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Un turismo le golpeó cuando acababa de cruzar un paso de peatones y salió despedido por un desnivel -La joven conductora alegó que el parabrisas se había empañado.
Manuel Castiñeiras Tarrío, un conocido vecino de Valga residente en el lugar de Paredes, falleció a las 9.30 horas de ayer a causa de un atropello en la carretera N-550.
Ocurrió justo delante del consistorio, cuando el hombre cruzaba por un paso de peatones. Parece ser que ya lo había rebasado y se encontraba en el arcén en el momento en que fue embestido por el turismo, un Citroën Saxo conducido por una joven también vecina de Valga que sufrió una importante crisis de ansiedad tras lo ocurrido.
Inciden en ello los servicios de emergencias, donde también indican que tras el atropello la mujer aseguró que se le habría empañado el parabrisas, por lo que no había visto a la víctima.
Cabe puntualizar que la Guardia Civil de Tráfico la sometió al pertinente test de alcohol y drogas, arrojando un resultado negativo.
Hay que resaltar, igualmente, que el octogenario no solo sufrió el fuerte impacto del turismo, sino que recibió otro golpe de consideración al caer en el suelo tras salir despedido hacia un pequeño desnivel existente en el lugar; unas escaleras situadas ya fuera de la carretera.
Todo esto sucedió a las puertas de la casa consistorial, donde inmediatamente se reunieron numerosos vecinos y familiares de la víctima, cuya residencia se sitúa a escasos metros.
Fue precio interrumpir la circulación rodada en uno de los carriles de la N-550, concretamente el que avanza en sentido Pontecesures-Caldas.
Con este atropello mortal la tragedia vuelve a castigar a los vecinos del Ullán, donde muchos recordaban ayer que hace solo tres semanas fallecía, también atropellado en el arcén, el concejal catoirense Eduardo Touriño Criado, de 46 años.
Y por si fuera poco hace solo una semana que falleció aplastado por su tractor, también en Valga, Francisco Barreiro Cordo, de 80 años de edad y vecino de la parroquia de Cordeiro.
Es inevitable, igualmente, que algunos vecinos alerten de la «peligrosidad» de la carretera N-550 a su paso por Valga y recuerden otros atropellos registrados con anterioridad en la zona. Los hay que reclaman la construcción de la prometida variante o carretera de circunvalación.
Faro de Vigo
O IES de Valga abriu unha iniciativa que organiza por segundo ano.
O IES de Valga abriu onte a Semana de Orientación e Emprego, unha iniciativa que organiza por segundo ano e que ten como obxectivos divulgar a oferta educativa do centro e orientar, dende os puntos de vista académico e profesional, aos estudantes de 4º da ESO, 2º de Bacharelato e dos ciclos formativos de FP. «Tratamos de plantexar ao alumnado as diversas alternativas coas que contan, tanto se queren continuar cos seus estudos como se prefiren incorporarse ao mercado laboral», explica a orientadora do instituto, Pilar Lestido, que acompañou á directora, Dolores Rego, no acto inaugural ao que asistiron alumnos de varios centros educativos da contorna: o CPI Progreso de Catoira, do CPI Pontecesures e o IES Macías O Namorado de Padrón.
La Voz de Galicia
Los voluntarios se preguntan cómo es posible que lleguen a pagar los operativos de su propio bolsillo y reclaman un presupuesto propio.
¿Es posible mantener con dignidad un equipo de intervención ante emergencias cuyos únicos ingresos se limitan a 300 euros anuales? La respuesta parece obvia. Esta es, sin embargo, la situación en la que desde hace tres años se mueve la agrupación de Protección Civil de Pontecesures, cuya paciencia se ha agotado. Sus voluntarios permanecen prácticamente de brazos cruzados desde diciembre ante la falta de respaldo de la que acusan directamente al Concello y a su alcalde, el popular Vidal Seage.
Protección Civil de Pontecesures nació en 1993. Sus miembros aseguran que, en 26 años de trayectoria, nunca se habían enfrentado a un momento peor que este. «En marzo del año pasado nos aseguraron que iban a trabajar para buscar una forma de financiación distinta, pero en realidad no han hecho nada de nada», lamentan los voluntarios. Se trata de un equipo de catorce personas, la mayoría de las cuales se gana las habichuelas en un empleo convencional y dedica a la cobertura de emergencias su tiempo libre. De ellas, cinco voluntarios conforman el núcleo operativo de la agrupación. Descuelgan el teléfono más por cortesía que por capacidad real para intervenir ante algún imprevisto. Sencillamente, porque no tienen medios a su disposición ni perspectiva de llegar a tenerlos.
«Un ejemplo. Tenemos tres vehículos, uno de pronta intervención y dos de personal. Pues bien, el Concello dispuso de uno de ellos en septiembre del 2017 para ponerlo en manos de la Policía Local», indican unos operarios que ya no ocultan ni su enfado ni su decepción. Más ejemplos. Los talkies con los que se comunican se antojan un milagro tecnológico, no tanto por su efectividad como por su inusitada longevidad, ya que no han sido repuestos en 22 años. Que esta gente cuenta con capacidad para ejecutar las más diversas intervenciones lo demuestran hechos como sus actuaciones a la hora de rescatar automóviles del río Ulla, gracias a las dos zódiac que poseen. Otra cosa es que tengan medios para pagar combustible.
«Somos una agrupación municipal, no somos una asociación, y así es como nos están tratando; somos parte de la estructura del Concello y necesitamos nuestro propio presupuesto», argumentan los voluntarios para concluir con una pregunta: «¿Es lógico que tengas que pagar de tu propio bolsillo un operativo? Pues así es como estamos».
La Voz de Galicia