Seage propone un plan para eliminar dos de los vertidos contaminantes al río Ulla.

El problema es de difícil solución, toda vez que surge de la falta de separativos de pluviales y fecales en buena parte del casco urbano.

Cambiarle la cara a la zona portuaria de Pontecesures. Ese fue el primer reto que se marcó el nuevo gobierno de la localidad, y a él le ha dedicado Portos de Galicia una partida de 33.000 euros. Dinero suficiente para asfaltar los viales -falta su repintado-, limpiar y pintar muros, vallas y farolas, quitar hierbas y arbustos de los taludes portuarios y, en general, darle un poco de brillo a la que se pretende que sea la fachada principal de la localidad. Pero el gobierno local sabe que, para que el río cobre la dimensión que le corresponde, es necesario abordar otras cuestiones, de más calado que una simple limpieza general. Para empezar, es preciso acabar con los vertidos que llegan al río, deteriorándolo tanto ambiental como estéticamente.

El problema es de difícil solución, toda vez que surge de la falta de separativos de pluviales y fecales en buena parte del casco urbano. Mientras esa actuación, muy costosa, no se puede completar, la intención del gobierno local es buscar alternativas que permitan aminorar el problema. Para ello, se plantea actuar sobre dos de los puntos negros más importantes detectados. Uno está localizado en Ponte Rateira, el paso bajo la vía del tren por el que se oye, se ve y hasta se huele el discurrir de aguas negras de la localidad.

La intención del gobierno local es, en esos dos puntos, articular una fórmula que permita bombear las aguas hacia la EDAR, y no directamente hacia el río, su actual destino. Para poder acometer esa actuación es precisa una inversión «de entre corenta e cincuenta mil euros», según explicaba ayer Juan Manuel Vidal Seage.

El gobierno local está buscando el dinero preciso para abordar este plan, que reconocen que no será «infalible» pero que permitirá mejorar sustancialmente la situación. «? un dos problemas que temos. O outro é que para poder actuar temos que conseguir os permisos de varias administracións, desde Augas de Galicia, Portos, e mesmo Renfe», indica el alcalde. En cualquier caso, se harán todos los esfuerzos necesarios para acometer cuanto antes esta actuación.

La Voz de Galicia

Vecinos de Pazos, en Padrón, alertan del deterioro de las aceras de la N-550.

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Pasear por las aceras de la carretera N-550 a su paso por el núcleo de Pazos, en el municipio de Padrón, parece ser, casi, una afición de riesgo, sobre todo para los vecinos más mayores, precisamente los que más salen a caminar a diario.

Lo es debido a la colocación de las baldosas que, en algunos tramos, no están uniformes, lo que provoca que algunos se enganchen con los pies y haya caídas, como ya tiene sucedido, o que esté a punto de haberlas. «Eu case caio por dúas veces», cuenta una vecina de Pazos que habitualmente camina por las aceras, para pasear o para ir a buscar el pan.

Ya sea porque quedaron mal colocadas en su día o porque se movieron con el paso de los años, «hai algúns sitios nos que as plaquetas non están igualadas e, sen darte conta, tropezas cos pes», cuenta otra vecina. Las dos recuerdan que hace tiempo que dos convecinas de Pazos cayeron juntas. Además, en un punto hay cuatro baldosas literalmente levantadas.

«Xa sabemos que levan moitos anos así e que é moito tramo pero, polo menos, deberían repasar aqueles puntos nos que peor están», asegura una vecina, que recuerda que por las aceras de Pazos caminan muchas personas a diario, en especial las mayores del lugar, así como por la pista paralela a la vía del tren. Las aceras llevan así tiempo pero, como dice medio en broma un vecino, «cada día imos máis para vellos e levantamos menos os pés».

Además, otra familia del lugar llama la atención sobre las rampas de acceso a las aceras que, en algún caso, son demasiado empinadas y no cumplen con el objetivo para el que se hicieron: facilitar los desplazamientos a las personas con problemas de movilidad.

Así, en Pazos hay un vecino que se mueve en silla de ruedas y, al menos, en una de las rampas no se atreve a subir, con lo que circula por el arcén, en caso de que no haya un coche estacionado, para buscar otro acceso. Si hay un vehículo aparcado en el arcén, se ve obligado a meterse a la propia carretera nacional para poder subir a la acera. «Deberían suavizar esas rampas», dicen desde la familia.

Por último, otros vecinos de Pazos lamentan la limpieza que se hace de la zonas verdes de la aldea y otros espacios. Según cuentan, acaban de ir a limpiar pero no quedó todo lo bien que debería y de ahí las quejas.

La Voz de Galicia

Tarela denuncia que los operarios del Concello actúan en terrenos privados.

La exalcaldesa de Pontecesures, Cecilia Tarela, aprovechó el pleno celebrado el lunes para denunciar que los operarios municipales «limpian propiedades ajenas al Concello». Y concretó un poco más diciendo que actúan «en la estación de tren, que para eso tiene su servicio, y en la entrada de un garaje en una conocida calle de carácter particular». El alcalde le contestó que tratará de averiguar lo sucedido, ya que es algo que desconocía.

Quien sí parece saber de qué se trata es el exconcejal Luis Sabariz, integrante de la comisión en defensa del tren de cercanías y uno de los grandes valedores de este servicio. Se encontraba entre el público durante el pleno y no ocultó su estupor al escuchar a Cecilia Tarela, ya que «el entorno de la estación también se limpiaba de vez en cuando por los operarios del Concello cuando ella era alcaldesa», explicó este vecino, sabedor de que «hay un acuerdo con Adif y una veces limpian ellos y otras, nosotros».

Faro de Vigo

El pleno de Padrón aprueba el pago de facturas pendientes por casi 385.000 euros.

El alcalde expulsó de la sesión a los dos concejales del Partido Galeguista.

El pleno del Concello de Padrón aprobó en la tarde de ayer un reconocimiento extrajudicial de crédito por importe de casi 385.000 euros para el pago de facturas pendientes del año pasado y de este, muchas de las cuales no tenían consignación presupuestaria. El punto ya fue a pleno hace una semana, pero no salió adelante. Ayer, además del grupo de gobierno (PP), CIPa apoyó la operación por «responsabilidade política» mientras que el PSOE se abstuvo y el resto de la oposición votó en contra, con lo que el reconocimiento extrajudicial de crédito salió adelante.

Este era el segundo punto del orden del día y, en el tercero, el alcalde Antonio Fernández expulsó al portavoz del PGD, Ángel Rodríguez, cuando este intentó hacer una valoración política del año que ha pasado desde las elecciones municipales de 2015. El regidor le pidió que se ciñera al punto (adherirse a la central de contratación de la Fegamp), pero el edil galleguista insistió en hacer la valoración, con lo que al tercer aviso fue expulsado.

En la votación de ese mismo punto, sucedió algo similar con su compañero del PGD, Javier Guillán, aunque en su caso dijo que no esperaba a que el alcalde lo echase, que se marchaba él, pero Antonio Fernández acabó diciendo «estás expulsado». A Guillán le dio tiempo a decir que «de nada vale aprobar propostas no pleno, se logo non se executan». Así recriminó al gobierno local que «o que se acorda no plenos, logo non se fai» por lo que le preguntó para que asisten a las sesiones, «para enganar ao pobo ou para levar os cartos», explicó visiblemente molesto Javier Guillán.

El alcalde, por su parte, aseguró con relación a las expulsiones que él «non quería botalo, querían irse eles».

Por lo demás, la sesión, que duró menos de lo habitual, aprobó varias mociones del PSOE para que se insista en pedir la señalización de la estación del tren de A Escravitude; en la rehabilitación de viviendas del casco histórico; la deficiente conservación de señales e indicadores de lugares, límites de velocidad y del propio trazado del Camino de Santiago o sobre el deterioro del entorno de la iglesia de Iria-Flavia.

Algunas de estas mociones socialistas son reiterativas, pero la oposición denunció que no se llevan a la práctica.

También se aprobó una moción del grupo Alternativa por Padrón para que se regule la ocupación de espacios públicos con la instalación de terrazas y se controle que realmente se coloca el número de mesas y sillas concedidas, para que no haya «malestar» entre los hosteleros, como está sucediendo, según dijo el edil Cesáreo Pardal.

La que no salió adelante fue una propuesta de Veciños de Padrón en favor de la neutralidad de las instituciones democráticas en materia de religión. Pese a que el pleno padronés tiene aprobada una moción sobre la laicidad en el ámbito del Concello, ayer, además del PP, dos concejales más (Cesáreo Pardal y Eloi Rodríguez) votaron en contra de eliminar símbolos religiosos del salón de plenos y el primero incluso aseguró que él asistirá a los actos religiosos que lo inviten.

La Voz de Galicia

Juan Manuel Vidal Seage, proclamado alcalde de Pontecesures entre duras descalificaciones.

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Dado que la alcaldesa saliente no quiso fue Isabel Castro la que entregó el bastón de mando a Vidal Seage.

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Una alcaldesa muy enfadada | Antes de que dejara de serlo la alcaldesa Cecilia Tarela se mostró especialmente enfadada.

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Juan Manuel Vidal Seage, iluminado por un rayo de sol en el salón de plenos antes de ser proclamado alcalde.

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Mucha gente de fuera | En el salón de sesiones había un centenar de personas, pero la mayoría eran de fuera.

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Un debate crispado | Ángel Souto Cordo ??al fondo de la imagen??, Roque Araújo ??en primer término??.

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El salón de sesiones se llenó de medios de comunicación y público.

BNG y PSOE mostraron su indignación por perder el poder y no escatimaron en insultos a los nuevos dirigentes -El PP pasa a gobernar en coalición con dos grupos independientes surgidos hace años de sus propias filas

Juan Manuel Vidal Seage es desde ayer a las 12.30 horas alcalde del Concello de Pontecesures. El representante del PP en la localidad fue proclamado primer edil tras la aprobación de una moción de censura que deja sin el bastón de mando a la nacionalista Cecilia Tarela.

La sesión plenaria que comenzaba a mediodía, por momentos tensa y crispada, se ajustó al guión previsto y no hubo sorpresas. Eso sí, destacaron los ataques manifestados por el gobierno saliente, que para la ocasión se hizo arropar por alcaldes y concejales del BNG y el PSOE procedentes de otras localidades de las comarcas de Caldas, O Sar, O Salnés y Pontevedra.

Pero hay que analizarlo todo por partes. En primer lugar decir que la moción de censura prosperó con los tres votos a favor del PP, integrado por Juan Manuel Vidal Seage, José Ramón Cadilla Piñeiro y Mónica Espadas Díez; los dos apoyos de los ediles electos de Independientes de Pontecesures (IP), es decir, María Isabel Castro Barreiro y Francisco García Sobrino; y el líder de Terra Galega (Tega), Ángel Manuel Souto Cordo. Su número dos, Jorge Janeiro Cortés, que no estaba inicialmente de acuerdo con la moción de censura, no acudió al pleno, supuestamente por razones laborales, y se ahorró así un momento desagradable.

Así pues, esos seis votos a favor de la moción de censura constituyen mayoría absoluta, o lo que es lo mismo, un aval suficiente para que gobierne el PP de Vidal Seage, que fue, cabe recordar, la lista más votada en las pasadas elecciones.

A diferencia de lo que sucedió tras las elecciones de mayo de 2015 y antes de la investidura posterior, esta vez sí hubo acuerdo entre esos tres grupos. Los conservadores toman las riendas para tirar de un carro en el que se suben IP y parte de TeGa, dos formaciones que nacieron hace años precisamente como escisiones del PP.

Esto es tanto como decir que desde ayer están en la oposición los dos ediles del BNG -la exalcaldesa Cecilia Tarela y María Teresa Tocino- y los dos del PSOE -Roque Araújo y Concepción Gómez Figueira- que gobernaban en solitario desde que hace unos meses los plantó Tega.

Aclarado esto, como segundo aspecto destacado, hay que aludir a la presencia de un centenar de personas entre el público, pero lo llamativo es que la mayoría no eran vecinos pontecesureños, ni mucho menos. Había alcaldes, concejales e incluso diputados socialistas y nacionalistas como las grovenses Ángeles Domínguez y Noemi Outeda, la valguesa María Ferreirós, Javier Dios, Bieito Lobeira, Carlos Iglesias, Dolores Folgar, María José Vales y otros representantes electos de A Illa, Vilanova, Valga, Cambados, Pontevedra, Caldas, O Grove, Moraña o Padrón, por citar algunos ejemplos. «Estamos aquí para apoyar a nuestros compañeros», argumentaban los representantes del PSOE y el BNG en Pontecesures.

Y el tercer aspecto a destacar del pleno de censura es que tanto Cecilia Tarela como Roque Araújo acudieron dispuestos a vender cara su piel, o desde luego con las escopetas cargadas, de ahí que arremetieran con una dureza por momentos extrema contra los ponentes de la moción, ganándose así los aplausos de sus seguidores.

Para entender mejor los modos que se presenciaron cabe apuntar dos cuestiones muy concretas: que la ya exregidora no dejó de golpear con la mano abierta sobre la mesa mientras gritaba para abroncar a sus detractores, y que tras la votación que dejó claro que Seage era el nuevo alcalde Tarela se negó a entregarle el bastón de mando.

Tuvo que hacerlo María Isabel Castro Barreiro, que también es exalcaldesa y es ya una veterana de la política local. Además presidió la mesa de edad, de ahí que durante la parte más agria del debate, por llamarlo de alguna forma, pidiera que no se convirtiera el salón de plenos «en una plaza de pescado».

Algunos se preguntarán por qué tanta crispación, ya que una moción de censura es una fórmula tan válida y legítima como la de formar un gobierno tras unas elecciones dejando al margen a la lista más votada, que es como llegó al poder Cecilia Tarela hace un año.

La nacionalista trató de explicar ese enfado recurriendo a la descalificación, ya que al parecer se sintió insultada por el texto de la moción de censura presentada, en la que se dice que la situación es «insostenible» en el municipio, que el ejecutivo carecía de la confianza de los demás munícipes y que es necesaria una nueva mayoría «capaz de mejorar el bienestar de los vecinos».

Acto seguido la aún portavoz del BNG pero ya no alcaldesa tildó de «soberbios», «autoritarios» y «malos gestores» a los portavoces de los tres grupos que acabaron con su mandato, antes de asegurar que si ahora se unieron para gobernar «es por dinero».

Efectivamente, la nacionalista acusó una y otra vez a los representantes de PP, IP y Tega de formar gobierno para cobrar, lo que le sirvió para que desde el público alguien la recordara que ella también estuvo cobrando hasta ahora, junto con los dos que fueron sus socios.

Pero Cecilia Tarela siguió con su discurso diciendo que «buscan el dinero y las obras», lo cual explicaría, a su juicio, que se cree una concejalía de Infraestructuras y otra de Obras, «para tener contentos a los dos socios» del PP.

«Solo vienen a por el dinero», gritó una y otra vez una por momentos desencajada Cecilia Tarela, quien la emprendió con especial dureza dialéctica contra Ángel Souto Cordo, quizás por haberla dejado tirada solo un año después de haberla encumbrado en la Alcaldía.

La exregidora criticó a su exsocio acusándolo de ser un «vago» y no cumplir con sus obligaciones cuando tuvo dedicación exclusiva en su gobierno. Lo dijo tras explicar que «ya les queda el trabajo hecho, por lo que pueden rascarse la barriga durante mucho tiempo».

Visiblemente irritada y sin acabar de encajar la derrota, Tarela recordó que los que ahora forman el tripartito pontecesureño «no podían ni verse tras las elecciones» de 2015, pero sin embargo «ahora están todos juntos en esta pandilla que mintió a todos los vecinos».

Esto la llevó a concluir que «las enemistades se curan con dinero, y ya veremos si la jubilada -en alusión a Isabel Castro- cobrará por delante o por detrás».

Cuando ya había perdido totalmente los papeles, Cecilia Tarela acusó a Souto Cordo de haber trabajado «solo durante 30 días» en lo que va de mandato y de «incumplir con su horario». Y sin dejar de dar golpes en la mesa ni de gritar espetó: «Presentar esta moción de censura con insultos es una falta de educación».

También el socialista Roque Araújo se subió al tren de la crítica tildando la moción de censura de «ópera bufa» promovida por «un productor con la cartera llena de dinero que se rodea de un primer actor ambicioso con aires de galán trasnochado y una primera actriz con solera a la que ya no queda otra oportunidad para destacar».

Esta escenificación continuó con un Roque Araújo convencido de que la moción de censura «está basada en mentiras, pues Seage siempre dijo que no aceptaría un tripartito con dedicaciones exclusivas».

Aunque también tuvo tiempo para presumir de gestiones realizadas en el último año, como «mejora del abastecimiento o del cementerio, los colegios, la base de Protección Civil y parques infantiles», sin olvidar los supuestos avances «en servicios sociales, educación, cultura y deporte».

Roque Araújo apostó como Tarela por el cuerpo a cuerpo y preguntó qué va a pasar ahora con la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) -que fue la principal causa de ruptura del viejo tripartito-, qué va a suceder con la polémica variante de la carretera N-550 o incluso si el nuevo alcalde va a promover la fusión de Pontecesures con el municipio vecino de Valga.

Para cerrar su intervención el socialista pronosticó que «el tiempo pondrá a cada uno en su sitio y cada uno tendrá que rendir cuentas en el futuro», que lógicamente es algo que ahora también deberán hacer el propio Araújo y el BNG tras haber perdido la Alcaldía.

Ángel Souto Cordo fue el único del nuevo gobierno que saltó a la arena para participar en el citado cuerpo a cuerpo, quizás porque la suya era una batalla fratricida con los que hasta hace nada eran sus socios.

Y el que para unos es «oveja negra» y para otros «hijo pródigo», ya que sus orígenes están en el PP, no dudó en asegurar que «con Manuel Luis Álvarez Angueira esto no habría pasado», o lo que es lo mismo, que piropeó al anterior alcalde del BNG al tiempo que culpó de la ruptura de relaciones y la pérdida de la Alcaldía a la que fue su sucesora, Cecilia Tarela.

Continuamente interrumpido por ésta, que en realidad fue la única que se saltó a la torera los turnos de intervención, Souto Cordo también tiró de la manta para decir que el socialista Roque Araújo llegó a ofrecerse para formar una moción de censura contra el BNG con Tega e IP.

Y claro, ahí empezaron a llamarse «mentirosos» unos a otros, haciendo que el debate dejara de serlo y los gritos se impusieran a cualquier razonamiento.

Eso sí, Souto Cordo tuvo ocasión de defenderse de las acusaciones diciendo que si faltó al trabajo fue o bien porque durante un periodo estuvo de baja laboral a causa de un accidente de circulación o porque estuvo de vacaciones, de ahí que insistiera en que son sus derechos y acusara a Cecilia Tarela de «ir en contra de los trabajadores».

Junto a María Isabel Castro, que se dedicó a pedir tranquilidad, «para tener la fiesta en paz», y que aseguró que no va a cobrar en esta nueva etapa en el gobierno, el más moderado fue el nuevo alcalde, que evitó entrar en el juego de las descalificaciones y se limitó a leer un breve discurso que arrancó citando la misma frase con la que Miguel Delibes comienza su libro «El Camino»: «Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así».

Tras parafrasear también a Eduardo Pondal, el regidor pontecesureño se comprometió a «sacar adelante» el «desafío» y las «duras pruebas» a las que ahora se enfrenta su gobierno.

Una vez finalizada la sesión Seage dejó claro que «no hay nada de malo en crear una concejalía de Obras y otra de Infraestructuras», garantizó que «solo va a pagarse una dedicación total y otra parcial, por lo que el coste va a ser menor que en el gobierno saliente», y aseguró que podrá compatibilizar su nuevo cargo con su profesión «sin ningún problema».

Faro de Vigo

Salva o Tren volverá a Madrid para exigir la reapertura de la estación de Portas.

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Intentará impedir que Fomento cambie esta opción por la propuesta de Vilagarcía de una Vía Verde que costaría un millón de euros.

El no que el gobierno popular de Portas dio el pasado viernes a la moción presentada por la Plataforma Galega Salva o Tren para que se intentase recuperar en el Ministerio de Fomento el servicio de tren de viajeros en la estación del municipio supone, según el citado colectivo, un varapalo de tal dimensión que «asesta un golpe mortal al arraigo de los habitantes de la comarca de Caldas de Reis». La citada estación permanece cerrada para pasajeros (no así para transporte de mercancías con Pontevedra) desde el 20 de julio del año 2008.

Desde entonces, y dentro de una reivindicación global del mantenimiento de otras estaciones ferroviarias del Eje Atlántico entre Santiago y Vigo, fueron múltiples las acciones (movilizaciones, gestiones en Fomento, reuniones al más alto nivel en dicho ministerio y otras) que emprendió Salva o Tren. Todas sin éxito. No obstante y pese al reciente rechazo de la moción, Salva o Tren volverá a reiniciar las gestiones ante el Ministerio que dirige, actualmente en funciones, Ana Pastor. Eso sí, el colectivo reconoce que ahora la tarea será «moito máis difícil». Y es que además, la alternativa a la reapertura de la estación, que propuso en su día el alcalde de Vilagarcía, la construcción en su lugar de una Vía Verde, está apoyada también por el regidor de Caldas de Reis, además de por el arousano y el de Portas. En opinión de Salva o Tren, estas posturas son inconcebibles teniendo en cuenta variables sociales, económicas y de movilidad de los vecinos de la zona de Caldas de Reis: una población envejecida, que en muchos casos carece de vehículo propio o de carné y depende de los taxis para poder desplazarse y la inexistencia de cualquier otro tipo de transporte público en la comarca.

Según la plataforma, constituida en el año 2007 y que dice haber salvado la operatividad de once estaciones del mencionado eje entre Compostela y la ciudad olívica, resulta «bochornoso» que el actual alcalde de Portas, Víctor Estévez, siga la senda de su antecesor y apoye la «descabellada» propuesta del regidor de Vilagarcía de levantar el trazado ferroviario y construir una Vía Verde que costaría alrededor de un millón de euros. Todo ello en un concello, el de Portas, que tiene una elevada deuda.

INDEFENSOS. Por eso, Salva o Tren estima que los vecinos se han quedado indefensos frente a un Concello que se muestra «irresponsable, inoperante y falto de coherencia administrativa» porque, en lugar de apoyar la recuperación del servicio de pasajeros, aunque hayan pasado ya ocho años, opta por «privarnos de su defensa poniendo palos en la rueda de esta lucha».

Así las cosas, el colectivo ejercerá de nuevo la defensa de lo que considera un interés vecinal generalizado e iniciará una nueva ronda de contactos con el Ministerio de Fomento. El objetivo, afirma, no es otro que «gestionar la recuperación de la estación e impedir que esa Senda Verde acabe con la esperanza de comunicación de toda la comarca de Caldas».

Reproche: Un alcalde que reside en Pontevedra

El hecho de que el alcalde de Portas, como otros muchos de pequeños municipios de la provincia, no resida en el concello que gobierna es un hándicap para conocer las necesidades del día a día de los vecinos. Víctor Estévez tiene fijada su residencia en Pontevedra, hecho que le reprocha Salva o Tren. Las palabras del regidor en las que destacó que sus hijos «nunca habían cogido un tren para ir a estudiar» son duramente criticadas por la plataforma, que las ponen de ejemplo de la falta de conocimiento real «de las imperiosas necesidades de transporte existentes en Portas». Este es un concello, además, en el que faltan servicios tan básicos como una red de abastecimiento de agua municipal y saneamientos.

Diario de Pontevedra