Los invernaderos atacados en Herbón son de los pocos que tenían pimientos.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

piherb

La familia productora de Herbón calcula pérdidas de más de 15.000 euros

Una familia productora de pimientos de Herbón vio truncado ayer el prometedor arranque de la cosecha después de que, de madrugada, asaltaran dos de sus invernaderos y cortaran por el pie en torno a 2.000 plantas, llenas de flor y frutos. En uno de los invernaderos solo dejaron sin tocar las plantas de una hilera, mientras que en el otro cortaron cuatro filas, de delante a atrás. Entraron, además, en un tercer invernadero en el que había plantas de tomates llenas de frutos, que también cortaron.

La familia afectada, de Pementos Evangelina, descubrió los daños a primera hora de la mañana, cuando fue a recoger los pimientos del día. Los asaltantes entraron en los invernaderos tras rasgar el plástico por la cabeza de los mismos y usaron una hoz o un instrumento similar para cortar las plantas.

La familia está muy disgustada, como cualquiera que tenga que ver como el trabajo y el pan de tanto tiempo se queda en nada. «Nunca tal ocorreu en Herbón», señalan. Hace más de treinta años que plantan en estos invernaderos y nunca les pasó nada semejante, más allá de robarles los frutos en alguna ocasión. Se da la circunstancia de que esta explotación es la primera y, prácticamente, la única que tiene pimientos en el mercado y a ello atribuyen el ataque desproporcionado que han sufrido.

«Nós imos tres días ao mercado con pementos e outros non, e queren acabar con iso», señalan desde la firma padronesa para explicar lo sucedido. Tienen claro que quien dejó sus plantas inservibles no es de muy lejos y, de hecho, hablan de que «sabían moi ben o que facían, cortáronas polo pe para que non se poda facer nada».

Con un poco más de calor, las plantas estarían «a pleno rendimento» en cuestión de días. La firma calcula que las pérdidas por dejar de vender pimientos rondan entre los 15.000 y los 18.000 euros, teniendo en cuenta que en estos momentos el ciento se vende de 6 a 7 euros. Sin contar la pérdida de clientela. «Para quitarnos eses cartos xa ves que pouco traballo pasaron».

A la vista de lo sucedido, la familia se plantea asegurar su explotación. En cualquier caso, considera que los daños no pueden quedar en nada porque «hoxe tocounos a nós pero mañán pode ser outro». Por ello, hablan de que la Consellería de Medio Rural «ten que implicarse para que isto se investigue». La firma presentó denuncia en la Guardia Civil e informó de lo sucedido al Consello Regulador de la Denominación de Origen Protegida.

LA VOZ DE GALICIA, 24/05/13

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