Pontecesures constitúese como un dos concellos máis singulares da provincia de Pontevedra, cunha historia que abrangue máis de dous milenios e que chegou ao seu século de vida como municipio independiente. O 9 de outubro de 1925 marcou un fito histórico cando José Novo Núñez tomou posesión como primeiro alcalde do novo concello, culminando un proceso de segregación de Valga que converteu a antiga parroquia de San Xulián de Requeixo nunha entidade municipal propia. Esta decisión estratéxica aproveitou a concentración de servizos urbanos —estación ferroviaria, porto, servizo médico— fronte ao carácter rural do resto do territorio de Valga, configurando desde entón un modelo de desenvolvemento que equilibra tradición e modernidade.
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Cordeiro vive una multitudinaria Procesión dos Lacóns con una docena de ofrendas.
Devoción y tradición se unieron esta mañana en la parroquia valguesa de Cordeiro para celebrar el Día de la Candelaria con la tradicional Procesión dos Lacóns, una de la más multitudinarias que se recuerda y en la que procesionaron un total de doce ofrendas. Desde Vilar salieron diez patas de cerco, a las que se unieron otras dos en Vilarello. Algunos de ellos fueron donados por entidades y asociaciones de Valga, como el Concello, Amigos del Belén o el Baixo Ulla y otros por particulares.
Los lacones fueron portados por vecinos, principalmente mujeres (aunque también por algún hombre) y, las más veteranas, con las cestas sobre sus cabezas, ofreciendo la singular imagen de esta celebración en honor a San Paio, San Roque y San Antón.
Así, los festejos arrancaron a las diez de la mañana en la capilla de Vilar, donde Manuel López Castro se encargó de bendecir las velas y oficiar una misa tras la que arrancó el recorrido por siete aldeas de la parroquia. Una larga salva de bombas anunciaba la llegada de la procesión en cada aldea y, como es costumbre, en algunas, los vecinos engalanaron los altares con camelias, mimosas o naranjas. En Ferreirós, la comitiva, conformada por varios cientos de personas, incluso pudo reponer fuerzas con galletas y dulces acompañados de vino dulce y otras bebidas.
A La llegada a la iglesia de Santa Comba, la procesión rodeó el templo antes de iniciarse una misa en su interior, en este caso oficiada por el párroco Arturo Lores. A su conclusión llegaba otro acto álgido de la jornada, la Poxa dos Lacóns, que se vendieron por precios entre los 40 y los 80 euros, alcanzando una recaudación total de 740 euros.
Comitiva multidunaria
Lo cierto es que Cordeiro vivió una de sus citas más multitudinarias. La coincidencia en domingo, el buen tiempo y la apuesta cada vez más decidida por mantener esta muestra del patrimonio local, hicieron que una gran cantidad de vecinos y familias enteras se decidieran a realizar los cerca de cuatro kilómetros de recorrido y cumplir con tradiciones como pasar por debajo de los tres santos. Fueron algo más de dos horas las que tardaron en completarlo y, en medio, siete paradas en los lugares de Vilar, Vilarello, Moldes, As Eiras, Outeiro, Ferreirós en Beiro.
Así, la comitiva, que escoltó a los lacones y los tres santos, estuvo formada por varios cientos de personas —entre ellas el alcalde, José María Bello Maneiro, y los concejales de Cultura y Turismo, Pedro Calvo y Malena Isorna—. Tampoco faltó la música de gaita para amenizar el paso, con el grupo Los Mercenarios.
Tradición del siglo XIX
Valga celebró así una nueva jornada de una de sus fiestas más singulares y que conforman parte de su patrimonio cultural. Fue una grande mortandad entre el ganado, provocado por una peste en el siglo XIX, lo que motivó que los vecinos de este entorno comenzaran a realizar ofrendas a los santos —uno de ellos San Antón, patrón de los animales— en busca de la intercesión divina. Una tradición que perdura en la actualidad.
Tanto es así que el Concello persigue que esta fiesta —organizada por los vecinos de Vilarello y Vilar— sea nombrada Ben de Interese Cultural inmaterial y Festa de Interese Galego, según la Corporación aprobó a través de una moción presentada en una sesión plenaria de marzo del año pasado.
La Voz de Galicia
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Valga donará dos patas de cerdo para mantener la tradición de la Procesión los Lacóns.
La parroquia valguesa de Cordeiro celebra este domingo, coincidiendo con el día de la Candelaria, la Procesión dos Lacóns, una de las tradiciones culturales y religiosas más antiguas y singulares de cuantas se conservan en Valga y cuya origen se remonta al siglo XIX. Por ello, el Concello contribuirá a la cita con la donación de dos patas de cerdo para el mantenimiento de esta tradición como parte del patrimonio cultural valgués.
La programación arrancará a las diez de la mañana en la capilla de San Paio, en Vilar, donde tendrá lugar a bendición de las candelas en una misa oficiada por Manuel López Castro. A continuación saldrá la procesión, encabezada por mujeres de la parroquia portando sobre sus cabezas patas de cerdo y con las imágenes del patrón de la aldea, San Paio, así como de San Roque y San Antón, que el pasado sábado fueron trasladados a Vilar. No faltará la música, con el grupo de gaitas Os Mercenarios, que animará el desfile y también las paradas previstas en los lugares de Vilarello, Moldes, As Eiras, Outeiro, Ferreirós y Beiro.
A La llegada de la comitiva a la iglesia de Cordeiro, alrededor de las 13 horas, se celebrará una misa solemne en el templo parroquial y, a continuación, tendrá lugar la tradicional subasta de los lacones en el atrio.
Fue una grande mortandad entre el ganado, provocado por una peste en el siglo XIX, lo que motivó que los vecinos de este entorno comenzaran a realizar ofrendas a los santos —uno de ellos San Antón, patrón de los animales— en busca de su intercesión. Una tradición que perdura en la actualidad.
Diario de Arousa
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Valga celebra San Paio y traslada los santos a O Vilar.
El acto más singular de las fiestas es la procesión de los lacones, el 2 de febrero.

San Paio celebró ayer su fiesta en Valga acompañado de San Roque y San Antón. Los vecinos portaron las tres imágenes durante la mañana de ayer para recorrer los cuatro kilómetros que separan la iglesia de Cordeiro de la ermita de Vilar. Los tres estarán allí hasta el día de la Candelaria, el 2 de febrero, cuando emprenderán el regreso al templo parroquial en la conocida como «procesión dos lacóns».

La procesión de ayer salió pasadas las 9.00 horas, con los tres santos llevados a pie por un grupo de vecinos de la parroquia, entre ellos los organizadores de la celebración, los miembros de la asociación vecinal y cultural de Vilarello. La música del grupo de gaitas Brisas do Río Ulla y el lanzamiento de bombas marcaron el paso por los distintos pueblos: Beiro, Ferreirós, Outeiro, As Eiras, Moldes, Vilarello y el destino, Vilar.

El desfile sólo hizo dos paradas en Eiras y en Vilarello donde, aunque fueron breves, hubo tiempo para hacer descansos con dulces, churros, chocolate y licores.
Ya con los santos resguardados en la capilla, los gaiteros procesionaron por Vilar y Vilarello hasta que, a las 13.00 horas, se celebró una misa cantada por la Coral Polifónica de Santa Comba.
En los próximos días, hasta el sábado, la novena se celebrará a las 17.00 horas y el domingo los actos de la Candelaria comenzarán a las diez de la mañana, cuando tendrá lugar la bendición de los cirios previo a la salida de la procesión de los lacones, que son llevados por los vecinos -normalmente, son mujeres- en cestas sobre sus cabezas. Se trata de una de las procesiones más singulares de cuantas se celebran en Arousa.
También han iniciado la novena de la Candelaria y San Blas en Cambados, la otra localidad arousana con una devoción especial por este santo, patrono de los males de la garganta. En este caso, los actos religiosos son en la capilla del Hospital.
Faro de Vigo
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Iria Quintá portavoz de la Comisión de Fiestas de Porto: «Me quito el sombrero por los que aguantan la comida familiar del último día».

«Festa de Porto, festa nacional», es el lema que utilizan los vecinos de Porto para definir lo que sienten por su semana grande. En las fiestas de San Roque de Porto no hay tiempo para aburrirse, porque durante tres días (del 21 al 23 de agosto), se vive la juerga desde primera hora de la mañana. Aunque esta vez, la festividad se alargará, «Vamos a empezar una semana antes porque recuperamos la semana cultural, que dejó de hacerse hace mucho tiempo y era algo que gustaba» explica Iria Quintá, portavoz de la comisión de fiestas. Eso sí, que nadie se sienta excluido, porque hay actividades para todos los públicos. «Organizamos los dragones (competición en dos embarcaciones de 10 personas cada una) y un torneo de fútbol de solteros contra casados en el campo municipal, y al día siguiente tenemos un Cine de Barrio, donde los vecinos nos juntamos para ver una película. También planeamos una búsqueda del tesoro por toda la aldea», indica. Los más pequeños cuentan con su propio día. «El miércoles por la tarde hacemos la fiesta infantil con colchonetas, un toro mecánico y fiesta de la espuma. Además le damos un detalle a cada pequeño», afirma.
Y por la noche aunque no lo parezca, se lo pasan en grande. «Te aseguro que son los que más disfrutan delante de la orquesta», bromea. El primer día de fiesta cogió tanta fama que ahora parece el día grande. «El miércoles traemos a Unión y Fuerza, que vienen todos los años. Dan mucho juego y a la gente de Porto le encanta. Solíamos estar solo los vecinos pero pasamos de ser las 60 personas de aquí a perder la cuenta de la gente que hay», detalla. El jueves toca el plato fuerte. «Hacemos una mejillonada para todos y non amenizan el grupo Origen y la orquesta París de Noia, que este año por fin conseguimos», indica. El viernes tampoco se sale de relax. «Contamos con Los Coleguitas y la Marbella», explica.
La comisión de fiestas hace dos rondas para pedir dinero, Aquí no hay queja, porque todos aportan su granito de arena, y el buen rollo que reina, hace que sea un éxito asegurado. Iria recalca que están muy agradecidos. «El último día después de la misa, hacemos la tradicional poxa de ramos y propiedades. Se puja por empanadas, cuencos…Lo que done la gente. El año pasado nuestro vecino Fran Vieites (jugador del Betis) donó una de sus camisetas, y una vecina pagó por ella un buen pellizco. Este año ya le dijimos: «Fran, nos tienes que volver a ayudar», confiesa. Es un auténtico espectáculo que se vive con emoción. «Animo a todos a que vengan porque es increíble». Te hace participar y se ve cómo la gente de la aldea se involucra», afirma. Y al mediodía comida con la familia. «En mi casa ya desistimos porque es imposible. Después de tanta fiesta, te mueres de sueño. Yo me quito el sombrero por los que consiguen aguantar», bromea. Pero aquí el ritmo que se sigue no es para cualquiera. «El último día nos levantamos a las 9 de la mañana con la banda de música y las bombas. El problema es que nos acostamos a las 7. Vamos como zombis», confiesa.
La Voz de Galicia. GENTE