El acto más singular de las fiestas es la procesión de los lacones, el 2 de febrero.
Un momento de la procesión, con los tres santos.
San Paio celebró ayer su fiesta en Valga acompañado de San Roque y San Antón. Los vecinos portaron las tres imágenes durante la mañana de ayer para recorrer los cuatro kilómetros que separan la iglesia de Cordeiro de la ermita de Vilar. Los tres estarán allí hasta el día de la Candelaria, el 2 de febrero, cuando emprenderán el regreso al templo parroquial en la conocida como «procesión dos lacóns».
El grupo de gaitas.
La procesión de ayer salió pasadas las 9.00 horas, con los tres santos llevados a pie por un grupo de vecinos de la parroquia, entre ellos los organizadores de la celebración, los miembros de la asociación vecinal y cultural de Vilarello. La música del grupo de gaitas Brisas do Río Ulla y el lanzamiento de bombas marcaron el paso por los distintos pueblos: Beiro, Ferreirós, Outeiro, As Eiras, Moldes, Vilarello y el destino, Vilar.
Un descanso para tomar dulces.
El desfile sólo hizo dos paradas en Eiras y en Vilarello donde, aunque fueron breves, hubo tiempo para hacer descansos con dulces, churros, chocolate y licores.
Ya con los santos resguardados en la capilla, los gaiteros procesionaron por Vilar y Vilarello hasta que, a las 13.00 horas, se celebró una misa cantada por la Coral Polifónica de Santa Comba.
En los próximos días, hasta el sábado, la novena se celebrará a las 17.00 horas y el domingo los actos de la Candelaria comenzarán a las diez de la mañana, cuando tendrá lugar la bendición de los cirios previo a la salida de la procesión de los lacones, que son llevados por los vecinos -normalmente, son mujeres- en cestas sobre sus cabezas. Se trata de una de las procesiones más singulares de cuantas se celebran en Arousa.
También han iniciado la novena de la Candelaria y San Blas en Cambados, la otra localidad arousana con una devoción especial por este santo, patrono de los males de la garganta. En este caso, los actos religiosos son en la capilla del Hospital.
Es una solución transitoria planteada para los ciclos de Agrojardinería, Composiciones Florales, Jardinería y Floristería
El conselleiro saluda a una alumna.
Sin que casi nadie se lo esperara, el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, anunció ayr la puesta en marcha de nuevas aulas para mejorar la formación que se imparte en el Instituto de Educación Secundaria de Valga.
Más concretamente para dar cabida al alumnado de los ciclos básicos de Agrojardinería y Composiciones Florales y a los del ciclo medio de Jardinería y Floristería.
Fue «un regalo que el conselleiro trajo bajo el brazo» cuando acudió a los actos conmemorativos del 25 aniversario de dicho centro formativo.
Falta de espacio
El titular de Educación se comprometió a «adoptar medidas para paliar la falta de espacio» en los citados ciclos formativos.
El IES Plurilingüe de Valga cumple 25 años.
Y fue entonces cuando anunció esta «solución provisional» consistente en instalar «un módulo de aulas móviles en los terrenos del viejo campo de fútbol de Baño, que en su día fueron cedidos por el Concello a la Xunta de Galicia para este fin», destacan en el gobierno local.
El alcalde, José María Bello Maneiro, agradeció el anuncio realizado por el conselleiro en la visita al IES Plurilingüe de Valga, donde estuvo acompañado del jefe territorial de Educación y la concejala de Educación, Carmen Gómez.
Demostración de robótica
Además de recorrer las instalaciones asistieron a una demostración de robótica en la que se mostraron artilugios autónomos «pensados fundamentalmente para emplear en departamentos de logística de empresas, para transportar materiales desde el almacén hasta las líneas de producción».
La demostración de robótica.
Durante la visita, el conselleiro, el alcalde y demás autoridades «también pudieron comprobar el funcionamiento de un guante sensorizado con aplicaciones ergonómicas», explican en el Concello.
Donde también destacan que en el adecentamiento exterior del IES, provisto de la iluminación inaugurada por el propio conselleiro, «participaron alumnos de cuatro módulos de Formación Profesional, como fueron el básico de Agrojardinería, el medio de Jardinería, el ciclo medio de Mantenimiento y el superior de Mecatrónica Industrial».
Así las cosas, el alumnado de la rama agraria se ocupó de acondicionar los jardines y plantar un árbol «como símbolo de sabiduría».
También se colocaron tubos led en la cubierta de la entrada y un letrero luminoso en el que se lee: «IES Plurilingüe de Valga. 25 aniversario, 2000-2025».
Actos de mañana y tarde
Como ya se avanzaba ayer en la edición digital de FARO, el IES de Valga celebró los actos centrales de su 25 aniversario con «discursos, música y la plantación de un árbol que simboliza la sabiduría y la resiliencia».
Se hizo tanto con la citada visita del conselleiro como en sesión matinal, en presencia del director xeral de Centros, Jesús Álvarez Bértolo, del alcalde valgués, su homóloga pontecesureña, Maite Tocino, y del teniente alcalde de Catoira, Raúl Gómez, antes de un almuerzo de confraternidad abierto a todo el personal que pasó por el centro.
Fue al caer la noche cuando se inauguró la iluminación que elaboraron para la fachada del centro los alumnos y profesores de Instalación y Mantenimiento.
Fueen ese acto donde el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, felicitó a la comunidad educativa por este cuarto de siglo de servicio público «dotando a los jóvenes de habilidades humanas y conocimientos para forjar su futuro».
El titular de Educación alabó igualmente la implicación del instituto en el día a día del concello y la disposición de la comunidad educativa a la hora de colaborar con los diferentes agentes sociales, culturales y empresariales de Valga y toda la comarca.
Una actuación musical durante el acto conmemorativo.
En los actos desplegados se recordó que el IES Plurilingüe de Valga cuenta con más de 400 alumnos de ESO, Bachillerato y FP.
También se hizo hincapié en que oferta ciclos como los de Agrojardinería y Composiciones florales, Soldadura y calderería y de Mantenimiento Electromecánico o Mecatrónica Industrial.
Asimismo, «desde 2015 participa en proyectos de FP Dual intensiva, que en el presente curso cuenta con 46 alumnos, duplicando la cifra del curso académico anterior», proclaman en la Consellería de Educación.
Es, en definitiva, «un centro pequeño en dimensiones pero pionero y ejemplar en innovación, fomentando la creatividad y el espíritu crítico», sentencia la Xunta.
El alcalde de Valga recordó que fueron necesarios años de gestiones, nueve meses de obras y 3,5 millones de euros para hacer realidad el IES.
Fue el propio Bello Maneiro quien en 1996 lo solicitó al entonces presidente autonómico, Manuel Fraga, aprovechando la inauguración de la Casa da Cultura de Pontevalga y del pabellón de deportes de Baño.
«Hace ahora 28 años iniciamos las gestiones ante la Xunta, y en aquel momento prácticamente solo el equipo de gobierno local creía que podían tener éxito –rememoró Maneiro–, pero lo conseguimos y logramos cerrar el círculo educativo en nuestro pueblo, permitiendo desde hace 25 años que los niños y adolescentes puedan recibir formación sin salir de Valga».
En las tres poblaciones del Ullán (Pontecesures, Catoira y Valga), el riesgo principal estaría ocasionado por el desbordamiento del río Ulla y de algunos de sus afluentes, como son el Sar, en Padrón, el Catoira, el Louro o el Valga.
Más concretamente, la localidad ribereña abordará propuestas socioculturales que, por ejemplo, permitirán determinar su vinculación con una histórica empresa de la localidad, como es Cerámica Celta.
Hace tres semanas ya se avanzó en FARO DE VIGO que el gobierno de la nacionalista Maite Tocino y el socialista Roque Araújo trabajaba en el diseño de una amplia programación.
Y la primera de las propuestas anunciadas era el Certamen Literario de Relato Curto Oria Moreno, con el que rendir homenaje a la pintora, maestra y ceramista que da nombre al certamen, conocida por su papel como encargada de colorear y retirar las piezas del taller de Cerámica Celta.
Como también por haber sido la autora del óleo conmemorativo de la I Feira do Automóvil de Ocasión de Pontecesures, en 1925.
Desde el ejecutivo se hacía constar entonces que se trata de «una de las representantes de la vida artística y cultural de nuestra villa», además de ser una embajadora del «trabajo anónimo de muchas mujeres que realizaron trabajos de decoración en Cerámica Celta».
Ahora el Concello de Pontecesures añade que su centenario es buen momento para rendir homenaje a una «iniciativa próspera y emergente» como la que supuso Cerámica Celta cuando se propuso elaborar sus artículos «con identidad propia, fuerte y con proyección, siguiendo las nuevas tendencias y avances técnicos».
Un proyecto empresarial «que supuso un escaparate para la cultura gallega que tenía como máximo valor la recuperación del patrimonio cultural gracias a artistas jóvenes y consagrados como Maside, Acuña, Bonome, Sobrino, Torres, Sexto» y el citado Castelao, quien «se implicó artística y personalmente en el proyecto ceramista».
La alcaldesa de Pontecesures.
Esa relación entre Castelao y Cerámica Celta centrará el primer coloquio del programa «100 anos Pontecesures. Anacos da historia», en el que participarán la alcaldesa, Maite Tocino; la nieta del impulsor ceramista Ramón Diéguez, Fina Diéguez; el presidente de la Fundación Castelao, Miguel Anxo Seixas Seoane; el investigador de las fábricas de cerámica y las «telleiras» Alejandro F. Palicio; y la artista local Elena Vidal.
Una propuesta a desplegar el día 31 desde las 20.00 horas, en la Biblioteca Municipal, en la que se pondrá de manifiesto «que fue el médico Víctor García quien puso en contacto a Castelao con Ramón Diéguez Carlés», propietario y director de la Cerámica Celta de Pontecesures desde 1926, cuando fusionó Caleras del Ulla con Cerámica Artística Gallega, además de haber sido presidente de la Sociedad Deportiva Ulla y alcalde de Pontecesures desde el 25 de abril hasta el 5 de junio de 1931.
Falleció en septiembre de 1968 y coincidió con Castelao estudiando Medicina y «compartiendo charlas en la conocida casa de comidas Casa Castaño», explican en el ejecutivo.
Implicación directa
Fue así como Castelao «pasó a tener una implicación directa y personal en Cerámica Celta, dibujando y aconsejando a los jóvenes artesanos, e incluso modelando con sus propias manos la pieza llamada ‘O Cabrito’, además de hacer numerosos diseños».
Lo que pretende el Concello es «aprovechar el año del autor de Rianxo, el 75 aniversario de su fallecimiento y el centenario de Pontecesures» para «poner en valor la historia de nuestra villa y que sea motivo de orgullo para todos», esgrime la alcaldesa.
Imagen antigua de Pontecesures en la que se aprecian la villa, el río, Nestlé y, en la parte baja de la foto, el terreno que ocupabala fábrica de Caleras del Ulla.
Al mismo tiempo, anuncia para el 1 de febrero un taller de artes plásticas para que los pontecesureños puedan «conectar con su creatividad».
Estará igualmente vinculado a la historia da Cerámica Celta y la obra de los artistas que participaron en esa empresa «inspirándonos con sus creaciones».
Caleras del Ulla
Buen momento para recordar que hace poco más de un siglo nacía Caleras del Ulla, una fábrica de cal que fue el germen de Cerámicas Celta.
Fue en 1923 cuando Ramón Diéguez Carlés puso en marcha esa calera que se situaba en la zona de Porto, a orillas del Ulla y a escasos metros del lugar que, en 1939, ocuparía la fábrica de Nestlé.
Según cuentan en la asociación cultural Os Penoucos en su proyecto «Obaixoulla.gal: Patrimonio, territorio e paisaxes», la solicitud de licencia de construcción de la fábrica hacía alusión a la puesta en marcha de dos hornos, uno de cocción de baldosa y artículos análogos y otro para calcinar cuarzo pedernal y carbonato cálcico.
La materia prima llegaba en naves que descargaban inicialmente en el puerto de Cesures (Pontecesures), hasta que posteriormente se construyó un pequeño embarcadero de piedra más próximo a la fábrica y sus hornos.
Una foto de los años cincuenta en la que se aprecian Nestlé y el puerto en el que se cargaban y descargaban mercancías.
El promotor quería acelerar y facilitar así la descarga de las piedras calcáreas y de los materiales necesarios en el proceso de calcinación.
Novo y Sierra
En Obaixoulla.gal se resalta también que en aquella época ya estaba en funcionamiento la Cerámica de Campaña, en el municipio vecino de Valga, conocida con el paso del tiempo como Novo y Sierra.
En 1925, «apenas dos años después de abrir la Cerámica de Campaña, el empresario Eugenio Escuredo Lastra puso en funcionamiento en el lugar de O Cantiño –en el llamado Camiño de San Xulián–, un taller de cerámica artística inspirado en el modelo que había conocido en Sargadelos, y al que iba a llamar Cerámica Artística Gallega».
Al parecer «contrató a un artesano portugués y entró en contacto con el artista Francisco Asorey, que realizó los diseños de los primeros moldes que salieron de esta cerámica: ‘Os tesouros’, el ‘Pórtico da Gloria’, ‘A Naiciña’ y el ‘Sepulcro del Apóstol».
Según Os Penoucos, entidad creada en el Concello de Valga en 2006 para contribuir a la difusión de la cultura y la lengua gallegas a partir de la promoción y preservación de los valores patrimoniales del Baixo Ulla, las primeras producciones llegaron a venderse en Inglaterra, Cuba y Argentina.
Pero «la calidad del barro empleado era baja para ese tipo de cerámica», por lo que «Escuredo abandonó la experiencia y, en 1927, vendió los moldes de las figuras al industrial Ramón Diéguez Carlés, que trasladó la producción del taller de cerámica a las instalaciones de la Calera del Ulla, fundando allí, ese mismo año, Cerámica Celta».
La historia continuó forjándose cuando Ramón Diéguez, «decidió emplear el barro de sus minas de feldespato de Valga e introducir la técnica del vidriado en las piezas que había heredado de Cerámica Artística Gallega, dándoles un nuevo impulso».
Así las cosas, «además de seguir contando con la colaboración de Asorey, contrató a un artesano de Buño», mientras que «el médico Víctor García García-Lozano, un gran entusiasta de la cerámica, introdujo a su colega Alfonso Daniel Rodríguez Castelao en el taller», siendo el insigne artista rianxeiro el que más se interesó por la cerámica de Diéguez y el que más influyó en ella.
Como ahora apunta el Concello de Pontecesures, el rianxeiro «preparó numerosos diseños y bocetos que servirían de guía para la realización de piezas como ‘A Cabuxiña’, inspirada en una obra del alemán Willy Züguel», resalta Os Penoucos.
Para añadir que «Francisco Asorey, José María Acuña, Carlos Maside, Santiago Bonone, Carlos Sobrino, Manuel Torres y Carlos Bóveda aportaron también sus diseños a Cerámica Celta», donde «se elaboró durante casi cuarenta años –hasta 1963– una artesanía ligada a la naturaleza».
O académico e profesor foi elixido por unanimidade no plenario da entidade
Anxo Angueira volve a renovar como presidente da Fundación Rosalía de Castro de Padrón. O plenario da entidade reuniuse na tarde-noite do mércores e elixiu a Angueira como presidente da institución durante catro anos máis. O escritor de Manselle, académico e profesor da Universidade de Vigo foi elixido por unanimidade nun proceso no que era o único candidato, segundo informa a Casa e Rosalía a través do seu perfil das redes sociais.
Xunto con Angueira, forman parte da candidatura que resultou gañadora Ana Blanco como vicepresidenta; Xosé Carlos Beiró como secretario; Xosé García Lapido como tesoureiro; e como vogais Xosé Luís Axeitos, María López Sández e Chus Pato.
Anxo Angueira amosouse satisfeito pola súa renovación e ilusionado cos novos retos que a Fundación ten por diante: «Logo de renovar a Casa-Museo, o Auditorio e o Xardín, ademais de dinamizar a programación e modernizar o funcionamento da Fundación, o noso obxectivo dos vindeiros anos é potenciar a internacionalización da figura de Rosalía e acometer a reforma do antigo Centro de Estudos Rosalianos que está en situación de colapso».
Satisfeito, pero tamén «moi contento e feliz» se declara o escritor por «verme respaldado polo conxunto do plenario e non teño máis que palabras de agradecemento», di. O seu apoio válelle, engade Anxo Angueira, para renovar as forzas coas que encarar os vindeiros catro anos que, segundo explica, se empezan a acercar ao horizonte dos 16 de mandato, tempo para darlle saída ao seu proxecto e mesmo continuidade, quizais, con outras persoas, sinala. En calquera caso, el séntese con forzas para afrontar o novo mandato que ten, segundo afirma, dous claros obxectivos: a renovación e reformulación do vello edificio do Centro de Estudos Rosalianos, que é o que queda do conxunto da Casa de Rosalía «para completar a dignidade deste espazo que é fundamental na cultura de Galicia» e para o que «espera que as administracións sexan receptivas co proxecto de remodelación». A proxección internacional de Rosalía e da Casa é o outro grande reto do vindeiro mandato, sinala.
No plenario, Anxo Angueira agradeceu a implicación de todos e de múltiples formas, a nivel individual dos padroeiros e a nivel colectivo das administracións e instituticións, sen os que o seu proxecto sería inviable, asegura. Tamén tivo palabras de agradecemento para as mulleres traballadoras da casa, Fina, Patricia e Rocío, tamén implicadas no proxecto, precisa. «A Casa de Rosalía é unha casa de todos e é un proxecto compartido, colaborativo, que é do que se trata. A liña fundamental é acordarse de onde ven a Casa é para seguir camiñando cara ese horizonte; o feito ata agora responde a un proxecto común e iso é o que observei ao longo de todos estes anos, o compromiso dos padroeiros, administracións, empresas, persoas a título particular, comercios… que queren colaborar. Renovo o meu compromiso con esta casa moi orgulloso e con forzas», conclúe o presidente.
Anxo Angueira Viturro (Manselle, Dodro, 1961) é doutor en Filoloxía Galega e profesor da Universidade de Vigo, ademais de académico numerario da Real Academia Galega (RAG) dende 2023. En 2010 ingresou na Fundación Rosalía de Castro ocupando o posto de vocal e membro da executiva en substitución de Avelino Abuín de Tembra. En xuño de 2012 foi elixido presidente da institución, cargo no que seguirá catro ano máis.
Desde a súa elección como presidente, as visitas á Casa-Museo incrementáronse notablemente, pasando de 8.655 a unha media de 20.000 nos últimos anos. Asemade, a Fundación pasou dunha taxa de autofinanciamento do 20% en 2012 a un 60% en 2024, grazas á suscripción popular que ten en macha, sendo unha cifra considerable no entorno cultural.
Ademais, a Casa de Rosalía incrementou exponencialmente os proxectos e actividades desde 2012. Xunto coa desexada reforma do interior da Casa e da súa renovada musealización, catalogouse e dixitalizouse todo o fondo documental e acondicionouse unha sala para o arquivo, que xa está a disposición dos investigadores; dinamizouse a súa presenza na web e nas redes sociais; incrementouse o seu patrimonio coa chegada de novos obxectos, artísticos ou non, como o cadro de Brocos e diferentes pezas de Ovidio Murguía; publicouse a súa Obra completa, entre outros libros; relanzouse a celebración do Día de Rosalía; puxéronse en marcha a visita virtual inmersiva; audioguías en varias linguas accesibles a través de códigos QR; e puxéronse en marcha ducias de actividades ao longo do ano: a homenaxe ao mundo do mar coa Inchadiña Branca Vela, o festival Abride a Fiestra, alén de múltiples exposicións, conferencias, roteiros, teatralizacións e visitas guiadas. Tamén se creou a revista Follas Novas de estudos rosalianos que chega xa en 2025 a nove números, segundo destacan dende a Fundación Rosalía de Castro.
Foi profesor de «Lengua y Literatura Española» no Instituto de Padrón.
Bernardino Graña nunha imaxe do 2005 diante da antiga fábrica de Massó, en Cangas.
Fundou o grupo Brais Pinto e foi unha das voces fundamentais da literatura galega da segunda metade do século XX
Aos 17 anos, Bernardino Graña quixo marchar de Galicia como polisón nun barco. Acaban os corenta do século pasado e milleiros de galegos buscaban outra vida en Latinoamérica. Nunha nave que ía a Venezuela meteuse nun bote salvavidas, pero pillárono. «Non sei por que o barco estaba vixiado pola policía, e non me deron permiso. Eu deixara aviso a un amigo para que lle dixese á miña familia que non estaba desaparecido», explicaba nunha entrevista do 2010 neste xornal. Aquel fracaso na aventura podía simbolizar, en clave de tolada xuvenil, a atracción polo mar que o escritor cangués manifestou case sempre na súa obra, e que, como lembraba Ramón Nicolás nunha revisión cando Graña facía 90 anos, estaba «disposto non como pano de fondo, senón como vivencia sincera».
Ese mar mollou todas e cada unha das páxinas de Profecía do mar (1966), libro imprescindible da poesía galega e «un diálogo apaixonado cun mar investido de gran forza telúrica na lingua patrimonial dos mariñeiros de Cangas», tal como subliñaba onte a Real Academia Galega (RAG) nun comunicado. «Como horribles fantasmas aparecen / dende o fondo, xurdindo, nos sorríos / estrañas ardentías e navíos / e tristes afogados que amolecen», escribe nel, dándolle unha mirada poética e apaixonadamente épica ao seu labor. Pero tamén ao seu universo vital. Como dicía Xosé Manuel Millán Otero, Graña metíase «como un gato na tasca mariñeira» e recollía «as súas palabras», facíase «eco dos seus traballos e dos seus terrores» e trazaba «a estampa poética dunha beiramar que, probablemente, resulta xa difícil recoñecer». E, efectivamente, naquel libro pódese encontrar un dos mellores retratos literarios da vida mariñeira de mediados do século pasado.
Profecía do mar exerce de pináculo na obra poética dun Graña que foi dos membros fundadores de Brais Pinto, un colectivo de intelectuais antifranquistas no que se encontraban tamén Xosé Luís Méndez Ferrín, Xosé Fernández Ferreiro, Ramón Lorenzo e Raimundo Patiño, entre outros. Antes daquel título publicara Poema do home que quixo vivir (1958), de corte existencialista. Despois, virían Non vexo Vigo nin Cangas (1975), Se o noso amor e os peixes (1980), Sima-Cima do voar do tolo (1984), Himno verde (1992), Ardentía. Obra poética completa (1995) e Luz de novembro (1997). Varios poemas da súa obra tiveron un traslado musical nas mans de artistas como Suso Vaamonde, Astarot e Mini e Mero.
Un ámbito no que tamén destacou Graña foi o da literatura infantil e xuvenil. «Son un neno; eu teño un punto de vista da miña infancia, que perdura en min, son inxenuo», dicía na mencionada entrevista do 2010. Tamén ironizaba sobre a falta de recoñecemento nos galardóns literarios dese campo: «Ás veces, penso que a literatura infantil que fago é impublicable porque eu son un neno que escribe, e no xurado non son nenos; deben atopar a miña literatura tan inxenua que din: “Fóra con iso”». Aínda así, logrou o Concurso Nacional de Contos Infantís O Facho con O león e o paxaro rebelde (1969) e o premio Merlín con O gaiteiro e o rato Pérez (1994). Outros títulos nese terreo son Planeta de ratos tolos (1990), Xan Guindán, capitán (1991), Rata linda de Compostela (1994), Xan Guindán e os salvaxes (1996), Xan Guindán mensaxeiro (1997) e O quirico lambón (1997).
Na narrativa para adultos, a súa obra más importante é Protoevanxeo do neto de Herodes (2006), coa que acadou o Premio Eixo Atlántico. Trátase dunha revisión de varios personaxes bíblicos. Así, transforma a liñaxe canónica de Xesús ao situalo como fillo de María e Antípatro e, por tanto, neto de Herodes. «Creo que na Biblia hai moitas cousas ocultas e outras que están mal interpretadas, así que eu sigo para esta novela os evanxeos apócrifos e algunhas outras tradicións ocultas e non escritas do cristianismo», explicaba nunha entrevista do 2002 en La Voz.
No repaso á súa traxectoria tamén hai que resaltar a obra dramática —en especial, Vinte mil pesos crime (1962)—, as colaboracións periodísticas e o labor á fronte da Asociación de Escritores en Lingua Galega (AELG), da que foi o seu primeiro presidente. Retirado desde hai tempo da vida pública, vivía nunha residencia en Panxón. En marzo do 2022 foi homenaxeado pola RAG e os seus amigos en Nigrán.