Detenido por robar cobre de la estación de tren de Pontecesures.

El presunto ladrón, que cuenta con antecedentes policiales, cometió el hurto dos veces en un mismo día.

La Guardia Civil ha detenido por un delito continuado de robo a un vecino de Pontecesures de 39 años, que supuestamente robó dos veces en el mismo día cable de cobre y componentes de electrificación en la estación de tren del municipio.

Según ha informado el Instituto Armado, a principios del pasado mes de junio un responsable de Adif denunció en el puesto de la Guardia Civil de Valga que habían sido sustraídos de la estación de Pontecesures cable de cobre y diversos componentes del sistema de electrificación.

El hombre indicó que fruto del robo, que fue cometido en la mañana y la tarde del pasado 2 de junio, se había visto afectado el funcionamiento del paso a nivel ubicado en la calle Sagasta de la localidad pontevedresa y valoró los daños en un total de 11.500 euros.

Los agentes iniciaron una investigación, a raíz de la que pudieron detener al presunto autor de estos hechos, T.A.D.V., quien cuenta con antecedentes policiales anteriores y fue puesto en libertad en dependencias oficiales con la obligación de presentarse ante el Juzgado de Instrucción número uno de Caldas de Reis cuando le sea requerido.

Diario de Pontevedra

Morreu Luisa Llerena Ferro.

Aos 95 anos de idade finou esta veciña da rúa San Lois de Pontecesures. O velorio está instalado na sala 3 do Tanatorio Iria Flavia de Padrón e hoxe luns 4 de xullo, ás 16 horas, terá lugar o funeral na Igrexa de Pontecesures. De seguido os restos mortais recibirán sepultura no Camposanto Parroquial de San Xulián.
Descanse en paz.

Los valeiros abren el calendario de fiestas en honor a la Virgen del Carmen en Arousa.

La imagen recorrió el centro de Pontecesures hasta el muelle donde se realizó la ofrenda floral sobre el río Ulla -La traca de la pirotecnia «López» de Brión fue espectacular.

val1val2

Los valeiros de Pontecesures han estrenado el calendario de procesiones en honor de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros y por tanto protectora también de los pescadores de la prestigiosa lamprea que cada año remonta el Ulla a su paso por la localidad.

Antes se celebraba en septiembre, recuerda Santiago López propietario de la pirotecnia de Brión encargada de los fuegos artificiales y de la espectacular traca que disparó sesenta docenas de cohetes durante la tarde de ayer.

Hace algunos años se cambió para el primer fin de semana de julio para rendir homenaje a la «reina de los mares» más cerca del 16 de julio e invocar su protección hasta el próximo año.

La gran devoción que se le profesa en la localidad se observó ya durante la misa solemne en la iglesia parroquial y luego en la procesión hasta el muelle de Pontecesures donde fue recibida por una salva de bombas desde el barco de la familia Pesado, una de las de mayor tradición valeira de la localidad.

Antes, en el puerto, se lleva a cabo la ofrenda floral, misión que correspondió a tres niñas y un niño que lucían los típicos trajes de estos marineros que primero arrojaron pétalos y luego la corona de laurel como ofrenda. Tras ellos, los fieles asistentes lanzaron claveles blancos al lecho fluvial como signo claro de devoción.

Pero antes se cumplió con otra tradición casi secular. Los niños valeiros recorrieron la localidad con una bandera española para acudir a la casa de los «Beos» que es como se conoce a la familia que durante todo el año custodia la bandera del Carmen, que también procesionó en la tarde de ayer.

La historia de la bandera surge en 1912 en Cuba. Uno de los ascendientes de la familia Bea ofreció la enseña bordada para abrir la procesión del Carmen, debido a su enorme admiración por esta Virgen.

Y desde aquella, todos los años se va a buscar a la casa con todos los honores para que más tarde abra el desfile y presida la misa solemne.

La procesión salió sobre las 19.30 horas de la iglesia parroquia. La abrían tres cruces procesionales, seguidas del estandarte de la localidad que portaba el empresario Andrés Quintá, a quien seguían el coro de Pontecesures, la Banda Municipal de la localidad, siete mujeres con impolutos trajes de marinero y portando sendos remos, los niños valeiros y como no, los miembros de la nueva Corporación pontecesureña, con el alcalde popular Juan Manuel Vidal Seage que empuñaba por vez primera el bastón de mando en una ceremonia festiva. El acto se cerró con la emocionante Salve Marinera, cantada a coro, a pie de muelle.

Pontecesures continúa hoy con sus fiestas grandes y hoy dedica la jornada a la llamada Festa do Churro en la que participan más de una decena de reposteros de enorme tradición en la localidad. La cita fue suspendida el pasado año por la anterior Corporación al considerar que era un sinsentido unir este exaltación gastronómica con una fiesta tan tradicional en las villas marineras como es la del Carmen.

Faro de Vigo

Humor en la capea de Vilarello.

cap1cap2cap3cap4cap5cap6cap7cap8cap9cap10cap10
cap11cap12cap13cap14cap16cap15cap19cap20cap21cap22cap24cap25cap26cap28

El numeroso público que llenaba el coso de capeas junto a la playa fluvial de Vilarello (Valga) disfrutó con el espectáculo casi improvisado con vaquillas de la ganadería de Emilio Colmenero que puso el colofón de la XI Festa da Xuventude y las Olimpiadas de Aldea celebradas este fin de semana. Realmente fue una bufonada que divirtió al respetable en una tarde en la que se achicharraban los pajaritos pero que nadie se quiso perder, bien al sol o a la sombra de paraguas y sombrillas. Al final, los animalistas optaron por la playa por lo que la polémica se desinfló.

Las dos vaquillas salieron del toril a la arena con ganas de demostrar su bravura. Eran casi las siete de la tarde y el público ya estaba deseoso de que empezase el espectáculo en el que las caídas, los saltos hacia el burladero y los capotazos al viento son los verdaderos protagonistas en la Festa da Xuventude que desde hace once años se celebra en el paradisíaco paraje fluvial de Vilarello.

Al término de las «Olimpiadas de Aldea», un campeonato deportivo que enfrentó a equipos de los distintos lugares del municipio, comenzó la esperada cita con el arte de cúchares, eso sí en minúsculas.

Porque de cabo a rabo todo consistía en una bufonada, una parodia de lo que es la Fiesta Nacional en otros pueblos de España. Lo importante era pasárselo en grande con este espectáculo de humor.

Comenzó con el desfile de los seis maestros ceñidos con sus vistosos trajes de luces de color azul celeste, oro o negro y grana; un grupo de «pamplonicas» de blanco y pañuelo rojoi al cuello, además de La Pantoja, una paloma de la Paz embarazada o Manolo de Xaniña, entre otros pintorescos personajes.

A ellos les correspondía usar el capote pero en la plaza se permitía la intevención de cualquier espontáneo. El «speeker» no se cansaba de decir que cualquiera podía intentar dar un capotazo, intentar una verónica u otro lance más arriesgado para que el público se levantase de los asientos.

Marcos, Miguel, Andrés, Omar, Luis y Berri lo dieron todo, pero sobre todo demostraron que los cuernos le imponen ya que estuvieron más tiempo detrás del burladero que sobre el círculo.

Con todo hubo momentos en el que alguno de los maestros se merecía las orejas o el rabo. De hecho Marcos consiguió la ovación del público en un desplante a una vaquilla que hasta le miró como desafiante. Pero fueron unos segundos porque enseguida el animal enfiló hacia el arrodillado que echó a correr como alma que lleva el diablo para no recibir una segura cornada. A cambio, recibió un golpe seco en la espalda tras volar sobre la valla y caer sobre la tierra al otro lado de la plaza.

Como los maestros arriesgaban poco -pasaron más tiempo sobre el muro que abajo-, tuvieron que ser otros miembros de la cuadrilla los que animaran la faena. Así de vez en cuando una pareja tentaba a la vaquilla con su capote y ésta lo embestía por enmedio de ambos, con la frustración que puede provocar la burla.

Y para animar más la sesión se lanzó un balón de pilates con el que la segunda vaquilla de la tarde disfrutó un buen rato porque a la plaza pocos se atrevían a salir al principio.

Luego la diversión continúo con los juegos de agua. Sin duda momentos muy intensos porque los participantes acabaron más mojados y con algún moratón de más en sus nalgas.

Pena que no hayan ido los animalistas porque no podrían contener las carcajadas.

Faro de Vigo