La mitad del trayecto en tren desde Vilagarcía a A Coruña carece de cobertura móvil.

Los 92.800 usuarios que anualmente utilizan el tren para cubrir la distancia entre Vilagarcía y A Coruña disfrutan de un viaje rápido -los ferrocarriles más veloces lo completan en 57 minutos-, pero desde luego no barato ni tampoco provechoso si uno piensa hacer algo más que contemplar el paisaje. En cualquier lugar del mundo, la gente saca la tableta, el portátil o simplemente el móvil para trabajar, curiosear por Internet o mantener una conversación mientras el tiempo transcurre y las estaciones se suceden. Esto, sin embargo, no es posible en el flamante eje atlántico que se inauguró hace poco más de tres años. En 26 de esos minutos, la mitad del trayecto, la cobertura móvil se esfuma.

La zona más oscura se concentra en las inmediaciones de la capital coruñesa. La sucesión de túneles que conducen a Uxes, Cerceda y Meirama convierten los dispositivos móviles en meros objetos inertes. 22 de esos 26 minutos de sombra transcurren antes de que el tren alcance Santiago. A partir de ahí la señal se recupera para volver a desaparecer durante otros cuatro minutos cuando el ferrocarril se aproxima a Vilagarcía. Los dos túneles que median entre Catoira y Bamio explican que el problema se reproduzca en este lugar. Superado el trance no existen demasiadas complicaciones para continuar el viaje hacia Pontevedra.

Nada nuevo, a la vista de que el Gobierno, entonces bajo los designios del PP, obligó en enero al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) a auditar una cobertura móvil que en el caso del eje atlántico es peor que deficiente. Algo que no solo afecta a los usuarios, sino que se interna también en el delicado ámbito de la seguridad, tal y como han reconocido algunos maquinistas, obligados en situaciones de emergencia a recurrir a los postes telefónicos de toda la vida.

La Voz de Galicia

Reclaman el mantenimiento de la estación de tren de Pontecesures para fomentar el servicio de cercanías.

Sabariz alega que los árboles dificultan el paso de los usuarios y casi rozan a los trenes.

Los problemas por el estado en que se encuentra el apeadero de Pontecesures vuelven a escena. Después de que en repetidas ocasiones se alertara de la suciedad, el abandono o las pintadas en dicho lugar, ahora se incide en lo mismo, pero también en la presencia de árboles que dificultan el paso de los peatones y cuyas ramas incluso parecen rozar a los trenes.

Así lo advierte Luis Ángel Sabariz Rolán, portavoz de la comisión creada en defensa del tren de cercanías. Y es precisamente para reivindicar el mantenimiento de ese servicio de proximidad y fomentarlo que el pontecesureño reclama al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) mayor inversión en el acondicionamiento de apeaderos como este de Pontecesures o el de Catoira.

«Queremos que se nos escuche y que el ADIF adopte decisiones de una vez por todas para que en nuestras estaciones se invierta en su mejora y mantenimiento, fomentando los trenes de proximidad por las vías convencionales», proclama Luis Sabariz.

Al tiempo que aporta fotografías para dejar patente el estado del apeadero pontecesureño, Sabariz relata que los andenes «se encuentran en estado de abandono» y que «las ramas de los árboles dificultan el paso de los usuarios del ferrocarril e incluso ya casi contactan con los trenes».

Tanto es así que «ahora los usuarios tenemos que entrar en el recinto ferroviario agachados y sorteando las ramas de los árboles».

Esto se debe a que los jardines de la estación «están a monte», pues carecen «del más mínimo cuidado», a lo que se suma el hecho de que «la marquesina del andén segundo está destartalada e invadida por la maleza, mientras que la principal tiene el techo dañado y goteras considerables».

A su juicio «es triste la nula atención que se presta a estas estaciones», las cuales considera «fundamentales para potenciar los trenes de proximidad». Lo que sucede es que «todo se invierte en las estaciones de las grandes ciudades, mientras que las de Pontecesures, Padrón y Catoira, donde se utiliza cada vez más el ferrocarril, quedan abandonadas a su suerte».

Faro de Vigo

Más de 22.000 usuarios subieron al tren en Pontecesures, Catoira y Padrón en 2017 y no pagaron el viaje por falta de interventores.

Si con los datos de 2016 la estimación fue de más de 16.000, en 2017 fueron más de 22.000 los viajeros que no pagaron el billete. Según los datos facilitados por Renfe subieron o bajaron en 2017 en las citadas estaciones un total de 93.796 viajeros, pero lo sorprendente es que las bajadas alcanzaron la cifra de 58.097 mientras las subidas fueron 35.699. No cabe duda que la razón está en que bastantes de los trenes no llevan interventor con lo cual nadie le cobra el servicio a los usuarios de los apeaderos de Catoira, Pontecesures y Padrón con las estaciones cerradas y sin despachar billetes. Hay que unir a esto los trenes que sí llevan interventor pero a éste no le da tiempo a cobrar el billete al ser muchos los viajeros que suben. Es completamente imposible esta diferencia abismal en favor de las bajadas. A las cifras hay que añadir otras subidas o bajadas de apeadero a apeadero (Catoira, Pontecesures, Padrón, Arcade, etc..) porque cuando no hay interventor no se computa ni la subida ni la bajada.

Un dato más: las bajadas en 2016 fueron de 56.646 viajeros, con lo cual en 2017 hubo 1.451 más. Sin embargo las subidas bajaron de 40.156 en 2016 a 35.699 en 2017. O sea, 4.457 menos lo cual nos viene a demostrar que el año pasado hubo bastantes más trenes sin interventor.

Por ejemplo, resulta insólito que desde Padrón, Pontecesures y Catoira «solo» subieran para bajar en Santiago de Compostela 4.923, 4.037 y 3.113 viajeros, respectivamente, mientras que procedentes de la capital de Galicia bajaron en dichas villas, 7.378, 8.562 y 4.601 viajeros, respectivamente. O sea, en total 12.073 subidas por 20.541 bajadas con más de 8.000 viajeros de diferencia lo cual es imposible. Llama la atención el caso de Pontecesures con una diferencia de nada menos que de 4.525 viajeros entre bajadas y subidas desde o hacia Santiago de Compostela,.

Incluso las cifras pueden ser mayores pues en los bonos de 10 viajes expedidos por las estaciones no se computan las subidas en estos apeadores pues los interventores (cuando los hay) anotan los viajes de forma manual en las tarjetas sin incidencia luego en las cifras oficiales.

Es indudable que el número de viajeros crece en estos apeaeros siendo un notable éxito la permanencia del servicio ferroviario por la vía convencional pero la falta de interventores hace que los datos recogidos y publicados sean irreales. Hay que tener en cuenta que todos los trenes que circulan por la vía electrificada de alta velocidad A Coruña/ Vigo y viceversa tienen OBLIGATORIAMENTE que llevar interventor y por eso no los hay en los trenes diésel que circulan por la vía convencional. Es evidente que la plantilla actual de interventores no es suficiente para cubrir ambos trayectos.

Con preocupación se recogen estos datos pues, como tantas veces, la estadística nos puede perjudicar y que se pierdan servicios de manera injusta. Conoce Renfe perfectamente lo apuntado y esperemos que transmita esta deficiencia al Ministerio de Fomento.

Por cierto, yo mismo, que viajo muy a menudo en el tren lo hago gratis en algunas ocasiones pues subo en Pontecesures y no pasa el interventor a cobrar y asi me apeo del convoy sin pagar. Presenté varias reclamaciones por este tema pero todo sigue igual. Por ejemplo esta semana viajé gratis desde Pontecesures a Pontevedra en el primer tren de la mañana que sale a las 6:37 horas tres días por falta de interventor.

Resulta imprescindible que haya interventor en todos los trenes (o al menos haya una máquina expendedora de billetes en los apeaderos, como mal menor). También es fundamental que se atienda una vieja demanda: los trenes «cortos» que van únicamente de Vilagarcía a Santiago y viceversa tienen que parar en Catoira. No tiene sentido que precisamente unos trenes de proximidad no paren en dicha localidad.

Ya para concluir, resulta imprescible que el ADIF acondicione los apeaderos de Padrón, Pontecesures y Catoira con toda urgencia. Los jardines abandonados, loas marquesinas dañadas y las pintadas en los edificios de las estaciones son una tónica general. Está bien invertir en las estaciones de las grandes ciudades del corredor pero los vecinos de las pequeñas villas también merecemos subir o bajar del tren en unas instalaciones debidamente acondicionadas. Es lo menos que se puede pedir en estos tiempos.

Luis Ángel Sabariz Rolán
Comisión de Defensa del Tren de Proximidad.

Vecinos de Pontecesures denuncian el absoluto abandono de la estación de tren.

Las marquesinas filtran agua «a chorros» si llueve con cierta intensidad.

Luis Sabariz, un vecino de Pontecesures que participa en la asociación que defiende la potenciación de las líneas de tren de cercanías, ha trasladado a ADIF una queja sobre el lamentable estado de las marquesinas en la estación, muy deterioradas por la falta absoluta de mantenimiento.

Explica que en la correspondiente al andén principal «las goteras son enormes», tanto que cuando llueve de forma intensa «el agua cae a chorros por la fachada del edificio de la estación».

La situación se agravó en los últimos meses debido a que también se han soltado piezas «que están a punto de caer» lo que, sin duda, «supone un importante riesgo para los usuarios del ferrocarril o para los vecinos en general pues la estación se encuentra en el centro de la villa de Pontecesures y es, por tanto, un lugar concurrido».

Explica que la marquesina del segundo andén «está tan destartalada que los laterales están a punto de caerse y la maleza invade todo el entorno», lo que conlleva una pésima imagen de la localidad a cualquier viajero que se asome a la ventana del tren.

Señala Sabariz que «poco o nada se invierte en la conservación de estos apeaderos como demuestra el hecho de que el techo de la marquesina se renovó hace quince años».

Como usuario subraya que esta situación es parecida en las estaciones de Padrón y Catoira, que también precisan mantenimiento.

Faro de Vigo

Las marquesinas de la Estación de Pontecesures presentan un estado lamentable.

Ya se trasladó la queja al ADIF en varias ocasiones pero no se acomete la reparación, y las marquesinas cada vez se deterioran más. En la del andén principal las goteras son considerables e incluso, cuando llueve con intensidad, baja el agua a chorros por la fachada del edificio de la estación. Ahora, como se aprecia en la fotografía, hay algún material a punto de caer suponiendo un riesgo para los usuarios del ferrocarril, o para los vecinos en general pues la estación de Pontecesures está en el centro de la villa.

Las marquesina del segundo andén esta destartalada con los laterales cayéndose, invadida por la maleza y totalmente decolorada. La imagen que se transmite de la villa a cualquier viajero es realmente triste.

Poco o nada se invierte en la conservación de estos apeaderos (el techo interior actual de la marquesina principal fue instalado hace más de 15 años) y así los usuarios del tren en Pontecesures nos consideramos injustamente tratados.

Esperemos que de una vez por todas se preste atención al mantenimiento de las estaciones de Padrón, Pontecesures y Catoira. Aumentan los viajeros, sí, pero no anima nada subir o bajarse del tren en un espacio con este nivel de deterioro. Para potenciar el servicio de proximidades es fundamental el mantenimiento de las estaciones.

Luis Ángel Sabariz Rolán

Denuncian la falta de interventores en los trenes.

El cesureño Sabaríz asegura que esta circunstancia merma la supervivencia de las paradas de Pontecesures y Catoira

La ausencia de interventores en muchos de los trenes que circulan por la vía convencional continúa siendo moneda común, según denuncia Luis Ángel Sabariz, que ha puesto varios reclamaciones ante el centro de atención posventa de Renfe.

Sabariz Rolán expone que, además de las consecuencias recaudatorias negativas para Renfe, el impacto también es perjudicial para las estaciones pequeñas, que no ven computadas en las estadísticas las personas que usan el tren y esto, como apunta el denunciante, podría derivar en la eliminación del servicio. «Espero que se tenga en cuenta esta ausencia de interventores en el cómputo anual de viajeros», subraya.

La Voz de Galicia