Tomás Sobrino:»Nuestra mayor gratificación es mejorar la calidad de vida».

Publicado por Redacción en

EXTERNAS VIGO

Tomás Sobrino de pie en la fotografía.

El cesureño Tomás Sobrino forma parte del equipo galardonado con el Premio de Investigación de la Academia de las Ciencias.

Su jornada laboral comienza a las 7:30 y concluye, habitualmente, doce horas después, con un descanso para comer, pero no pocas veces el reloj marca las 23:00 horas y el cesureño Tomás Sobrino sigue trabajando. Forma parte del equipo cuya labor fue galardonada con el Premio de Investigación 2014 de la RAGC.

«Nuestra mayor ilusión no es la gratificación económica ni el reconocimiento social, sino la mejora de la calidad de vida de las personas», argumenta.

El tesón del equipo al que pertenece Sobrino hizo posible demostrar que las estrategias reparadoras basadas en la terapia celular son una vía eficaz para lograr la recuperación de las personas afectadas por un ictus.

José Castillo y Francisco Campos son sus compañeros de trabajo del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, con el que colaboran el CHUS y la Universidad de la capital gallega.

Los tres lideran un grupo de químicos, físicos, farmacéuticos y biólogos que trabajó en el mismo proyecto, formado por 25 profesionales.

«Además de vocación, también hay que tener un espíritu competitivo» afirma Tomás Sobrino, porque tienen que convencer a laos responsables de las instituciones de la UE para que los financie y son muchos los equipos que presentan sus proyectos.

Otra vía a la que deben recurrir es la ayuda de empresas e industrias, a cuyos directivos deben haer ver que los resultados de su paciente y silenciosa labor son rentables económicamente una vez que puedan ser transferidos a los procesos productivos.

«Los fondos han disminuído» reconoce Sobrino, aunque apunta, a renglón seguido, que los reortes en el campo de la investigación no entorpecieron lo más mínimo el programa de trabajo que siguen.

Tomás Sobrino tiene 35 años, es licenciado en Bioloxía y doctor en Bioquímica y Bioloxía Molecular por la Unniversidad de Santiago y forma parte, desde hace dos años. del selecto grupo de bioquímicos Miguel Server, del Instituto Carlos III, del Ministerio de Economía y Competitividad, compuesto por investigadores de primer nivel.

Después de haber dedicado siete años al trabajo galardonado por la RACC, la senda que seguirá el equipo del que forma parte persigue el objetivo de conseguir terapias celulares seguras y eficaces de afectados por ictus y el uso de la nanotecnología para hacer frente a una enfermedad cuyo efecto califica como «devastador».

Las enfermedades cerebrovasculares son la primera causa de muerte en Galicia, donde cada año se registran más de 5.000 casos de ictus, con una incidencia al alza debido al aumento de la esperanza de vida, que en 2050 será de 86,9 años para los hombres y de 90,7 para las mujeres.

El 80% de los ictus son los denominados isquémicos, conocidos como infartos cerebrales, que se producen cuando una arteria se obstruye por la presencia de un coágulo de sangre. A pesar de los graves efectos socioeconómicos derivados de esta enfermedad, las estrategias terapéuticas que se usan actualmente solo se aplican a entre el tres y el cinco por ciento de los pacientes y tiene una eficacia muy limitada.

Actualmente, menos de la mitad de los afectados por un ictus son capaces de retomar su vida normal. El resto quedan en situación de dependencia, y sus familiares deben afrontar unos gastos anuales que rondan los 22.000 euros. Para el sistema sanitario de España supone entre el dos y el cuatro por ciento de su presupuesto, al que suman los efectos derivados de que sea la causa del 26% de las incapacidades.

Los premios serán entregados en una ceremonia que se celebrará el día 21 en Santiago.

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