El GES padronés atendió el año pasado más de mil incidencias, además de la ayuda a Valencia.

Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como las relacionadas con la circulación, rescates o incendios

El Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón, que presta servicio a este concello, a Rois, Dodro, Pontecesures, Valga y a una parte de Teo, con una población atendida próxima a los 30.0000 habitantes y una extensión de más de 250 kilómetros cuadrados, realizó el año pasado un total de 1.087 intervenciones, cifra similar a la de 2023 (1.151). Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como incidencias relacionadas con la circulación (280); rescates (85) o incendios (67), entre otras. Desde el GES también destacan la labor preventiva, que sumó 121 acciones destinadas a la prevención y formación.

El año pasado destaca, además, la ayuda a Valencia a raíz de la Dana, de modo que el GES de Padrón desplazó una dotación formada por dos jefes de equipo (Pablo Muñiz y David Morandeira) y tres bomberos (David Miguéns, Manuel Andrade y Gustavo Castro). Permanecieron en la zona ocho días, en los que centraron sus esfuerzos principalmente en el achique de agua, así como en la búsqueda de desaparecidos y la retirada de enseres e vehículos. Para todo ello, movilizaron numerosos medios materiales.

La Voz de Galicia

Una rosa roja evoca cada año el amor en el Banco dos Namorados de Padrón.

La pieza actual, tallada en bronce, repone el original de madera que existió durante años

Como cada 14 de febrero desde hace catorce años, cuando se inauguró el actual Banco dos Namorados en el Jardín de Padrón, una rosa roja depositada sobre el mismo evoca el amor de muchos padroneses en ese rincón del recinto botánico. Cada año, la deja allí Guapecha Castaño, vecina de Padrón y hermana del diseñador del banco y uno de los promotores de reponer la pieza en el jardín, bajo el árbol de los enamorados y cerca de la estatua de Macías.

Ayer no fue una excepción y a las doce de la mañana, Guapecha Castaño fue al jardín y dejó la flor, donada por la floristería de la villa Fieitas. Al principio la compraba la propia vecina pero, con el paso de los años, la tienda decidió donarla. «Un día como hoy siempre hay una rosa en el banco y la habrá mientras yo pueda», cuenta Guapecha Castaño, quien hizo una fotografía para enviársela a su hermano Fernando, que no reside en Padrón.

El llamado Banco dos Namorados del Jardín de Padrón, tallado en bronce, se inauguró un 14 de febrero de 2011, pero su historia viene de más atrás. La actual pieza, que repone a un banco de madera que existió durante años y que fue testigo de los murmullos de muchos padroneses, fue costeada por el pueblo, a base de donaciones, pero también con el apoyo de gobierno bipartito, en base a una idea del propio Fernando Castaño, con la colaboración de Cesáreo Pardal y de Fernando Rey y con el impulso de las redes sociales.

Una placa explica que su instalación fue a iniciativa popular y también que previamente había otro, construido en madera, inaugurado por la matriarca de la familia Castaño y posteriormente donado a la Casa de Rosalía de Castro.

El propio perfil del Concello de Padrón incluye estos días una imagen del banco, del que señala que es «unha fermosa peza de bronce coas pegadas e sentimentos de todo o pobo. Un espazo para o recordo, para os murmurios compartidos e para que o amor siga tendo o seu lugar en Padrón». La pieza lleva en su respaldo figuras alusivas al amor, además de esa palabra escrita en todos los idiomas del mundo, en homenaje a la variedad de vegetación que existe en el jardín.

La Voz de Galicia

Barreira vexetal para minimizar os cheiros da depuradora de Valga.

Os participantes no Obradoiro de Emprego están a desenvolver o proxecto

Os integrantes do módulo de traballos forestais do Obradoiro de Emprego Ulla-Umia, no que participan persoas desempregadas dos concellos de Valga, Moraña e Portas, están a realizar unha plantación na zona das Cernadas, xunto á estación depuradora de augas residuais do municipio valgués. Segundo informan dende este, os aprendices están a traballar baixo as directrices do experto docente da especialidade, José Manuel Picallo, co obxectivo de crear unha pantalla visual, que mellore esteticamente o lugar, e tamén actúe como unha barreira contra os cheiros. A especie que se vai plantar, explican dende o consistorio, é a tuia e, como traballos previos, os aprendices realizaron o replanteo do terreo e o marcado e a apertura dos buracos. Posteriormente introducirán as plantas e aboaranas e, no caso de ser preciso, colocarán titores para que medren rectas e para que o vento non as tire mentres non arraiguen. Para estas tarefas aportarán terra vexetal nas zonas nas que o chan é máis inorgánico, «para propiciar un hábitat axeitado e que as árbores prosperen e non sequen», explica o docente.

Ademais desta actuación, os alumnos realizaron nas últimas semanas roces e limpezas e iniciarán tamén as podas.

La Voz de Galicia

Vilagarcía-Santiago, más de un millar de razones para el tren de cercanías.

Pese a experimentar un aumento anual del 40 % en la cifra de pasajeros en sus estaciones, este trayecto no figura entre las prioridades del futuro servicio de proximidad en Galicia

Por evidentes razones de corte demográfico, el largo y de momento infructuoso debate sobre la creación de un servicio ferroviario de cercanías en Galicia se ha enfocado desde antiguo en los polos A Coruña-Ferrol y Vigo-Pontevedra. Lo hizo el socialista Emilio Pérez Touriño cuando presidía la Xunta en 2007, y lo repite el informe que encargó el popular Alfonso Rueda en 2023. El ministro de Transportes, Óscar Puente, anunció en noviembre que su departamento estaría en condiciones de poner algo sobre la mesa a lo largo del primer trimestre de este año, cumpliendo uno de los compromisos que el PSOE pactó con el BNG, para lograr su apoyo en la investidura de Pedro Sánchez. Así que, en teoría, pronto deberían florecer novedades acerca de un tren de proximidad del que sí disfrutan el resto de las comunidades del norte peninsular. Sea así o no, las prioridades obvian un trazado que, al menos en teoría, cuenta con todos los requisitos para servir como experiencia piloto, sin mucho más esfuerzo inversor que la consecución del buen material rodante para hacer frente al lógico incremento de las frecuencias de viaje: el tramo regional que comunica Vilagarcía con Santiago.

152 años después de su puesta en marcha, no será necesario insistir en que se trata del primer camino de hierro que funcionó en Galicia. Con las lógicas renovaciones, la mayor parte de su recorrido de 42 kilómetros sigue siendo el mismo que el inaugurado el 15 de septiembre de 1.873. Su utilización básica incluye diez frecuencias diarias de lunes a viernes, que tocan Santiago, Padrón, Pontecesures, Catoira y Vilagarcía, dentro del viaje general que comunica Vigo y A Coruña. De ellas hay cinco servicios diarios exclusivos entre la capital arousana y Compostela. Son los denominados trenes lanzadera con paradas en Padrón y Pontecesures y la ausencia clamorosa y nunca explicada de Catoira, Su tiempo de trayecto oscila entre los 38 y los 43 minutos.

Lo verdaderamente importante es que, auspiciado por los bonos de transporte, este antiguo servicio no deja de crecer. A la espera de que Renfe presente su balance de 2024, los últimos datos oficiales corresponde a 2023. Sin incluir en el cálculo la estación de Santiago (la primera de Galicia, un nudo en el que confluyeron más de cuatro millones de viajeros aquel año) las escalas de la orilla sur de la ría de Arousa experimentaron un crecimiento de 350.000 pasajeros con respecto a la lectura de 2022. Un incremento porcentual del 40%. Si la óptica se amplia en el tiempo, el fenómeno se acrecienta. Entre los 486.205 viajeros que Vilagarcía, Catoira y Pontecesures, contabilizaron en 1997 y los 1.214.800 que registraron en 2023 media una diferencia de 728.595 billetes despachados: un apabullante 150%.

Xosé Carlos Fernández, experto en ferrocarriles, sostuvo recientemente que el polo de cercanías en diseño entre Vigo y Pontevedra debería extenderse a Vilagarcía. El tiempo lo dirá. De momento, los datos demuestran que la demanda crece. El alcalde de la ciudad, Alberto García, apunta que la evolución de las conexiones a larga distancia con Madrid es satisfactoria, pero reconoce que la asignatura pendiente es la proximidad. «Obviamente esisten todas as razóns para establecer un servizo deste tipo cara a Santiago, que redundaría nun incremento das frecuencias e unha redución de prezos». El nacionalista Xoán Castaño incide en el carácter de nudo hacia O Barbanza que ha ganado la estación de su municipìo de Catoira, y considera imprescindible no solo su inclusión en los trenes lanzadera y el implemento de las cercanías, sino también «unha boa coordinación do ferrocarril co transporte por bus que hoxe non existe». Castaño recuerda que quienes pudieron estudiar en su generación, encontraron en el camino de hierro un aliado fundamental. De la misma opinión es el popular Bello Maneiro quereclama para Valga algo tan sencillo como un apeadero, que en 152 años de historia que acumula esta línea jamás ha existido: «Non pedimos nada que non sexa xusto». La alcaldesa Maite Tocino (BNG) coincide desde Pontecesures en que la implantación de un tren de cercanías apuntala el trabajo y el estudio: «Se ademais queremos retirar coches das estradas e reducir a pegada de carbono, non creo que haxa debate: este é o medio».

Por si faltase alguna, ahí queda una última razón: la falta de un servicio de proximidad encarece alrededor de un euro los billetes que pagan los usuarios gallegos frente a los de las comunidades autónomas en las que sí existe un tren de cercanías por trayectos similares.

PONTECESURES LA QUE MÁS CRECE.

De acuerdo con el último balance oficial de Renfe, la de Pontecesures es la estación que más creció a lo largo de 2023. No en términos absolutos (registró 14.800 usuarios más que el año anterior para redondear los 39.800 viajeros), pero sí porcentuales: un 59% por encima del 2022.

La Voz de Galicia

Las asignaturas pendientes de la N-550.

Las demandas de mejora de la seguridad en esta carretera aumentan debido a los baches que presenta el firme

Francisco lleva sesenta años, dice, viviendo al pie de la N-550, muy cerca de donde Caldas y Valga se dan la mano. Ha sido testigo de los cambios que ha experimentado la vía con el paso de los años y parece bastante convencido de que esos cambios no siempre han supuesto una mejora, un progreso. «A última vez que asfaltaron dixeron que ían mellorar o aglomerado… Pois así está a estrada toda», dice este hombre que, cargado de años y de trabajos, busca cada día el punto con mejor visibilidad de la zona para cruzar la carretera nacional y llegar a las fincas en las que lo esperan las faenas del invierno. Antes de irse, asegura que el estado de la carretera «non debería ser legal». El aglomerado está suelto en algunas zonas «e se pasa un camión e salta unha pedra e lle dá a un coche que estea aparcado… Porque saltan moito», pregunta y afirma mientras comienza a moverse por un arcén casi inexistente.

La N-550 fue diseñada en la década de los cuarenta del siglo pasado, con sus límites en A Coruña y Tui, pensada para unir las principales poblaciones que le salen al paso. Su trazado, como el de cualquier vía de estas características, generó problemas: la franja de asfalto se ha convertido en un obstáculo que los pueblos tienen que sortear para mantener su cotidianeidad. En los ámbitos más urbanos se han establecido, hace ya años, algunas soluciones: semáforos y pasos de peatones en zonas como Ponte Valga o en la plaza de Pontevedra de Pontecesures, un paso elevado en la otra punta de esta misma localidad del Baixo Ulla… Pero si en esos lugares los pasos de peatones son escasos, en zonas más rurales, directamente, no existen, de ahí que personas como Francisco se jueguen el tipo cada día para cruzar la nacional desde lugares a los que han de llegar por arcenes que en ocasiones tienen centímetros de ancho. Ni siquiera los tramos en los que son habituales los peregrinos se salvan de esa realidad.

Esas mismas carencias se observan en Ponte Valga, donde las aceras se achican hasta límites inverosímiles y no hay lugares señalizados para cruzar la carretera. Hace más de siete años, el Concello que dirige Bello Maneiro ya llamó la atención del Gobierno central sobre esa cuestión y pidió el pintado de pasos de peatones en varios puntos de la localidad, así como la creación de una senda peatonal en A Medela. Se sigue a la espera. Lo que sí se han acometido, recientemente, han sido trabajos para reordenar aparcamientos y aceras en Pontecesures. Buena falta hacía.

Está claro que la N-550 no es una carretera pensada para las personas, nunca lo fue. Se trata de una vía diseñada para los vehículos y el tráfico rodado, pero parece que de un tiempo a esta parte, la vía tampoco está a la altura de las circunstancias en ese ámbito. Aunque no es un desastre continuo, la capa de rodadura presenta zonas especialmente castigadas y deterioradas. En muchos puntos la superficie está desgastada, con el aglomerado suelto en tramos más o menos largos.

En muchos otros puntos del recorrido entre Caldas y el límite de la provincia de A Coruña, la herida en el asfalto es mucho más profunda, formando baches que, quienes los conocen, intentan sortear, aunque eso suponga invadir el carril contrario. Ocurre en Pontecesures, en la curva situada sobre la vía del tren, entre la gasolinera junto al Ulla y del edificio de la casa consistorial. Muy cerca, en resumen, de donde se ha colocado el nuevo radar de tráfico. Este puede conseguir reducir la velocidad, pero el gesto automático de los conductores para esquivar el bache solo se arreglará cuando este desaparezca. Socavones similares a ese se encuentran a lo largo de toda la N-550 entre Caldas y Pontecesures.

La Voz de Galicia

Fran Vieites: «Todo lo que viví en el Celta me ha llevado a ser quien soy hoy».

El portero bético guarda amigos y grandes recuerdos de su etapa en Vigo

Fran Vieites (Pontecesures, 1999) vuelve el sábado por tercera vez a Balaídos, escenario de las primeras convocatorias en la máxima categoría del hoy portero del Betis. El Celta es un club especial para él por los amigos que conserva, por los grandes recuerdos que le evoca y porque tiene presente que la entidad celeste jugó un papel clave para que llegara a donde está ahora. Siempre agradecido, espera ganar.

—Ya no es la primera vez pero, ¿qué sensaciones le produce volver a Balaídos?

—Siempre es bonito volver a Galicia, reencontrarme con un club en el que he estado, del que guardo grandes recuerdos y muchas amistades. Como equipo volvemos ahí siempre con la ambición de sacar un buen resultado.

—¿Cómo fueron los regresos anteriores?

—Estuve con el Betis en enero del año pasado y también con la selección gallega, en verano. Fue muy bonito. Siempre es bonito tener a la familia en la grada, algo que ahora se repetirá.

 —¿Qué balance hace de su paso por el Celta?

—Siempre es positivo. Guardo un buen recuerdo de todos los sitios en los que he estado,  porque miras hacia atrás con la cabeza alta y con orgullo por lo que conseguí hacer allí, por la progresión que tuve con la gente que trabajé. Fueron esos tres años de juvenil, dos de filial, experiencias con convocatorias, con primer equipo, minutos con filial. Todo lo que viví allí es lo que me lleva a ser hoy en día lo que soy y quién soy. Estoy muy agradecido a todo el mundo de aquí, la verdad. 

—Hablaba de amistades. ¿Quiénes quedan con quienes haya coincidido?

—Aparte de Iker (Losada) y Borja (Iglesias), que son jugadores nuestros cedidos, Claudio (Giráldez) no me llegó a entrenar, pero sí que coincidí en la cantera, como con los Hugos (Sotelo y Álvarez) y toda la camada que hay en el primer equipo. Tengo buena relación con ellos y les guardo muchísimo cariño. Del cuerpo técnico, con Christian (Fernández) coincidí muchos años, también con Nando (Villa) y con Laura (Centoira), que guardo una muy buena relación… Y en el club sigue una persona que considero un gran amigo, (Gael) Potti. Les guardo a todos mucho cariño. Y seguro que me dejo gente. 

—¿Cómo ve a su equipo de cara a la visita a Balaídos?

—Creo que llegamos reforzados. Después de una dinámica de resultados que no eran los que queríamos, estamos volviendo a competir a nuestro nivel La gente que está subiendo de filial está dando un nivel increíble, los estamos intentando aydar un montón y ellos están respondiendo y compitiendo.  Y los jugadores de la primera plantilla se están amoldando también muy bien y dando el nivel para el que están capacitados.

—¿Cómo lleva su rol en el equipo en este momento? 

—Bien, la verdad es que muy bien. Me centro en esforzarme diariamente, que es un lujazo entrenar con esta gente, y en dar mi mejor versión, hacerlo  lo mejor posible en el día a día, ayudar a mis compañeros también. Y después, suele decirse que hay que poner las cosas difíciles al míster, pero creo que es todo lo contrario, tenemos que intentar ponerle las cosas fáciles y que no le tiemble el pulso a la hora de poner uno a otro. Hay que demostrarle que cualquiera que ponga está preparado para competir.

 —¿Y cómo ve al Celta de Claudio Giráldez en general y en este bache concreto en particular?

 —Lo veo muy bien. Claudio es un grandísimo entrenador, una gran persona y está haciendo un gran trabajo ahora mismo ahí, sacando chicos de la cantera que están compitiendo a un nivel increíble también. Es un equipo que juega un fútbol atractivo, con mucha posesión de pelota. Es cierto que no están atravesando la mejor racha de resultados, pero sabemos que no va a ser un partido fácil contra ellos. Juegan en casa, Balaídos es un estadio que también aprieta y sabemos lo complicado que nos lo van a poner. Por eso estamos concienciados de que tenemos que dar nuestra mejor versión para sacar el mejor resultado.

 —Si tuviera que hacer un pronóstico, ¿cree que el Celta va a sufrir por la permanencia o se va a poder salvar holgadamente?

 — Pues no lo sabría decir, pero le deseo lo mejor, porque hay muy buena gente ahí que se lo merece.

 —Aspas es duda, ¿prefieren que no llegue?

—Vamos a competir contra el Celta que salga. Obviamente, sabemos de lo que es capaz Iago, el gran futbolista que es, no lo vamos a descubrir ahora. Juegue o no, intentaremos salir a ganar sabiendo las virtudes de cada jugador. 

 —También coincidió con él. 

—Sí, en algunas pretemporadas, convocatorias, viajes y también con la selección gallega. Guardo un gran recuerdo, siempre me ha tratado muy bien, con mucho respeto.

 —Decía que no le entrenó Claudio pero sí coincidieron en la base del Celta. ¿Qué idea tenía de él?

—Me comentaban cosas muy buenas. Yo estaba en el Juvenil A, con Jorge Cuesta, y los que iban subiendo me hablaban maravillas de él. A veces coincidíamos, me subía alguna vez puntual de la residencia. Pero veías que el trabajo que venía haciendo era muy bueno, que todo el mundo tenía buenas palabras de alguien con ideas muy claras en lo futbolístico y en lo personal, porque lo que prima es que es una gran persona.

—¿Sigue de manera especial al Celta?

—Lo sigo mucho, me gusta ver los partidos de las amistades que guardo allí. Y en mi entorno cercano hay bastantes aficionados al Celta que me van comentando la actualidad y siempre estoy al tanto.

 —¿Cómo ha vivido la vuelta de Iker Losada al club en este mercado?

—A título personal, me meto con él en broma, le digo que me dejó aquí solo, porque también se fue Assane Diao, que era otro de los grandes compañeros que tenía en el vestuario. Iker es un amigo desde hace años y volver a compartir vestuario con él estos meses es lo más bonito que hay. Me alegro mucho que le haya salido esta posibilidad de volver a Vigo porque es lo mejor para él a nivel deportivo y eso también un poco ligado a nivel personal. 

—¿Usted se ha planteado salir cedido desde que está en el Betis?

—Eso lo lleva mi representante. Yo me centro en entrenar y cuando hay algo sobre la mesa, es él que me llama y me comenta. A día de hoy, no se ha dado. Estoy muy feliz en el Betis.

«Recuerdo llegar de Barreiro por los pelos, con Carlos Hugo al volante, en mi primera convocatoria»

Cuando a Vieites le tocó salir del Celta, pensó que demostrarse a sí mismo que había más fútbol fuera. Y lo ha conseguido, llegando a Primera División por otro camino: primero, jugó en el Lugo, y luego, retrocedió a Segunda Federación para incorporarse al Betis con vistas al primer equipo.

 —Retrocediendo a marzo del 2018, ¿cómo recuerda aquella primera llamada del primer equipo en un fin de semana de tres convocatorias para usted?

—Con mucha añoranza, porque las primeras veces siempre son especiales, y más, de aquella manera tan atropellada. Yo había jugado el sábado el derbi contra el Deportivo de División de Honor Juvenil y el domingo, con Jero (Lario) lesionado, estaba de suplente de (Dani) Sotres. Se lesionó Rubén (Blanco) en el calentamiento y me tocó salir corriendo de un vestuario a otro, de Barreiro a Balaídos. Me acuerdo de Carlos Hugo al volante y llegando por los pelos (risas).

—Aquella convocatoria fue con Unzué. ¿Cómo fue su trato con él?

—Tengo un grandísimo recuerdo, como entrenador y como persona. Siempre lo vi con una sonrisa en la cara, trataba a todo el mundo con muchísimo respeto, con ilusión y pasión por lo que hacía. Me alegro mucho cada vez que lo veo en la televisión o en la redes sociales, con el ejemplo que da. Le deseo que esté lo mejor posible y siga sonriendo a la vida.

 —En su momento, ¿fue difícil dar el paso de venir a Vigo?  

—Venía del Bertamiráns, donde estaba muy a gusto. Tenía 15 o 16 años y tuve claro que quería jugar en el Celta por la proyección, la forma de trabajar. Estuve entrenando un día a la semana durante unos meses antes de ir para allí y me sentí muy a gusto con la forma de trabajar, con los compañeros, con los entrenadores. La decisión fue fácil, la verdad. Una vez allí, supuso disfrutar de las mejores condiciones para trabajar, de los mejores profesionales y de unos compañeros a los que guardo un cariño enorme.

 —¿Cómo vivió el fin de esa etapa?

—Fue la primera vez en la que un chico joven ve que tiene que salir de un sitio donde estaba cómodo, cerca de casa, de la familia. Eso te hace madurar y ser más fuerte, tocó asumirlo y buscarse el pan fuera de Vigo, que también hay más fútbol para mostrarse. .

 —Hablaba de adquirir más madurez. ¿Cómo ha evolucionado en este tiempo?

 —En lo deportivo, coges experiencia. Me fui para Lugo, un equipo donde había gente muy veterana a la que siempre intentaba escuchar para sacar lo máximo posible. Y en Segunda, una competición súper dura. En el momento de venir al Betis, también asumí un rol diferente, en el filial, y cada vez que tocaba el primer equipo, trataba de empaparme de todo y dar mi mejor versión día a día. El año pasado, que tuve oportunidad de jugar unos cuantos partidos, también buscaba aprender, seguir mejorando y demostrando lo que había entrenado. Cuando llega la oportunidad de competir en Primera, tienes que dar lo mejor de ti. Como persona, creces en base a las experiencias que vas viviendo; salir de Vigo me hizo madurar y reforzar las amistades que tenía, porque ves que tu te alejas y la gente sigue. También cuando se van ellos, caso de los Fontán u otra gente que ya no está en el club y con los que la amistad sigue siendo fuerte. Te hace darte cuenta de que, vayas donde vayas, lo que eres como persona es lo que va a quedar.

 —Cuando se incorpora al Betis, ¿contemplaba llegar al primer equipo?

—Fue la apuesta que hicimos, de bajar dos categorías, porque el filial estaba en Segunda Federación. La idea era intentar ayudar a cosechar buenos resultados y poder entrenar arriba, viendo si por cualquier situación, entraba en alguna convocatoria con actitud y buen trabajo. Si miro atrás, no contaba con que se diera de esta forma. Las cosas están saliendo bien. Aquí, el trabajo es bueno, los profesionales son increíbles y las instalaciones, perfectas para poder seguir creciendo y mejorando. Si eso se lleva al campo, los resultados solo pueden ser buenos.

—Con lo que comenta, queda claro que está satisfecho en el Betis.

—Sí, sí. Estoy muy integrado, el vestuario es increíble y vas haciendo amistades en la ciudad. Uno se siente muy cómodo cuando lo tratan así de bien. Estoy muy feliz.

—Comentó en alguna ocasión que no le gustan las redes sociales. ¿Por qué?

—Es verdad que no soy muy amigo de ellas, me gusta estar un poco al margen, tranquilo y sin estímulos externos. Digamos que prefiero practicar la presencialidad.

—¿Y cómo vivió en su día que aquel emotivo abrazo a su madre se hiciera viral y fuera tan mediático?

—Fue una de cal y otra de arena. Es precioso poder mostrar el cariño que le guardo a ella en un momento tan importante como era ese derbi; era lo natural que me saliera abrazarla así. Por otro lado, tampoco es de mi agrado exponer a mi familia, me gusta mantener la privacidad de mi entorno y que ellos vivan su vida paralelamente a la repercusión que pueda tener la mía.

—Siempre ha destacado la importancia de su progenitora en su carrera. ¿Qué significado ha tenido ella?

—Es la que me ha apoyado siempre en todo el recorrido que me ha llevado hasta aquí. Estoy seguro de que en lo que me depare la vida, también va a estar, como un apoyo incondicional en las buenas y en las malas. Es quien me aconseja y me guarda. Siempre mira por mi bien, y tener una persona así a tu lado es un disfrute. Se lo digo y siempre le diré que estoy eternamente agradecido por todo lo que ha hecho por mí, por sus esfuerzos, que ahora trato de devolverle para que pueda tener una vida agradable y no darle dolores de cabeza.

La Voz de Galicia