Cuatro millones de euros va a invertir la Xunta en eliminar puntos negros en las carreteras que unen Cambados con Dena y Vilagarcía con Pontecesures. Es mucho dinero. Más de 665 millones e pesetas, para los que aún no se han acostumbrado al cambio al euro. Lo curioso es que la Administración sea capaz de admitir la existencia de puntos negros a pesar de la sangría diaria de muertes por accidentes de tráfico. Es como reconocer una dejación de funciones que nos cuesta muchas vidas y muchas desgracias personales y familiares. La respuesta oficial a este argumento es siempre la misma. En palabras más finas y rebuscadas, viene a decir lo mismo que le dijo su padre a una amiga el primer día que se montó en el coche con ella: Hija, voy «volao». Vamos, que mi amiga iba muy rápido o al menos eso le parecía a su padre. Puede ser que seamos imprudentes, pero eso no explica la existencia de puntos negros. Porque sse supone que un punto negro lo es no porque vayamos todos «volaos», como mi amiga, sino porque hay algo mal hecho en ese vial. Está claro que hay que luchar contra las imprudencias al volante, pero no es justo que nos echen la culpa de todo a los conductores.
Columna «Entre líneas» de Xurxo Melchor. LA VOZ DE GALICIA, 14/12/07