El sacristán de A Escravitude, un humilde embajador del Camino,

Publicado por Redacción en

Recibe encantado a los peregrinos en Padrón y ya es una figura querida entre los que repiten en la ruta

El santuario de A Escravitude, en Padrón, y el propio Camino Portugués, tienen un gran embajador en Manuel Paz Pardo, vecino de 58 años de Pedroso Sur, en Cruces. Él es el sacristán de esta parroquia y, además de las funciones propias de este cargo, es la persona que recibe y atiende a los peregrinos cuando llegan al santuario, que él abre de 7 a 12 de la mañana y de 3 a 5 de la tarde, de febrero a noviembre, aproximadamente.

Manuel Paz es el sacristán desde hace dos décadas, de modo que comenzó con el anterior párroco de Cruces, pero al incorporarse el actual, Roberto Martínez, fue cuando empezó a abrir el santuario para los peregrinos. Fue hace unos ocho años, a raíz de escuchar una conversación en un local de hostelería del lugar, en el que oyó a varios caminantes comentar que «era unha pena que a igrexa estivera pechada». No se lo pensó y le propuso al párroco abrirla y así lo hace desde entonces.

«Nunca pensei que chegasen a pasar tantos peregrinos e cada vez hai máis. É moita a cantidade que pasa. Como será o ano santo?», se pregunta el sacristán, en alusión a la habitual afluencia en año Xacobeo. Él también sella la credencial de los caminantes con un sello con la imagen del santuario y se declara «encantandísimo. Son respectuosos, amables e, se repiten o Camiño, mesmo se acordan de min», asegura el vecino de Pedroso Sur, núcleo situado muy cerca del templo.

«Recibir e atender aos peregrinos é unha auténtica marabilla», añade Manuel Paz, quien habla de que las horas de mayor tránsito son las 7, 8 y 9 de la mañana. Por la tarde, suelen pasar peregrinos que se albergan en hospedajes de la zona y que aprovechan para visitar el santuario, según cuenta el sacristán.

Una visita que gusta y mucho, de acuerdo con Manuel Paz. «O santuario gusta moitísimo. Hai quen dixo que para un sitio tan pequeno, que igrexa tan grande ten!». Además, muchos se interesan por su historia y su nombre, ya que les llama la atención lo de A Escravitude, pero «eu xa lles explico que aquí non houbo escravos, que eu saiba», relata entre bromas el sacristán.

En cuanto al idioma, asegura que se entiende de un modo u otro, ya sea porque el peregrino habla palabras sueltas en español, porque usa el traductor del teléfono «ou por medio de sinais», afirma Manuel Paz, quien se declara sorprendido por la cantidad de extranjeros que realizan el Camino y entre los que menciona estadounidenses, australiano, indios o japoneses, entre otros. Todos ellos llevan una credencial con la letra del sacristán de A Escravitude. Y hay dos palabras universales: «Buen camino. Todos o entenden», explica.

«A maioría dos peregrinos entran, selan, visitan a igrexa e algún acende unha vela e deixa un donativo», cuenta el vecino, quien asegura que ve de todo en las motivaciones para hacer el Camino. «Hai de todo, pero moitos si que se paran a rezar». De hecho, una peregrina de Washington preguntó cuándo había misa y, al saber que solo los domingos por no haber sacerdotes, aseguró que su grupo rezaría para que haya más vocaciones, como la de Manuel Paz para ser un humilde pero gran embajador del santuario y del Camino.

La Voz de Galicia


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