La senda verde sobre la vía del tren la inventó el PP

Con Arias Salgado comenzaron a eliminarse paradas del corredor atlántico.

El origen del debate sobre el tren de cercanías se remonta a los planes del primer Gobierno Aznar y a la introducción del TRD

Aunque por el momento se mantiene al margen de un debate que en Vilagarcía están protagonizando los dos socios del gobierno municipal (el PSOE quiere retirar las vías del tren a Santiago que queden sin uso con el nuevo trazado atlántico para sustituirlas por una senda verde, mientras el BNG defiende el mantenimiento de la infraestructura y la creación de un ferrocarril ligero) en realidad este es un melón que abrió el Partido Popular hace ya más de diez largos años.

Para aclarar convenientemente este problema es conveniente retroceder hasta 1996, año en el que, por primera vez, la formación conservadora accede al Gobierno de España. Instalado al frente del Ministerio de Fomento, Rafael Arias-Salgado aborda el futuro del ferrocarril en Galicia, comunidad atravesada por una de las líneas más rentables de todo el Estado: la que une A Coruña y Vigo y, por lo tanto, Vilagarcía.

El objetivo de la gaviota es mejorar tiempos y resultados. Pero hay un inconveniente. El trazado de la vía es tortuoso, primitivo, patético e infumable en la mayoría de sus tramos. El ferroviario que pilotó el Tren Regional Diésel en su viaje inaugural entre Compostela y Vigo se lo explicó claramente al propio Xosé Cuíña , entonces conselleiro del ramo. De todo el largo recorrido que unía ambas ciudades, solo en una pequeña recta próxima a A Escravitude era factible superar los 100 kilómetros por hora. Poco importa que sobre las vías corra el mejor y más veloz vehículo que haya jamás pisado la tierra. La infraestructura es una cochambre.

La solución de quitar paradas

¿Cómo lograr reducir, entonces, el tiempo de trayecto del corredor atlántico en Galicia? Sencillo: eliminando paradas mientras se diseña y se pone en marcha un nuevo trazado. Es así como, en junio de 1997, el famoso TRD comienza a recorrer el camiño de ferro. Este es el primer servicio que ya no se detiene en todos los apeaderos del trayecto.

Estaciones como las de A Escravitude, Padrón, Pontecesures o Catoira emprenden su decadencia definitiva. La razón es simple como la estrategia del PP: si a la gente que utiliza el tren se le retira parte de la oferta, tendrá que buscarse la vida de otra forma. Mejor dicho, de la única a la que en Galicia, tierra de penosas conexiones por autocar, se puede recurrir: el automóvil particular.

Nadie puede pretender articular un discurso ecologista e innovador, ni exigir al paisano que reduzca las emisiones contaminantes de su tubo de escape y deje el coche en el garaje si no tiene posibilidad de moverse por otros medios. Pero, de una forma u otra, el Gobierno consigue su objetivo. Las estaciones intermedias pierden pasajeros inexorablemente. El círculo se completa. Pasados los años, Renfe muestra las estadísticas y justifica su drástica decisión con unos datos que la propia compañía ha inducido al disminuir el servicio: si no hay usuarios, no es rentable mantener las paradas. El futuro ferrocarril solo se detendrá en A Coruña, Santiago, Dodro, Vilagarcía, Pontevedra y Vigo. Al resto, ni aire.

Llegamos, de este modo, al planteamiento formal de la senda verde. En verano del 2002, Fomento, entonces dirigido ya por Álvarez Cascos , remite a los ayuntamientos el estudio informativo sobre el tramo de ferrocarril entre Vilagarcía y Rois. El ministerio, que califica de pésima la actual infraestructura, argumenta que la presencia de la vía causa graves trastornos urbanísticos a los núcleos que atraviesa y considera como «una ventaja añadida» la inutilización de los raíles litorales existentes. Como alternativa, recomienda reorientar el camiño de ferro hacia la creación de senderos peatonales.

El padre de la idea, como se ve, no es ni rojo ni verde, sino un ministro conservador asturiano. Al que, por cierto, se le olvidó comentar la inexistencia de un transporte colectivo alternativo y el derroche que supondría levantar las actuales vías después de que el Estado se haya gastado en su mejora más de 3.500 millones de las antiguas pesetas desde 1998. Toma austeridad.

LA VOZ DE GALICIA, 24/05/09

«Hai que evitar a toda costa que se levanten as vías».

Algo que Abellán, que preside la federación española de asociaciones de amigos del tren, no comprende es el interés del Ministerio de Fomento por desmantelar la infraestructura de aquellos tramos que no coinciden con el nuevo trazado del ferrocarril atlántico. En el propio contrato firmado con las empresas que llevan a cabo la construcción del mal llamado AVE figura, entre sus tareas, el levantamiento de las vías.
«Isto -sostiene con firmeza el portavoz de la comisión- é algo que hai que evitar a toda costa, porque unha vez desaparecida a infraestrutura xa non haberá nada que facer». Esta postura choca, en principio, con la que mantiene el grupo socialista, mayoritario en el gobierno municipal de Vilagarcía, cuyos miembros apuestan por la creación de una senda verde sobre el trazado férreo. Pero su opinión no es homogénea en el seno de Ravella. El socio minoritario, el BNG, sí considera que la prioridad debe situarse de forma clara en el servicio ferroviario. Los nacionalistas consideran que es preciso reformar esta línea, electrificarla y convertirla en un tren ligero. El ejemplo es el metro de Oporto y Matosinhos.
En esto, el Bloque de Vilagarcía y el comité para el tren de cercanías coinciden plenamente: «Iso é exactamente o que nós defendemos, un tren ben feito que se integre perfectamente nas tramas urbanas que cruza, con apeadeiros en lugares coma Carril e Bamio, con aparcamentos e unha extensión cara o aeroporto de Lavacolla».

LA VOZ DE GALICIA, 22/05/09

Nueva vida para las estaciones cerradas los últimos años.

El tren de proximidad que propone el comité se basa en servicios continuos con muchos puntos de parada. Esta iniciativa permitiría, explica Abellán, insuflar nueva vida a las antiguas estaciones que han ido quedando sin uso a medida que disminuían los ferrocarriles que paraban en ellas, como las de Catoira, Padrón o Cesures. La fórmula podría pasar por un servicio de venta de prensa y billetes.

LA VOZ DE GALICIA, 22/05/09

El BNG defiende que el tren una Carril y Bamio con el centro de Vilagarcía.

Ratón cree que la senda verde por la que apuesta el PSOE sí es compatible con una infraestructura ferroviaria fundamental

Los nacionalistas defienden un servicio de cercanías que aproveche y adapte el trazado actual hasta Santiago

Que el grupo municipal socialista de Vilagarcía apuesta por desmantelar el actual trazado ferroviario (una vez que el tren atlántico rápido, mal llamado AVE, lo sustituya) para generar una senda verde es cuestión que ha quedado meridianamente clara. Sin embargo, esta opinión está lejos de ser unánime en el seno del gobierno local, que el PSOE comparte con el BNG. Los nacionalistas consideran que la infraestructura existente ofrece una oportunidad única para articular un verdadero servicio de cercanías y potenciar realmente «un mellor modelo de cidade», en palabras de la responsable de Promoción Económica Rosa Abuín.
La idea que los nacionalistas manejan es adaptar el trazado actual a lo que se denomina tren ligero. El ejemplo en el que se basa el teniente de alcalde y portavoz del Bloque, Xosé Castro Ratón, es el del ferrocarril metropolitano que funciona entre Oporto, Vilanova de Gaia y Matosinhos, que convive sin problemas con zonas verdes, avenidas y calles eminentemente comerciales. Porque uno de los planteamientos centrales del BNG es que la creación de este servicio no es necesariamente incompatible con la de una senda verde que permita recorrer la distancia entre Vilagarcía y Santiago a pie o en bicicleta.
Se trataría de un tren con un elevado número de paradas. De esta forma, razonan Abuín y Castro Ratón, la capital arousana se dotaría de un auténtico cercanías, con varios apeaderos a lo largo de su trazado en el municipio, uniendo, sin ir más lejos, Bamio y Carril con el centro de la ciudad.

Respaldo del BNG a la idea de extender la vía hasta el aeropuerto de Lavacolla.

La idea que defiende el BNG, explica Xosé Castro Ratón, es perfectamente coherente con la propuesta que en su día él mismo presentó en la capital arousana junto al diputado en el Parlamento de Galicia, Bieito Lobeira. «O ente ferroviario galego polo que a nosa organización apostaba e segue apostando non é outra cousa ca un servizo destas características», apunta Ratón. Un sistema de segundo nivel que aproveche las infraestructuras viarias existentes para articular un auténtico sistema de cercanías, que complete un ferrocarril rápido, el mal llamado AVE atlántico, que únicamente se detendrá en A Coruña, Santiago, Dodro y Vilagarcía antes de continuar camino hacia Pontevedra y Vigo.
Este proyecto no coincide estrictamente con el planteamiento defendido por la comisión de defensa del trazado ferroviario actual, en el que se integran los alcaldes de los diez municipios afectados. Pero, con ciertos matices, comparte su objetivo central: evitar que la infraestructura sea desmantelada de forma irreparable si no es para sustituirla por una vía que permita la circulación de un tren ligero moderno y funcional.
Otro de los puntos de coincidencia es la oportunidad de extender la vía hasta Lavacolla. El valor histórico del primer trazado del ferrocarril en Galicia se vería protegido y potenciado, otorgando a Vilagarcía y a todos los municipios que han convivido con él a lo largo de tanto tiempo el privilegio de disponer de una conexión ágil con el aeropuerto de Santiago. Algo que, por otra parte, solucionaría el endémico aislamiento de las instalaciones compostelanas con respecto a su ciudad de referencia.

LA VOZ DE GALICIA, 19/05/09

En Vilagarcía trabajan en un tren turistico para captar visitantes de la propia Compostela.

Las concejalías de Promoción Económica y Cultura, gestionadas por Abuín y Castro Ratón, manejan también un proyecto turístico vinculado al ferrocarril. Se trata de establecer un tren de época, semejante al Tren de la Fresa que funciona entre Madrid y Aranjuez. Vilagarcía captaría con él visitantes en Santiago, completando la experiencia del ferrocarril con la navegación en catamarán en la ría de Arousa. Un segundo paquete se vincula con el parque nacional Illas Atlánticas. Ambas iniciativas han sido planteadas ya por Ravella a la dirección comercial de Renfe. El cambio en la Xunta trunca, en cambio, la creación de un tren de vacaciones entre A Coruña y Lisboa en el que Vilagarcía esperaba integrarse.

LA VOZ DE GALICIA, 19/05/09