Hay más votantes de Arousa en la emigracón que en Vilanova, Cambados, O Grove o Valga.

El electorado residente en el extranjero equivale al tercer municipio de la comarca

Al paso que siguen las cosas, los emigrantes de O Salnés o el Baixo Ulla bien podrían llegar a elegir un alcalde propio. Y no sería un regidor cualquiera, sino el representante de un electorado equivalente al tercer municipio de ambas comarcas, superado tan solo por los de Vilagarcía y Sanxenxo. Esta es la primera de las conclusiones que se extraen del censo válido para las elecciones autonómicas del 1 de marzo en Galicia, que se cerró en diciembre pasado. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 11,20% de los votantes de O Salnés y el 14,30% de los del Baixo Ulla residen en el extranjero. En cifras redondas, son 11.270 personas con derecho a sufragio en el primer caso, y 1.759 en el segundo.
El número de emigrantes con derecho a voto, recogido en el censo de residentes ausentes (CERA), no para de crecer en todos y cada uno de los municipios arousanos. Todo ello pese a que en algunos concellos de la demarcación los votantes propios van a menos. Así, tanto Meaño como Catoira y O Grove pierden electores en sus términos municipales mientras continúan ganándolos entre la diáspora. El caso más llamativo es el de Meaño, que se deja 43 votantes en el último año pero engrosa sus números con otros 30 procedentes de la emigración.
En términos absolutos, Cambados (61), Vilagarcía (58) y Valga (37) son los ayuntamientos que más ven aumentar el CERA. Aunque, en lugar de atender a las cifras redondas, resulta mucho más interesante comprobar cómo en la mayoría de los municipios el electorado crece más en la emigración que en la propia casa. Así sucede en O Grove, Meaño, Meis, Sanxenxo, Vilanova, Catoira y Valga. En Vilagarcía y Ribadumia, en cambio, el incremento de los residentes triplica el de los ausentes. Capítulo aparte merece A Illa, el concello de la comarca en el que el CERA tiene una menor incidencia. Un fenómeno que se explica por las dificultades para determinar qué emigrantes adscritos a Vilanova antes de la segregación corresponden, realmente, al electorado isleño.
Esta es la razón por la que los votantes de la emigración isleña apenas suponen un 1,6% de su electorado total. En cuanto al resto de los municipios de las dos comarcas, solo en Vilagarcía (7,5%) y Pontecesures (8,1%) su peso relativo es inferior al 10%. Hay casos en los que los porcentajes se disparan muy por encima de este promedio. Así, tanto en Meis como en Valga una de cada diez personas con derecho a emitir su voto el 1 de marzo vive en el extranjero. Se entienden, desde este punto e vista, los desvelos de tantos y tantos políticos arousanos por cruzar fronteras y tender estrechos lazos con la diáspora.
Los amantes de las comparativas pueden comprobar que el registro de potenciales votantes de la emigración arousana supera al de los vecinos con derecho a voto de la mayoría de los doce concellos analizados. De hecho, en solo dos de ellos, Vilagarcía y Sanxenxo, el electorado residente supera a los 11.270 electores de O Salnés en el extranjero. Puede votar más gente allá fuera que aquí dentro en Cambados, Vilanova o Valga.

LA VOZ DE GALICIA, 11/02/09

Se desploma un canalón de un edificio de la calle Víctor García sobre un vehículo.

Sobre las seis de la pasada madrugada se desplomó un canalón del tejado de un edificio situado en la calle Víctor García nº 27 a alcanzó a un Sukuki Swift que se encontraba estacionado bajo el mismo. El canalón ocasionó daños en el marco de la puerta derecha del vehículo. La propietaria del edificio reside en Vilagarcía y la Policía Local está instruyendo las diligencias encaminadas a la reparación de los daños.

Andrés García, empresario cesureño: «Manejo presupuestos de 40.000 euros».

Andrés García ha mantenido contacos con varias empresas encargadas en reflotar barcos por si finalmente se tiene que hacer cargo de los gastos de la retirada del «Abrente». Los presupuestos que maneja el empresario cesureño oscilan entre los 30.000 y 40.000 euros, cifra considerablemente inferior a la manejada por la Autoridad Portuaria. «La técnica de algunas empresas encarece los gastos ya que se encargan de traer a flote el barco llenándolo de aire, pero yo manejo presupuestos que rondan los 40.000 euros» explica García. El Puerto de Vilagarcía se ocupó desde un primer momento de realizar las gestiones oportunas para conocer los gastos que podría ocasionar este tipo de labores. «Se trata de técnicas muy sofisticadas, pero si me toca a mí asumir los costes lo haré a mi manera y lo explicaré en su momento. No quiero adelantar acontecimientos», señala. De todos modos, el empresario cesureño asegura que todavía no hay nada perdido y espera que se haga «justicia» . «No creo que haya habido mala intención por parte de la Capitanía Marítima, pero no voy a pagar los platos rotos».

DIARIO DE AROUSA, 10/02/09

El «Abrente» arruina a su dueño cesureño.

El empresario que se hizo con el narcopesquero por 3.000 euros en una subasta deberá pagar ahora más de 150.000 por reflotarlo, tras hundirlo una tormenta

Tiene 37 años, y en su historia figuran momentos gloriosos como los vividos en el 2000, cuando su tripulación rescató a unos marineros de Ribeira a punto de hundirse a 280 millas de Gran Canaria. Pero un año después fue remolcado hasta Vilagarcía con varias toneladas de cocaína en sus bodegas y, al mismo tiempo que manchó su nombre, el Abrente perdió su buena estrella. El cuaderno de bitácora de este viejo palangrero que en sus buenos tiempos faenaba en Gran Sol bien merece una chirigota carnavalera.
Quedó abandonado en el muelle de Vilagarcía. El juez Vázquez Taín, que ya había sacado a subasta otros narcobuques llegados al puerto hartos de cocaína, no pudo hacer nada con él porque el sumario estaba ya en la Audiencia Nacional, en manos de Ruiz de Polanco. Se pensaba, como ocurre a menudo con los asuntos de narcotráfico que se olvidan en los despachos de Madrid, que el magistrado nunca se preocuparía por él, pero sorprendentemente, una tarde de tormenta, el juez aterrizó en Vilagarcía. Se acercó al puerto y le echó un vistazo rápido al barco, ya que llovía mucho. Luego se fue, y nunca más se supo.
Dos años antes de la visita, el buque ya había vuelto a salir en las páginas de sucesos. Un indigente que solía dormir al cobijo de sus bodegas murió calcinado una fatídica noche de mayo del 2004, se supone que por una colilla que dejó mal apagada. Varios testigos lo vieron morir quemado a través del ojo de buey sin poder hacer nada por evitarlo.
Por fin, en el 2006 hubo sentencia, y el buque pasó a manos del Plan Nacional sobre Drogas, que decidió sacarlo a subasta. Ya era un amasijo de hierros oxidados, por eso las dos primeras pujas quedaron desiertas. A la última se presentó Andrés García, un empresario de Pontecesures que se quedó con el barco por la módica cifra de tres mil euros. Dueño de una empresa de construcciones metálicas, tenía el personal y el material adecuado para desguazar el buque, lo que le permitiría sacarse unos euros con la venta de la chatarra.
Burocracia
Pero Andrés García se topó con la burocracia. A pesar de que el buque llevaba ocho años abandonado en el puerto (contaminando si es que en sus bodegas había todavía algo que contaminase), su flamante dueño se encontró con las reticencias de Capitanía Marítima, que no estaba por la labor de permitir el desguace en el puerto de Vilagarcía. El empresario y la Autoridad Portuaria sondearon otros puertos, pero nadie quería semejante muerto.
Y llegó la noche del pasado viernes 30 de enero, y con ella, Klaus . Los fuertes vientos pudieron por fin con el viejo palangrero, que amaneció de costado, medio hundido en el muelle en el que llevaba ocho años pudriéndose.
Y entonces llegaron las prisas. La Autoridad Portuaria de Vilagarcía pidió un informe a la Abogacía del Estado para saber quién se tenía que responsabilizar del reflotamiento, y pidió presupuestos para saber el coste de la operación.
El jueves, Javier Gago, presidente del Puerto, envió un requerimiento a Andrés García, el dueño del Abrente , en el que le daba un plazo de quince días para reflotar el buque, trasladarlo a tierra y desguazarlo. Luego, le pasará la factura, que podría rondar los 150.000 euros.
El Puerto pudo librarse por fin de un marrón que llevaba años comiéndose, pero a Andrés García le cayó encima el mal fario del Abrente. Ahora se ve a las puertas de la ruina y con la sensación de que le han tomado el pelo. Lo barato le salió caro.

LA VAOZ DE GALICIA, 07/02/09

Un «muerto» que ya costó 3.000 euros y podrá costar 154.000 más.

La mala suerte de Andrés García

Andrés García de la cesureña Gama S.L. tuvo muy mala suerte, y a Javier Gago lo vino Dios a ver. Es verdad que la Autoridad Portuaria de Vilagarcía llevaba años comiéndose un marrón que no le correspondía, pero también es cierto que con la adjudicación del viejo palangrero se quitó un muerto de encima. Porque, ¿alguien se preguntó cómo acabaría la historia si el viejo buque se hundiese antes de que el empresario cesureño se hiciese con él? Es fácil de imaginar repasando el cuaderno de bitácora del navío, que lleva años abandonado en el muelle de Pasajeros sin que nadie se hiciese responsable, ni siquiera cuando un mendigo murió calcinado en su interior.
Hace años, en una jornada lluviosa como la del sábado en que se hundió el buque, el juez Ruiz de Polanco, como responsable del sumario del alijo de droga que había aparecido en sus bodegas, se acercó a Vilagarcía a echarle un vistazo. Probablemente después se comió una mariscada, y nunca más se supo. Ya con una sentencia firme, quedó en manos de Plan Nacional sobre Drogas, que lo sacó a subasta una y otra vez. Nadie lo quería. Hasta que apareció Andrés García, pujó por él y se lo quedó. Y ahora se hundió y, por fin, ya hay una persona física, con nombre y apellidos, a la que cargarle el marrón. Y la factura.

LA VOZ DE GALICIA, 06/02/09