Falleció el creador de la Fiesta del Carneiro de Moraña. Laurentino Castro era hermano del vecino de Pontecesures, Manolo Castro.

Publicado por Redacción en

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Laurentino Castro Piñeiro falleció recientemente en su casa de Moraña.

Moraña acaba de perder a uno de sus vecinos más ilustres, Laurentino Castro Piñeiro, nombrado en su día «Hijo Predilecto» por su gran aportación al desarrollo de este municipio. En el recuerdo de todos los que lo conocieron quedará su carácter firme y su amor por este pueblo, cuyo crecimiento quiso impulsar a través de la implicación activa de la juventud.

En 1968 un joven nacido en Muxía que ejercía como maestro en las escuelas de Barro y Souto compaginaba su trabajo con la dirección del Banco Pastor y su bufete de abogado cuando fue nombrado alcalde de Moraña. Tomó el bastón de mando con muchas ganas de poner en marcha sus ideas visionarias lo que no estuvo exento de problemas con los defensores del antiguo régimen, pero sus férreas convicciones consiguieron hacer realidad proyectos como un colegio denominado «Los Grupos» donde estudiarían niños de distintas parroquias, algo nunca visto en la época, lo que propició un avance en la socialización de los niños. Además impulsó la instalación del alcantarillado y del alumbrado público lo que convirtió a Santa Lucía en la parroquia más desarrollada del ayuntamiento de Moraña.

Don Lauro, como era conocido en la villa,, finalizó su mandato en el año 1972 dejando otros proyectos que se finalizarían más tarde como el Campo de Fútbol de Mirallos o la Cabalgata de Reyes y también dejó otras propuestas que nunca verían la luz como un Instituto de Secundaria.

Adelantado a su tiempo y gran defensor de las libertades y los derechos de las mujeres, Don Lauro amaba a la juventud y el potencial de ésta para llevar a cabo cualquier proyecto. Siempre intentando motivarlos y apoyarlos, decidió crear una fiesta que estuviese gestionada por los jóvenes de Santa Lucía y fuese acorde a sus gustos, por eso se denominó «Fiesta de la Juventud» y para su celebración se fijó el último sábado del mes de julio. Para completar la fiesta decidió añadir una comida al día siguiente domingo, que consistía en asar unos corderos al estilo «pampero», un estilo que estaba cobrando fuerza en esos años, desde que un emigrante retornado de Argentina comenzara a usar esa novedosa técnica en diversas celebraciones. Se denominó «Fiesta de la Juventud y del Carneiro ó Espeto», lo que fue un poco polémico por el uso del gallego, algo que estaba mal visto en la época, pero el entonces regidor del municipio morañés fue fiel a sus principios e instauró el nombre y la tradición tal y como se conserva hoy en día. Desde ese momento la celebración no hizo más que crecer cada año hasta convertirse en el evento multitudinario que es hoy.

Después de su etapa como alcalde, sus otras obligaciones lo llevaron a trasladarse a Ferrol donde pasó la mayor parte de su vida hasta que, jubilado de la banca y enseñanza, se dedicó por entero a la abogacía y regresó a Moraña para vivir sus últimos años.

En el recuerdo de todos sus vecinos queda la huella de este buen hombre, extremadamente culto, que cosechó éxitos personales gracias a su tesón y a su gran inteligencia.

Su reciente muerte, a los 86 años, constituye una gran pérdida para su familia y sobre todo para este municipio que sin duda no hubiera sido el mismo sin su valiosa aportación.

Faro de Vigo


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