El TSXG considera que el fallo de la Audiencia Provincial está bien motivado
El proceso judicial que se inició en el 2017 con una denuncia contra el exalcalde del BNG de Pontecesures Luis Álvarez Angueira por un supuesto delito de agresión sexual a su sobrina está a punto de cerrarse después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) haya confirmado la sentencia que lo absuelve. Todavía queda la vía del recurso de casación ante el Supremo, pero el alto tribunal gallego mantiene las tesis del fallo de la Audiencia Provincial y concluye que no hay pruebas de cargo suficientes que sostengan la acusación contra el expolítico.
Tras la celebración del juicio en septiembre del 2024, la sección sexta de la Audiencia Provincialdictó sentencia el pasado diciembre en la que absolvía a Álvarez Angueira por falta de pruebas. La acusación presentó un recurso de apelación, al que se adhirió la Fiscalía, y ahora el TSXG lo desestima al considerar que el fallo «no adolece de ninguna carencia o deficiencia» que permita revocarlo.
Se explica en la resolución que ante una sentencia absolutoria el tribunal de apelación no puede volver a valorar las pruebas, solo revisar si la decisión de la Audiencia Provincial está debidamente razonada, y la conclusión en este caso es clara: «No concurre en la sentencia ninguna de las deficiencias reseñadas en la ley y analizadas por la jurisprudencia». En este sentido, se incide en que el fallo «toma en consideración todas y cada una de las pruebas practicadas efectuando una valoración exhaustiva y racional».
Contradicciones en el relato
Con respecto al análisis que se hace de las pruebas, se ponen de manifiesto contradicciones en el relato de la denunciante, no solo en relación con la ubicación temporal y espacial, sino también en relación con los propios hechos denunciados. Esta falta de consistencia en el testimonio también se aprecia en el informe emitido por la Unidad de Psicología Forense de la Universidade de Santiago que tenía por objeto valorar la credibilidad de la declaración de la afectada y la posible existencia de secuelas.
Señala la sentencia de instancia que del conjunto del relato y del contraste con lo que se dice en la querella y a lo largo de procedimiento «resultan claras quiebras y contradicciones» que fueron suficientes para plantear dudas e impedir «construir un relato incriminatorio sin vulnerar el principio de presunción de inocencia». Añade el TSXG que la Audiencia Provincial «ofrece una valoración exhaustiva, lógica y razonable de la prueba», por ello concluye que no procede declarar la nulidad del fallo ni modificar el sentido de la resolución.
La Sala también decidió no imponer las costas procesales a la acusación particular, al no apreciar temeridad ni mala fe en la interposición del recurso.
El TSXG resuelve en su favor al no poder reevaluar las pruebas de agresión sexual
El exmandatario fue absuelto tras un delito de agresión sexual a su sobrina.
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia resuelve en favor del exalcalde de Pontecesures, Luis Álvarez Angueira, y confirma su absolución del delito de agresión sexual sobre su sobrina cuando esta era menor de edad, del que había sido acusado. El tribunal desestima el recurso de apelación de la denunciante y confirma la sentencia previa.
El exmandatario cesureño fue absuelto en diciembre de 2024, pero ante el fallo de la sentencia la representación procesal de la acusación interpuso un recurso de apelación contra este fallo. Así, y tras estudiar el caso, el TSXG resolvió explicando que no será posible condenar al encausado que resultó absuelto en primera instancia, ni agravar su sentencia condenatoria impuesta, porque lo que alega la acusación es un error en la apreciación de las pruebas.
Explican también que precisamente para el agravamiento de la condena sería necesario justificar la insuficiencia o falta de racionalidad y concluyen asegurando que no es posible efectuar una nueva valoración de las pruebas.
El Tribunal justifica esta decisión ante la limitación de revocar sentencias penales, tanto a través del recurso de casación como el de apelación —como en este caso— cuando se trata de fallos absolutorios o de sentencias condenatorias en las que se pretenda una agravación de la condena.
En estos casos el tribunal debe comprobar si la justificación de instancia fue razonable, y si la prueba que valora tiene un sentido.
La campaña finaliza mañana para las embarcaciones, pero continúa río arriba
Lampreas y una nasa intervenidas por los agentes medioambientales en Carcacía.
Hay apasionados de la lamprea y hosteleros que recorren las orillas del río Ulla para contactar con los pescadores que largan sus nasas en Pontecesures y los titulares de las «pesqueiras» en las que se captura como hacían los romanos, ofreciéndoles hasta 80 euros por cada pieza recién salida del agua.
Así lo confirman pescadores, compradores y agentes de Medio Ambiente y/o vigilantes de Recursos Naturales que custodian el cauce fluvial para, entre otras acciones, luchar contra el furtivismo y la pesca ilegal.
A imagen y semejanza de lo que hacen la Consellería do Mar y Gardacostas de Galicia en las rías, los guardarríos adscritos a la Consellería de Medio Ambiente velan por la preservación de los recursos, en este caso lamprea, anguila, trucha, salmón y otras especies.
En relación con la primera de ellas, y teniendo en cuenta que no pasa por lonja, lo cual dificulta el control de las capturas, hay que insistir en que la campaña deja patente la escasez de recurso.
Al menos en lo que concierne a los pescadores que integran el colectivo de los valeiros, es decir, los socios de las cofradías de Rianxo y Carril, cuya temporada de pesca de lamprea concluye mañana y que largan sus nasas butrón desde una docena de lanchas autorizadas –cada vez participan menos– para faenar en Pontecesures.
De ahí que en esas zonas, en medio de la vegetación ribereña, saltos de agua y recodos del cauce fluvial se acentúe el furtivismo y se constate la existencia de un mercado negro en el que se despachan lampreas «a precio de oro».
Precio tentador
«Al haber tan poca lamprea el precio que alcanza resulta tentador para algunos, por eso no dudan en cometer irregularidades y vender las lampreas que capturan en sus pesqueiras», explican algunos guardarríos.
Baste como ejemplo lo sucedido el pasado domingo (día 6), cuando fue sorprendida una persona capturando lampreas de modo irregular, de ahí que fuera identificada y denunciada.
El arriesgado trabajo en las pesqueiras del Ulla.
Al mismo tiempo se decomisaban las redes empleadas y se entregaba la captura obtenida a una residencia de mayores, según indicó la Asociación Profesional de Agentes Forestales y Medioambientales de Galicia (Aprafoga) a través de sus redes sociales.
Prohibido durante el finde
La razón de esa intervención, que no ha sido la única en la presente campaña, es que las nasas estaban siendo usadas para capturar lamprea durante el fin de semana, cuando la legislación establece que esta arte, de uso exclusivamente nocturno –desde las 20.00 horas hasta las 8.00 horas del día siguiente–, no puede estar en el agua desde las 8.00 horas de los sábados hasta las 20.00 de los lunes.
Y así seguirá siendo, ya que la campaña de las «pesqueiras» en el tramo comprendido desde la de As Vellas hasta la de A Trapa –ambas en Herbón y las dos incluidas–, se permite la captura de lamprea hasta el día 26.
En el tramo de río que va desde las «pesqueiras» de A Caseta y Furado (Carcacía) hasta la de Lampreeiro, lugar de As Pesqueiras (Reis) –todas incluidas–, seguirá la actividad hasta el 24 de mayo
Oumar Kande llegó a España en patera y hoy corta el pelo en Pontecesures
Las personas tímidas suelen usar la sonrisa como barrera defensiva. Oumar Kande, un senegalés de poco más de veinte años, se parapeta tras ese gesto mientras nos mira a través de uno de los espejos de la peluquería Sagasta Cuatro, en Pontecesures. Este establecimiento se ha convertido casi en un hogar para él: instalado en el centro de refugiados de Valga desde finales del año pasado, ha hecho un curso de peluquería y ahora está haciendo prácticas en un salón al que acuden hombres y mujeres para su acicalamiento capilar. Oumar, dicen sus compañeras, es muy bueno en su trabajo. Corta, tiñe, trenza… «Pero o que mellor fai son os alisados. Quédanlle mellor a el con secador que a nós coa prancha», asegura su jefa, Uxía González.
Es muy joven, pero Oumar ya ha vivido muchas vidas. La primera, en Kolda, en Senegal. El mayor de cinco hermanos descubrió pronto sus destrezas como peluquero: a los catorce años ya cortaba el pelo y peinaba a sus familiares y amigos más próximos. Solo tres años después, con 17, salió de Senegal y puso rumbo a Marruecos. En El Aaiún y en Casablanca volvió a trabajar como peluquero mientras intentaba ahorrar algo de dinero para emprender su huida hacia una vida mejor en Europa. No fue un camino sencillo: pasó tres días de temporal metido en una patera, muerto de miedo y de frío. «Llegamos a Lanzarote, todos bien», cuenta. Dos de sus compañeros en aquel infernal viaje han llegado hasta Valga con él, tras un periplo que los ha llevado por Tenerife y Madrid.
Una vez aquí, Oumar no ha desperdiciado el tiempo. Pese a la timidez, se expresa con fluidez en español y sus compañeras de trabajo se han propuesto enseñarle gallego. «Xa sabe dicir ‘‘pingando» e ‘‘carallo»», cuentan ellas con una carcajada. La sonrisa de él se libera por fin de todo y se suma a las risas. «Cando nos chamaron para preguntar se aceptariamos a un rapaz de prácticas dixemos que si, claro; non sabiamos nada del máis que vivía no centro de refuxiados», explica Uxía. Ella está encantada con el trabajo que hace el joven peluquero, convencida de que él puede aprender mucho, «pero nós tamén, porque ten outra forma de traballar… E de vivir». La clientela también ha acogido al nuevo peluquero como uno más. «A verdade é que encaixou moi ben. Ten a todo o mundo encantado», cuenta la responsable de un establecimiento en el que la energía positiva circula en todas direcciones. «Aquí somos case como unha familia».
Uxía recuerda el primer día de Oumar en la peluquería. «Aquel día ía moitísima calor, e pasámonos o tempo ofrecéndolle auga, refrescos… El dicía que non, que non… Ata que foi de noite e nos pediu un pouco de auga. Era ramadán e non podía beber, nós non tiñamos nin idea, claro». Ahora, Oumar es uno más, también en esto de las pausas en el trabajo: desayuna café con cruasán, se disputa las galletas de chocolate con sus compañeras y nunca dice que no a las mandarinas, que le encantan. «Me siento bien aquí», dice haciendo un gesto. Y aclara que ese aquí es el Sagasta Cuatro, pero es también el Baixo Ulla y, en general, Galicia. «Es un sitio tranquilo. Me gusta la gente, me gusta el clima. Me gusta la lluvia», relata el joven.
Lee para aprender español
Para Oumar no parece fácil hablar del futuro: está concentrado en vivir un presente que se ha vuelto tan dulce como las naranjas que comparte en el trabajo. Mientras teje una nueva red de amistades gracias a sus compañeras de trabajo, en el refugio corta el pelo a sus amigos, juega al fútbol y lee. Lee mucho. Lee todo lo que cae en sus manos. «Es muy bueno para aprender español», dice.
Gracias a las prácticas que está realizando, el joven Oumar ha podido empadronarse en Valga y ha obtenido su tarjeta sanitaria. Su objetivo, ahora, es «aprender a conducir» y, si es posible, visitar cuanto antes Santiago y la catedral: le han hablado maravillas de ella. Si tiene que pensar a largo plazo, Oumar se imagina instalado en algún rinconcito de Galicia, al frente de una peluquería propia. El Real Madrid, el que para él es el mejor equipo del mundo, será entonces, otra vez, campeón de Liga. De la Champions, este año, mejor no hablamos. Oumar recompone el gesto al recordar los tres goles que el Arsenal le metió al equipo blanco el martes. «Remontar es posible, pero es difícil».