Pontecesures celebra o domingo a Festa do Churro por San Xulián.

A partir das seis servirase gratuitamente o produto na Prazuela, acompañado de chocolate quente

OConcello de Pontecesures celebra este domingo o día do patrón, San Xulián, coa Festa do Churro como principal reclamo. Antes celebrábase no verán pero «o goberno local ve máis acaída esta data para o produto, co frío do inverno no canto do calor veraniego de xullo», segundo explica a través dunha nota de prensa. «É unha forma ademais de poñer en valor e darlle contido a esta data, e non deixala pasar coma un simple día festivo. Decidiuse de forma consensuada co gremio churreiro, moi numeroso na vila, e contando co seu visto bo, trasladouse a data».

O día comezará coa alborada a partir das 9 da mañá, cos grupos folclóricos Algueirada e Xarandeira polos distintos lugares da vila. Estes grupos, actuarán posteriormente na Prazuela; Algueirada sobre as 11.15 e, Xarandeira, ao remate da misa, que terá lugar ás 11.30 da mañá na igrexa parroquial acompañada da Coral Polifónica A Barcarola.

A Festa do Churro arrincará ás seis da tarde. Os presentes poderán desfrutar do produto acompañado de chocolate quente, nas inmediacións da Prazuela, de forma gratuíta. Ademais, o Dúo Nueva Era aportará a nota musical coa súa actuación para pechar esta xornada festiva en Pontecesures.

La Voz de Galicia

Pontecesures rendirá homenaje a San Xulián con la tradicional Festa do Churro.

Pontecesures rendirá homenaje a San Xulián con la tradicional Festa do Churro
Imagen de archivo de la Festa do Churro de Cesures.

El Concello de Pontecesures celebra este domingo su particular Día do Patrón en honor a San Xulián, que este año contará como novedad con la tradicional Festa do Churro, antes celebrada en temporada estival. El nuevo gobierno local considera esta nueva fecha como la más idónea para el producto, así como poner en valor y dar mayor contenido a estos festejos. Así, tras consensuar la decisión con el numeroso gremio churrero, el ejecutivo tomó la decisión de aplazar la tradicional cita.
La programación arrancará por a las nueve de la mañana a cargo de los grupos Algueirada y Xarandeira, que también ofrecerán un concierto en A Prazuela tras la misa solemne, que será oficiada por el arzobispo emérito de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio, a partir de las 11:30 horas. La Festa do Churro, amenizada por el Dúo Nueva Era, será a partir de las 18 horas, cuando el público podrá disfrutar del popular producto acompañado de chocolate caliente, de forma gratuita.

Diario de Arousa

Actividades infantiles y chocolate con churros gratis para amenizar la espera de los Reyes Magos en Valga.

Actividades infantiles y chocolate con churros gratis para amenizar la espera de los Reyes Magos en Valga

Los Reyes Magos de Oriente llegarán este viernes a la comarca del Ulla-Umia. En el caso de Valga, Melchor, Gaspar y Baltasar tienen previsto realizar la tradicional recepción en los exteriores del Belén Artesanal de Campaña. Así, para amenizar la espera, el Concello ha diseñado una intensa programación para que los niños puedan disfrutar de diferentes actividades infantiles durante toda la jornada.

Así, a partir de las 17 horas, la carpa acogerá una gran fiesta infantil con obradoiros, música e hinchables para que los niños puedan divertirse. Además, habrá chocolate con churros gratis para todos los que se acerquen a recibir a Sus Majestades.

La llegada de la comitiva real está prevista para las 18 horas, aproximadamente, y el alcalde, José María Bello Maneiro, será el encargado de darles la bienvenida. Tras este acto inicial, se entregarán los premios del XXII Concurso de Beléns y, a su conclusión, los niños podrán saludar a los Reyes, que realizarán un pequeño regalo como anticipo de los que recibirán en sus hogares en la mañana del 6 de enero.

Cabalgata24
Actividades infantiles programadas por el Concello para este viernes.

Diario de Arousa

La Quinta llega con un cargamento de churros y chocolate para calentar el alma en la Cocina Económica de Santiago.

Ibai Castiñeiras y sor Alicia Lourido, el día de la acción solidaria de la churrería La Quinta.

Ibai Castiñeiras y sor Alicia Lourido, el día de la acción solidaria de la churrería La Quinta.

La churrería abierta este año en el casco histórico pone en marcha una tradición solidaria que aspira repetir cada Navidad.

Allá por abril, Ibai Castiñeiras cogió el relevo del negocio familiar y abrió en Compostela La Quinta, una churrería asentada en pleno casco histórico cuyo nombre hace un guiño a la quinta generación que él representa. Y, además, también ha decidido perpetuar el espíritu navideño y las buenas tradiciones implantadas por sus antecesores. Su tatarabuelo, cuenta el joven de 25 años, ya se dedicaba a endulzar la vida con su puesto ambulante en la feria de Pontecesures desde 1982: «Mi intención nunca había sido coger el relevo en la churrería, pero mi abuelo falleció hace dos años y medio de forma trágica, y mi abuela estaba sin fuerzas para seguir al frente del negocio. Eso hizo que diese un paso al frente para dar continuidad al que fue el sustento de mi familia durante más de 180 años. Sin embargo, yo no quería enfocarme en los mercados ambulantes sino crear una marca propia, desarrollarla y expandirla». Tras inaugurar con éxito su primer establecimiento en la rúa da Caldeirería, ahora este cesureño ha puesto en marcha una acción solidaria siguiendo la estela de su abuela Fina (quien da nombre a la Churrería Fina): «Ella, en las fechas navideñas señaladas, siempre tenía un detalle con las personas necesitadas y les daba churros al final de la jornada». Con ese mismo espíritu llevó Ibai un cargamento de churros y chocolate caliente de La Quinta a la Cocina Económica de Santiago.

En el comedor social dirigido por sor Alicia Lourido sirvieron el viernes por la tarde más de 150 chocolates y 600 churros para entibiar el alma de los usuarios, personal y voluntarios. La iniciativa, explica, «tuvo una acogida espectacular tanto por parte del equipo que gestiona la Cocina Económica como por las personas que van allí. Cuando comunicaron por megafonía que iban a repartir chocolate caliente con churros, al ser la primera vez que lo hacemos y no estar acostumbrados, se les cambiaron las caras. Ver esa ilusión fue lo más bonito». El dueño de La Quinta aspira a repetir cada año: «Estaremos encantados de hacerlo mientras podamos. Sabemos que esto es un lujo para muchas personas, en cuanto que no es un alimento de primera necesidad. Es algo de lo que se priva la gente con menos recursos, pero con este frío apetece mucho tomarse un chocolate caliente, y queríamos que disfrutaran de ello, que se sintieran queridos y en familia con este gesto».

A pesar de coincidir con unas fechas de mucho ajetreo para La Quinta, cuyo establecimiento (con capacidad para unos 50 clientes) se llena cada tarde y hasta hay colas para disfrutar allí de su producto estrella, están dispuestos a hacer un esfuerzo extra. De hecho, Ibai contó con el apoyo de un grupo de amigos que le ayudaron a llevar el chocolate y los churros hasta las instalaciones de la Cocina Económica: «Nosotros les acercamos todo el material, que era bastante pesado y costoso de trasladar, y ellos hicieron el trabajo de repartirlo».

¿Y por qué siendo de Pontecesures decidió Ibai abrir La Quinta en la capital gallega? «Queríamos abarcar todos los públicos y aquí teníamos la posibilidad de llegar al cliente local, pero también al turista, durante todo el año. Santiago a nosotros nos encantaba y poder abrir aquí el primer establecimiento fue un sueño cumplido. La idea de negocio es crear una marca y que nuestro producto puedan llegar a encontrarlo en otras ciudades de España, incluso en otros países», responde Ibai.

Aunque el churro clásico con chocolate es la combinación más demandada, explica que le sigue de cerca «una combinación que nació un poco improvisada», la de los churros pintados con crema de Kinder y de Nutella, así como por los churros bañados en chocolate (negro o blanco). Además, los ofrecen también rellenos. Y, en el apartado de bebidas, hay asimismo distintos tipos de cafés y batidos. Aunque en La Quinta hay tanto la opción de take away y delivery a través de Just Eat, «donde más sale el producto es en el local, que además está diseñado con mucho cariño y hecho al detalle a nuestro gusto», destaca su joven dueño. 

La Voz de Galicia

Los churros, el sabroso legado del Capitán Pirata.

Ángel Doce fue marino; luego, de vuelta en tierra, puso en marcha un negocio de elaboración y venta de esos dulces bocados que ahora siguen preparando sus nietos en negocios como la Churrería Sandra

Recostada junto al Ulla, Pontecesures es tierra de lamprea… Y de churros. El dulce se ha convertido en insignia de esta localidad gracias a Ángel Doce, un marino que, en los años treinta del siglo pasado, decidió un día quedarse en tierra y ganarse la vida haciendo y vendiendo churros. De su tiempo en el mar le quedó un apodo, Capitán Pirata, un nombre por el que lo siguen recordando aún algunos de sus viejos clientes. Nos lo cuenta Lauro Jamardo, uno de ellos, que regenta junto a su mujer, Sandra, una churrería que lleva el nombre de ella. «Moitas veces, sobre todo cando vamos a zonas do interior, aínda hai vellos que recordan ao meu avó». Lo reconocen en las fotos en blanco y negro que decoran la moderna churrería móvil de Lauro, que se ha convertido en una suerte de homenaje sobre ruedas a la tradición de su familia.

Y es que Ángel Doce, el hombre que se subía a la bicicleta para repartir sus churros, o que se colgaba una bandeja al cuello para poder llegar hasta el último cliente, fue el primero de una auténtica saga de churreros y churreras que hacen honor al buen nombre heredado, tanto en Pontecesures como en cualquier lugar del territorio gallego. «Ademáis, houbo moita xente que traballou coa familia, aprendeu, e logo acabou montándose pola súa conta», cuenta Lauro.

Él tuvo una vida paralela a la de su abuelo: pasó algunos años embarcado, pero cuando nació su primer hijo decidió que eso de cruzar los océanos se había acabado. Su camino en tierra lo tenía claro: había crecido rodeado por el mundo de los churros y las ferias, conocía todos los secretos del oficio y lo más importante, le gustaba. Así que, junto a su mujer, puso en marcha la Churrería Sandra, que desde hace unos treinta años recorre ferias, está presente en eventos de todo tipo y no duda en poner sabor a todas esas celebraciones familiares que aspiran a crear recuerdos. Y es que algo tiene el sabor del churro que logra devolver a quien lo toma a su infancia. «Dínolo moita xente cando proba os churros con chocolate; porque o chocolate tamén o facemos coma se facía antes, ao baño María. Para nós, que nos digan iso é un orgullo moi grande», dice Lauro.

Hay quien afirma que la dificultad de un plato es directamente proporcional a la simpleza de la receta. Y debe de ser cierto. Porque aunque en la Churrería Sandra consideren que elaborar este producto «é a cousa máis sinxela que hai», lo cierto es que es preciso que tener mucha mano para conseguir un buen producto final: crujiente y esponjoso y dulce, con ese toque de azúcar que lo envuelve. La lista de ingredientes para conseguir esa maravilla es corta: agua hirviendo, harina y sal. «Que pasa? Que para que saia ben hai que usar un bo produto», explica Lauro. Considera fundamental utilizar un agua de gran calidad, porque «o churro, coma o pan, collen moito o sabor da auga». Además de escoger bien el líquido, es necesario acertar con el tiempo de amasado. «É moi importante. Non podes nin pasarte, nin quedar corto», explica Lauro. Con la masa lista, llega otro momento crucial: la fritura. Debe realizarse esta con aceite de girasol, «o de oliva non vale para o tipo de churros que se fan aquí». En la Churrería Sandra utilizan «un bo aceite de xirasol alto oleico», que debe estar a la temperatura justa antes de comenzar a freír. «Sandra e máis eu levamos tanto tempo nesto que xa non precisamos nin medila», señala.

En esta churrería, cada cucurucho de dulces se sirve con una sonrisa. Tienen una gran variedad de productos a disposición de sus clientes: churros de chocolate, rellenos de crema pastelera, crocantis, churros de chocolate blanco… En ocasiones sacan partido a la ductilidad de la masa y en San Valentín, por ejemplo, hacen dulces con forma de corazón. Hablando de parejas perfectas: no hay nada que acompañe a los churros mejor que el chocolate a la taza, y en la churrería Sandra lo saben. Por eso elaboran esa bebida caliente y suculenta con esmero, a la vieja usanza, huyendo de fórmulas que acortan tiempos y roban magia. «Hai chocolatadas que nos leva tres horas preparar», dicen desde detrás del mostrador, donde consideran que ese es un tiempo bien invertido. Bombones, rosquillas y otros dulces tradicionales completan la oferta de este negocio. Pero no se dejen engañar, porque además de guardianes de los sabores de nuestra infancia, Lauro y Sandra son también dos personas sin miedo a innovar, a experimentar, a abrir nuevos caminos. Lo hicieron hace unos años, cuando intentaron introducir la porra en su lista de productos a la venta. No funcionó: ese producto, hermano mayor de los churros, no tiene demasiado predicamento en Galicia. Lo que sí ha tenido éxito entre el público han sido los «bocachurros», unos bocaditos rellenos que elaboran por encargo.

Con esa cartera de productos, no es de extrañar que a la Churrería Sandra la llamen hasta de Valencia, para dar sabor a las Fallas. «Non podemos ir, co difícil que está atopar xente para traballar… Non podemos atender a todo», dice Lauro.

La delicadeza de los bocachurros

El bocachurro fue un invento de Sandra. Se trata de «un bocado de churro salado hecho con masa de churro y relleno de crema de diferentes sabores, de mermelada de pimientos de Padrón, de pimientos del piquillo…». También los hay con rellenos dulces, desde la típica crema pastelera, al dulce de leche, al chocolate… Se elaboran por encargo para fiestas y celebraciones.

La Voz de Galicia

Sigue la tradición churrera de Pontecesures: Los mejores churros ambulantes se quedan a vivir desde mañana en el casco histórico de Santiago.

La churrería La Quinta, originaria de 1842, abre su primer local fijo en la rúa Caldeirería con el espíritu de hacer de ella toda una plaza mayor

Cuando allá por 1842 el tatarabuelo de Ibai Castiñeiras instaló por primera vez su puesto de churros en una feria de Pontecesures, de donde era natural, no se imaginó que 181 años después un descendiente de su estirpe, el propio Ibai, le cogería el testigo abriendo permanentemente y vendiendo la misma materia prima en la zona más noble del casco antiguo compostelano. «Vin que coa xubilación da miña avoa era posible que a churraría pechase, así que non o pensei e lanceime con isto que tantas veces planeei na cabeza», indica el joven, de solo 25 años. Ahora bien, el espíritu se conserva aunque la idea original haya sufrido un cambio radical. «Sei, pola experiencia da miña avoa, que a ambulancia é moi dura, moi sacrificada, e son consciente de que os hábitos cambian», expone Ibai. Es justo por ello que se ha decidido por establecer los mejores y más tradicionales churros ambulantes en el número 42 de la rúa Caldeirería, en Santiago. Desde mañana, cuando todo echa a andar, en esa calle habrá una nueva plaza mayor, pues todo el local está ambientado de tal forma que nos traslada a un domingo de feria por la mañana, aunque también se venderán churros para llevar. La sala es tan luminosa como si brillase el Sol, cuelgan del techo las hojas verdes de los árboles y los toldos marrones de las carpas de la feria; las mesas y las sillas son como las de un café de antaño y hasta el suelo está decorado como los empedrados más típicos del centro en una villa marinera. Una renovación que no hace al negocio perder su esencia, pues la abuela de Ibai ya ha facilitado el visto bueno. «Onte, sen ir máis lonxe, estivo dándolles consellos aos cociñeiros, que eles escoitaron tomando nota». No hay nada como la voz de la experiencia, a la que Ibai rinde culto en la decoración del local a través de un mural en el que figuran las diferentes generaciones que han gestionado el negocio todos estos años. Ibai, representado en el centro de la obra, explica el nombre de la churrería, que nació como El Pirata, luego se llamó Fina «como a churreira, miña avoa» y ahora se renombra como La Quinta, «que son eu, a quinta xeración de churreiros».

La Voz de Galicia