El parón de la hostelería ensombrece el inicio de la campaña de la lamprea.

Una decena de ejemplares inauguraron la temporada de pesca en el Ulla

A estas alturas, los valeiros del Ulla -la mayoría son de Pontecesures, otros de Rianxo– han demostrado sobradamente su capacidad de resistencia. Su plasticidad para adaptarse a unas condiciones de trabajo cada vez más adversas, a unas normativas que en ocasiones se contradicen. Para ello tienen que jugar con las escasas cartas que tienen a su favor, calibrar los tiempos que pasan en cada zona de trabajo, calcular cuándo vale la pena dejar la ría y remontar el río. Este fin de semana, cinco embarcaciones decidieron estrenar la campaña de la lamprea en el río Ulla. Lanzaron los butrones y, tras dejarlos dos días en el agua, ayer por la mañana procedieron a levantarlos. En total, de su interior salieron alrededor de una decena de ejemplares, con un peso aproximado de kilo y medio por cabeza.

«Podían ser máis; foron dous días no río», explicaba tras las jornada de trabajo Miguel Barreira, miembro de la directiva de los valeiros. Aunque sus palabras suenan a queja, no lo son: él y sus compañeros saben que se les viene encima una campaña especialmente complicada. Y esta vez, la culpa no la tiene ni el río, ni el tiempo. «O río trae auga, choveu ben todo o inverno. E está frío, tira de Norte». Así que los primeros días de pesca de la lamprea deberían ser buenos. «A lamprea non fai sempre igual. Pero este ano, tendo en conta como están as cousas, debería empezar a subir antes», explica el valeiro.

En los próximos días se verá si se cumplen o no esos buenos augurios. También están los malos: la lamprea es un producto que en su mayor parte se comercializa a través de restaurantes y negocios de hostelería que han hecho de la elaboración de este misteriosos y extraño animal su bandera. Y este año, la hostelería está como está. Un virus mucho más misterioso y extraño que el pez ha puesto todo patas arriba, también los cálculos y previsiones de los valeiros. Estos, ya notaron en marzo los efectos devastadores de la pandemia. «Cando pechou todo, quedamos sen ter a quen lle vender a lamprea». Así que la campaña se interrumpió cuando estaba cogiendo color y calor.

Incertidumbre

Ahora se retoma, pero envuelta en una incertidumbre sin precedentes. Entre las limitaciones a las que está sometido el sector hostelero y una movilidad constreñida por el cierre de muchos a ayuntamientos, la situación no es nada halagüeña. «Temos que ir mirando», explican los valeiros, cuando ayer volvieron al muelle, envueltos en una gélida mañana de invierno. Volverán a salir al río a trabajar mientras el mercado no les diga lo contrario. De hecho, calculan que a lo largo de los próximos días algunos de sus compañeros que aún siguen trabajando al bou en la ría, se sumarán a ellos en el Ulla. A ver qué dispone el futuro.

La Voz de Galicia

Importante en Ponteceures: El Parlamento impulsa la reversión a los Concellos de terrenos portuarios.

El pleno del Parlamento de Galicia ha aprobado una proposición no de ley presentada por el PSOE para «pedirlle á Xunta que habilite a reversión aos concellos dos terreos de titularidade portuaria que deixen de ter uso para os portos». A pesar de la aprobación de dicho texto, antes de la votación hubo debate. Durante el mismo, el diputado socialista Julio Torrado tachó de «falaz» el argumento esgrimido por el PP de que «a Xunta xa está traballando nisto cando a realidade é que en 2017 non o incorporaron á lexislación, en 2018 rexeitaron unha proposta semellante na Comisión de Pesca. Agora teñen presentada no Parlamento unha iniciativa vaga e imprecisa, que resulta imposible de entender».

A juicio del diputado socialista, «os vaivéns do PP evidencian que o goberno galego está en contra desta medida, o que é lexítimo, pero o problema é que falan e prometen moi ben pero cumpren moi mal». Y eso que hay «moitísimas solicitudes de reversión dos terreos que se negan porque a Xunta o que quere é cobrar e cobrar». La problemática en este ámbito se concentra, dijo Torrado, en tres zonas: O Salnés, la Costa da Morte y A Mariña «e curiosamente coincide con alcaldías que non son do PP».

En la comarca de O Salnés es paradigmático, por ejemplo, el caso de O Grove, que lleva años reclamando a Portos que efectúe mejoras en la explanada de O Corgo. Pero en ese punto, como en otros, dice Torrado, Portos «cobra, pero solo cobra, ninguén fai mantemento, ninguén limpa, arranxa as beirarrúas ou repara as farolas que perden luz». A ello hay que sumar la problemática de «terrazas que teñen taxas e normativas distintas dun lado e outro da rúa».

Desde el punto de vista de los socialistas, esta es una «cuestión administrativa» que acaba convirtiéndose en un problema para muchas esferas de al vida cotidiana en la Galicia costera, en la que «actividades deportivas, culturais ou comerciais teñen que pagar elevadas cotas para desenvolverse nuns terreos que serían moito máis asequibles de ser titularidade dos concellos». Y por ello reclamó «vontade política para acadar unha solución» que beneficie a los ayuntamientos afectados.

La Voz de Galicia

Gran impulso al campus tecnológico de Cortizo.

Un trabajador en la factoría de Aluminios Cortizo en Padrón.

El Consello de la Xunta declaró iniciativas empresariales prioritarias el plan de la compañía Aluminios Cortizo para la creación de un campus tecnológico en Lamas (Padrón), y el proyecto de Hijos de Carlos Albo, para la construcción de una nueva planta productiva en Plisan (Plataforma logística industrial de Salvaterra-As Neves.

Mediante esta decisión en los trámites que son competencia de la Xunta, para la implantación y puesta en marcha de las iniciativas, se reducirán los plazos administrativos a la mitad, excepto la presentación de solicitudes y recursos, agilizando así los proyectos para que pueden ser pronto realidad. Suman ambos, al menos, unos 350 empleos, mediante una inversión de 60 millones.

Estos nuevos proyectos de las dos empresas gallegas buscan mejorar la competitividad de sus procesos productivos y contribuir a la diversificación empresarial de Galicia, asentando sobre el territorio infraestructuras y dotaciones necesarias para el desarrollo industrial. Se trata de las dos primeras iniciativas empresariales prioritarias de Galicia, una figura contemplada en la Ley de implantación empresarial.

Esta norma, vigente desde octubre de 2017, busca facilitar la inversión en la Comunidad Autónoma, con objeto de fijación un tejido industrial mediante menos trámites y mayor agilidad administrativa así como dar facilidades para aportar suelo industrial y dotar de incentivos fiscales y financieros a un sector diversificado.

En el caso de los nuevos proyectos de Cortizo y Albo se pretende además mejorar la competitividad de sus procesos productivos, a través del avance en la Industria 4.0, y contribuir a la diversificación empresarial asentando nuevas infraestructuras y dotaciones necesarias para el desarrollo industrial.

Además, estos planes como iniciativas tractoras que complementen las cadenas de valor, prevén dinamizar sectores económicos estratégicos la fabricación y distribución de elementos de aluminio y PVC, y la pesca y su vertiente de la alimentación.

La declaración de proyectos empresariales prioritarios implica el seguimiento e impulso de los trámites posteriores necesarios a través de la oficina Doing Business, creada por la Xunta para contribuir a la eliminación de obstáculos y barreras a la actividad empresarial.

FUTURO DEL ALUMINIO. En el caso de la empresa de Padrón, su plan es una iniciativa innovadora en el sector de la fabricación y distribución de productos de aluminio, que contará con una inversión prevista de 31 millones. En ella, Aluminios Cortizo creará un complejo dedicado a la investigación y la formación mediante la amplición de la parcela donde se ubica la compañía en el lugar de Lamas. Su principal objetivo será el de abordar e impulsar nuevos proyectos de carácter internacional.

El nuevo campus tecnológico proyectado por la empresa transformadora del aluminio, busca ser un centro puntero en innovación, que complemente la cadena de valor de muchas compañias de diversos sectores económicos estratégicos en Galicia, y su puesta en marcha supondrá la creación de 320 puestos de trabajo directos.

En cuanto a la nueva planta de Albo situada en Plisan, ésta se destinará a la elaboración de conservas de productos del mar y platos preparados. La inversión prevista supera los 29 millones y se crearán unos 25 empleos en la mayoría para mujeres.

La conservera quiere ampliar en esta factoría su capacidad productiva mediante las últimas tecnologías digitales con la mirada puesta en la expansión nacional e internacional, gracias al proceso de producción de platos preparados enlatados.

El Correo Gallego

Miguel Piñeiro triunfa como pescador en Noruega con el programa documental «Jara y Sedal», de TVE.

Miguel Piñeiro y el equipo de "Jara y Sedal", en Noruega. // FdV

Miguel Piñeiro y el equipo de «Jara y Sedal», en Noruega.

Natural de Catoira, un vecino más de Pontecesures desde niño y recientemente nombrado «Hijo Adoptivo» de A Pontenova. Es Miguel Piñeiro, un periodista y escritor que conoce a la perfección el río Ulla y el mundo de las lampreas, pero también un experto en todo lo relacionado con la pesca continental. De ahí su fichaje por el programa «Jara y Sedal», de Televisión Española (TVE). Ya se había anunciado que era el protagonista de un episodio centrado en la pesca de salmón en Noruega, y visto lo visto, una vez emitido el episodio, parece que el arousano también demostró sus habilidades con la caña en el país nórdico. Como se había avanzado durante el rodaje, entre sus espectaculares capturas estuvo un salmón de once kilos y más de un metro de largo que capturó en el río Namsen, utilizando como reclamo «un pez de artesanía gallega elaborado por Quique Veiga». No menos llamativa fue su actuación en el río Nidelva, donde pescó «seis reos en menos de una hora, uno de un kilo y otro de dos», en este caso usando como cebo un pez artificial elaborado también de forma artesanal en Galicia.

Faro de Vigo

Los valeiros cierran una campaña de lamprea marcada por la Covid y el cangrejo americano.

Un cangrejo americano capturado ayer en Pontecesures. // FdV

Oficialmente, la campaña de pesca de lamprea en el río Ulla finaliza hoy, cuando aún podrían largarse las nasas butrón que emplea el colectivo de valeiros. Pero estos pescadores hace tiempo que decidieron desistir y dedicarse a otra cosa con sus embarcaciones. Los que más aguantaron ya ni siquiera dejaron ayer sus aparejos en el agua.

La causa no es otra que la carencia de compradores. Fue, como se explicaba hace días, una temporada fantástica en cuanto a presencia de lampreas en el Ulla, sin duda gracias al importante caudal conseguido con las lluvias del pasado otoño y el invierno.

Pero el estado de alarma decretado por el avance del coronavirus Covid-19 provocó el cierre de los restaurantes, y estos son los principales compradores del cartilaginoso pez capturado en aguas de Pontecesures


Así pues, y dado que el coronavirus Covid-19 fue un lastre demasiado pesado como para salvar la positiva y esperanzadora temporada, ésta se tornó en pésima para los intereses de la flota.

Tanto es así que se cierra antes de tiempo. Y no solo eso, sino que lo hace con otra preocupante noticia, como es la creciente presencia en el Ulla de una especie invasora, el cangrejo americano.


Uno de los cangrejos capturados en el Ulla.


De ello dan cuenta los propios valeiros, que en lo que va de temporada de lamprea encontraron en sus nasas una decena de esos crustáceos que amenazan a las especies autóctonas.

«Y si entraron diez en las nasas, que se sepa, quiere decir que hay muchos más y que pronto acabarán con todo como no se haga algo rápido», proclaman los pescadores que faenan en Pontecesures.

Faro de Vigo

Una fantástica campaña de lamprea arruinada por el virus.

La «dama del Ulla» es abundante este año, pero ya casi no queda quien la compre.

Un pescador de lamprea de Pontecesures introduce un ejemplar en un saco.

Un pescador de lamprea de Pontecesures introduce un ejemplar en un saco.

La campaña de pesca de lamprea en el río Ulla, que comenzaba el 2 de enero y debería finalizar el próximo día 15, estaba resultando fantástica, pero se ha convertido en una ruina. Había abundancia de producto, y de hecho la sigue habiendo. Pero los principales clientes de los valeiros, el colectivo que se dedica a su captura desde embarcación, son los restaurantes, y están cerrados.

Además, las medidas preventivas derivadas del estado de alarma obligaron a suspender la fiesta de exaltación de la lamprea del Ulla que estaba prevista en Pontecesures el pasado 29 de marzo. Dicho de otro modo, que sin esa degustación festiva y con el sector de la restauración inoperativo, el primitivo pez no tiene salida.

Faro de Vigo