Abre en Padrón el séptimo albergue privado de peregrinos.

Desde ayer, Padrón cuenta con un nuevo albergue de peregrinos de titularidad privada, O Pedrón, situado en un local bajo de más de 400 metros cuadrados de la calle Rianxo, en la zona de la guardería. Lo gestiona un conocido hostelero de la villa, Andrés Blanco, de 44 años, que tiene una cafetería muy cerca del albergue, aunque este lo montó otro empresario del concello.

Es el más grande del municipio, con 43 plazas, una de ellas totalmente adaptada para personas con discapacidad, incluido baño propio. Entre los servicios que oferta, tiene aire acondicionado en todo el local; conexión wifi; zona de lavandería, con lavadora, secadora y fregaderos; espacio para las bicicletas; cocina completa; comedor y sala, en este caso como si fueran de un hotel. El horario de recepción será ininterrumpido de 9 de la mañana a 11 de la noche y el precio por estancia 15 euros, incluido el desayuno en la cafetería del hostelero.

La Voz de Galicia

La huelga del sector del metal provoca incidentes en Padrón.

La huelga del metal se dejó sentir ayer en Padrón, donde están asentadas importantes empresas del sector. Así, en dos de las vías de acceso a Aluminios Cortizo hubo incidentes. De madrugada, un particular avisó a la Policía Local de que un árbol impedía la circulación en la carretera de enlace entre Rois y Padrón, cerca de dicha empresa. Un eucalipto estaba cortado y tirado sobre los dos carriles de la vía. Fue retirado por el Grupo de Emergencias sobre las seis de la madrugada.

Poco después hubo un segundo aviso, esta vez de un contenedor en llamas en A Trabanca. El contenedor quedó volcado sobre la vía, impidiendo el paso del tráfico, con lo que muchos conductores que iban para el turno de las seis de la mañana, ya fuera para Cortizo u otras empresas, tuvieron que buscar un camino alternativo. Además, en el casco urbano aparecieron tiradas dentro del río Sar seis sillas y una mesa de terraza.

A última hora de la mañana, la Guardia Civil desplegó un importante dispositivo en distintas vías y polígonos de Padrón, movilizando a efectivos de la unidad de antidisturbios.

La Voz de Galicia

«Portugués que non ve a Pepe en Padrón é como se vai a Roma e non ve ao papa».

Desde el Xacobeo 2010, el bar Don Pepe II de Padrón, regentado por José Manuel Gil Abalo, que el lunes cumple 61 años, atesora todo tipo de objetos que dejan en el local los miles de peregrinos que cada año pasan por el mismo, situado en el entorno de la iglesia parroquial. Son innumerables, pero José Manuel Gil recuerda por cuál empezó la colección: un papel escrito por tres peregrinos de Laza, uno de ellos cura, y por una camiseta de la selección brasileña.

En la actualidad, las paredes y el techo del local exponen infinidad de objetos, desde camisetas, banderas, billetes auténticos, sombreros, conchas… Hasta unas botas. Y no hay espacio para más. «Empecei a gardar os recordos hai sete anos xa que antes, practicamente, non había peregrinos e daquela ninguén os quería tampouco, mentres que hoxe pelexan por eles», cuenta el titular del bar.

Recuerda que, por entonces, los caminantes que entraban en el local que tenía en la Rúa Longa, el Don Pepe, tenían poco poder adquisitivo e incluso «lle daba eu uns cartiños para que seguiran o Camiño», cuenta. Aún hoy, también dice invitar a alguno, pese a que el perfil del caminante ha cambiado mucho, según precisa el hostelero.

José Manuel Gil abre el bar Don Pepe II a las cinco de la madrugada, o antes si se lo piden, para servir el desayuno a los peregrinos antes de que emprendan la última etapa del Camino antes de Santiago. Pese a la hora, el titular dice que abre «encantado, con ilusión» y que trabaja «feliz», conociendo a visitantes de todo el mundo, algunos de los que repiten la experiencia «e veñen ao bar a ver que deixaron escrito a primeira vez». Sobre el mostrador del local hay una libreta abierta para que el caminante escriba lo que quiera y, sobre una estantería, muchas de ellas ya acabadas.

El bar es como el «templo dos peregrinos», como lo define su titular, sobre todo para los portugueses de modo que, según cuenta, estos dicen que «o portugués que non para na de Pepe en Padrón nin é portugués nin peregrino» o el «portugués que vai a Padrón e non ve a Pepe é como se vai a Roma e non ve ao Papa».

Hay caminantes que incluso dejan notas escritas para que otros pasen a recogerlas, o no, ya que en estos momentos hay una de República Checa, pero de momento no pasaron. «Aquí hai moita alegría, pero tamén pena ao despedirse», cuenta Pepe.

El bar atesora un sinfín de objetos y, su titular, de anécdotas, entre las que el hostelero elige dos: la de los familiares de una peregrina en silla de ruedas de Alemania que falleció y que le vinieron a traer un juego con varios anillos, por expreso deseo de la caminante. También se acuerda de Jorge de Hungría, que se marchó sin pagarle una cerveza pero mandó a otros compatriotas al local para que se la abonaran.

José Manuel Gil habla de que a los peregrinos «lles gusta moito Padrón e a súa xente» y, en general, Galicia y el Camino, por lo que «moitos repiten».

Y en Padrón, la hostelería vive, en su opinión, «do peregrino» aunque, en su caso, desde el invierno pasado cierra de octubre a abril, quizás porque él está en el bar todo el día, pese a que, según explica, «nunca pensei acabar na hostalería», al ser agente de banca y de seguros e incluso vender neumáticos y tener una carnicería, cuando residía en Valga. El convertir el bar en lo que es, un «santuario» para los peregrinos, le valió en su día una distinción de la Irmandade do Fillos e Amigos de Padrón.

Hostelería. José Manuel Gil lleva detrás de la barra de un bar desde 1987, cuando abrió el Don Pepe en la Rúa Longa, donde los peregrinos ya iban a ver la televisión

Madrugador. El suyo debe ser el local que antes abre de Padrón, sobre las cinco de la mañana, para dar el desayuno a los peregrinos.

La Voz de Galicia