El Premio Camilo José Cela recae en un autor de Ciudad Real.

El XXVII Premio Literario Camilo José Cela, que convoca el Concello de Padrón, recayó en José Agustín Blanco Redondo, vecino de Valdepeñas (Ciudad Real), por su trabajo titulado Apenas cinco palabras, presentado con lema Amor vincit omnia. El jurado, que se reunió el lunes, lo eligió entre los 149 relatos presentados al certamen literario y valoró especialmente «a adecuación entre o tema tratado e o ritmo do relato».

La Voz de Galicia

Denuncian intentos de ataques de dos perros sueltos en Padrón.

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El Grupo Supramunicipal de Emerxencias no logró capturarlos.

Una familia de Padrón denuncia la presencia de dos perros sueltos en las inmediaciones de la pista que conduce al canal de derivación del río Sar y al núcleo de Lestido desde la carretera N-550. Los animales andan por la zona desde hace unos dos años, de acuerdo con uno de los denunciantes, pese a que, en principio, «no son de nadie» pero, al parecer, el titular de una finca próxima «les echa de comer», según cuenta este vecino de Padrón.
Este explica que el pasado sábado, por tercera vez, los dos perros casi atacan a su mujer, cuando esta iba en dirección a su casa con las bolsas de la compra, que le sirvieron de escudo. «Mi mujer llegó a casa temblando», asegura el vecino de Padrón, que afirma, además, que uno de esos canes ya mordió a una persona, que requirió por ello de asistencia médica.
Después de lo sucedido, la mujer fue el lunes al puesto de la Guardia Civil de Padrón para denunciar que los dos perros andan sueltos y atemorizan a cuantos pasan por la pista, situada en una zona de mucho tránsito peatonal, ya sea de vecinos de núcleos próximos como Lestido o A Ponte como de caminantes.

«Aquí nadie hace nada»
De acuerdo con el relato de esta familia, la Guardia Civil los remitió a la Policía Local, donde la mujer también dejó constancia de lo sucedido. Asimismo, llamaron al teléfono de emergencias 112 y al 062 de la Guardia Civil. «Esto es un cachondeo; todo el que pasea por allí sabe lo que pasa con los perros, que muerden, y la gente se queja, pero aquí nadie hace nada», añade esta persona.
No obstante, ayer el Grupo de Emergencias Supramunicipal de Padrón (GES) se desplazó hasta el lugar para tratar de capturar los perros, aunque sin éxito, así como también acudió la Policía Local. Según el vecino afectado, esta le reconoció que ya existe otra denuncia de que los dos canes «se echan la gente».
El denunciante es aficionado al ciclismo y asegura que los animales «se echan también a las bicicletas». Así, añade que, a causa de su presencia, «no se puede pasear tranquilamente por la zona», sin contar que un día puede haber un accidente teniendo en cuenta que por la pista también circulan vehículos.
Los canes estaban ayer en la zona e incluso del otro lado de la carretera N-550, después de cruzar la nacional, con el consiguiente peligro para el tráfico. Según relata el denunciante, que tomó fotografías de los animales, se trata de un perro marrón y otro negro, que se mueven «sin collar, correa ni bozal» y que intimidan a las personas que pasan por la zona porque, advierte este vecino, «son animales que muerden».
Por ello, insta a las autoridades competentes, en este caso el Ayuntamiento, a que tomen medidas antes de que haya que lamentar un incidente. Con el titular de la finca que, supuestamente, le echa de comer a los animales, según el denunciante, no fue posible hablar ayer.

La Voz de Galicia

Piden al Concello de Padrón que limpie la maleza del entorno del canal del río Sar.

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Vecinos de la zona de O Pombal, en el núcleo de A Ponte, en Padrón, denuncian la maleza que crece a sus anchas en torno a la pista del canal de derivación del río Sar, en el tramo final del mismo, antes de su desembocadura en el Ulla. Según cuentan, el Concello padronés acaba de limpiar los márgenes de la pista, pero una franja pequeña, sin tocar al medio de la zona, donde crecen las silvas y la maleza desde hace tres años, el tiempo que no se limpia, según el relato de uno de los vecinos del lugar.

«Esto es una selva, un polvorín para el verano», asegura una persona de A Ponte, que en más de una ocasión presentó en el Concello un escrito para que limpien la zona, pero sin éxito. «Como haya un incendio, arde todo hasta Padrón», añade. En las proximidades hay viviendas y hasta un invernadero. Asegura que este es el tercer año que la zona queda sin limpiar, más allá de los márgenes de la pista, sin contar que, con los años, la maleza ya tapó un sendero peatonal que se habilitó cuando se construyó el canal de derivación, para separar el tránsito de peatones de la circulación de vehículos. De hecho, los dos hierros que delimitan el inicio del sendero por el mismo están tapados por la maleza.

«No cuesta tanto limpiar esto en condiciones», asegura el vecino que, en alguna ocasión, ya tiene cortado él mismo parte de la maleza, sobre todo en el cruce de la pista con el puente sobre el canal de derivación, que conduce al lugar de O Pombal. Cuenta que, en este punto, la maleza representa un «peligro» ya que le resta visibilidad en el cruce hasta el punto de que ya se tiene producido algún incidente.

Además, uno de los vecinos recuerda que por esta pista del canal caminan a diario muchas personas, de paseo o incluso algunas que van a pie a Padrón.

Desbroce con tractor

Desde el Concello, el concejal de Obras y Servicios, José Ramón Pardo, desmintió ayer que la zona lleve tres años sin limpiar. «Iso é totalmente falso», aseguró el edil del gobierno local. Pardo explicó que todos los años se limpia la zona con el tractor del Concello. Este año, previamente, fue uno de los operarios municipales a desbrozar con maquinaria manual los laterales de la pista, debido a que la hierba estaba alta y se trata de una zona por la que pasa mucha gente a diario, explicó.

Una vez limpiados los márgenes de la pista, el Ayuntamiento tiene previsto mandar al tractor para adecentar el resto de la zona, «como se fai todos os anos», según palabras del concejal. Este recuerda que, dado el tiempo que hace, con lluvia y temperaturas agradables, es «imposible» mantener en buen estado las zonas verdes, ya que la hierba y la maleza crecen muy rápido.

La Voz de Galicia

«Cela en público decía barbaridades, pero en privado era educadísimo».

Trillo descubre el lado más íntimo del escritor universal nacido hace 100 años.

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Trillo, a la izquierda, en la presentación del busto de Cela, en presencia del escritor, el 8 de junio del 98.

Natural de A Ameixenda (Cee) y vecino de Fisterra de pleno derecho ahora instalado en Bertamiráns, el abogado y escritor Benjamín Trillo Trillo fue amigo de Camilo José Cela hasta su muerte y ejerció de anfitrión del nobel, del que ahora se cumplen 100 años de su nacimiento, durante los cinco veranos que pasó en la Costa da Morte.

«Participé en todo lo que hacía. Me invitaba como su abogado, aunque no era su abogado ni nada, para que pudiese estar en los sitios a los que él iba. Le llevaba con mi coche por toda la zona de la Costa da Morte, donde grabó un documental con su hijo y él de guionista, centrado particularmente en el Cementerio de los Ingleses», recuerda Trillo. Ya lo había conocido brevemente años antes en la residencia universitaria del Colegio de Huérfanos de Periodistas en el que estaba instalado mientras cursaba Derecho en la Complutense.

A raíz de un artículo publicado en el que Cela decía que le gustaría que quemasen su cadáver y esparciesen las cenizas por el cabo Fisterra, el abogado, que entonces era concejal, y el alcalde, Valentín Castreje, le enviaron una invitación. Para su sorpresa, «vino con su mujer a pasar una semana y se alojó en el Cabo Fisterra», durante aquella Semana Santa.

Ya para el verano, la suegra de Trillo le ofreció la casa de la playa a la que se llega por la hoy llamada Corredoira de Don Camilo y donde está por deseo suyo el busto de piedra que él mismo trajo. Ahí se forjó la amistad a través de la cual pudo descubrir la verdadera identidad del autor de Madera de Boj, lo que iba a ser un relato familiar y acabó impregnado de Fisterra y de la Costa da Morte.

«Cela tenía dos caras y cada vez que veía un periodista delante cambiaba rotundamente de personalidad. En público era un botarate que decía barbaridades para llamar la atención y hacerse propaganda. En privado era educadísimo, más bien tímido, de una gran sensibilidad y muy amigo de sus amigos», resume el que fue su anfitrión durante cinco veranos, y que guarda en la memoria infinidad de anécdotas. «Paraba en el Cabo Fisterra, donde escribía toda la semana. Una vez una periodista joven me dijo si se lo presentaba. Accedí pero le adelanté: ‘no se fíe de lo que haga’. Tan pronto le dije que era periodista casi la echa de allí a patadas», relata el amigo del escritor, para quien, en cierta medida, esto era una necesidad porque Cela necesitaba promocionarse ya que «no era rico y vivía de su literatura». De hecho, considera que, después de Salvador Dalí, fue quien mejor supo aprovechar los medios en este sentido.

En otra ocasión, en Malpica, «se metió en una taberna. Yo quedé en el coche, pero al rato empecé a escuchar un montón de ruido y ya lo vi despotricando con los marineros que había allí. De hecho, en Fisterra había un primo de mi mujer, conocido por Manolete, que era muy mal hablado pero muy simpático. Pues Cela decía las mismas barbaridades que él o incluso más», continúa Trillo, que echa por tierra la imagen hosca del escritor o el desprecio que se le atribuye hacia su tierra y hacia el idioma.

«No ser considerado escritor gallego le dolía mucho. Habló conmigo multitud de veces sobre ese tema aunque ya entendía que no tenía salida, porque la personalidad de uno también es la que le hacen los demás. Realmente no escribía en gallego (aunque escribió también en gallego) porque consideraba que no le hacía ningún valor, que no tenía el mismo dominio que del castellano y que no podía hacerlo con la misma categoría: por tanto estaba mutilando su literatura. En esto se comparaba mucho con Valle Inclán», desvela Trillo, quien pone en valor otro detalle respecto al apego del literato con su tierra.

«Casi nos pedía perdón por cambiar la idea que incinerasen sus huesos y los esparciesen por el cabo Fisterra, pero dejó su fundación en Iria Flavia y nos decía: ?Yo nací allí y le debo esto a la gente de Padrón?. Por eso que para nada despreciaba el lugar en el que nació», concluye Trillo, que guarda grandes recuerdos del escritor.

La Voz de Galicia

Reclaman más vigilancia en Padrón ante los robos en bares .

Varios locales hosteleros sufrieron asaltos este año y alguno de ellos por partida doble.

Una cafetería-bar de la villa de Padrón, situada en la Travesía de la Feria, detrás del campo de fútbol, fue asaltada en la madrugada del miércoles, al menos por segunda vez en los últimos meses. Esta vez, el ladrón o los ladrones entraron por una ventana pequeña de la parte trasera del local, según explicó ayer el titular del negocio, que no precisó a cuánto ascendía la cantidad de dinero robada del interior de la máquina tragaperras y de la registradora.

La primera sufrió bastantes daños, de acuerdo con el titular del bar, para quien «en Padrón a vixilancia policial é moi escasa», aseguró. De acuerdo con su relato, el martes por la tarde, cuanto estaba en el local con unos clientes, se escucharon ruidos de golpes en los cristales pero, cuando fueron a mirar la parte trasera del local, ya no había nadie, pero si los cristales de la ventana rotos.

Avisó a la Policía Local y le pidió que hicieran vigilancia en la zona porque creía que se iba a producir un robo, «como así foi», según contó ayer este hostelero, para quien «fai falla máis vixilancia en Padrón». Presentó denuncia en la Guardia Civil.

Sobre la vigilancia, la Policía Local explicó ayer que «é a mesma de sempre, con servizo as 24 horas do día». Esta cafetería- bar no fue la única de la zona asaltada en los últimos meses ya que en otra de la misma calle entraron tras romper una luna de cristal. En la madrugada del lunes entraron, además, en otro establecimiento próximo a la iglesia y, en la noche del domingo de Pascua, en otro situado a pie de la vía N-550, que ya había sufrido un robo a principios de año.

Alguno de los hosteleros habla directamente de «oleada de robos» y otro cree que «da que pensar que en un pueblo tan pequeño haya tantos robos en tan poco tiempo y ni un solo detenido». Este hostelero lo tiene claro: «tiene que ser alguien de la zona que conoce los locales y las rutinas». Todos los afectados coinciden en pedir mayor vigilancia policial, tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil.

La Voz de Galicia

Vecinos de Padrón denuncian exceso de velocidad en el tramo de A Trabanca.

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Vecinos de A Trabanca, en el municipio de Padrón, denuncian la velocidad a la que circulan los coches por la vía AC-299 que pasa por delante de sus viviendas, pese a que existe un tramo estrecho por el que solo cabe un vehículo y pese a que tiene una limitación de 30 kilómetros por hora. Aún así, los vecinos consultados no dudan en asegurar que «isto parece unha estrada xeral» por lo rápido que pasan los coches, a menudo coincidiendo con la proximidad de las horas de entrada o salida de una empresa cercana.

«Corren mucho y no les importa que haya un tramo estrecho», dice una residente del lugar a lo que otro añade que esto parece una «pista de Fórmula 1, por la velocidad». Estos vecinos añaden que «non sabemos como non hai máis accidentes, tendo en conta como pasan os coches».

Además, explican, «hay que tener mucho cuidado al cruzar la vía de un lado a otro porque miras y no ves nada pero, de repente, ya tienes el coche encima», asegura una mujer.

«Pasan voando; non frean nin no estreito», cuenta otro residente de A Trabanca de arriba, zona por la que, según cuentan, aún siguen pasando camiones pese a la prohibición de circular vehículos pesados. De acuerdo con el relato de estos vecinos, los conductores que más corren en este tramo son los que circulan en sentido Rois, de modo que hay quien apunta «non sei como algunha vez non comen aos que están parados no outro carril».

No obstante, desde la Policía Local explican que no le consta que haya un problema de exceso de velocidad en ese tramo y apuntan un dato que indica que no lo hay, en alusión a que no se producen accidentes.

Pero vecinos del lugar proponen que se «instale un radar» para comprobar cómo circulan los coches por A Trabanca, incluso alguna motocicleta, y sobre todo por las noches.

La Voz de Galicia