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La procesión de los lacones, la tradición empeñada en resistir.
«Esto seguimos a facelo os vellos para que os novos sigan despois, pero hai que apuralos», dice Chico, el veterano subastador de Valga
Luz Divina tiene la piel bronceada, de ese color saludable que lucen quienes pasan mucho tiempo al aire libre. A sus casi ochenta años, esta vecina de Vilar encabezó ayer la procesión de los lacones: cinco kilómetros, entre Vilar y la iglesia de Cordeiro, que caminó llevando sobre su cabeza una cesta y ocho kilos de lacón. En cada una de las paradas que se realizan en el recorrido, Luz Divina baja su carga, pero sobre su cabello mantiene el molinete, un pañuelo enrollado que sirve para afianzar el peso. «Se está ben feito, non se move», dice la mujer, que aprendió ese arte de cargar el mundo sobre su cabeza tal y como lo aprendieron tantas otras mujeres del rural gallego: «Indo á herba».
Pero hoy en día, poca gente sigue usando ese método para transportar pesos. Por eso, en la procesión de ayer, solo Luz Divina y Josefa portaron los lacones como siempre se hizo. «A maioría traíanos abaixo, entre dúas persoas», comentaba una mujer a la entrada de la iglesia de Cordeiro, donde finalizaba la marcha.

Poco antes de llegar al recinto de la iglesia, donde esperaba mucha gente, varios hombres se animaron a coger los lacones y colocárselos sobre la cabeza para hacer más vistosa la arribada. Eso sí: necesitaban echarle una mano a los cestos para mantener el equilibrio. «Poñédesvos para a foto», señalaba con retranca un vecino.
«A min gustaríame que houbese máis xente que levase os cestos na cabeza, que é como se fixo sempre», decía Luz Divina. Pero es consciente de que los tiempos han cambiado. «Para levar a cesta como a levan elas, hai que saber», apunta Beti, una de las integrantes de la comisión de fiestas, que compartió el peso de un lacón con Nieves. Ambas forman parte de un grupo de vecinos y vecinas de Cordeiro empeñados en mantener una tradición que hunde sus raíces en el siglo XIX, cuando una peste causó estragos en la zona. «Foi unha enfermidade moi mala, coma o covid. Morría a xente e os animais», cuenta Beti. Angelita sigue con la narración: las mujeres fueron a preguntar al cura qué podían hacer, y surgió la idea de llevarse a San Antonio y San Roque, ambos abogados en caso de enfermedades, a la capilla de Vilar, donde se reunirían con San Paio y donde se le ofrecerían novenas. Luego, volverían a su iglesia en una procesión en la que participarían los tres santos y en la que se les ofrecerían lacones para que acabasen con la peste. Aquel episodio remitió, cuenta Angelita. Pero unos años después, una mujer decidió no ofrecer el lacón prometido «e o porco morreulle». A partir de aquel momento, la promesa fue tomada muy en serio por todo el mundo.
Los vecinos y vecinas de Cordeiro están encantados en compartir esas historias con quienes acuden a participar de una procesión que tiene la belleza de lo sencillo. De lo sincero. Así lo cuentan Eduardo y Alejandro, dos fotógrafos andaluces que han llegado a Galicia para sumergirse en los entroidos tradicionales. Tienen amigos en Valga que les hablaron de la procesión de la Candelaria y no quisieron perdérsela. «Nos gusta fotografiar la resistencia. Fiestas, eventos que corren el riesgo de desaparecer, pero que se resisten», señalan.
Aunque ayer, al ser festivo local, la afluencia era mayor a la habitual, la procesión de los lacones bien merece entrar en esa categoría. Chico, con más de setenta años, encabeza la marcha portando una cruz de plata. Luego, tras la misa, se encarga de subastar los lacones. Lleva mucho tiempo haciéndolo. «Uns corenta anos», dice una voz intentando poner fecha a su incorporación. «Levo máis!», contesta él. Espera que pronto le den el relevo: «Esto facémolo os vellos para que os novos poidan seguir despois… Pero hai que apuralos», dice. Poco después se sube al palco de la música y manda callar a todo el mundo: van a empezar las pujas. «Non fagades ruído e así acabamos antes», dice. «E berrade un pouco, eh», vuelve a apuntar. La puja por los lacones ya está en marcha.
La Voz de Galicia
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Pesar en Padrón por la muerte de la pementeira Carmucha con 107 años.
Será enterrada este viernes en el cementerio parroquial de Herbón
Fundó la empresa a la que dio nombre, innovando en la producción
María del Carmen Rivera, la popular Carmucha fundadora de la marca de Herbón.
El fallecimiento de María del Carmen Rivera Magariños ‘Carmucha’ con 107 años ha causado un profundo pesar en la comarca de Sar, de donde era oriunda esta padronesa, fundadora de Pementos Carmucha, y viuda de Manuel Lago Chenlo. El entierro será este viernes, en el camposanto de la iglesia parroquial de Santa María de Herbón, Padrón, saliendo sus restos del tanatorio de Iria Flavia hacia el citado templo a las 15.45 horas.
Carmucha deja tres hijos, Carmucha, Lourdes y Jorge, así como dos nietos y un bisnieto. Hasta no hace muchos años, esta mujer trabajadora recogía los pimientos y los contaba personalmente. La empresa familiar que fundó se ha sabido adaptar a los tiempos, y forma parte de la Denominación de Origen (DO) Pementos de Herbón. Además, diversificó su producción destinando sus genuinos vegetales a la elaboración de mermeladas o de vinagre, entre otros productos.
El óbito de esta conocida centenaria, una de las abuelas de la comarca, fue divulgado desde la propia empresa familiar, agradeciendo además las múltiples muestras de cariño que les están llegando a lo largo de las últimas horas.
El Correo Gallego
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ROSA CRESPO FUSIONA AS SÚAS GRANDES PAIXÓNS, A CAMELIA E A PINTURA, NUNHA EXPOSICIÓN NO AUDITORIO DE VALGA.
– A mostra, formada por dezaoito obras, poderá verse ata finais de febreiro
– A camelia tamén será protagonista na mostra “Bella Otero”, que se inaugura hoxe

A camelia é a protagonista durante esta fin de semana no Auditorio Municipal coa XVI Mostra da Camelia “Bella Otero” e tamén coa mostra pictórica de Rosa Crespo, que permanecerá exposta ao público durante todo o mes de febreiro e na que a artista combina dúas das súas devocións: os pinceis e a chamada “flor de Galicia”.
“Camelias e óleos… fusión e paixón” está formada por dezaoito cadros. A camelia, como non podía ser doutro xeito, é tema recorrente nalgúns deles, pero “nesta ocasión elixín obras máis variadas” para completar a exposición. Hai paisaxes coma a ponte de Brandomil, en Zas, unha vista dende o Miradoiro da Muralla de Rianxo ou a praia de Razo. Outras obras son bodegóns e tamén hai tres retratos: dous que Rosa lles regalou ás súas netas durante a pandemia e un terceiro inspirado nun cadro da pintora lucense Julia Minguillón.
A Rosa Crespo a pintura chamouna dende sempre. “Gústame dende que era nena e, pouco a pouco, fun perfeccionando” as súas destrezas, explica. “Son conservadora e restauradora de bens culturais e grazas a isto aprendín novas técnicas pictóricas e de debuxo” que puido aplicar nas súas obras. Ademais, é mestra dun curso de pintura organizado pola asociación Albor. “Paso todo o ano pintando, é a miña maneira de desfrutar”, conclúe.
A mostra de Rosa Crespo é xa unha cita fixa dentro do calendario expositivo do Auditorio, coincidindo coa Mostra da Camelia “Bella Otero”, organizada pola Asociación de Mulleres Rurais “Albor” coa colaboración do Concello. Serán dous días para gozar coa beleza desta colorida flor e contemplar as composicións e traballos florais elaborados por colectivos, asociacións e particulares de Valga afeccionados á camelia.
A mostra abrirá ao público a partir das 13 horas de mañá sábado, con entrada de balde. Pola tarde, ás 19 horas, entregaranse os recoñecementos aos participantes e, a continuación, haberá unha actuación musical a cargo da Orquestra Clásica Galega de Valga.
O domingo a exposición permanecerá aberta entre as 11:00 e as 21:00 horas. Pola tarde, a partir das sete, tamén se a asemblea anual da asociación Albor para a renovación de socios e incorporación de novos membros. A xornada concluirá cunha chocolatada con churros.
CONCELLO DE VALGA
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Una colisión entre un turismo y un autobús escolar en Valga se salda con un menor herido.
Dos ocupantes de un turismo resultaron heridos el pasado martes tarde tras colisionar con un autobús escolar en la PO-548, a su paso por la parroquia valguesa de Cordeiro. Se trata de una persona mayor, que tuvo que ser atendida por heridas leves, y un menor que tuvo que ser trasladado al centro médico de referencia, ambos pasajeros del vehículo. El autobús, que se dirigía en ese momento a recoger a los alumnos del colegio, no contaba con pasajeros en el momento del accidente y su conductora resultó ilesa.
El suceso se registró a las 14:22 horas, en el punto kilométrico 3 de este vial, y desde el 112 movilizaron a Urxencias Sanitarias de Galicia, Guardia Civil, Protección Civil de Valga y GES de Padrón, que también actuaron en la limpieza de la calzada. Una grúa retiró los vehículos del vial, ya que obstruían el paso del tráfico.
Diario de Arousa