Pepe Domingo recibe un baño de cariño y ovaciones por su libro de vida en Padrón

Pepe Domingo recibe un baño de cariño y ovaciones por su libro de vida en Padrón

‘Hasta que se me acaben las palabras’ se agotó en todas las tiendas // La firma se convirtió en un emocionante homenaje en el que no faltaron gaitas ni charanga.

Pepe Domingo Castaño recibió ayer un gran baño de cariño del que posiblemente no se olvide en la vida. Llegó a Padrón emocionado por la lluvia de felicitaciones que está recibiendo estos días tras la publicación de su libro de recuerdos de vida y radio, Hasta que se acaben las palabras. Ayer tuvo la gran oportunidad de presentárselo personalmente a la gente que más quiere: a sus familia, amigos y a los vecinos de su pueblo, que una vez más lo recibieron con los brazos abiertos y con la admiración que se merece quien siempre lleva a Padrón por bandera.

Quiso hacer la firma en Pulpería Rial para que ninguno de los dos libreros que hay en la villa se molestara; y la verdad es que la fiesta fue todo un éxito. Porque hay que decir que el acto fue al final una fiesta. Entre platos de polbo á feira y tazas de ribeiro, en un clima informal y familiar, rubricó ejemplar tras ejemplar, abrazó a no pocos amigos y se emocionó también en algún que otro momento, sobre todo al contemplar de nuevo rostros de la infancia, de las caralladas que tanto disfrutaba en las tabernas del pueblo antes de triunfar en la radio, en la televisión y en la música en Madrid.

Pepé, Pepiño, como ayer le llamaba la mayoría, se mostraba pletórico y con un gesto permanente de agradecimiento en el semblante. Pese a que es un hombre al que no le chistan mucho las sorpresas, no pudo evitar expresar su gran alegría cuando oyó sonar las gaitas de Xoldra; ni cuando la Charanga O Santiaguiño puso en marcha toda su artillería para animar el cotarro. Porque hay que decir que este miércoles se montó una buena en Padrón. El periodismo y la música se fundieron en un gran espectáculo como el que no recordaba la villa rosaliana desde hacía tiempo.

Las librerías agotaron todas las existencias de Hasta que se me acaben las palabras. Y la cola que se formó en la plazueleta de las Traviesas y que se adentraba en la calle Herreros, la misma que fue testigo de la niñez del protagonista de esta jornada, parecía no acabar más. Cientos de personas llegadas de los rincones más recónditos de Galicia acudieron a esta cita tan especial con Pepe Domingo Castaño, un niño que nació en Lestrove (Dodro), se crió en las calles de Padrón y triunfó en Madrid hasta convertirse en uno de los periodistas radiofónicos de mayor prestigio de nuestro país.

En medio de esta jornada bulliciosa y alegre en su pueblo, Pepe Domingo declaraba ayer a EL CORREO GALLEGO que “en Padrón está el cogollo de todo: mi vida no existiría sin Padrón, ni tampoco este libro. Padrón es el origen de todo, lo bueno y lo malo. Aunque yo prefiero quedarme con lo bueno y olvidarme de lo malo”, sentenció, al tiempo que no pudo evitar referirse al baño cariño que recibió durante todo el día: “Aquí sientes que la gente te quiere; me hace mucha ilusión saludar a todos aquellos que quieren saludarme. La verdad es que he llegado con los bolsillos cargados de cariño para vaciarlos en Padrón”.

Antes de la firma de libros y de una comida muy familiar en la que su hermana Guapecha le preparó la empanada de lamprea que tanto le gusta, Castaño visitó la sede de Cáritas Parroquial, donde pudo conocer de primera mano la labor que realiza la entidad en el pueblo. Cabe recordar que los beneficios del libro (multiplicados por dos) se destinarán a esta organización y a Aesleme. “Es lo menos que puedo hacer para agradecer a la vida todo lo que me ha dado”, concluyó. Cáritas le obsequió con una bonita medalla y le agradeció el gesto solidario y de buena voluntad.

Padrón se volcó y algunos negocios, como la Taberna A Filoxera, no dudaron en invitar a un vino a todos aquellos que acudieran con el libro firmado. Para contribuir a la buena causa del hijo de Antonio y Rosa.

El Correo Gallego

Escasez de lamprea en la primera semana de campaña en el Ulla.

Como ya ocurrió el año pasado, la campaña de la pesca de la lamprea en el curso fluvial del Ulla ha empezado muy floja, y el preciado pez apenas se deja capturar por los valeiros de Pontecesures, los únicos que de momento han optado por lanzar sus nasas al río desde el día 4, en el que oficialmente se estrenó la temporada. La primera lamprea fue capturada por Ramón Agrasar el pasado día 6, festividad de Reyes, y degustada por un grupo de vecinos de la localidad pontevedresa, que hicieron una hucha y llegaron a pagar por el ejemplar, de 1,4 kilogramos, 180 euros. “Por fin el primer ejemplar se queda en Pontecesures”, explican que exclamaron.

Tras un inicio en el que las nasas de butrón que se utilizan para esta pesca llegaban vacías a puerto, esta semana la lamprea se está dejando querer más, gracias al buen tiempo, y los valeiros están capturando entre 12 y 14 ejemplares estos días, con un peso medio de 1,5 kilos y un precio que ronda los 40 euros.

“Ahora va algo mejor, pero el río sigue teniendo poca agua. Lo ideal era que vinieran algunas borrascas y movieran el río, porque la pesca de la lamprea necesita más corriente”, explica un experto valeiro de Pontecesures y miembro de la Cofradía de Carril, Pepe Barreiro, que ayer junto a su compañera de embarcación capturó seis ejemplares del demandado pez.

La campaña de la pesca de lamprea en el río Ulla se abrió el pasado 3 de enero y se prolongará hasta mediados de abril.

Están autorizadas para pescar en el río Ulla unas catorce embarcaciones de las cofradías de Carril y Rianxo, con una media de dos pescadores por barco. De momento, y ante la escasez de la especie, los marineros de campaña de la lamprea y las nasas que se colocan en el río tan sólo pertenecen a las siete embarcaciones de Pontecesures.

Más de un centenar de nasas fueron sumergidas por los marineros de Pontecesures entre el puente romano y la desembocadura del Sar en la primera jornada, que no dio sus frutos. Aunque esta semana ya recogen a diario algunos ejemplares que tras pasar los controles rutinarios de peso, vuelven a la mano del pescador, que negocia su venta con los dueños de los restaurantes.

LIMITACIONES. La pesca de la lamprea se hace a bordo de embarcaciones, y para llevar a cabo las capturas, se utiliza un aparejo llamado butrón. Se trata de una nasa de forma cónica que se lanza desde el barco al agua para después ir tirando de los cabos. Este sistema permite que el ejemplar capturado quede intacto, favoreciendo que se mantenga su textura y sabor. Un trabajo artesanal y laborioso para recoger las preciadas lampreas, uno de los peces más antiguos que exieten en el planeta.

Según se establece en la orden de la Xunta de Galicia, las redes solamente podrán estar colocadas desde las 20.00 horas hasta las 8.00 horas, quedando prohibida la captura entre las 8.00 de los sábados hasta las 20.00 horas de los lunes.

La pesca de la lamprea solo se puede realizar en las zonas autorizadas y con una serie de limitaciones. Así, en caso de las pesquerías de Areas y As Vellas, los pescadores deben dejar libre el canal del río, y no pueden trabajar en la llamada vena. También tienen que utilizar redes que no causen daño a otras especies piscícolas, y todas las que se capturen en las pesquerías que no sean lampreas, tendrán que ser devueltas a las aguas del cauce fluvial.

El Correo Galego

Una hucha vecinal para que la primera lamprea ser quedase en Pontecesures.


El ejemplar que abrió la temporada en el Ulla fue degustado en el Mambís

Pontecesures y Padrón son dos localidades separadas por un río y unidas por un puente. Son dos pueblos hermanados por esos lazos invisibles de quienes viven compartiendo paisajes y tradiciones. La lamprea es, por ejemplo, un producto que se ha convertido en símbolo a ambos lados del Ulla. En Pontecesures, los valeiros mantienen viva la tradición de su pesca con nasa butrón. En Padrón tienen sus antiguas pesqueiras, pero aún así hay varios restaurantes de la zona coruñesa que en los últimos años han pujado para hacerse con las primeras lampreas capturadas por sus vecinos cesureños. Este año, un grupo de personas de la localidad organizaron, a través de la página de Facebook «Xente de Pontecesures», una recolecta para ser ellos quienes comprasen y degustasen la primera lamprea del 2022. Hasta el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, participó en la cuestación popular y se sumó, ayer pasada la una y media de la tarde, a la degustación organizada en la cafetería Mambís, otro clásico cesureño.

La lamprea se preparó servida a la bordelesa, tal y como manda la tradición. Nos lo cuenta Ramón Agrasar, que es el valeiro que el miércoles capturó el ejemplar del que ayer también dio buena cuenta. Como profesional que se dedica a la captura de este pescado antiguo y de sabor inconfundible, vio en la iniciativa de sus vecinos una ocasión para poner en valor y recuperar el arraigo del producto estrella de Pontecesures, localidad que tiene su fiesta de la lamprea y un centro de interpretación dedicado a este pescado.

Desde que conoció la iniciativa, Ramón Agrasar se comprometió con ella. «Dende o primeiro momento lles dixen que, se de min dependía e se collía eu a primeira lamprea, podían contar con ela», dice Agrasar. Estaba dispuesto a cederla, «pero non quixeron, porque a idea era comprala; a xente tampouco quería que fora regalada» y para ello realizaron una cuestación. «A min gústame a idea de que a primeira lamprea quede en Pontecesures», dice el hombre que tuvo la fortuna de coger el primer ejemplar del año en el Ulla.

Para ello, el día de Reyes estuvo en el río, a primera hora, levantando sus nasas butrón: son las únicas que estos días están siendo caladas en el cauce. «O primeiro día saíron varios barcos, pero non collemos ningunha, así que os demais decidiron non volver saír ata a semana que ven», recuerda Agrasar.

Él, por su parte, decidió seguir intentándolo y eso le permitió capturar este jueves el primer ejemplar de lamprea y ayer mismo otras tres piezas. «Son o único mariñeiro que estou no río», decía a modo de explicación. «Parecía que ía ser un ano malo», pero el inicio de la pesquería, finalmente, parece ser menos oscuro de lo que se antojaba.

La Voz de Galicia

Un grupo de vecinos de Pontecesures se hace con la primera lamprea.

Hoy, a la una de la tarde, la degustarán en la Cafetería Mambís

Un grupo de vecinos de Pontecesures ha decidido apostar por la lamprea del Ulla. Ayer, a través de una llamada de teléfono, el valeiro Ramón Agrasar les informó de que en sus butrones había caído el primer ejemplar de la temporada. Y tal y como habían acordado previamente, se lo compraron. «Hacía tiempo que la primera lamprea del año no se quedaba en Pontecesures», comentaba María José Lorenzo, una de las vecinas que participan en esta aventura gastronómica. Cristalizará la misma a la una de la tarde, en la Cafetería Mambís, donde el pez será convenientemente cocinado —no es fácil sacarle todo el gusto: exige un proceso de limpieza muy cuidadoso y laborioso— y servida en el transcurso de un acto al que ha sido invitado el alcalde de la localidad, el popular Juan Manuel Vidal Seage.

La lamprea, pues, ya ha hecho acto de presencia en el Ulla durante el segundo día de captura. El miércoles, el pez se había mostrado esquivo y los barcos que habían lanzado sus nasas el martes no lograron coger ni un solo ejemplar. Sin embargo, ayer la suerte cambió, al menos para Agrasar. Quizás la magia de los Reyes Magos haya tenido algo que ver.

La Voz de Galicia

La lamprea se muestra esquiva: ni una sola captura en el inicio de la campaña en el Ulla.

Las lluvias de los últimos días no han ayudado a los valeiros, que ayer retiraron las nasas butrón caladas el martes

Por desgracia, el guion se ha cumplido. Tal y como vaticinaban los valeiros este fin de semana, el inicio de la campaña de la lamprea ha sido un espejismo: en las nasas butrón caladas el martes en el río Ulla no ha caído ni una sola pieza de este pescado tan antiguo como —al menos este año— esquivo. «Non collemos ningunha, ningún barco», explicaba ayer Pepe Barreiro, uno de los profesionales que el martes había salido a largar aparejos y que ayer los levantó para constatar que en su interior no había nada.

«Hoxe, tal e como estaban as cousas, coller unha ou dúas xa sería todo un éxito», señala el valeiro cesureño. El río Ulla bajaba ayer revuelto, con el agua «moi enlodada polas choivas destes días». Las condiciones, en resumidas cuentas, no eran las ideales para la pesca de esta especie, que vuelve siempre a su río de origen.

En cualquier caso, el sector confía en que la situación mejore la próxima semana: se avecina un anticiclón y, entonces, es posible que alguno de los preciados peces caigan en las redes de los valeiros cesureños. Toca esperar con calma, y sin hacer esfuerzos que se auguran estériles. De los cinco barcos que salieron a faenar, muchos han optado ya por no dejar caladas sus nasas para no tener que ir hoy, día de fiesta, a recogerlas. De hecho, algunos no saldrán hasta el sábado.

La Voz de Galicia

…Cuando se fabricaban grandes barcazas de forma artesanal para la pesca de la lamprea en el río Ulla.

Varios hombres trabajando en la construcción de grandes barcazas de madera para la pesca de la lamprea en el río Ulla, en Herbón.

La imagen del siglo pasado que acompaña estas líneas refleja el arte de la pesca de la lamprea en el río Ulla, concretamente en la parroquia padronesa de Santa María de Herbón. Allí, cada año a partir de enero los baleiros se enfrentaban (y lo siguen haciendo) a las bravas aguas del río para hacerse con el preciado agnato. Para ello utilizaban grandes barcazas (algunas todavía se conservan), como la que se ve en proceso de construcción en la imagen que hoy protagoniza esta sección, que les permitían llegar hasta las pesqueiras, las construcciones históricas donde se capturan las lampreas. Herbón sigue siendo famoso por mantener la forma tradicional de pesca de esta culebra que no deja indiferente a nadie, bien por su particular aspecto, bien por su característico sabor, incomparable. Además de en Herbón, también son famosas las lampreas de Pontecesures y las de la parroquia de Carcacía, también en el Ulla, y luego las que se capturan en el río Miño.

El Correo Gallego