Valga y Moraña reeditan un obradoiro de empleo conjunto para veinte alumnos.

La iniciativa tendrá una duración de seis meses, y en la misma la Xunta invertirá casi 180.000 euros.

El delegado de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, presentó ayer en Valga el Obradoiro de Emprego «Ulla-Umia», del que forman parte los ayuntamientos de Valga y Moraña. En él, se formarán en las disciplinas de albañilería, carpintería y jardinería un total de veinte vecinos desempleados de ambos municipios. La iniciativa tendrá una duración de seis meses, y en el mismo la Xunta invertirá casi 180.000 euros, «que coa aportación a maiores dos concellos en materiais chegará a superar os 200.000 euros», según explicó el representante de la Xunta en la provincia.

El alcalde del municipio anfitrión, José María Bello Maneiro (PP) aprovechó la presentación de este proyecto para recalcar que «nós estamos pola formación, por preparar á xente para que poida atopar un posto de traballo. Esa é a liña deste goberno e non imos permitir que ninguén nos aparte de aí». Un mensaje dirigido al grupo municipal del PSOE, al que responsabiliza, aunque sin nombrarlo, de que el polígono industrial de Xanza haya sido tumbado por el Supremo. El alcalde afirma que «o día que coñecemos esa sentenza foi un día triste para Valga», ya que se ve truncada la instalación de empresas que generarían puestos de trabajo. Esas empresas no pueden arribar ahora a Valga, dice Bello Maneiro, porque pese a lo que diga la sentencia, «non hai 200.000 metros cadrados de chan industrial valeiros. Non os vexo», ya que las bolsas así catalogadas se corresponden con propiedades privadas sobre las que el Concello no puede actuar.

Valga aún no ha renunciado al polígono de Xanza. El Concello se dirigirá al Supremo para pedir instrucciones ya que «o tribunal di unha cousa, pero o plan sectorial da Xunta di a contraria. Que nos digan eles que é o que temos que facer».

La Voz de Galicia

El puesto de la Guardia Civil de Valga, cerrado por la baja de varios agentes

Quienes quieren poner una denuncia deben llamar por teléfono para ser atendidos.

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Varias bajas médicas han venido a menguar aún más los siempre escuálidos medios humanos con los que cuenta la Guardia Civil en sus dependencias de Valga. El número de agentes es tan reducido que, tras quedarse temporalmente sin algunos de sus compañeros, no son suficientes para patrullar la amplia superficie por la que deben velar, y atender las oficinas al mismo tiempo. Puestas en la balanza ambas obligaciones, los responsables del servicio han optado por priorizar las patrullas a mantener el cuartel abierto. A fin de cuentas, los agentes están a un golpe de teléfono y, si alguien los necesita en la base, acuden a la llamada cuanto antes.

Para facilitar las cosas, junto al portal cerrado del cuartel de Valga hay un cartel que informa de los números de teléfono a los que debe dirigirse cualquier vecino que reclame la atención de los agentes. No es un cartel nuevo: hace años que estas instalaciones no atienden al público en horario de tarde. Y quien reclame los servicios de la Benemérita a esas horas es más que probable que sea atendido por un agente del puesto de Vilagarcía, desde el que se coordina el trabajo en buena parte de la orilla sur de la ría de Arousa.

Sin embargo, hasta ahora, por las mañanas, las oficinas estaban abiertas para atender a quienes acudían a poner una denuncia o, simplemente, a realizar alguna consulta. Hace unas semanas el cierre se extendió también esas horas, para desconcierto de algunos vecinos que hasta allí fueron por uno u otro motivo. Obviamente, para los usuarios que se acercan hasta el cuartel es un engorro encontrarse con las dependencias cerradas, y una molestia inesperada tener que hacer una llamada para que un agente acuda a atenderlo. De hecho, algunos usuarios han comunicado con el Concello para solicitar información sobre los motivos por los que está cerrado el edificio situado en Ponte Valga, a un tiro de piedra de la casa consistorial. En ella, el alcalde de la localidad, José María Bello Maneiro (PP), ya se ha interesado por esta cuestión. «Parece ser que non hai xente suficiente para facer as rondas e máis para atender a oficina», concluye el regidor tras recibir las explicaciones de los responsables del cuartel.

José María Bello Maneiro, que considera lógica la decisión adoptada por el cuerpo para salir del paso, ha anunciado que se pondrá en contacto de inmediato con la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra para solicitar que refuercen el número de efectivos disponibles en este puesto de la Benemérita. «? certo que os axentes que están fan máis traballo de patrulla que na oficina», reconoce el regidor valgués. De todas formas, el Concello va a solicitar a la autoridad competente más medios humanos para atender a un cuartel que, como el valgués, da servicio a un amplio territorio.
Pequeños robos de material en varias dependencias titularidad del Concello

El Concello de Valga ha tenido que acudir a la Guardia Civil para presentar dos denuncias por otros tantos robos en dependencias de su titularidad. Según explicó ayer Bello Maneiro, los sucesos se produjeron en las instalaciones de la estación depuradora y en las dependencias de la escuela taller. En ambos casos, explica el alcalde, el valor del material sustraído no reviste especial importancia. «Levaron algunhas pezas e algunhas ferramentas que había no obradoiro de emprego», relató el regidor. Pese al pequeño importe de lo robado, el Concello decidió presentar las denuncias. Bello Maneiro señalaba ayer que, afortunadamente, la oleada de robos que hace unos meses asoló la localidad parece haber cesado.

La Voz de Galicia

Alumnos padroneses sorprenden cun proxecto de empresa de bicicletas.

O proxecto xurdiu nun obradoiro de iniciativa emprendedora.

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Para a presentación do proxecto, un dos alumnos levou unha bicicleta ao salón de actos.

Como se de auténticos xoves emprendedores se tratase, o alumnado de cuarto curso de Educación Secundaria do Instituto Macías O Namorado de Padrón presentou días atrás a idea empresarial que desenrolaron tras participar nun Obradoiro de Iniciativa Emprendedora (OIE).

Para a parte práctica, o alumnado creou unha empresa on-line dedicada á reciclaxe, personalización e venda de pezas para bicicletas. Na convocatoria de prensa do acto non se especificaba a idade do alumnado polo que, vendo a presentación seria e con ilusión da iniciativa empresarial, a que lle puxeron o nome de Bicivai, custaba crer que esa empresa fose «ficticia».

Así, o alumnado presentou a páxina web da empresa, en construción, segundo dixo, un vídeo promocional da mesma feito nas instalacións do instituto padronés e durante una saída en bicicleta con alumnos e profesores; e ata un lema: «Respira, vive, pedalea». Todo moi ben vendido baixo a idea de recuperar as bicicletas «esquecidas no garaxe» e convertelas como compañeiras de vida, fronte ao «sedentarismo», explicaron os rapaces.

«Moverse para vivir sobre rodas» ou «nos poñemos a bici na túa vida» son algunhas das frases coas que estes futuros emprendedores tratan de captar a clientela para a súa empresa ficticia.

Para o final reservaron o que chamaron resucitador, para amañar bicicletas vellas (ata levaron unha ao salón de actos do instituto); o personalizador, para facer bicicletas ao gusto do consumidor a partir das pezas seleccionadas da páxina web. Lección aprendida; o taller cundeu.

La Voz de Galicia

Una marea roja solidaria de 1.200 personas.

Unas 1.200 personas tomaron la salida en la Pontevedrada 2016, la marcha solidaria a pie entre la ciudad y Santiago para fomentar la donación de sangre, órganos y tejidos. La iniciativa se abrió en la plaza de A Ferrería y concluirá a lo largo de esta mañana en la plaza del Obradoiro, en Santiago.

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Unas 1.200 personas tomaron la salida en la Pontevedrada 2016, la marcha solidaria a pie entre la ciudad y Santiago para fomentar la donación de sangre, órganos y tejidos. La iniciativa se abrió en la plaza de A Ferrería, donde la marea roja escuchó el testimonio de Ángela Lemiña Dacosta (en el centro de la imagen), que contó que está viva tras recibir en el 2015 dos pulmones. Esta mujer de 33 años dijo que ella es el ejemplo de que donar salva vidas. La Pontevedrada, que alcanza su sexta edición, se realiza de noche con paradas en San Amaro (Barro), Caldas de Reis, Valga y Padrón. Remata en el Obradoiro.

La Voz de Galicia

El PSOE se opone al «obradoiro» de Valga «para no ser cómplice».

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Los socialistas lamentan los mecanismos de selección de alumnos.

El grupo municipal socialista de Valga votó en contra del «Obradoiro de emprego 2016» de la localidad «para no ser cómplices de procesos de selección de personal nada claros». Alegan que esta escuela taller planteada por el PP del alcalde Bello Maneiro y dirigida a los módulos de albañilería, cantería y jardinería nace rodeada de polémica, porque «la selección de alumnos y profesores va a realizarse por un grupo de trabajo mixto que debe definir los criterios, perfiles y pruebas a realizar por los demandantes de empleo».

Lo que sucede es que de este modo «es imposible realizar una selección basada en criterios de transparencia e igualdad de oportunidades», lamenta el PSOE.

Asimismo, «consideramos obsoleto el modelo de ‘obradoiro’ propuesto, ya que lo que hay que hacer con estos talleres es dar a los desempleados la oportunidad de reciclarse y salir al mercado laboral con unos conocimientos mínimos en diferentes disciplinas, de ahí que apostáramos por módulos de nuevas tecnologías, comercio, marketing o energías renovables».

Faro de Vigo

«Cada vez hai máis gaiteiros».

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De visita en el obradoiro de instrumentos tradicionais «o xaneiro».

En Valga, Luis Miguel Sanmarco se ha construido una vida a base de madera y música

En algún lugar del taller de Luis Miguel Sanmarco tiene que haber un lápiz de carpintero. Uno de esos lápices gruesos y rojos que los viejos artesanos de la madera utilizaban tanto para hacer marcas en las piezas en las que trabajaban, como para hacer anotaciones en pedazos de papel. A primera vista no vemos ese útil por ningún lado. Pero nos lo imaginamos. Porque en el Obradoiro de instrumentos tradicionais de O Xaneiro (Valga) te esperas un instrumento así. Este lugar es uno de esos sitios que permiten revivir aquel pasado, no tan lejano, en el que el mundo giraba menos rápido, menos desquiciado.

Luis, enfundado en una bata de trabajo azul, es un hombre de treinta y tantos años que se declara afortunado. A fin de cuentas, dice, el suyo es un oficio «idílico», y él, una de esas personas a las que se le dibuja una sonrisa en la cara cuando se acerca la hora de ponerse manos a la obra. «Con isto non te fas rico, pero compénsalo cada mañá, cando te levantas e vés con alegría para o taller, sabendo que vas chegar, tocar a madeira, os materiais todos…».

Conste que el camino que lo trajo hasta aquí, que lo convirtió en timonel del barco de O Xaneiro, estuvo lleno de reviravoltas. Luis nació con la música en el alma. A los seis años empezó a tocar la gaita y después, en la escuela de música de Valga, el clarinete. Estudió Bachillerato y, cuando lo remató, le llegó la hora de decidir qué quería ser de mayor. Entonces -aún no sabe muy bien el porqué- hizo electricidad. Con el tiempo descubriría que aquella rama de FP que inició sin especial alegría no le iba a servir más que «para aforrarlle uns cartiños á familia e aos amigos».

Con el título bajo el brazo y sin trabajo, Luis volvió a pensar qué quería ser de mayor. Y esta vez se dejó guiar por su instinto de gaiteiro -además de facedor de gaitas, toca en el grupo folk Alvariza- y puso rumbo a la Escola de Artes e Oficios de Vigo. Allí aprendió con Carlos Corral, un maestro cuyo taller rivaliza -en el buen sentido del término- con el de la familia Seivane. Luis, como es lógico, entronca con la tradición de Corral. «Din que as de Seivane son gaitas femia e as de Corral, macho, porque teñen máis corpo, máis potencia».

En cualquier caso, destaca Luis, cada gaita es un mundo porque cada gaiteiro es único. «Nisto non hai un cánon. Todo depende. Cada músico ten un instrumento perfecto diferente», sentencia el artesano. Cuando un cliente llega por la puerta -y de eso hay que dar gracias al boca a boca, que es el que alimenta el taller- Luis no tiene prisa.

No es bueno tenerla. Luis escucha, escucha y vuelve a escuchar, hasta que tiene claro qué es lo que quiere el gaiteiro que tiene delante. Hay quien quiere un instrumento sencillo, hay quien lo quiere rotundo, hay quien lo pide con más adornos y quien lo ha soñado desnudo.

El proceso
«? unha das cousas que máis me gusta. Darlle voltas e máis voltas ata que atopas a forma de facer o que che piden». Luis, como artesano que es, también pone sus condiciones. En su taller ni se tiñen las maderas, ni se anilla con plástico. «Non me gusta», dice encogiéndose de hombros. Y no hacen falta más explicaciones.

En el taller, una colección de piezas de madera perfectamente apiladas espera que llegue la hora de la metamorfosis. Hay madera de boj, de bubinga o de granadillo. «Os mellores instrumentos de corda son os de granadillo, así que unha gaita deste material é lo más de lo más», cuenta el maestro artesano. Relata que, como la madera es un material vivo, entre proceso y proceso «hai que deixala repousar».

Así que si usted quiere un instrumento con la firma de O Xaneiro, ármese de paciencia: la espera media es de seis meses. Algunos clientes, incluso los que saben que estas cosas llevan su tiempo, se impacientan. «Ese é o maior estrés que teño, cando me apuran», dice Luis con una carcajada. Esa calma la trae trabajar por encargo, informando a los clientes de que las prisas no caben en este taller de Valga. Porque las cosas hay que hacerlas despacio, poniendo el corazón y la cabeza, para lograr que cada pieza «sone un pouco mellor que a anterior. So con conseguir iso, xa son feliz».

Por eso, se niega a seguir el consejo de sus amigos de «aumentar a producción. Pero o meu non é facer gaitas en serie», señala Luis. ¿Pero hay mercado para tanto? La respuesta es rotunda. «¡Pero se cada vez hai máis gaiteiros, cada vez hai máis xente nova!», exclama. No solo hay más gente que toca, si no que cada vez hay más gente que lo hace bien porque «nestes momentos, hai moi bos mestres de gaita, moi preparados». Así que este instrumento, incono de Galicia, parece tener aseguradas mil primaveras más. Mil primaveras en las que seguirá sonando, vivaz para alegrar las fiestas, solemne y grave en la hora de los entierros.

Cada pieza lleva su tiempo: la espera media es de unos seis meses de trabajo.

La Voz de Galicia