El Plan de Concellos libera 137.000 euros a ocho municipios.

Por valor de 137.290 y para actividades culturales, deportivas, sociales, turísticas y medioambientales, la Diputación de Pontevedra acaba de aprobar otra partida dentro de su plan de Concellos. La Diputación destacó ayer que este nuevo modelo convierte a los municipios en protagonistas, al transferir los fondos directamente a las arcas municipales para que sean estos los que los gestionen. En total, está previsto que los municipios reciban a final de mandato cuarenta millones de euros, que se distribuirán en cuatro líneas: inversiones; necesidades de gasto corriente; actividades culturales, deportivas, sociales, turísticas y medioambientales; y ayudas para financiar el empleo.

Los ayuntamientos que han recibido partidas son Agolada, Arbo, Bueu, Caldas de Reis, Mos, Nigrán, Pontecesures y Vilaboa, que los destinarán a actividades deportivas, sociales, festivales musicales, guías de senderos, festivales infantiles, muestras de vino o trofeos de fútbol. Se trata de la sexta relación de ayudas aprobadas en este mandato.

La Voz de Galicia

Padrón: Deporte y pintura.

Padrón está ya inmerso en sus Festas de Pascua y, en esta jornada, tendrá especial protagonismo de nuevo el deporte. A las 9.00 horas, comenzará en los pabellones de Souto y del Grupo Escolar el campeonato de fútbol sala de adultos, con la final a las 21.00 horas. También a las 16.00 horas comenzará el campeonato de tenis de Pascua. Además de deporte, hoy a las 18.00 horas, en el auditorio municipal, se abrirá la exposición de obras de pintura y dibujo de Diego Giráldez, bajo el título Las realidades de Diego Giráldez.

Falleció el creador de la Fiesta del Carneiro de Moraña. Laurentino Castro era hermano del vecino de Pontecesures, Manolo Castro.

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Laurentino Castro Piñeiro falleció recientemente en su casa de Moraña.

Moraña acaba de perder a uno de sus vecinos más ilustres, Laurentino Castro Piñeiro, nombrado en su día «Hijo Predilecto» por su gran aportación al desarrollo de este municipio. En el recuerdo de todos los que lo conocieron quedará su carácter firme y su amor por este pueblo, cuyo crecimiento quiso impulsar a través de la implicación activa de la juventud.

En 1968 un joven nacido en Muxía que ejercía como maestro en las escuelas de Barro y Souto compaginaba su trabajo con la dirección del Banco Pastor y su bufete de abogado cuando fue nombrado alcalde de Moraña. Tomó el bastón de mando con muchas ganas de poner en marcha sus ideas visionarias lo que no estuvo exento de problemas con los defensores del antiguo régimen, pero sus férreas convicciones consiguieron hacer realidad proyectos como un colegio denominado «Los Grupos» donde estudiarían niños de distintas parroquias, algo nunca visto en la época, lo que propició un avance en la socialización de los niños. Además impulsó la instalación del alcantarillado y del alumbrado público lo que convirtió a Santa Lucía en la parroquia más desarrollada del ayuntamiento de Moraña.

Don Lauro, como era conocido en la villa,, finalizó su mandato en el año 1972 dejando otros proyectos que se finalizarían más tarde como el Campo de Fútbol de Mirallos o la Cabalgata de Reyes y también dejó otras propuestas que nunca verían la luz como un Instituto de Secundaria.

Adelantado a su tiempo y gran defensor de las libertades y los derechos de las mujeres, Don Lauro amaba a la juventud y el potencial de ésta para llevar a cabo cualquier proyecto. Siempre intentando motivarlos y apoyarlos, decidió crear una fiesta que estuviese gestionada por los jóvenes de Santa Lucía y fuese acorde a sus gustos, por eso se denominó «Fiesta de la Juventud» y para su celebración se fijó el último sábado del mes de julio. Para completar la fiesta decidió añadir una comida al día siguiente domingo, que consistía en asar unos corderos al estilo «pampero», un estilo que estaba cobrando fuerza en esos años, desde que un emigrante retornado de Argentina comenzara a usar esa novedosa técnica en diversas celebraciones. Se denominó «Fiesta de la Juventud y del Carneiro ó Espeto», lo que fue un poco polémico por el uso del gallego, algo que estaba mal visto en la época, pero el entonces regidor del municipio morañés fue fiel a sus principios e instauró el nombre y la tradición tal y como se conserva hoy en día. Desde ese momento la celebración no hizo más que crecer cada año hasta convertirse en el evento multitudinario que es hoy.

Después de su etapa como alcalde, sus otras obligaciones lo llevaron a trasladarse a Ferrol donde pasó la mayor parte de su vida hasta que, jubilado de la banca y enseñanza, se dedicó por entero a la abogacía y regresó a Moraña para vivir sus últimos años.

En el recuerdo de todos sus vecinos queda la huella de este buen hombre, extremadamente culto, que cosechó éxitos personales gracias a su tesón y a su gran inteligencia.

Su reciente muerte, a los 86 años, constituye una gran pérdida para su familia y sobre todo para este municipio que sin duda no hubiera sido el mismo sin su valiosa aportación.

Faro de Vigo

Carolo: «Levo toda a vida xogando ao fútbol».

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Jesús Rodríguez Muíños (Extramundi, 1965), mundialmente conocido como Suso Carolo por el apodo de su casa natal, vive actualmente en Ourense, donde acentúa su vínculo con el fútbol, jugando en la Tercera Autonómica -la única que le faltaba-, además de entrenar a niños y actuar incluso como árbitro. Pero «sempre levou o nome de Padrón e de Extramundi por Galicia adiante», dicen desde el club Sar. «E por fóra de Galicia», añade el propio Carolo, en alusión a los años que jugó en León y en Barcelona.

La citada entidad de su pueblo natal organiza un torneo de homenaje al jugador de fútbol que, de adolescente, debutó en este equipo y que hoy, con 51 años, es el único de Galicia, y posiblemente también de España («habería que investigalo», dice el protagonista), que puede presumir de haber jugado en todas las categorías de este deporte, desde Primera División a la más modesta.

«Levo toda a vida xogando ao fútbol», es lo primero que cuenta Carolo. «De pequeno xa xogaba na aldea con xente maior e sempre me poñían de porteiro porque, ao ser o máis pequeno, era ao que lle tocaba», recuerda. Con el equipo del Sar debutó en la temporada 1979/80, con los juveniles. Ahí empezó una larga trayectoria futbolística en la que incluso llegó a hacer una prueba en el Real Madrid «pero como os había mellores ca min, fichei co Celta», con el equipo juvenil. Con este club llegó a jugar un partido de Primera División. Fue e Bilbao en 1983.

Con el Celta también pisó el césped en Segunda División, así como en el Lugo. En Segunda B estuvo con el Leonesa, Arousa, Lalín y Lugo; en Tercera División con el Céltiga, Lalín, Santa Coloma de Gramanet, Leonesa o Ponte Ourense; en Preferente con el Vista Alegre, Taboadela y Vilamarín; en Primera Regional con el Club Deportivo Sar, con el que empezó en Segunda Regional y, por último, en Tercera Regional con el Athletic Razamonde, su equipo actual. Además, ahora entrena a dos equipos del Santa Cruz de Arrabaldo y es árbitro.

Jugador, entrenador, árbitro, delegado, «recollepelotas e masaxista, se fai falla. No fútbol fixen de todo», asegura Suso Carolo, que tiene dos hijas de 25 y 19 años a las que no les gusta nada este deporte, ni siquiera ver un partido por televisión. Eso tampoco al padre, que dice que «non me dá a paciencia de estar sentado» ante el televisor ni en una butaca del campo.

Suso Carolo vivió unos años del fútbol, aunque dice que «non se gañaba o diñeiro que se gaña agora». Dedicado a este deporte se fue de Padrón con 17 años y aunque volvió pocos después, ya no fue para quedarse.

Ahora tiene su vida en Ourense, pero asegura que «cando me xubile espero ir a vivir a Padrón» donde tiene familia, como los hermanos, que lo ponen al día de la andadura deportiva del Sar.

Se sincera y asegura que, «se fose rico», seguiría jugando al fútbol, pero depende de un trabajo que valora mucho, por lo que dice, «non quero arriscarme a ter unha lesión porque aos meus anos xa non recuperas igual que antes dun golpe».

Sobre el homenaje en Padrón, asegura que «me colleu de sorpresa» porque siempre pensó, que de haber algo, sería un partido amistoso pero «non imaxinei que chamaran a catro equipos». Quiere dejar claro que se trata de un homenaje y que «non é para retirarme», dice en tono de broma el incansable Carolo.

La Voz de Galicia

Un pregonero de lujo, y además, de casa.

Los pontecesureños celebran el domingo la Festa da Lamprea. Y están encantados no solo con esa promoción del producto, sino también con la elección del pregonero. No es otro que el vecino Tomás Sobrino Moreiras, biólogo en la Universidade de Santiago, investigador en neurociencias y profesor asistente en el departamento de Medicina de dicha universidad.

En el Laboratorio de Investigación en Neurociencias Clínicas, dicen de este pontecesureño que fue el primer investigador que participó en su creación y que en 2007 leyó su tesis doctoral, titulada «Neuro-reparación mediada por células progenitoras endoteliales en el ictus isquémico: influencia de factores de proliferación y migración celular endógenos».

Al margen de destacar su intachable trayectoria profesional, en las redes sociales presumen de este vecino y dicen de él que se crió en el lugar de Carreiras y que estudió en el colegio de Infesta y en el Instituto Camilo José Cela de Padrón. También señalan que con 26 años se fue a vivir a Teo pero que presume de ser pontecesureño, y como tal jugó en el club de fútbol Ulla e incluso integró la rondalla de la localidad.

Faro de Vigo

El histórico «Paraíso» de Padrón echa el cierre.

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Rafael Baamonde, la persona que atiende el bar desde hace 18 años, se jubila y con él deja el negocio su mujer.

Padrón se queda sin O Paraíso, uno de los bares más antiguos, que cierra por jubilación de su actual titular, Rafael Baamonde Mato, de 65 años y más conocido como Gori. Con él deja también el negocio su mujer, Carmen Osorio Sánchez, de 59 años.

Gori se crio de niño detrás de la barra del bar de sus padres, O Purgatorio, que cerró su hermana a finales de 2011, y se jubila detrás del Paraíso tras 18 años a cargo de este local, junto con su mujer. Fueron casi dos décadas de «altos e baixos», pero «cando collemos o bar foron anos moi bos, sobre todo as Pascuas, con noites enteiras a traballar», cuenta el matrimonio. De todos estos años destacan algo por encima de todo: su clientela, «sempre a mesma, moi fiel e moi boa xente, como da casa», de Padrón y alrededores y hasta de más lejos, como ciudades como Pontevedra o Santiago, los domingos.

A todos ellos quieren darle las gracias «pola súa fidelidade» y avisar del cierre a aquellos que aún no lo saben. También quieren agradecer el trato de los compañeros del sector de hostelería, con los que «sempre tivemos boa relación». Entre la clientela destacan, además, los cazadores, que tenían en el bar O Paraíso un punto de encuentro. «As mañás aquí era imposible falar entre o fútbol e a caza; tiñámola armada todos os días», cuenta Carmen.

Para todos, el local, que cierra sus puertas el lunes, ofrece ese día una pequeña despedida, después de las ocho de la tarde.

Rafael y Carmen cierran con pena, por los clientes, pero no quieren esperar a que pasen las fiestas de Pascua, tal y como le piden estos y hasta los proveedores. Lo hacen después de «unha vida de moito traballo», en la que primero emigraron a Venezuela, donde pasaron 13 años y también tuvieron un restaurante. De vuelta en Galicia, abrieron una tienda de ropa, que hoy atiende su hija, y hasta vendieron ropa en el mercado, para acabar detrás de la barra de un bar. «En Venezuela sempre diciamos que non queriamos máis negocio de hostalería, porque é moi atado, pero cada un ten o seu destino e este foi o noso».

En 18 años nunca cerraron por vacaciones y siempre abrieron de lunes a domingo, con excepción de cuatro horas de la tarde del sábado. Entre las especialidades del bar está, sin duda, el bocadillo de calamares que, estos días, no llega a nada. Por ello, si quiere comer uno apresúrese porque el lunes Gori y su mujer cierran por primera vez y de forma definitiva, para disfrutar de una jubilación con las hijas, nietos y demás familia.

La Voz de Galicia