Se desploma un canalón de un edificio de la calle Víctor García sobre un vehículo.

Sobre las seis de la pasada madrugada se desplomó un canalón del tejado de un edificio situado en la calle Víctor García nº 27 a alcanzó a un Sukuki Swift que se encontraba estacionado bajo el mismo. El canalón ocasionó daños en el marco de la puerta derecha del vehículo. La propietaria del edificio reside en Vilagarcía y la Policía Local está instruyendo las diligencias encaminadas a la reparación de los daños.

Andrés García, empresario cesureño: «Manejo presupuestos de 40.000 euros».

Andrés García ha mantenido contacos con varias empresas encargadas en reflotar barcos por si finalmente se tiene que hacer cargo de los gastos de la retirada del «Abrente». Los presupuestos que maneja el empresario cesureño oscilan entre los 30.000 y 40.000 euros, cifra considerablemente inferior a la manejada por la Autoridad Portuaria. «La técnica de algunas empresas encarece los gastos ya que se encargan de traer a flote el barco llenándolo de aire, pero yo manejo presupuestos que rondan los 40.000 euros» explica García. El Puerto de Vilagarcía se ocupó desde un primer momento de realizar las gestiones oportunas para conocer los gastos que podría ocasionar este tipo de labores. «Se trata de técnicas muy sofisticadas, pero si me toca a mí asumir los costes lo haré a mi manera y lo explicaré en su momento. No quiero adelantar acontecimientos», señala. De todos modos, el empresario cesureño asegura que todavía no hay nada perdido y espera que se haga «justicia» . «No creo que haya habido mala intención por parte de la Capitanía Marítima, pero no voy a pagar los platos rotos».

DIARIO DE AROUSA, 10/02/09

El «Abrente» arruina a su dueño cesureño.

El empresario que se hizo con el narcopesquero por 3.000 euros en una subasta deberá pagar ahora más de 150.000 por reflotarlo, tras hundirlo una tormenta

Tiene 37 años, y en su historia figuran momentos gloriosos como los vividos en el 2000, cuando su tripulación rescató a unos marineros de Ribeira a punto de hundirse a 280 millas de Gran Canaria. Pero un año después fue remolcado hasta Vilagarcía con varias toneladas de cocaína en sus bodegas y, al mismo tiempo que manchó su nombre, el Abrente perdió su buena estrella. El cuaderno de bitácora de este viejo palangrero que en sus buenos tiempos faenaba en Gran Sol bien merece una chirigota carnavalera.
Quedó abandonado en el muelle de Vilagarcía. El juez Vázquez Taín, que ya había sacado a subasta otros narcobuques llegados al puerto hartos de cocaína, no pudo hacer nada con él porque el sumario estaba ya en la Audiencia Nacional, en manos de Ruiz de Polanco. Se pensaba, como ocurre a menudo con los asuntos de narcotráfico que se olvidan en los despachos de Madrid, que el magistrado nunca se preocuparía por él, pero sorprendentemente, una tarde de tormenta, el juez aterrizó en Vilagarcía. Se acercó al puerto y le echó un vistazo rápido al barco, ya que llovía mucho. Luego se fue, y nunca más se supo.
Dos años antes de la visita, el buque ya había vuelto a salir en las páginas de sucesos. Un indigente que solía dormir al cobijo de sus bodegas murió calcinado una fatídica noche de mayo del 2004, se supone que por una colilla que dejó mal apagada. Varios testigos lo vieron morir quemado a través del ojo de buey sin poder hacer nada por evitarlo.
Por fin, en el 2006 hubo sentencia, y el buque pasó a manos del Plan Nacional sobre Drogas, que decidió sacarlo a subasta. Ya era un amasijo de hierros oxidados, por eso las dos primeras pujas quedaron desiertas. A la última se presentó Andrés García, un empresario de Pontecesures que se quedó con el barco por la módica cifra de tres mil euros. Dueño de una empresa de construcciones metálicas, tenía el personal y el material adecuado para desguazar el buque, lo que le permitiría sacarse unos euros con la venta de la chatarra.
Burocracia
Pero Andrés García se topó con la burocracia. A pesar de que el buque llevaba ocho años abandonado en el puerto (contaminando si es que en sus bodegas había todavía algo que contaminase), su flamante dueño se encontró con las reticencias de Capitanía Marítima, que no estaba por la labor de permitir el desguace en el puerto de Vilagarcía. El empresario y la Autoridad Portuaria sondearon otros puertos, pero nadie quería semejante muerto.
Y llegó la noche del pasado viernes 30 de enero, y con ella, Klaus . Los fuertes vientos pudieron por fin con el viejo palangrero, que amaneció de costado, medio hundido en el muelle en el que llevaba ocho años pudriéndose.
Y entonces llegaron las prisas. La Autoridad Portuaria de Vilagarcía pidió un informe a la Abogacía del Estado para saber quién se tenía que responsabilizar del reflotamiento, y pidió presupuestos para saber el coste de la operación.
El jueves, Javier Gago, presidente del Puerto, envió un requerimiento a Andrés García, el dueño del Abrente , en el que le daba un plazo de quince días para reflotar el buque, trasladarlo a tierra y desguazarlo. Luego, le pasará la factura, que podría rondar los 150.000 euros.
El Puerto pudo librarse por fin de un marrón que llevaba años comiéndose, pero a Andrés García le cayó encima el mal fario del Abrente. Ahora se ve a las puertas de la ruina y con la sensación de que le han tomado el pelo. Lo barato le salió caro.

LA VAOZ DE GALICIA, 07/02/09

Un «muerto» que ya costó 3.000 euros y podrá costar 154.000 más.

La mala suerte de Andrés García

Andrés García de la cesureña Gama S.L. tuvo muy mala suerte, y a Javier Gago lo vino Dios a ver. Es verdad que la Autoridad Portuaria de Vilagarcía llevaba años comiéndose un marrón que no le correspondía, pero también es cierto que con la adjudicación del viejo palangrero se quitó un muerto de encima. Porque, ¿alguien se preguntó cómo acabaría la historia si el viejo buque se hundiese antes de que el empresario cesureño se hiciese con él? Es fácil de imaginar repasando el cuaderno de bitácora del navío, que lleva años abandonado en el muelle de Pasajeros sin que nadie se hiciese responsable, ni siquiera cuando un mendigo murió calcinado en su interior.
Hace años, en una jornada lluviosa como la del sábado en que se hundió el buque, el juez Ruiz de Polanco, como responsable del sumario del alijo de droga que había aparecido en sus bodegas, se acercó a Vilagarcía a echarle un vistazo. Probablemente después se comió una mariscada, y nunca más se supo. Ya con una sentencia firme, quedó en manos de Plan Nacional sobre Drogas, que lo sacó a subasta una y otra vez. Nadie lo quería. Hasta que apareció Andrés García, pujó por él y se lo quedó. Y ahora se hundió y, por fin, ya hay una persona física, con nombre y apellidos, a la que cargarle el marrón. Y la factura.

LA VOZ DE GALICIA, 06/02/09

El coste para reflotar el «Abrente» podría ascender a cien mil euros.

El empresario de Pontecesures tenía previsto desmontar el palangrero esta misma semana

Los trámites y la dificultad de la operación retresarán el proceso al menos hasta finales de febrero
Las primeras valoraciones sobre el posible coste del reflotamiento del Abrente , semihundido en el puerto de Vilagarcía, supuestamente a causa del fuerte temporal del fin de semana, parecen confirmar la impresión del empresario que se hizo con el viejo palangrero en subasta, que la operación anulaba por completo el beneficio que pudiese obtener en principio con la venta de la chatarra. Y es que tanto los peritos consultados por la Autoridad Portuaria como los que asesoraron al empresario han hecho unos cálculos que sobrepasan los 60.000 euros. Es más, según indicó Javier Gago, el coste podría alcanzar incluso los 100.000 euros.
Es cierto que esa cantidad no está desglosada. Se trata de una valoración global en la que seguramente se incluye la operación de reflotamiento, el traslado del barco y su desguace. Si finalmente se hace cargo la empresa de Andrés García, una parte del coste lo asumiría la propia firma, que cuenta con el material y el personal adecuado para la última fase del proceso: la del desguace. Fue esa, precisamente, la razón por la que se presentó a la subasta, ya que a través de su empresa de construcción u montaje de estructuras metálicas dispone de los medios adecuados para convertir los restos del barco en chatarra. Descontando pues esos gastos, el coste para reflotar el buque y transportarlo podría rebajarse hasta los 60.000 euros calculados por los profesionales a los que consultó el empresario.
Planes frustrados
Con todo, tanto si lleva a cabo la operación el dueño del buque como si lo hace la Autoridad Portuaria, la dificultad del proceso y los trámites necesarios retrasarían el reflotamiento del barco unas semanas, por lo que es muy difícil que se pueda sacar antes de que finalice febrero del lugar en el que lleva años atracado y abandonado.
La cuestión ahora es discernir a quién corresponde el pago de la factura, un estudio que la Autoridad Portuaria dejó en manos del abogado del Estado. Si finalmente corresponde al empresario, como propietario y responsable del buque, la operación de compra del palangrero no solo no le supondrá beneficio alguno sino que, todo lo contrario, le acarreará un considerable gasto con el que no contaba.