Satisfacción generalizada con la remozada plaza de Pontecesures.

Vendedores y compradores se muestran «encantados» con las flamantes instalaciones del mercado municipal pontecesureño.

Satisfacción. Esta es la palabra que mejor parece definir el sentir de vendedores y compradores en la plaza de abastos de Pontecesures, recientemente remodelada y dotada de un aspecto mucho más moderno, pero sobre todo adaptada a la normativa sanitaria y dotada de todas las comodidades y servicios posibles, a pesar de que se trata, lógicamente, de unas instalaciones de pequeño tamaño, sobre todo si se comparan con inmuebles similares ubicados en otros puntos de la comarca de O Salnés.

Situado en pleno centro de la villa ribereña, entre la estación de ferrocarril y el río Ulla, este mercado municipal aspira a revitalizarse y a generar un importante movimiento económico e incluso social en la localidad, tal y como pretendía el gobierno del conservador Juan Manuel Vidal Seage cuando impulsó este proyecto de la mano de la Xunta.

Dispone de una cantina, que todavía está sin explotar, junto a siete puestos de venta, tanto de frutería como pescaderías, carnicería y panadería, además de disponer de aseos públicos.

Muy luminosa, ordenada y limpia, la plaza pontecesureña responde a los cánones que definen a este tipo de centros de negocio «de proximidad y confianza» en los que se ofrece la máxima calidad en los diferentes productos.

Con una inversión de unos 150.00 euros, las obras ejecutadas incluyeron tanto la remodelación del mercado como la creación del centro interpretativo y escaparate de promoción de la lamprea.

En el primer caso se procedió a la homogeneización interior de la plaza, con cambios en su distribución, renovación del pavimento y de las paredes y dotación de nueva iluminación.

Según explicó en su momento el alcalde, estos trabajos estuvieron encaminados a conseguir el distintivo de «mercado excelente», tratando también de convertir al conjunto del inmueble en «un espacio con más contenido, en el que se realice un intercambio cultural e incluso se puedan degustar los productos que se ofertan».

De ahí que en el proyecto se incluyeran la apertura de la cafetería y una pérgola exterior. «Es una oportunidad única para revitalizar la vida del mercado, apostando claramente por transformarlo en un punto de venta especializado en el que destaquen los productos locales», manifestaba hace meses el propio Vidal Seage.

En cuanto a la Casa da Lamprea, terminada a pesar de los actos de vandalismo que trataron de sabotearla, se sitúa en la parte exterior de la plaza, por el lado que da al río. Es la sala destinada a pesaje y facturación de las lampreas, pero también se quiere que ejerza de escaparate en el que promocionar al afamado y primitivo pez cartilaginoso.

Con un presupuesto de unos 68.000 euros, la Casa da Lamprea se presenta como «un nuevo espacio volcado en el Ulla» que debe ejercer de «punto de encuentro» para afianzar la relación de Pontecesures con el río.

El alcalde sostiene que hará las funciones de «punto de información y comercialización» de la que muchos conocen como «dama del Ulla».

Faro de Vigo

Las mejoras en el apeadero de Padrón son reclamadas desde Pontecesures y Catoira.

En la estación de tren padronesa colocaron megafonía y un panel digital con información sobre los horarios -Sabariz reclama un trato similar en el margen pontevedrés del Ulla.

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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha procedido a la colocación de megafonía con la que anunciar la llegada y salida de trenes en la estación del municipio coruñés de Padrón, donde también se instala un panel informativo alfanumérico con los horarios. Así lo anuncia Luis Sabariz Rolán, miembro de la plataforma en defensa del tren de cercanías, quien se felicita por estas mejoras pero aprovecha para reclamarlas también para los apeaderos de Catoira y Pontecesures.

Explica el pontecesureño que «la estación de ferrocarril de Padrón lleva varios días con estas importantes mejoras, por lo que ahora esperemos que se instalen el panel y la megafonía con toda celeridad en las estaciones de Catoira y Pontecesures, ya que a finales de 2010 los tres concellos solicitaron al ADIF la instalación de tales elementos informativos y de seguridad, sin que hasta ahora se colocaran los mismos».

En el caso concreto de Pontecesures «se reclamaron las mejoras para corregir las deficiencias y peligros que se producen en la estación de tren, relacionados con la falta de información sobre la vía por la que llegan los convoyes», explica.

Lo que quiere decir es que por delante del edificio de la estación pontecesureña pasan dos vías, «y habitualmente los trenes que circulan en cualquiera de las dos direcciones estacionan en la vía del andén principal, donde están los viajeros esperando para subir al ferrocarril».

Pero cuando se produce un cruce de trenes en la zona «surgen los problemas-asegura-, ya que los usuarios desconocen con antelación la vía por la que llegará y el andén que tienen que ocupar para poder entrar en los vagones».

Parece que «esta situación provoca frecuentes quejas de los usuarios, ya que no solo genera confusión, sino que supone un enorme peligro para ellos, pues tienen que cruzar las vías para cambiar de andén».

Luis Sabariz incluso sugiere que «a diario se aprecian las dificultades que tienen las personas para cruzar los raíles con los trenes estacionados; y son mayores cuando se trata de personas de edad avanzada o que llevan niños o viajan cargadas con equipaje».

Es por todo ello que «el sistema de información por megafonía desde el puesto de mando, junto a los paneles informativos alfanuméricos, pueden evitar todos estos problemas, ya que permiten que los usuarios del tren puedan conocer con antelación la vía por la que van a llegar los convoyes e incluso se les informa sobre cualquier incidencia relativa al servicio, como demoras en las llegadas o salidas o entrada en vigor de nuevos horarios».

Faro de Vigo

Pintadas, abandono y discriminación.

Aunque se felicita por las mejoras en el apeadero de Padrón, Luis Sabariz aprovecha para alertar de que tanto ese edificio como los de Catoira y Pontecesures «deben ser acondicionados». Y es que «las pintadas y la falta de mantenimiento de edificios y andenes llama realmente la atención -denuncia-; no se puede admitir que los usuarios del ferrocarril de estas villas estén discriminados respecto a los de las grandes ciudades».

Faro de Vigo

Miles de personas al año viajan gratis en tren de Catoira, Padrón y Pontecesures a Vilagarcía.

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Un grupo de pasajeros salen de un tren en la estacion de Vilagarcía de Arousa.

En el año 2015 subieron al tren en la estación de Pontecesures 12.646 personas, mientras que bajaron 17.483, según los datos de Renfe. Esta gran diferencia entre las subidas y bajadas, que alcanza casi los 5.000 viajeros, refleja una de las principales problemáticas que afecta al servicio de ferrocarril en Galicia: miles de pasajeros al año viajan gratis en tren como consecuencia del cierre de estaciones y la falta de interventores. De esos 4.837 pasajeros de más que regresaron a Pontecesures muchos hicieron también el viaje de ida, pero les salió gratis. Otro dato: según Renfe durante todo 2015 apenas 81 personas utilizaron el ferrocarril para desplazarse entre Pontecesures y Catoira, una cifra a todas luces irreal, teniendo en cuenta que el tren es el medio más rápido para que las personas que no disponen de vehículo propio se muevan entre ambas localidades del Ullán. Siete minutos dura el viaje.

Cada semana se bajan en la estación de Vilagarcía decenas de personas que no han comprado billete. La mayoría llegan desde Catoira, Pontecesures o Padrón, lugares en los que la estación cerró hace años, lo que imposibilita a los usuarios adquirir los billetes en el punto de origen. Se suben al tren sin ticket y en muchas ocasiones el revisor no tiene tiempo de recorrer todo el ferrocarril en estos viajes tan cortos. En otros vehículos los comboyes no tienen conexión entre sí desde dentro del tren, por lo que el interventor solo puede pedir el billete o cobrarlo a una parte de los viajeros. E incluso hay ferrocarriles que circulan sin revisor, por lo que el descontrol de pasajeros es absoluto. «Una persona puede viajar sin pagar un duro desde Valença do Minho a Redondela y desde Redondela a A Coruña, dado que los trenes que enlazan van sin personal de intervención de forma habitual», denuncia el sindicato CGT, que calcula que Renfe deja de ingresar al mes en toda Galicia unos 10.000 euros, lo que califica como «fraude».

Esta situación, que ya es habitual desde hace tiempo, se ha «generalizado» a partir del mes de mayo debido a la puesta en circulación del nuevo servicio Avant, al que se ha destinado buena parte del personal de intervención «dejando sin revisores varios trenes de media distancia»; es decir, los que circulan por aquellos tramos de vía convencional que siguen activos. Pontecesures, Catoira y Padrón no son las únicas estaciones o apeaderos en las que no hay venta de billetes, sino que también ocurre en Redondela, Arcade, Pontevedra-Universidad, Ordes, Cerceda-Meirama y Uxes. Durante el mes de mayo fueron 103 los trenes con parada en estos lugares que circularon sin interventor, según denuncia la CGT.

Porque, incide el sindicato, la plantilla de revisores «está bajo mínimos en las dependencias de A Coruña, Vigo y Ourense, que cubren los servicios regionales». La CGT lamenta que esta falta de interventores esté afectando a la calidad del servicio, ya que «disminuye la seguridad a bordo y falta una figura de referencia para la resolución de incidencias» como informar a los pasajeros sobre enlaces o retrasos, por ejemplo. Por otra parte, los pasajeros que viajan sin pagar no están cubiertos por el seguro obligatorio, que únicamente queda garantizado con la adquisición del correspondiente billete. Son usuarios que no computan en ningún lado, algo que puede afectar incluso al mantenimiento de las estaciones. Porque las estadísticas de viajeros son determinantes para ADIF a la hora de decidir si una estación se cierra.

Servicios escasos

Al margen de este problema de falta de interventores, la CGT también advierte sobre el escaso número de trenes que prestan servicio los viernes y domingos en el corredor A Coruña-Vigo.Son días de desplazamientos masivos de estudiantes en los que los vehículos van hasta los topes, «llegando a transportar a pie a más de sesenta personas» con su equipaje. Los usuarios que más sufren esta situación son los que suben en Vilagarcía, Catoira, Pontecesures y Padrón, puesto que los trenes al llegar a estas localidades ya están repletos de personas, lo que les obliga a viajar en condiciones «precarias».

Faro de Vigo