Zonas cerradas por obras y clases en el comedor: así retoma el curso el colegio de Pontecesures.

La cubierta del centro salió volando la pasada semana al paso de Kirk

Como resolver un sudoku o ganar una partida al tetris. Así ha sido el proceso que durante el fin de semana ha realizado el equipo directivo del colegio Infesta, de Pontecesures, para conseguir reubicar las ocho aulas que ocupan la planta superior del edificio que la pasada semana perdió su tejado. Los fuertes soplidos del temporal Kirk provocaron que el jueves, el edificio de Primaria y Secundaria de este centro amaneciese con la cubierta en el suelo y un nubarrón de escombro en su parte más alta, motivo por el que las clases debieron suspenderse hasta este lunes. Ayer, con los peligros para la rapazada conjurados, el alumnado y el equipo docente pudo retomar las clases. Pero con muchas novedades. Para empezar, los grupos de Secundaria, que ocupaban la planta superior del maltrecho inmueble, tuvieron que ser reubicados. A las ocho aulas que se necesitaban se les ha abierto hueco en el edificio de Infantil: el estudiantado ha colonizado varias aulas que estaban libres, el comedor, una sala de profesores…

Pero en el centro ha habido más cambios para adaptarse a la nueva situación. Una parte importante del patio ha quedado cerrada. Bautizada como «zona de obras», pretende servir como espacio que permita a la empresa que está procediendo al cambio de la cubierta trabajar con comodidad y, sobre todo, minimizar los riesgos para la comunidad educativa. Y es que garantizar la seguridad del alumnado es la prioridad absoluta del equipo directivo del centro.

Para reducir riesgos, también se han reorganizado las zonas de entrada y de salida, las zonas de llegada de autobuses… Y ayer se desplegó un operativo perfectamente trazado para que la rapazada —hay alrededor de 90 estudiantes afectados por la reubicación— pudiese encontrar el emplazamiento de sus nuevas aulas sin tener que dar vueltas.

Según explica el director, Miguel Calvo, esta situación de interinidad se prolongará mientras dure el cambio de cubierta. Estas podrían finalizar en cuestión de días, siempre y cuando el tiempo lo permita. Y las previsiones, la verdad, no son muy halagüeñas en ese sentido. En cualquier caso, la solución buscada permitirá «que o alumnado teña as súas clases» y no pierda el ritmo del curso.

La Voz de Galicia

El colegio Infesta recuperará las clases el lunes tras reubicar al alumnado.

Fue uno de los centros educativos en los que el tejado salió por los aires durante el azote de Kirk

El colegio de Pontecesures retomará las clases el próximo lunes, según informó ayer la dirección del centro. Para ello, el equipo directivo ha procedido a planificar la reubicación del alumnado de Secundaria, que ocupaba la planta alta del edificio del que voló la cubierta, tanto en la planta inferior de ese mismo inmueble, donde se encuentran las clases de Primaria, así como en el pabellón de Infantil y en el comedor. Ahí recibirán clase los estudiantes de más edad mientras duren las obras de reposición del tejado del centro.

El colegio de Pontecesures fue, junto con el IES de As Bizocas, una de las grandes víctimas del Kirk en la orilla sur de la ría de Arousa. Afortunadamente, en ambos casos la incidencia se registró cuando no se habían iniciado las clases, lo que evitó que el susto acabase convirtiéndose en algo más grave.

La Voz de Galicia

Pontecesures y los murales que limpian el aire.

La localidad ha apostado por embellecerse con grafitis hechos con pinturas que absorben el dióxido de carbono, haciendo el mismo efecto que 120 árboles

La Voz de Galicia

Los centros escolares afectados por Kirk: «Por sorte, non pasou nada»

En Pontecesures no se van a retomar las clases hasta la próxima semana.

El colegio de Pontecesures volverá a estar hoy cerrado. «Eu son o primeiro que quere ver á rapazada correndo polo patio, pero a seguridade é o principal», decía ayer Miguel Calvo, el director de un centyro que vio como la cubierta del edificio de Primaria y Secundaria salió por los aires empujada por los vientos del temporal Kirk. Ayer, operarios de una empresa especializada trabajaron para retirar el escombro que aún quedaba en lo alto del inmueble, un primer paso imprescindible para «poder retomar a actividade lectiva canto antes».

La Voz de Galicia

Pontecesures plantea en Carreteras una reforma de la N-550 a su paso por la localidad.

Mejorar las aceras, reordenar aparcamientos e instalar pasos de peatones y semáforos son algunas de las propuestas trasladadas durante una reunión en Madrid

La alcaldesa de Pontecesures, Maite Tocino (BNG) se reunió este jueves en Madrid con el Director General de Carreteras para exponer las carencias que presenta la N-500 a su paso por esta localidad pontevedresa y, sobre todo, para reclamar la adopción de medidas que corrijan dichos problemas cuanto antes.

El principal asunto que preocupa al gobierno local son las aceras. Señala la regidora que estas se encuentran muy deterioradas, rotas en algunos puntos. Y que en otros lugares son utilizadas como aparcamiento, lo que obliga a los peatones a bajar a la calzada para poder avanzar. En ese sentido, el Concello urge la reforma de dichas aceras y «que se garanta a accesibilidade peonil reorganizando os aparcamentos». Al respecto de esta cuestión «a resposta foi moi positiva. De feito, xa teñen previsto actuar no tramo entre José Novo e a Avenida de Vigo», en el entorno inmediato a la casa consistorial.

Desde el Concello se trasladó también la necesidad de mejorar la accesibilidad al lado Este de la carretera, donde se encuentra el centro de salud, los colegios, la biblioteca… Para ello se plantean dos posibilidades: instalar un ascensor en la pasarela que cruza la N-550 o bien crear un sendero que rebaje la pendiente del talud situado frente a la casa consistorial.

Por último, durante la reunión celebrada en Madrid se pusieron sobre la mesa las reclamaciones de los vecinos y vecinas de la zona de O Redondo, que demandan desde hace tiempo pasos peatonales, semáforos y paradas de bus escolar en el tramo que discurre entre la plaza de Pontevedra y el límite con el Ayuntamiento de Valga.

La Voz de Galicia

El colegio de Pontecesures y el instituto de As Bizocas permanecen sin clase a raíz del paso del temporal.

Educación trabaja en la reparación de sus cubiertas, que el exhuracán Kirk, que también afectó a centros como el de Tremoedo o el Castro Alobre de Vilagarcía, se llevó por delante

El temporal Kirk llegó ayer a Galicia con la vitola de un exhuracán. Y, desde luego, se comportó a la altura de lo que prometían las previsiones meteorológicas. El viento y la lluvia barrieron la comarca de O Salnés y el mar de Arousa, dejando tras de sí un reguero formado por centenares de incidencias. Las más graves se cebaron en los centros escolares de dos municipios situados en los extremos de la comarca: el instituto de As Bizocas, en O Grove, y el colegio de Pontecesures, cuyos tejados sufrieron daños de extraordinario alcance.

Las clases, de hecho, tuvieron que ser suspendidas, tanto en ambos centros como en el colegio San Bartolomé de Tremoedo, en Vilanova, ante el riesgo que el temporal entrañaba para alumnos y profesores. En Pontecesures, la caída de un árbol inhabilitó el acceso a las instalaciones educativas. Pero lo peor sucedió en la propia escuela, buena parte de cuyo tejado voló por los aires.

La alcaldesa cesureña, la nacionalista Maite Tocino, fue alertada de lo que estaba sucediendo a las siete y cuarto de la mañana. Ya entonces la brigada municipal de Obras se había puesto manos a la obra. Tras una primera inspección del edificio, la regidora no se anduvo por las ramas: «Os danos son cuantiosos e obviamente a continuidade das clases vese comprometida, non xa hoxe [por ayer], obviamente, senón tamén en xornadas sucesivas, polo que estamos á espera da solución que adopte a Consellería de Educación».

Kirk arrasa el tejado del colegio de Pontecesures e inunda sus aulas

Kirk arrasa el tejado del colegio de Pontecesures e inunda sus aulas.

El estamento autonómico informó de que sus servicios técnicos estaban trabajando ya «de cheo nas tarefas de limpeza e o arranxo dos danos para poder retomar a actividade normal no menor tempo posible». En casos como este, explica la consellería, existe un protocolo de supervisión por parte de su unidad técnica «para que as empresas poidan acceder a arranxar os desperfectos nos centros e que actúen, así, coa máxima dilixencia posible».

La labor se antoja compleja. En el interior de las aulas y los pasillos del nivel de Ensino Secundario Obrigatorio (ESO), el área más afectada por la desaparición de la techumbre, llovía ayer sin contemplaciones mientras en el exterior del colegio se acumulaban planchas metálicas de hasta diez metros de longitud. Un material frecuente en los últimos tiempos en la construcción pública, que también fue empleado en el tejado de As Bizocas.

La Voz de Galicia