El COVID en Ulla/Umia.

La situación sigue disparada también en esta comarca. Portas, con 10 casos, supera por primera vez  el valor de riesgo extremo de 250 de la incidencia acumulada a 14 días. Era, hasta ahora, el único municipio de Ulla-Umia que se mantenía por debajo de este umbral, con lo que ahora toda la comarca está ya en máxima alerta. 

Cuntis registra 31 casos (igual), mientras que en el resto de localidades, aunque la situación es mala, bajan las cifras. Así, Valga contabiliza 128 (dos menos), siendo la primera vez que baja en varios días. En Pontecesures se registra otro descenso destacado, por segundo día consecutivo (ocho menos), hasta los 68. En Moraña se cifran 35 (dos menos), en Catoira 27 (dos menos) y en Caldas 61 (seis menos). 

En la residencia Nuestra Señora de la Asunción de este último municipio, la Xunta informó ayer de 5 usuarios que han negativizado, aunque todavía queda un trabajador afectado.

Diario de Arousa

Valga solicita cierre conjunto con Cesures por compartir servicios de tipo esencial.

El gobierno local de Valga ha solicitado formalmente a la Consellería de Sanidade que declare el cierre perimetral conjunto con Pontecesures, una localidad con la que mantiene una diaria interacción en materia de servicios. De hecho el gobierno valgués no cuenta con cadenas de supermercados y es muy habitual que sus vecinos acudan a Pontecesures para satisfacer estas necesidades esenciales. Las autoridades sanitarias se comprometieron a estudiar la petición e informaron que cualquier vecino de Valga puede desplazarse a otro concello limítrofe a comprar siempre y cuando los productos que deseen adquirir no los haya en su localidad.

Valga y Pontecesures son tan solo dos de los once concellos arousanos que a partir de hoy están en alerta máxima de restricciones y con medidas muy severas. De hecho los vecinos de estas dos localidades y los de A Illa, Vilagarcía, Vilanova, Caldas, Cuntis, Rianxo, Boiro, A Pobra y Ribeira no pueden salir del municipio salvo causa debidamente justificada. Además la hostelería solo podrá servir en terraza hasta la seis de la tarde. El resto de concellos tienen también medidas fuertes, aunque más ligeras al eliminarse el cierre perimetral que había en algunos de ellos hasta ahora. En todo caso los datos de evolución de la pandemia en las tres comarcas arousanas son malos y se prevé que la situación pueda ir a peor en los próximos días, de ahí que desde las autoridades hagan un llamamiento a la “precaución máxima”. En Vilagarcía los casos siguen subiendo y son 113 positivos; en A Illa son 73; en Vilanova 22 y en Sanxenxo 36. Logra bajar Cambados a los 29 casos activos y O Grove se mantiene con los 15 positivos de la jornada anterior. La presidenta de la Mancomunidade, Marta Giráldez, asumía sin fisuras la aplicación de las medidas, aunque expresó su opinión de que se debería haber sido “valente” antes. El regidor de O Grove, José Antonio Cacabelos, volvió a pedir el confinamiento de la población para frenar una tercera ola que preocupa y que todavía no ha alcanzado su pico máximo.

Los cierres perimetrales nos sitúan al borde del semiconfinamiento

Cerrojazo a once concellos de la Ría de Arousa. La alta incidencia del coronavirus en las comarcas arousanas ha llevado a la Xunta de Galicia a decretar el nivel máximo de alerta en Vilagarcía, Vilanova, A Illa, Rianxo, Boiro, A Pobra y Ribeira. Todos ellos tenían medidas ya muy duras, pero ahora se incrementan. No son los únicos. Por primera vez desde el inicio de la pandemia al listado de restricciones más severas se suman también Caldas, Cuntis, Valga y Pontecesures que han visto subir peligrosamente su curva de contagios en los últimos días. Una decisión que no pilló por sorpresa a los alcaldes de las diferentes localidades que buscan, en todo caso, que los contagios se frenen. Las medidas empiezan a tener efecto a partir de hoy a las doce de la noche y, previsiblemente, se extenderán hasta mediados del mes de febrero.

El nivel de restricción máxima afecta sobre todo a la hostelería y a la movilidad. En el primer caso porque los bares y restaurantes solo podrán abrir a las seis y únicamente atender en terraza, nada de interior. En el segundo caso porque los once ayuntamientos citados estarán cerrados perimetralmente en solitario. Eso implica que, por ejemplo, un vecino de Cuntis no podrá entrar ni salir de su localidad salvo causa justificada como ir al médico, trabajo o cuidado de personas mayores o dependientes entre otras ya tipificadas desde hace meses. Lo mismo en los ya señalados como son Valga, Cesures o Caldas. Su actividad debe limitarse a su término municipal. Son un total de 142.212 arousanos los que se verán sometidos a este nivel máximo de restricciones.PUBLICIDAD

Por otra parte el resto de los ayuntamientos de las comarcas de O Salnés y Ulla-Umia (en O Barbanza todos están en el nivel máximo) se colocan en el nivel medio-alto como el resto de Galicia. Esto trae cambios sustanciales. Cambados, Meaño, Sanxenxo y O Grove abren sus perímetros (llevaban con ellos cerrados varias semanas) y sus vecinos podrán desplazarse a otros concellos no cerrados. Eso sí, la recomendación repetida al máximo ayer por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, fue la de evitar salir de casa más allá de las actividades necesarias y esenciales.

Diario de Arousa

Seis años sin saber quién mató a la asistenta del cura en la rectoral de Cruces.

Entre las investigaciones que tiene sin cerrar la Guardia Civil está el violento asalto a la casa rectoral de la parroquia de Cruces, en el municipio de Padrón, del que se acaban de cumplir seis años sin que se sepa quien asfixió a la asistenta del cura e hirió a este.

El santuario de A Escravitude, situado cerca de la vivienda rectoral, celebra hoy una misa en recuerdo de María Soto, que falleció por asfixia esa noche del 14 de septiembre de 2014. El cura, Ramón Barral, murió el 29 de marzo pasado a causa del coronavirus, por lo que no podrá ver si se hace justicia o no a su asistenta.

Vecinos de la parroquia lo dudan, a la vista de que, seis años después del asalto, nada más se sabe. Pero la Guardia Civil insiste en que «nós mantémolas investigacións abertas». Aquella noche del 14 de septiembre, tres individuos, uno de ellos encapuchado y armado, llamaron a la puerta con la excusa de que había una defunción en la parroquia. Pese a que el cura y la asistenta ya estaban en alerta por otros atracos, la mujer abrió y los asaltantes pegaron, ataron y amordazaron a los dos. Ella logró soltarse y gritar, y fue cuando le apretaron la mordaza hasta asfixiarla.

Para huir, los asaltantes se llevaron el coche del sacerdote que, días después, apareció en el lugar de Pontecesures, limítrofe con Padrón. Semanas después fueron detenidas dos personas como presuntas autoras de los hechos. Se trataba de un vecino de Boiro y otro de Noia, pero el Juzgado número dos de Padrón los dejó libres de cargos y sospechas en diciembre del 2015, cuando la jueza decretó el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones iniciadas, al entender que «no existen motivos suficientes para atribuir la perpetración de los hechos a persona alguna determinada».

Nada más se sabe del caso y muchos ya no esperan que se resuelva, aunque están seguros de que al menos uno de los atracadores no es de muy lejos y sabía que solo seis días antes, el 8 de septiembre, se había celebrado la festividad de la Virgen de A Escravitude, con el consiguiente donativo de los fieles. Así, lo que en principio iba a ser un simple atraco acabó con una muerte violenta, la de María Soto. Tenía 78 años, era natural de una parroquia de Vila de Cruces, en la comarca del Deza, y llevaba 26 trabajando de asistenta para el sacerdote, por lo que también era una vecina más del lugar, tal y como la recuerdan aún hoy en la parroquia de Cruces, que a raíz del asalto quedó conmocionada.

Los asaltantes apenas lograron llevarse nada ya que, según trascendió posteriormente, no encontraron el dinero de los donativos de la festividad. Desde el asalto, la casa rectoral permanece cerrada, porque Ramón Barral no volvió a residir en ella. Apenas ejerció unos meses más como párroco, ya que las heridas del asalto agravaron sus problemas de salud. Tras su fallecimiento en marzo, a los 83 años, la resolución del caso se complica un poco más, en parte, al no quedar testigos que puedan reconocer a los autores, en caso de que algún día llegue a haber detenciones.

La Voz de Galicia

El Concello de Pontecesures valora hacer pruebas PCR a todo su personal ante el número de positivos registrados.

Daba la voz de alerta, ayer, el PSOE de Valga, citando fuentes del Servizo Galego de Saúde: «Hoxe hai confirmados doce casos de covid-19 en Valga, e o goberno local aínda non se pronunciou», decían en un comunicado de prensa los socialistas. Desde el Concello matizan: son doce los casos confirmados que dependen del centro de salud de Valga, pero «non son doce contaxios en Valga, son menos. O feito de que dependan do centro de saúde non significa que sexan veciños do municipio».

De hecho, del centro de salud de Valga depende también el vecino Concello de Pontecesures, cuyo alcalde reconoce que, a estas alturas, el número de casos positivos de covid-19 está por encima de los seis confirmados la pasada semana. Lo que no ha cambiado, al menos, es el estado de esos pacientes, que según la información que maneja están en sus casas y presentan una sintomatología leve.

Pese a todo ello, el número de positivos registrados en el municipio es más que suficiente para extremar todas las precauciones. Y en ello está el gobierno local. Según explicó Juan Manuel Vidal Seage, se han dado instrucciones a la Policía Local para que extreme la vigilancia y el control sobre comportamientos incívicos que se puedan producir en las calles. Porque, aunque en general los vecinos están actuando con responsabilidad, «sempre hai quen non entra polo aro». En ese sentido, se extremará el control sobre las terrazas de los locales de hostelería para comprobar que se cumple la separación entre mesas y otros requisitos.

Pero esa no es la única medida que tiene previsto implementar el Concello de Pontecesures. El alcalde está valorando la posibilidad de realizar pruebas a todos los trabajadores municipales. «Foi unha proposta que nos plantexou un sindicato e estamos vendo se é conveniente e posible facelo», dice el regidor cesureño. A fin de cuentas, recalca que el personal municipal está en contacto directo con mucha gente, por lo que de existir un positivo podría convertirse en un agente de contagio importante.

El blindaje del colegio ante la inminencia del inicio de curso, los trabajos de limpieza y la búsqueda de fondos para poder hacer frente a las situaciones imprevistas que se puedan seguir dando son otras cuestiones que dirime la alcaldía.

Más allá de la situación que atraviesa Pontecesures, el PSOE informaba ayer de la existencia de doce casos confirmados del covid-19 en Valga. Los socialistas consideran que el gobierno local «está sobrepasado e, ante a súa pasividade, considéroo deslexitimado. O alcalde xa demostrou a súa incapacidade para xestionar. Negouse a crear a comisión de seguimento, a crear axudas e un plan de reconstrución. Non informa da evolución da pandemia, e incluso, con total imprudencia, chegou a dar nomes e apelidos dos afectados. Os veciños precisan dun gobernante serio e centrado».

La Voz de Galicia