Los vecinos de Valga participaron en la jornada de ayer en una tradicional procesión en la que llevaron a San Antonio, San Roque y San Paio hasta la iglesia de Cordeiro. Pero los santos no iban solos. Un grupo de vecinas portaron cuatro lacones para subastar después de la misa de la una en un acto que se celebra cada año coincidiendo con la Candelaria.
Este año los hombres también participaron en el traslado de las piezas, ya que durante un tramo de la procesión fueron ellos los encargados de portar los lacones para ayudar a las mujeres.
Lejos quedan ya los tiempos en los que más de veinte vecinas de la localidad se encargaban de llevar hasta ochenta lacones para celebrar la subasta. Con el tiempo esta tradición ha ido menguando. Quizás como consecuencia de que cada vez se hacen menos matanzas en el municipio o, tal vez, porque tras el fallecimiento de algunos vecinos nadie tomó el relevo de esta tradición.
Sea cual fuere el motivo, lo cierto es que cada vez se subastan menos piezas y, por culpa de la crisis, la recaudación tampoco es lo que era.
Sin embargo, todavía queda un grupo de vecinos de la localidad que se esmera año tras año en mantener viva esta tradición y que confía en que cuando los tiempos mejoren esta tradición volverá a ser lo que era.
Diario de Arousa