La hostelera de Valga atracada a punta de pistola cierra el bar porque tiene miedo.
Montserrat Otero manifiesta que «no me encuentro tranquila» – «Quiero estar un poco lejos de allí durante un tiempo», dice
Montserrat Otero Santiago, la hostelera de Valga atracada a punta de pistola el domingo pasado, se rinde temporalmente. La mujer asegura que estos días mantiene abierto el establecimiento para despachar la Lotería de Navidad que le queda, pero que la próxima semana pedirá la baja médica porque todavía se encuentra muy afectada tras lo ocurrido.
«No me encuentro tranquila. Quiero estar un poco lejos de allí durante un tiempo», manifestó ayer, tras acudir al cuartel de la Guardia Civil, donde los agentes le mostraron las fotografías de unos sospechosos. Una de las hipótesis de la investigación es que el atraco que sufrió Montserrat Otero fue cometido por los tres mismos hombres que en noviembre asaltaron otro bar de Brión, en la comarca de Santiago, al que también accedieron encapuchados y armados.
La hostelera de Valga no pudo ver el rostro de sus agresores, puesto que entraron cubiertos con pasamontañas, pero sí recuerda la cara de un hombre que entró unos minutos antes del atraco para tomar una cerveza y que Montserrat Otero sospecha que acudió al bar para asegurarse de que no quedaba ningún cliente en el momento de llegar ellos.
Sin embargo, el reconocimiento no dio sus frutos, según la hostelera. «Uno de los hombres que me enseñaron se parecía bastante al que vino a tomar una cerveza, pero era bastante más joven».
Así las cosas, el Instituto Armado sigue trabajando en el caso, que causó consternación en Valga debido a la violencia mostrada por los ladrones, que se hicieron con un botín de 700 euros -la recaudación del bar y de la venta de lotería- después de encañonar con una pistola, maniatar y golpear a la mujer, que llegó a creer que la matarían.
Los hechos sucedieron poco antes de la medianoche del domingo, cuando Montserrat Otero se quedó sola en el establecimiento, que regenta desde hace una década. Se trata del bar que tiene el Ayuntamiento de Valga en la playa fluvial de Vilarello, un lugar relativamente apartado, y durante este tiempo Montserrat Otero ya sufrió ocho robos, aunque nunca con ella dentro.
De hecho, hace unos años colocó un sistema de alarma y una verja metálica en la puerta, después de que un grupo de ciudadanos rumanos accediese al interior del local tras realizar un butrón en una de las paredes.
Así las cosas, la hostelera tenía intención de seguir adelante, pero el brutal atraco del que fue víctima el pasado fin de semana la ha llevado a reconsiderar su postura. Dice que está asustada y que le aterroriza la idea de quedarse a solas en el bar. De ahí que anuncie que va a cerrar provisionalmente.
FARO DE VIGO, 21/12/12
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