacer su vida.

En la ciudad de Kolda, al sur de Senegal, ha dejado a su madre y a tres de sus cuatro hermanos. La cuarta vive en Mbour, al oeste del país. «Me gustaría que algún día pudieran venir», concluye con una sonrisa.

El Correo Gallego

El joven peluquero senegalés que quiere vivir en Galicia: «Me gusta la lluvia».

Oumar Kande llegó a España en patera y hoy corta el pelo en Pontecesures

Las personas tímidas suelen usar la sonrisa como barrera defensiva. Oumar Kande, un senegalés de poco más de veinte años, se parapeta tras ese gesto mientras nos mira a través de uno de los espejos de la peluquería Sagasta Cuatro, en Pontecesures. Este establecimiento se ha convertido casi en un hogar para él: instalado en el centro de refugiados de Valga desde finales del año pasado, ha hecho un curso de peluquería y ahora está haciendo prácticas en un salón al que acuden hombres y mujeres para su acicalamiento capilar. Oumar, dicen sus compañeras, es muy bueno en su trabajo. Corta, tiñe, trenza… «Pero o que mellor fai son os alisados. Quédanlle mellor a el con secador que a nós coa prancha», asegura su jefa, Uxía González.

Es muy joven, pero Oumar ya ha vivido muchas vidas. La primera, en Kolda, en Senegal. El mayor de cinco hermanos descubrió pronto sus destrezas como peluquero: a los catorce años ya cortaba el pelo y peinaba a sus familiares y amigos más próximos. Solo tres años después, con 17, salió de Senegal y puso rumbo a Marruecos. En El Aaiún y en Casablanca volvió a trabajar como peluquero mientras intentaba ahorrar algo de dinero para emprender su huida hacia una vida mejor en Europa. No fue un camino sencillo: pasó tres días de temporal metido en una patera, muerto de miedo y de frío. «Llegamos a Lanzarote, todos bien», cuenta. Dos de sus compañeros en aquel infernal viaje han llegado hasta Valga con él, tras un periplo que los ha llevado por Tenerife y Madrid.

Una vez aquí, Oumar no ha desperdiciado el tiempo. Pese a la timidez, se expresa con fluidez en español y sus compañeras de trabajo se han propuesto enseñarle gallego. «Xa sabe dicir ‘‘pingando» e ‘‘carallo»», cuentan ellas con una carcajada. La sonrisa de él se libera por fin de todo y se suma a las risas. «Cando nos chamaron para preguntar se aceptariamos a un rapaz de prácticas dixemos que si, claro; non sabiamos nada del máis que vivía no centro de refuxiados», explica Uxía. Ella está encantada con el trabajo que hace el joven peluquero, convencida de que él puede aprender mucho, «pero nós tamén, porque ten outra forma de traballar… E de vivir». La clientela también ha acogido al nuevo peluquero como uno más. «A verdade é que encaixou moi ben. Ten a todo o mundo encantado», cuenta la responsable de un establecimiento en el que la energía positiva circula en todas direcciones. «Aquí somos case como unha familia».

Uxía recuerda el primer día de Oumar en la peluquería. «Aquel día ía moitísima calor, e pasámonos o tempo ofrecéndolle auga, refrescos… El dicía que non, que non… Ata que foi de noite e nos pediu un pouco de auga. Era ramadán e non podía beber, nós non tiñamos nin idea, claro». Ahora, Oumar es uno más, también en esto de las pausas en el trabajo: desayuna café con cruasán, se disputa las galletas de chocolate con sus compañeras y nunca dice que no a las mandarinas, que le encantan. «Me siento bien aquí», dice haciendo un gesto. Y aclara que ese aquí es el Sagasta Cuatro, pero es también el Baixo Ulla y, en general, Galicia. «Es un sitio tranquilo. Me gusta la gente, me gusta el clima. Me gusta la lluvia», relata el joven.

Lee para aprender español

Para Oumar no parece fácil hablar del futuro: está concentrado en vivir un presente que se ha vuelto tan dulce como las naranjas que comparte en el trabajo. Mientras teje una nueva red de amistades gracias a sus compañeras de trabajo, en el refugio corta el pelo a sus amigos, juega al fútbol y lee. Lee mucho. Lee todo lo que cae en sus manos. «Es muy bueno para aprender español», dice.

Gracias a las prácticas que está realizando, el joven Oumar ha podido empadronarse en Valga y ha obtenido su tarjeta sanitaria. Su objetivo, ahora, es «aprender a conducir» y, si es posible, visitar cuanto antes Santiago y la catedral: le han hablado maravillas de ella. Si tiene que pensar a largo plazo, Oumar se imagina instalado en algún rinconcito de Galicia, al frente de una peluquería propia. El Real Madrid, el que para él es el mejor equipo del mundo, será entonces, otra vez, campeón de Liga. De la Champions, este año, mejor no hablamos. Oumar recompone el gesto al recordar los tres goles que el Arsenal le metió al equipo blanco el martes. «Remontar es posible, pero es difícil».

La Voz de Galicia

El ministro de Defensa de Omán supervisa en Urovesa/Valga la entrega del segundo contrato de VAMTAC al país árabe.

Mohamed Bin Nasser visitó la fábrica de Urovesa en Valga

La fábrica de Urovesa en Valga recibió ayer la visita oficial de una delegación del Ministerio de Defensa de Omán, encabezada por su titular, el secretario general, con rango de ministro, Mohamed Bin Nasser Bin Ali Al-Zaabi. La razón, el interés de este último por conocer en primera persona el proceso de construcción de las unidades del Vehículo de Alta Movilidad Táctico, VAMTAC, que en breve le serán entregadas a la Armada Real de Omán (RAO) tras completar su montaje. Una curiosidad profesional que Bin Nasser sació en compañía de miembros de la cúpula directiva de la compañía gallega, con su presidente, Justo Sierra, a la cabeza, y también de altos cargos del Ministerio de Defensa de España.

Doce años de relación

Desde Urovesa recuerdan los doce años de relación entre ambas partes, y destacan que la visita de alto rango supone dos hitos en su asociación. Por un lado, la llegada a término del que ha sido el segundo contrato de Urovesa con el país árabe. Y por el otro, destaca la compañía gallega: «El lanzamiento de un nuevo contrato para entregar vehículos VAMTAC en varias configuraciones a la RAO, demostrando la confianza mutua, la cooperación y los esfuerzos modernizadores en curso entre Urovesa, el Sultanato de Omán y Moosa Abdul Rahman Hassan». Este último, el socio local en el que Urovesa y el Ministerio de Defensa de Omán depositan el mantenimiento y la sostenibilidad a largo plazo de los VAMTAC fabricados en Valga, ofreciendo un amplio apoyo a su ciclo de vida.

Los responsables de Urovesa manifestaron su compromiso por seguir equipando a las Fuerzas de Defensa de Omán con «soluciones de movilidad de última generación adaptadas a sus necesidades operativas».

La Voz de Galicia

UNHA EXALUMNA DO CSM SERÁ MESTRA DE PIANO NA VILA DE LETONIA.

– Michelle Pena, que completou no CSM o Grao Superior de Música, iniciará en agosto esta aventura laboral no Báltico: “Sempre soñei con vivir experiencias no estranxeiro”

– Os lazos entre Valga e as vilas homónimas de Estonia e Letonia “son cada vez máis fortes e abarcan máis ámbitos”, sinala o alcalde.

MichellePenaWeb

Valga e a localidade homónima de Letonia continúan a avanzar no irmandamento que selaron no ano 2016 e que, dende entón as levou a desenvolver conxuntamente diversas actividades de carácter institucional, educativo e cultural. Desta volta a protagonista é a música e, máis concretamente, a exalumna do Centro Superior de Música Michelle Pena González, que a partir do mes de setembro, iniciará en Valka unha nova experiencia profesional, como mestra da Escola de Música desta cidade báltica.

Michelle, natural de Ribeira e de 26 anos, iniciou os seus estudos superiores de música en Vigo e, despois dun curso de Erasmus en Italia, apostou por un cambio que a trouxo ao conservatorio de Valga. “Asistín a unha masterclass con Ilona Timchenko (xefa de estudos e mestra de piano do CSM Galicia) e animeime” a completar en Valga o seu Grao Superior de Música na especialidade de Interpretación de Piano. Foi alumna do centro durante tres anos, xa que tamén realizou un curso de perfeccionamento, e despois deu os seus primeiros pasos no mercado laboral nunha academia de Cangas, no conservatorio de Cambados e na Escola de Música de Vilaboa. Actualmente está a cursar un máster en Pedagoxía Instrumental na Universidade Alfonso X O Sabio.

Nas últimas semanas, a través da estreita relación que manteñen Valga e Valka, abriuse unha nova posibilidade laboral para Michelle, como pianista acompañante e mestra de piano complementario. “Faláronme desta oportunidade na Escola de Música de Valka e eu sempre soñei con vivir experiencias no estranxeiro e coñecer outros ambientes musicais; é unha motivación para min”, explica. “Nesa zona mantense unha influenza musical moi grande da antiga Unión Soviética e a música considérase algo esencial na educación, por iso me xera moita curiosidade. Ademais, isto ofréceme a oportunidade de coñecer métodos de ensinanza alternativos e sempre resulta motivador poder tocar noutros países”. Será a finais de agosto cando comece para Michelle Pena esta nova aventura que durará, como mínimo, un ano.

Dende a dirección do Centro Superior de Música Simón Ibáñez sinala que “para o centro é fantástico poder contribuír a que os alumnos teñan oportunidades laborais coma esta”, mentres que o alcalde, José María Bello Maneiro, se felicita por comprobar que os lazos que unen a Valga coas súas vilas irmás de Letonia e Estonia “son cada vez máis fortes e abarcan máis ámbitos”.

MichellePena

Concello de Valga