Botellas vacías tiradas en la zona de jardín o llenando las papeleras, vasos de plástico en las vías, bolsas de hielo, cristales rotos en el suelo…Eran los restos del botellón que en la mañana de ayer aún podían verse en la estación de tren de Pontecesures.
Decenas de jóvenes se reúnen cada sdábado en el recinto para beber, con todo lo que esto conlleva de molestias para los usuarios de la estación y vecinos, así como el riesgo para los propios chavales, que en ocasiones cruzan las vías por las que de noche circulan algunos convoyes de mercancías. Las quejas de los residentes son lógicas. Tienen que soportar música alta, gritos e incluso petardos. También la conducción temeraria de algunos vehículos por la explanada anexa a la estación, así como la suciedad con la que se despiertan los domingos por la mañana. Esta no solo afecta a los vecinos del entorno más próximo, sino que ofrece una imagen pésima de la estación a los usuarios del ferocarril.
DIARIO DE AROUSA, 29/01/13