Valga quiere usar el yacimiento de Agro de Xaz para abrirse al río Ulla.

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El concello trabaja en un proyecto para poner en valor los restos de un puerto romano para el que ya ha solicitado la declaración de Ben de Interese Cultural.

Agro de Xaz se ha convertido en uno de los proyectos favoritos del gobierno local de Valga. Tras el descubrimiento en ese recodo del Ulla de los restos de lo que debió de ser un puerto romano de considerable actividad, el Concello ha estado buscando la manera de conjugar la exploración histórica de ese recinto con su conversión en un bien social y turístico. Se reclamó su declaración como Ben de Interese Cultural (BIC) y se llamó la atención del Ministerio de Fomento para que destinase a este recinto parte del 1 % cultural. El primer asunto aún está en trámite, pero el segundo se resolvió ya en los presupuestos generales del Estado, donde figura una partida de 180.000 euros para el también llamado Mercado dos Mouros.

El Concello está elaborando un proyecto, que ya está bastante avanzado, para poner en valor este recinto. En los prolegómenos de dicho informe, se plantea un reto muy ambicioso: aprovechar esta iniciativa como acicate, al entender que es «una oportunidad única de explotar de una vez por todas las ruta jacobea marítima», sentando las bases de un recorrido histórico que tendría sus extremos en las Torres de Oeste por un lado, y en Iria Flavia por el otro.

El proyecto en el que se está trabajando pivota sobre varios aspectos. En primer lugar, y como no podría ser de otra manera, se esbozan una serie de actuaciones arqueológicas que arrancarían con la limpieza y control de la vegetación en el área del yacimiento, y que darían paso a prospecciones a realizar en el espacio intermareal, y que incluirían trabajos subacuáticos para intentar definir los perfiles del antiguo puerto.

Además de avanzar en el descubrimiento de los vestigios que siguen ocultos, se pretende poner en valor el yacimiento. En este punto, la iniciativa que bosqueja el Concello de Valga tiene en cuenta un doble horizonte: el local y el comarcal. Y en ese sentido, se pretende diseñar un proyecto que se pueda ensamblar, a la perfección, en una futura red que interconecte los yacimientos de interés de toda la zona Ulla-Arousa. La propuesta incluye, por el momento, la construcción de un pequeño edificio desmontable que pueda hacer las veces de centro de interpretación, así como el desarrollo de todo tipo de documentos en diversos soportes -desde una página web a paneles informativos- para divulgar la historia del yacimiento de Agro de Xaz.

Una zona de aparcamiento
El proyecto que se está redactando plantea, también, sobre una cuestión central: la de utilizar este recinto como una forma de abrir Valga al río. El Concello parece estar empeñado en que el Ulla recupere el carácter de vía de llegada de conocimientos y riqueza: lleva años tramitando la construcción de un embarcadero hasta el que puedan llegar catamaranes con turistas, y ahora ha encontrado en el Mercado dos Mouros otro punto desde el que meter los pies en las aguas del río.

En ese sentido se formulan dos actuaciones. Una pasa por recuperar las agras donde, a fuerza de no tener quien las trabaje y las cuide, los juncos se han enseñoreado del paisaje hasta convertirse prácticamente en una especie invasora. Intentar meterla en cintura resultaría fundamental para poder definir el perfil del puerto y, también, para hacerlo visible. Elaborar un estudio de la zona para, acto seguido, proponer rutas intermodales es otro de los asuntos que quiere abordar el Concello, que ya tiene previsto, eso sí, construir una zona de aparcamiento para quienes acudan a Agro de Xaz. Para tal fin se ha elegido el entorno en el que, si los planes del alcalde se cumplen, acabará existiendo un apeadero del tren. Pero ese, claro, ya es otro cantar.

La Voz de Galicia

Cien días y «todo sigue su curso».

«El expediente sigue su curso» era la frase favorita del concejal de Obras y Urbanismo de Pontecesures, Ángel Souto Cordo, cuando en el anterior mandato se le preguntaba en los plenos por los expedientes urbanísticos de recuperación de terrenos públicos, reposición de la legalidad, protección patrimonial y similares. Luego, en la realidad, de seguir nada de nada y, en consecuencia, los expedientes se eternizan en los despachos. Empezó el pasado 13 de junio el actual mandato y estos expedientes del pasado «siguen el curso» que marca el reelegido concejal de Obras, es decir, continúan empantanados, sin resolverse nada.

Pero también en otras materias la actividad es nula. Continuamos con un aula de nuevas tecnologías desaparecida por no poder instalar los ordenadores que fueron retirados, con un terreno municipal de más de 1.000 m2 sin recuperar cerca del consistorio, con el muelle y la estación del tren con los problemas de limpieza de siempre, con un mercado ambulante decadente, con las peores fiestas del Carmen de la historia, con un trabajo de elaboración de la relación de puestos de los empleados del Concello y su valoración que no acaba nunca, con una prometida ordenanza de participación ciudadana que no ve la luz, con la biblioteca cerrada buena parte del verano, con las calles centrales colmadas de gatos vagabundos, con el consiguiente problema sanitario, y pagando un recibo 2015 de IBI, como lo hicimos estos días, con una subida del 6% por culpa de una actualización de valores catastrales decidida por el gobierno anterior hace algún tiempo. Ya no sigo.

Hasta ahora pocas novedades en la labor del gobierno. Colocaron los «lombos» del centro del pueblo en contra de la ciudadanía y, tras las necesarias obras en el edificio de la casa consistorial, se cambió el color de la fachada.

Escaso bagaje para tener que pagar a tres miembros del gobierno unas sueldos por su dedicación.

Por cierto, sigue sin haber megafonía en los plenos y el del 28 de septiembre comenzó además casi en la penumbra, pues tardaron hasta en encender las luces del salón. Como sigamos así habrá que ir a los plenos con un candil.

(*) Luis Ángel Sabariz Rolán es exconcejal de la Corporación de Pontecesures.

Faro de Vigo

Alertan del abandono y falta de limpieza de la estación de ferrocarril de Pontecesures.

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El exconcejal pontecesureño Luis Ángel Sabariz Rolán, uno de los integrantes de la comisión en defensa del tren de cercanías y quizás el principal defensor de esta línea férrea en el territorio del Ullán, se dirige a la alcaldesa de la localidad, la nacionalista Cecilia Tarela, para denunciar el abandono y falta de limpieza del apeadero de la villa.

Ahora como vecino, ya no como concejal, Luis Sabariz relata que hay una papelera llena de residuos «desde hace un mes», a lo que añade que los andenes están tan sucios que proyectan «una imagen lamentable de nuestro pueblo».

En el escrito remitido a la primera edil ruega «encarecidamente» que se limpien los bancos de la estación con agua a presión, al igual que solicita el adecentamiento de la zona ajardinada para que el apeadero presente «las mejores condiciones posibles».

Advierte que de ello puede depender la continuidad de un servicio de proximidad que cada vez utiliza más gente», y resalta que esa afluencia de pasajeros es fundamental para que la vía convencional siga funcionando entre Vilagarcía y Santiago.

Sabariz recuerda que ya fueron muchas las quejas presentadas en el mismo sentido, cuando era concejal, ya que «es conocida mi implicación en este tema», espeta a la alcaldesa de Pontecesures.

Faro de Vigo

Realizan pintadas en un tren al parar en Pontecesures.

Procedente de Vilagarcía de Arousa y con destino a Santiago paró ayer día 10 de agosto, a las 20:51 horas, un tren regional. Cuando estaba detenido en la Estación de Pontecesures unos de los vagones fue objeto de pintadas con spray por parte de dos o tres desconocidos.
Sobre las 21 horas y avisada por el personal de Renfe, acudió a la estación una patrulla de la Guardia Civil pero ya habían huído los responsables de las pintadas. Los agentes procedieron a inspeccionar la zona esperando que las cámaras del recinto puedan aportar algo sobre la autoría.