Una ruta fluvial unirá Cesures con Vilagarcía y Sálvora.

Pontecesures se convierte en escala de los cruceros que remontarán Ulla.

Pontecesures es el Ulla y el Ulla es Pontecesures. Desde ayer, un poco más si cabe, con la incorporación del municipio a la ruta fluvial de los cruceros que en breve unirán el puerto de Vilagarcía con la orilla cesureña y, probablemente, la isla de Sálvora.

El alcalde cesureño, Juan Manuel Vidal Seage, es un firme convencido de la necesidad de explotar la cultura de río que su concello jamás ha perdido. Ayer, su mano rubricó el convenio que convertirá a Pontecesures en escala de esta particular iniciativa turística, con el beneplácito de la Asociación Galega de Actividades Náuticas, cuyo vicepresidente, José Manuel Fernández, participó en el acto de presentación junto a los responsables de la compañía Cruceros Pelegrín.

«Boa parte dos investimentos deste mandato foron dirixidos ao río, e xa é inminente a colocación dun terceiro pantalán xunta os que temos para o club náutico e para os valeiros», explica Seage. Este será el punto en el que los visitantes desembarquen para conocer enclaves como la Casa da Lamprea, la remodelada plaza de abastos, el alfolí o la escultura al automóvil: «O río foi para Cesures fonte de riqueza dende a época dos romanos ata o século XIX; ten que volver selo».

La Voz de Galicia

El Concello de Padrón incrementará el presupuesto de las fiestas de la Pascua hasta los 190.000 euros.

El alcalde se ha reunido hoy con el conselleiro de Cultura para abordar la solicitud de declaración de Festa de Interese Turístico de Galicia.

El alcalde de Padrón, Antonio Fernández Angueira, y la concejala de Cultura y Turismo, Lorena Couso, se han reunido esta mañana con el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y con el director xeral de Políticas Culturais, Anxo Lorenzo, para avanzarle el expediente de solicitud de declaración de la Pascua como Festa de Interese Turístico de Galicia. El alcalde ha destacado que la petición cuenta con el apoyo unánime de todos los grupos políticos de la corporación, al tiempo que ha resaltado que esa solicitud está basada en las raíces históricas de la fiesta que se remontan, al menos, al siglo XVII, en su arraigamiento social, en la afluencia masiva de visitantes y en el refuerzo de las acciones promocionales.

Por ello, en opinión de Antonio Fernández, todos estos elementos, unidos al valor cultural y a la organización de múltiples actividades lúdicas, deportivas, musicales y culturales durante prácticamente tres semanas «converten á Pascua de Padrón nunha festa singular que queremos promocionar como a Pascua de toda Galicia», ha dicho el regidor.

En el transcurso de la reunión, Fernández Angueira le mostró al conselleiro una edición facsimilar de «Memorias del Arzobispado de Santiago», en las que el canónigo cardenal Jerónimo del Hoyo ya se refería en 1608 a la feria de caballos de la Pascua de Padrón «como unha das mellores de Galicia».

En cuanto a la programación de las fiestas de este año, el alcalde avanzó que se presentará en las próximas semanas y que el Concello incrementará el presupuesto hasta los 190.000 euros.

La Voz de Galicia

Jesús Ferrón: «Todos los años había riadas en Padrón».

En los años 60, este vecino, que era concejal, coordinó el operativo en una gran inundación.

Todos los años se esperaban las inundaciones en Padrón; la gente ya estaba pendiente». Así lo recuerda Jesús Ferrón Martínez, un vecino de Padrón de 84 años que, a principios de los 60, tuvo que coordinar las labores de actuación en una de las riadas fuertes que sufrió la villa, al ser concejal en el Ayuntamiento.

Las inundaciones son una cicatriz en la historia de Padrón por su frecuencia y, a menudo, por su intensidad, tanto que algunas fueron históricas, como la que a finales de los años 60 tiró el puente que unía la zona de A Barca con la del Bordel o la de 1987, la más reciente, cuando el agua anegó más de un metro en los comercios de la villa. También por estos días del mes de febrero de 1966 hubo otra riada fuerte.

Y fue así hasta que en el año 1994 se inauguró el canal de derivación del río Sar que, construido por la Xunta, puso fin a las riadas en el casco urbano. De las inundaciones de principios de los años 60, en concreto, en torno al año 1962, habla Jesús Ferrón. A él le tocó tomar el mando de la situación una vez que el alcalde de entonces, Ramón Pazos Giménez, vivía en Santiago y no pudo trasladarse a la villa, precisamente porque quedó aislada por las inundaciones. «Tuve que actuar yo», cuenta.

Así, Ferrón montó el cuartel general en su casa, frente la feria, en la zona de Fondo de Vila, para coordinar todo el operativo en el que participó la Escuela Naval de Marín. «Le pedimos auxilio y vinieron rápidamente», recuerda el vecino. En esa ocasión, la «principal preocupación» eran los vecinos de A Ponte, lugar en el que desbordó el río Ulla. «La gente se subía a los tejados y había que rescatarla», relata Jesús Ferrón. También acudieron a ayudar los bomberos de Santiago. «Llevaba varios días lloviendo y los ríos iban llenos», cuenta. Cuando desbordó el Sar, las calles de la villa y hasta la carretera N-550 quedaron bajo el agua. Los comercios, que ya vivían pendientes de las crecidas del río, «se anegaron y tenían toda la mercancía levantada; sufrieron grandes pérdidas económicas», señala el que fue concejal durante un mandato. Algo similar sucedió también en el año 1987, cuando se registró la inundación más reciente del casco urbano.

En esa riada de principios de los años 60, Jesús Ferrón recuerda que el pueblo pasó más de un día bajo el agua y varios más limpiando todo, porque la crecida también «traía lodo y troncos de árboles que bajaban de Santiago». «El Concello colaboró todo lo que pudo con los vecinos pero no había dinero como hay hoy para las ayudas», señala este vecino de Padrón.

«Las inundaciones eran habituales hasta la construcción del canal de derivación. Ya había un dicho que reza que Caldas, Cuntis y Padrón muchas veces anegadas son», añade Ferrón, quien también precisa que, además del alivio del canal, «ahora ya no llueve como antes».

El canal de derivación fue la solución para evitar las riadas en el tramo urbano del río, pero no en los núcleos situados aguas arriba, como Lamas, en Extramundi, o la zona de Pazos, que siguen desprotegidos en caso de lluvias intensas y de crecidas del Sar. En su día hubo un proyecto para realizar una segunda fase del canal del río y hasta inversión anunciada por parte de la Xunta, pero por ahora se quedó en nada.

La Voz de Galicia