Se dan casos curiosos. En Pontecesures, puestos a cavilar sobre la invención de un nuevo festejo gastronómico, no se les ocurría nada y un chaval que pasaba por allí gritó:¡Churros!…Claro, ¿cómo era posible que no se dieran cuenta antes, si la patria de los periodistas y artistas, fue también la de Ángel Doce, «Mambís», que esparció or todas las festividades gallegas mambises a cientos, más o menos descendientes del patriarca, y todos dedicados a la industria de la churrería?…Asunto arreglado.
Extracto del artículo «Las costumbres que se fueron» de Máximo Sar. Especial «Arousa, un mar de cultura». DIARIO DE AROUSA, 09/11/08