XI Xornadas Gastronómicas da Lamprea (2025) en Padrón. Fechas, información, programa, cartel, imágenes, mapa y ubicación de XI Xornadas Gastronómicas da Lamprea (2025) en Padrón (jornada, jornadas, lampreeira, gastronómica, roteiro, visita, charla, lamprea, chupona).
Programa 2025
Nueva edición de estas jornadas gastronómicas de exaltación de la lamprea que tendrán lugar desde el 21 al 30 de Marzo en la villa de Padrón.
Los asistentes a este evento gastronómico podrán degustar en los locales colaboradores menús elaborados para la ocasión.
Los establecimientos participantes este año son: Casa Farrucán, Restaurante O Secreto, O Santiaguiño y Chef Rivera.
Viernes 21 de Marzo, en el Restaurante Chef Riveira tendrá lugar a las 20.00 horas un coloquio informativo de divulgación científica sobre la lamprea como organismo. La charla estará dirigida por Juan Pérez Fernández e incluye una degustación de aperitivos con lamprea (consumición no incluida). Público adulto.
Sábado 22, a las 11.30 horas comenzará la actividad titulada Lamprea a pe de río, donde los participantes podrán realizar una visita didáctica con la que se promoverá el conocimiento y la conexión con el medio natural (biología de la lamprea, su importancia historia y su ecosistema). Público familiar.
Sábado 29, a las 11.00 horas comenzará la actividad Baños de natureza con dinámicas de Arteterapia en Bandín. Público familiar.
Un buen servicio de cercanías es fundamental para impulsar el crecimiento de la comarca
Llevamos unos días pendientes del tren… Del tren de borrascas que anunciaba La Voz el pasado martes, que, efectivamente, llegó y se fue, y del tren de cercanías que ni se a anuncia ni llega, pero se exige con razones desde una comarca que ha dependido históricamente de un ferrocarril que ayudó a su desarrollo, hizo la vida más cómoda y facilitó nuestro ocio. Trenes que traían a los compostelanos a bañarse a la playa de Compostela, que se llamaba así porque, al fin y al cabo, no era solo el arenal de la aristocracia de Santiago con mansiones junto al mar, sino también la playa popular de quienes venían en tren las tardes de sol. Y en tren íbamos de Vilagarcía a Catoira para comer la lamprea en Casa Emilio y las cigalas baratas que sobraban de las bodas en Casa Suso. Llevamos, en fin, siglo y medio utilizando un servicio ferroviario de cercanías que no es tal oficialmente, pero que presta ese servicio.
Llegué a Vilagarcía por primera vez desde Vigo en un ferrobús que atendía un servicio cercano. Aquel viejo automotor, que enseguida fue vendido a Venezuela, salió de Vigo a las 21.51 y llegó a Vilagarcía a las 23.14 tras parar en nueve estaciones. Tardaba una hora y 23 minutos, pero hoy llama la atención un detalle fundamental: el trayecto acababa en Vilagarcía. Esto sucedía hace casi medio siglo, en septiembre de 1981, y ya entonces, Vilagarcía era estación término de Renfe para trenes que hoy llamaríamos lanzadera y unían Vigo con Vilagarcía por la noche y, al amanecer, Vilagarcía con Santiago de Compostela, en un viaje de 53 minutos y seis paradas que partía de la capital de Arousa a las a las 6.55 horas.
La primera vez que fui a comprar a un Corte Inglés recurrí al «cercanías»: un tren de nombre irónico, semidirecto, que iba de Vilagarcía a Vigo deteniéndose en Rubiáns, Portas, Portela, Pontevedra, Figueirido, Arcade, Cesantes, Redondela y Chapela. Era un convoy antiguo y lento que me agotó. Tuve que acostarme al llegar a casa. No sé si me estresó el gran almacén, me desazonó el semidirecto o fue la unión de ambos agobios.
Cuando se renovaron los trenes, se electrificó la vía y se mejoró el trazado, Vilagarcía entró en la modernidad. Trenes rápidos y cómodos que resultaban sumamente funcionales y nos facilitaban la vida, aunque desaparecieron multitud de estaciones campestres en una comunidad donde aún se vive en el rural. Entre Vigo y Santiago, había 16 estaciones y apeaderos con parada de ómnibus, ferrobús, tranvía y semidirecto en 1981. Hoy solo quedan 8 estaciones con parada de los regionales.
En 1981, había seis estaciones en la comarca, hoy quedan Catoira, Pontecesures y Vilagarcía, aunque en Catoira solo se detienen siete trenes de los ocho regionales que unen a diario Vigo con Santiago. Aunque lo más alucinante es que los trenes lanzadera Vilagarcía-Santiago, herederos de aquellos ferrobuses que tenían su estación término en Vilagarcía, no se detienen en Catoira. ¿Pero estamos tontos o qué? ¿Quién decide y con qué criterios las paradas? ¿No se han dado cuenta de que Catoira es también la estación del Barbanza?
Es complicado recuperar los ocho apeaderos y estaciones con servicio en los años 80 que el nuevo trazado soslayó, pero hay un clamor de 20 años pidiendo un apeadero en Valga, un pueblo con mucha actividad y, fundamental, no sé si en los despachos de Adif y Renfe saben, supongo que sí, que en Galicia no es como en Castilla, donde, por ejemplo, entre Zamora y Medina del Campo, el ferrobús, en 1981, paraba en nueve estaciones, pero ahora los regionales solo se detienen en Toro y Nava del Rey porque el nuevo trazado no pasa justo al lado de las otras siete localidades. Pero no podemos comprar Valga y su población extremadamente dispersa con los núcleos zamoranos apiñados de Coreses o Castronuño, donde antes sí paraba el ferrobús.
La comarca, en fin, reclama formar parte de una necesaria y prometida red de cercanías gallega y argumenta que la venta de billetes en la comarca entre 1997 y 2023 creció un 150 %. En Catoira, Pontecesures y Vilagarcía se ha pasado de vender 486.205 billetes a expender 1.214.800. Hay un clamor de trenes a Vigo y Santiago desde Vilagarcía deteniéndose en estaciones intermedias, con precios económicos y frecuencias continuas. Nada que no suceda en Ferrol, con su línea C1 a Ortigueira, sus ocho frecuencias diarias con 22 paradas, una hora y 18 minutos de viaje por 3.15 euros o la C1 entre Zaragoza y Casetas, 25 trenes, entre 15 y 25 minutos de viaje por 1.80 euros.
En Galicia, debería haber tres líneas: C2 entre A Coruña y Ferrol, C3 entre Santiago y Vilagarcía y C4 entre Vigo y Vilagarcía. Existen razones y, sobre todo, ahí están las cifras de viajeros, para exigir este servicio con tantos argumentos como los aportados para implantar cercanías en los ejes Medina del Campo-Valladolid-Palencia, Palma del Río-Córdoba o Murcia-Cartagena.
Vilagarcía, a medio camino de dos ciudades y dos hinterlands, quedaría así a «tres horas y un café» de Madrid y a un paso y muchas frecuencias de Vigo y Santiago. Es decir, una ciudad perfecta para vivir y trasladarse a trabajar, estudiar, comprar o disfrutar del ocio.
Os pescadores autorizados so traballan un tramo do río debido a ausencia do peixe
A lamprea do río Ulla estase facendo de rogar e, por tanto, cotiza alto na pesca profesional, que é onde se pode comercializar. En canto á deportiva, mes e medio despois da apertura da tempada de pesca tradicional no río Ulla en Herbón, concretamente nas primeiras pesqueiras do tramo, as de Areas, as escasas capturas cóntanse cos dedos das mans. Neste tramo están habilitados para traballar dous pescadores, titulares da concesión, que son Antonio Vidal e Alejandro Ferro, ademais doutros dous veciños de Herbón autorizados polo segundo pescador.
A tempada nas pesqueiras de Areas arrancou o 6 de xaneiro e xa entón os pescadores se temían que ía ser unha campaña «moi, moi mal». Nese momento, o río Ulla non levaba o suficiente caudal para botar as redes nas que capturan as lampreas pero, vinte días despois, a borrasca Herminia deixou unha crecida do río tan grande que arrasou con todos os aparellos de pesca e mesmo coas pranchas que no seu día colocaron os pescadores para moverse dun oco a outro do río. De sete pranchas, o venres catro aínda estaban tiradas na auga.
«Despois da riada tivemos que volver a montar xa que nos rompeu todo a auga; a semana anterior foi cando se colleron as primeiras lampreas, pero con escasas capturas, dúas por día ou catro, a xornada que máis. A semana pasada xa volvemos a coller cero lampreas todos os días», conta Alejandro Ferro.
Ante a falta de capturas, os pescadores autorizados so están traballando nas primeiras pesqueiras, as de Areas, pese a que nas seguintes (as Vellas) xa poden botar as redes dende o 3 de febreiro, «pero polo momento decidimos non montar porque se non hai capturas nas primeiras menos vai haber nas segundas», engade este pescador.
No que vai de tempada, o río pasou de non ter auga suficiente para permitir pescar a rexistrar unha riada tan grande que levou por diante as redes e os pasos dos pescadores entre uns ocos e outros do río.
Non obstante, dende a última riada, o caudal do Ulla baixou polo que os veciños pensaban que ían comezar a pescar lampreas, pero non foi así polo que empezan a pensar que o peixe non subiu do mar aínda. Contan que os máis vellos, e os que máis saben da pesca tradicional da lamprea, o relacionan con feito de que as grandes choivas e riadas viñeron tarde, a primeiros de xaneiro, cando o ideal é que se produzan nos meses de outubro e novembro, para que a auga doce serva de cebo á lamprea para que suba do mar a desovar ao río.
En calquera caso, pescadores que poden traballar nas pesqueiras de Herbón teñen claro que a escaseza de capturas está sendo algo habitual nos últimos anos e que parece que se agrava máis cada tempada que pasa.
«Cada vez hai menos exemplares e xa levamos varios anos con esta liña descendente»
A pesca tradicional de lamprea nas pesqueiras do río Ulla ten carácter deportivo polo que os pescadores non poden comercializar as capturas que, en teoría, son para autoconsumo. Non sucede así coa pesca profesional no tramo limítrofe de Pontecesures, pero parece que a escaseza de capturas tamén é a nota predominante desta campaña. Tanto é así que restaurantes, casas de comida e bares están sufrindo falta de abastecemento, de modo que non teñen para cubrir toda a demanda da clientela.
Así o confirman dende Casa Ramallo, de Rois, un lugar que destaca pola súa especialidade na elaboración da lamprea. Así, un dos irmáns que rexenta o restaurante, José Sobrino, fala de que «este ano hai moi pouca lamprea, incluso menos que o ano pasado» de modo que, engade, «non hai suficiente para atender todas as reservas que se poderían coller». Fala, ademais, dos prezos altos que ten este ano o peixe de modo que incluso hai grupos de comensais que prefiren esperar a ver se baixa e é máis económica. «Cada vez hai menos lamprea e xa levamos con esta tendencia varios anos». Dende Casa Farrucán de A Ponte, en Padrón, onde a lamprea é un prato con moita fama, confirman o mesmo.
Algunos tienen mesa reservada para dentro de un mes y otros, para cuando caigan las siguientes piezas
Es un bien tan escaso que los primeros ejemplares «tienen nombre» antes de ser pescados
Casa Farrucán confirma la enorme expectación que genera la preciada «dama del Ulla»
Pili Novo y Manuel Losas, los propietarios de Casa Farrucán, un restaurante especializado en lampreas situado a escasos metros de dónde se pescan.
Siempre se ha dicho que con la lamprea no hay término medio, de tal forma que o enamora para siempre o defrauda como nunca.
Los adictos a este preciado pez cartilaginoso lo saben bien, ya que esperan como agua de mayo el inicio de la temporada, cada 2 de enero, y algunos llegan a desplazarse cientos de kilómetros para poder saciar sus ganas de lamprea.
No es fácil, habida cuenta de que es un bien escaso y caro. «Pero vale la pena», aseguran los más ferviente admiradores de este primitivo pez cuyo clímax gastronómico se alcanza al prepararlo al estilo bordelesa, es decir, cocinado en su sangre y servido con arroz en blanco y picatostes.
Un grupo de amigos
Una experiencia que ya pudieron saborear un grupo de amigos del Concello de Padrón que llevan tiempo esperando el comienzo de la temporada y tenían encargadas las primeras lampreas de la temporada en el restaurante Casa Farrucán.
Ellos fueron los que, en ese establecimiento situado en la orilla coruñesa del Ulla, dieron cuenta de aquella primera pieza que, de forma inesperada, se había capturado el primer día de actividad por parte del colectivo de valeiros en aguas de Pontecesures.
«Se la preparamos a un grupo de amigos que son muy aficionados a la lamprea y que ya nos la tenían encargada desde hace tiempo», explica Pili Novo, que junto a su marido, Manuel Losas, regenta Casa Farrucán.
«Las primeras lampreas de la temporada siempre tienen nombre, incluso antes de ser pescadas», bromea la también cocinera de Farrucán, que pasa por ser uno de los establecimientos más importantes de Galicia en lo que a preparación de lamprea se refiere.
En realidad, están reservadas las primeras y las siguientes, ya que son muchos los «encargos» que tienen en este negocio para las próximas semanas y meses.
Las primeras lampreas de la temporada siempre tienen nombre, incluso antes de ser pescadas.
Destaca, como la propia Pili Novo resalta, «la reserva que tengo para dentro de un mes por parte de un grupo de amigos que van a desplazarse mil kilómetros expresamente para venir a comer lamprea del Ulla».
Los comensales que degustaron la primera lamprea.
No tienen asegurado que vayan a poder hacerlo, porque depende de cómo evolucionen las capturas de la «dama del Ulla» a partir de ahora, tanto entre los valeiros –los pescadores que largan sus nasas desde embarcación en Pontecesures– como en las pesqueiras tradicionales situadas río arriba.
Cambio del tiempo
Pero tanto los comensales como los propietarios de Farrucán y demás restauradores especializados en lamprea confían en que, cuando las condiciones meteorológicas mejoren, las lampreas empiecen a abundar en el Ulla.
«Actualmente el río lleva mucha agua y hay demasiada corriente, por lo que es difícil que la lamprea aparezca», indican tanto Pili Novo como Ramón Agrasar y otros pescadores consultados.
Unos pescadores que, tras haber capturado tres lampreas en los dos primeros días, albergan ciertas esperanzas y confían en que esta campaña sea mejor que la nefasta temporada anterior.
Lo mejor está por llegar
También lo espera Pili Novo, quien indica que para negocios como el suyo los mejores meses son siempre febrero, marzo e incluso abril –la campaña se cierra a mediados de ese mes–, ya que en enero hay más gastos que afrontar y aún están demasiado recientes las comilonas navideñas.
La lamprea a la bordelesa de Casa Farrucán
De todos modos, la hostelera insiste en que ya tiene reservas anotadas, sobre todo realizadas por los más «fanáticos» de este pez, que no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad de saborearlos, «por eso las primeras casi siempre las comen los mismos», enfatiza.
También es cierto que «hay mucha más gente que aunque no reserve llama preguntando por la lamprea, pero al decirle que por el momento no se está pescando cantidad suficiente lo dejan para otra ocasión».
Te puede interesar
De lo que no cabe duda es de que la afamada «dama del Ulla» es un reclamo importante para localidades como Pontecesures y Padrón. Al igual que es un recurso escaso, de ahí que el año pasado fuera preciso suspender su fiesta exaltación en la localidad pontecesureña.
«A muchos de los jóvenes que la prueban también les gusta»
El aspecto de la lamprea al estilo bordelesa no es el más llamativo o atractivo que cabría esperar, de ahí que mucha gente, dejándose llevar exclusivamente por el sentido de la vista y la primera impresión, decline saborear este preciado manjar.
Los jóvenes son, quizás, los más reacios, según indican hosteleros como Pili Novo, sobre todo si saben que la lamprea se cocina en su propia sangre.
Pero no es menos cierto que «a muchos de los jóvenes que dan el paso y se atreven a probarla también acaba gustándoles», y los hay realmente apasionados de este producto desde niños.
La clave está en degustarla al menos un par de veces para poder deleitarse con el característico sabor de ese plato que forma parte de la historia del Ulla y localidades como Pontecesures y Padrón, donde esta misma semana comenzaba la actividad en las tradicionales pesqueiras romanas.
Más concretamente en las de Areas (Herbón), donde se prolongará la actividad hasta el 29 de marzo.
Al pescador que capturó la pieza llegaron a ofrecerle 150 euros
Prefirió venderlo al restaurante Casa Farrucán, por ser un cliente habitual de los valeiros
La primera lamprea fue capturada por la embarcación «Gima», esta mañana.
La campaña de la lamprea del río Ulla ha comenzado en Pontecesures mejor de lo que cabría esperar, pues a pesar de las pésimas condiciones meteorológicas, las redes han conseguido el primer ejemplar de la temporada.
Pocos lo esperaban tan pronto, a tenor de la escasez de lamprea registrada en los últimos años y el mal estado del río.
Pero lejos de tener que esperar unos días hasta estrenar las capturas, en esta ocasión se consiguió a las primeras de cambio, ya que las nasas butrón se habían largado por primera vez ayer, solo 24 horas antes.
La pesca de lamprea en el Ulla, ayer.
Esa primera lamprea, que viene a ser algo así como el mítico «campanu» de los salmones que se capturan en Asturias y Cantabria, salió a la superficie pasadas las doce del mediodía.
Lo hizo en las nasas butrón de la embarcación «Gima», cuyo titular decidió venderla por 80 euros –más IVA– a Casa Farrucán, un restaurante especializado en este cartilaginoso y preciado pez que se sitúa a escasos metros del lugar en el que se pesca.
Pepe Barreiro
Pepe Barreiro, el pescador que consiguió el ejemplar junto a los dos tripulantes que lo acompañaban a bordo de la lancha «Gima», recibió ofertas de hasta 150 euros por ese primer pez del año.
Pero prefirió entregárselo al citado restaurante, ubicado en la orilla coruñesa del Ulla –en Padrón–, por tratarse de un comprador habitual de la lamprea obtenida por los pescadores que operan en Pontecesures.
«No está nada mal empezar la campaña con una primera pieza en el primer día, sobre todo porque con este fuerte viento del Sur es muy complicado capturar esta especie», explica el integrante del colectivo de los valeiros que se ocupa de la captura del primitivo pez.
El propietario de Casa Farrucán con la lamprea.
Una reflexión que formula siendo sabedor de que lo mejor para que la lamprea remonte el Ulla y pueda caer en las redes son los cielos despejados y el viento el Norte.
«Y tampoco está nada mal venderla a 80 euros más IVA, ya que se trataba de una lamprea de mediano tamaño», apostilla el propio Pepe Barreiro.
Tres barcos
Con las nasas de nuevo en el agua, tanto este pescador como los demás –el primer día solo tres barcos largaron sus nasas– confía en que el ritmo de capturas pueda ir incrementándose en los próximos días y semanas, sobre todo en cuanto amaine el temporal.
El horario de faena es el habitual, de ahí que las nasas deban permanecer fuera del agua desde las 12.00 horas del lunes hasta las 12.00 horas de los martes.
Los demás días los valeiros disponen de un intervalo de cuatro horas para levantar y volver a largar sus aparejos, advirtiéndose desde la Xunta de que «ningún tripulante puede volver a colocar las nasas hasta que estén levantadas las de todas las embarcaciones participantes o, en su caso, sean revisadas»
El Ulla premió ayer a los valeiros con el primer ejemplar de la campaña.
La primera lamprea de la temporada no se quedó esta vez en Pontecesures, aunque sí muy cerca. Fue el restaurante Casa Ferrucan, en Padrón, al otro lado del puente, el que se hizo con la primera pieza de este cotizado pescado, que se vendió por 88 euros. Así lo explicaba el valeiro Pepe Barreiro, cuya embarcación consiguió hacerse esta mañana con este primer ejemplar en una jornada que se saldó con este único pescado de las tres embarcaciones que faenaron ayer en aguas del Ulla. Algo que, sin embargo, los valeiros ya predecían ante las condiciones del río: “No mes de xaneiro sempre hai menos capturas”, señaló Barreiro, que avanzó unas semanas próximas complicadas por la llegada de un tren de borrascas, un “tempo que non axuda nada”. “Se coincidira como a semana pasada, con vento de norte e moito frío —condiciones ideales— seguramente pescaríamos algunha máis”.
“Dependemos moito da climatoloxía”, indican los pescadores, aunque confían que la llegada de estas lluvias pueda ser algo positivo para que se “encha un pouco máis o río”. Esperan así que no se den las condiciones de 2024, “un ano de moitísimas riadas, que impedio que houbera unha regularidade” y que solo fanearan “semana si e semana non”.
Lo cierto es que la falta de capturas en el río Ulla ha ido creciendo en los últimos años, lo que, unido a la ausencia de relevo generacional en el sector, ha provocado la menor presencia de embarcaciones en la zona de Pontecesures, considerada habitualmente como idónea para la pesca de la lampre. Así, durante estos dos primeros días de campaña, fueron tan solo tres los barcos que fanearon, aunque se espera que en las próximas semanas pueda aumentar hasta los seis o siete. “No ano 90 éramos 24 embarcacións”, lamentó Barreiro, que lo vincula a la falta de relevo: “En Cesures cada ano, practicamente, xubílase unha embarcación”.