Una mujer embarazada se ve implicada en un aparatoso accidente de tráfico en la rotonda da Tarroeira. Valga

Una mujer embarazada de Moraña, de unos 30 años, fue evacuada ayer a un centro hospitalario tras sufrir un accidente de tráfico en la carretera nacional 550, a la altura del término municipal de Valga.

La mujer, de iniciales E.C.F., conducía a las 10,30 horas de la mañana un Hyundai Coupé en sentido a Santiago, y a la altura de la rotonda situada junto a la discoteca Chanteclair perdió el control del coche e invadió el carril contrario, según señalaron los servicios de emergencias que actuaron en el siniestro.

Por el carril de dirección a Pontevedra se acercaba un Toyota Auris, conducido por una vecina de Valga, y ambos turismos colisionaron. A consecuencia del accidente, el Auris quedó inmovilizado en el carril, mientras que el Hyundai terminó sobre una finca de la zona.

Protección Civil de Valga explica que solo iban las conductoras en cada uno de los automóviles, y que aunque salieron ilesas las dos se optó por llamar una ambulancia para que un médico viese a la morañesa E.C.F. para descartar que el embrión hubiese sufrido algún tipo de daño.

Carril adicional

Puesto que el Toyota quedó en uno de los carriles, los efectivos de Protección Civil de Valga se vieron obligados a habilitar un carril adicional en sentido sur con el apoyo de los arcenes. Esta medida evitó que el accidente provocase grandes retenciones en la circulación. El tráfico volvió a la normalidad a las 12 del mediodía.

El accidente fue prácticamente en el límite entre los municipios de Valga y Pontecesures, de ahí que inicialmente la central de emergencias del 112 Galicia movilizase a la agrupación de Protección Civil pontecesureña, además de a una dotación de la Guardia Civil de Tráfico.

Faro de Vigo

La Guardia Civil atribuye a una «gamberada» el suceso de la bengala de Pontecesures.

La Guardia Civil continúa investigando el suceso ocurrido en la noche del domingo en Pontecesures en el que una bengala atravesó el tejado de una vivienda y explotó en su interior ocasionando daños en un congelador que se encontraba en el último piso.

En la jornada de ayer desde la Comandancia de Pontevedra explicaron que la hipótesis que más fuerza cobra es que se trate de una gamberrada, aunque continúan trabajando para intentar determinar desde dónde pudo ser lanzada para así dar con el autor de los hechos.

Hay que recordar que el suceso se saldó con daños materiales en el tejado de la casa afectada y en un arcón congelador ubicado en la buhardilla de la vivienda.

Diario de Arousa

Usuarios del tren denuncian que incluso personas de edad avanzada viajan de pie.

Usuarios del corredor ferroviario entre Vigo, Pontevedra, Vilagarcía, Santiago y A Coruña mostraron ayer su malestar por el elevado nivel de saturación de algunos de los trenes que circulan entre estas ciudades los domingos por la tarde. Concretamente, muestran su enfado por el elevado número de pasajeros que tienen que viajar de pie en los convoyes que circulan entre la franja horaria de las siete y las nueve de la tarde.

El último episodio que ha acabado con su paciencia ocurrió este pasado domingo. Usuarios del tren que llega a Vilagarcía y parte hacia Pontevedra en torno a las ocho y media de la tarde aseguraron que el convoy llegó a la capital arousana prácticamente lleno y que cuando partió hacia Pontevedra lo hizo con los pasillos atestados de gente de pie con sus respectivas maletas y casi sin espacio para poder moverse. Tanto es así que estos usuarios explicaron que para que unas personas de avanzada edad pudieran apearse en la ciudad del Lérez fue necesario que un gran número de pasajeros tuvieran que bajar y ayudar a estas dos personas a llegar al andén desde el vagón.

Los usuarios están molestos por la incomodidad que supone viajar en estas condiciones pero especialmente por los problemas de seguridad que supuestamente se plantean con tantos pasajeros de pie en el vagón, dado que esto aumenta el riesgo de lesiones en el caso de que se produzca un percance, por pequeño que sea.

De hecho, apeló a estas personas de avanzada edad que tuvieron que circular de pie en este viaje, con el riesgo que supone para ellos cualquier accidente o un mero frenazo. Explican que en algunos tramos se alcanzan los 167 kilómetros por hora. «Tenemos que esperar a que un día ocurra algo grave para tomar medidas», lamentan, y recuerdan que todavía está en el recuerdo la tragedia de Angrois.

Según explican, la sobresaturación de estos trenes provoca que «a los revisores no se les vea ni el pelo», debido a la imposibilidad de recorrer el tren de una punta a otra por la presencia de equipaje y viajeros en los pasillos. Esto también conlleva la aparición de la picaresca y de que los trenes se saturen todavía más al utilizarlos con mayor frecuencia personas que no retiran sus billetes conocedores de que la posibilidad de que aparezca el revisor es menor que en otros horarios. Una situación que ya denunció en su día el sindicato CGT e incluso cifró el perjuicio que esta situación causa a la empresa ferroviaria en unos 10.000 euros mensuales.

Estos usuarios aseguran que llevan ya unos dos años presentando de forma reiteradas reclamaciones ante Renfe denunciando estos hechos. En una ocasión obtuvieron como respuesta la ampliación del número de plazas «enganchando» otro tren al que ya viajaba completamente atestado. Sin embargo, con el comienzo del año este segundo tren ha vuelto a desaparecer. Desde Renfe aseguraron ayer que iban a revisar las reclamaciones recibidas aunque señalan que, en todo caso, se trata de situación puntuales con algún tren para el que la demanda de usuarios es mucho mayor que la habitual.

Faro de Vigo

Vecinos de Pontecesures: «Pudimos haber salido volando».

Villar2

La Guardia Civil investiga la procedencia de una bengala de señalización marítima que fue arrojada en la noche del pasado domingo en una vivienda de Pontecesures. El artefacto atravesó el tejado del edificio y causó un incendio en la buhardilla que se saldó únicamente con daños materiales, aunque los habitantes del inmueble todavía tienen el susto en el cuerpo.

El edificio, en el número 39 de la céntrica calle San Lois, tiene dos pisos. En el primero reside un matrimonio, una hija, el yerno y una nieta de seis años. Otra hija vive en el segundo. Encima está la buhardilla.

«Eran as dez e cuarto da noite e estabamos deitados cando sentimos unha grande explosión. Pensei que era unha das miñas fillas, que vive no segundo, que caíra da cama ou algo», explica María Matos, propietaria de la vivienda. Al salir corriendo al rellano ya vieron que la joven regresaba de la buhardilla. «Cando abriu a porta do faiado non sei como non caeu para atrás. Estaba todo iluminado e había moitísimo fume. O meu home apagou o lume e xa chegaron os Bombeiros e a Garda Civil». El artefacto agujereó el tejado e impactó contra un arcón congelador, que quedó inutilizado. «Dentro do malo tivemos moita sorte, porque xusto ao lado temos o depósito de gasoil das caldeiras. Se chega a caer aí pobre de nós».

La Guardia Civil les explicó que se trataba de una bengala «como as dos barcos, que eu nin sabía como era iso» y que, según las primeras hipótesis, «tivo que ser accidental. Esperemos que fora así. Dixéronnos que non nos preocupáramos. Nós non temos nada contra ninguén nin teñen nada contra nós. Que va!».

María Matos señaló que, afortunadamente, no hubo daños personales, «que é o importante», y que los materiales son escasos. Jamás les había ocurrido nada parecido «e ninguén esperaba iso. Estás tan tranquilo na túa casa… ? moi forte, trememos día e noite».

Trayectoria

Huelga decir que nadie en la familia pegó ojo en toda la noche. Tampoco Laura Villar, la joven que se enfrentó en primer lugar al suceso. Se disponía a ver una película cuando «dos golpes tremendos» la sobresaltaron. «No sabía si era dentro o fuera, así que salí de mi habitación, escuché un ruido y vi una luz roja muy intensa y humo por debajo de la puerta de la buhardilla».

Tras pensarlo unos segundos, se atrevió a abrir la puerta y se encontró de frente con las llamas y una intensa humareda. «Mi padre apagó el fuego mientras yo llamaba al 061, el primer número del que me acordé. No había heridos, pero necesitábamos a los Bomberos. Ni siquiera sabíamos lo que pasaba, porque pensé si se habría incendiado el congelador, pero la luz funcionaba…».

Cuando llegaron los Bomberos encontraron «una especie de tubitos» y les explicaron «que probablemente fuera una bengala de salvamento marítimo». Incluso aventuraron la posible trayectoria del artefacto, apunta la joven señalando un edificio cercano. «No pasó nada, pero pudimos haber salido volando. Fue un susto tremendo». La Benemérita se llevó la bengala y la familia estaba a mediodía de ayer a la espera de que llegase la Policía Judicial para recabar nuevas pruebas en el desván. «Dixéronnos que non era a primeira vez que pasaba algo así, aínda que non en Pontecesures. Nese caso ardeu un edificio. Estar na casa salvounos».

Gran despliegue

El despliegue organizado tras dar la alerta, que incluyó el cierre al tráfico de la calle, de un solo sentido, llamó la atención de los vecinos. «Aínda era cedo e había xente pola rúa».

Entre los cesureños, que ayer no hablaban de otra cosa, se notaba la preocupación, sobre todo en la vivienda de al lado. «Menudo susto levamos», explicó su inquilina, una mujer mayor. «Tiven medo de que prendera lume na miña casa, que é toda de madeira. Iso si que ía ser terrible».

El suceso se produjo en la noche del domingo y sobresaltó a toda la familia. «Estar na casa salvounos», afirma María Matos

El artefacto se coló en la buhardilla y provocó un incendio. La rápida intervención evitó que se propagasen las llamas.

Diario de Pontevedra