Tiran a la basura en Padrón 300 botes de comida infantil destinada a fines solidarios.

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Contenedores donde aparecieron los botes y las bolsas de comida.

Unos 300 botes de un alimento nutricional recomendado para niños de 1 a 10 años con malnutrición, que algunas oenegés y otras entidades reparten entre personas sin recursos, aparecieron ayer tirados en dos contenedores de basura situados en el lugar de A Matanza, junto a las naves de la empresa Picusa, en el municipio de Padrón.

Los botes estaban tirados en el fondo de los contenedores y fueron rociados con un líquido maloliente que los dejó inservibles, además de estar tapados con hierbas para que no se vieran, según explicó ayer uno de los trabajadores del servicio de recogida de basura del Concello que los encontró.

También aparecieron dentro de los contenedores paquetes con comida, como macarrones, lentejas y alimentos similares, que caducan en el año 2016, productos que en sus envases indican claramente que son para donaciones, para evitar su venta.

Los trabajadores del servicio de basura ya comunicaron los hechos al Concello, al que llevaron uno de los botes del alimento nutricional para niños para que investigue quien pudo tirarlos en la basura, teniendo en cuenta que es un producto muy específico que no reparte todo el mundo.

Los botes estaban en buenas condiciones, empaquetados en cajas y con una fecha de caducidad de abril del próximo año.

Esta es la segunda vez que los trabajadores del servicio municipal de recogida de basura encuentran en estos mismos contenedores alimentos tirados. A principios del mes de septiembre, aproximadamente, encontraron, tanto dentro de los recipientes como fuera, varias bolsas con comida de donaciones, similar a la encontrada ayer.

Los empleados del servicio municipal de recogida harán un mayor control de estos contenedores para ayudar a descubrir quién puede estar detrás de estos hechos condenables.

La Voz de Galicia

Denuncian el envenenamiento de gatos en Pontecesures.

La asociación Callejeritos, consagrada al cuidado de gatos callejeros, ha denunciado que una colonia de estos animales, asentada en la calle Estación de Pontecesures, está siendo envenenada. Según informaron desde la asociación, a finales del mes de septiembre una vecina de esa localidad del Baixo Ulla alertó de que varios de estos animales habían sido envenenados. Aunque aquella primera oleada de ataques se interrumpió de repente, en las últimas 24 horas los integrantes de Callejeritos han encontrado en Pontecesures tres gatos que presentaban síntomas de haber ingerido veneno para caracoles. Los tres están recibiendo atención veterinaria.

La Voz de Galicia

Morreu Manuel Pereira López.

Aos 86  anos de idade morreu este veciño da rúa Portarraxoi nº 27, viúvo de Carmen Betanzos Otero. O velorio está instalado no Tanatorio Iria Flavia de Padrón. O sábado 18 de outubro, ás 18 horas, terá lugar a misa funeral na Igrexa Parroquial de Pontecesures. De seguido, os restos mortais recibirán sepultura no Cemiterio Parroquial de Saiar.

Descanse en paz.

Las placeras de Cesures denuncian la venta ambulante de ropa y alimentos.

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La plaza presentaba ayer un aspecto desangelado

En Pontecesures, la venta ambulante está de moda. No es un fenómeno nuevo: hace ya tiempo que coches cargados con todo tipo de productos desembarcan en la localidad e intentan colocar sus mercancías puerta a puerta. Al principio, las vendedoras de la plaza de abastos cesureña observaron con incredulidad el fenómeno. Pero hace un par de años, cuando uno de esos ambulantes entró con sus ofertas en el edificio del mercado, su paciencia se agotó. Era el 8 de marzo de 2012. Las mujeres lo recuerdan con precisión porque aquel mismo día, tras cerrar sus puestos, acudieron al Concello a exigir que se tomasen medidas. Ni aquel escrito, ni todos los que presentaron después, surtieron efecto. Tampoco, las conversaciones mantenidas con los distintos grupos políticos locales. «Ninguén mira por nós», sentencian.

La concejala responsable del mercado, Cecilia Tarela (BNG), asegura que el problema no tiene fácil solución. «Non atopei ningunha ordenanza nin normativa, e teño miradas moitas, que permita restrinxir a venda ambulante nunhas determinadas zonas e noutras non, que é o que elas [las placeras] queren», explica la edila.

Las vendedoras de la plaza no tienen ningún problema con que los coches cargados con pescado, fruta, verduras, pan, empanadas, pasteles, congelados e incluso ropa, mantengan sus rutas por las zonas más alejadas del casco urbano. Siempre que cumplan con todas las normativas a las que están sujetos, esa actividad no solo no les molesta, si no que la entienden como un servicio para aquellos vecinos que viven más lejos.

Sin embargo, recuerdan las placeras, Pontecesures es una localidad eminentemente urbana, con tejido comercial, y por la que los coches de los ambulantes circulan con una intensidad pasmosa. Suponen, para ellas, «unha competencia desleal, porque nós temos que pagar impostos e pasar todo tipo de inspeccións, mentres que moitos deles andan en coches que nin sequera están preparados».

La Voz de Galicia