Gas Natural dice que el cobro de 600 euros a un hostelero de Pontecesures se debe a «compensaciones».

La empresa Gas Natural aseguró ayer que las facturas de más de 600 euros recibidas en los últimos meses en un establecimiento de hostelería de Pontecesures se deben a la aplicación de «compensaciones» ya que no se había realizado la lectura del contador en más de medio año, por lo que se estaban realizando a este clientes cobros estimativos que eran inferiores al consumo real.
Una portavoz de la empresa explicó que el 20 de febrero de 2008 se realizó una lectura del contador, que no volvió a repetirse hasta el mes de octubre, ya que «las ocasiones en las que los técnicos acudieron al local el cliente estaba ausente y no tenían acceso al contador». Por ello, añade, se estuvieron realizando en ese período «facturas estimativas, cobrándoles un mínimo en base al consumo histórico de ese cliente», que rondaba los cien euros»
Cuando en octubre se produjo la nueva lectura, «se hizo una compensación de lo que no pagó en todos los meses precedentes, porque seguramente el consumo de gas fue superior a lo que se le había cobrado», apunta esta misma fuente.
Desde la compañía también ofrecieron su versión sobre las acusaciones del propietario del restaurante «Olivo», quien aseguró que el personal de la empresa no le ofrecía soluciones al problema u «se ríen de nosotros». Esta portavoz indica que, después de que el cliente presentara una reclamación ante Consumo, «una persona acudió el día 30 de diciembre a verificar la instalación y el contador y comprobó que todo funcionaba correctamente». Añadió que un técnico volvió al restaurante el 2 de enero, llegando a la misma conclusión, y que se produjeron nuevas visitas el 8 de enero y el 14 de ese mismo mes, día en el que «el cliente estaba ausente y no tuvieron acceso al contador».

DIARIO DE AROUSA, 22/01/09

Temen que se repitan en Pontecesures los episodios de Catoira.

El hecho de que se produjeran estos robos en Pontecesures y en Valga en tan escaso margen del tiempo ha provocado cierta preocupación entre los vecinos, que temen que se registre una situación semejante a la vivida hace unos años en Catoira, cuando los alunizajes eran demasiado habituales.
En este caso tanto en Sol y Mar como en Cereales Bronllo coinciden en señalar que ambos negocios fueron objeto de repetidos robos (al menos nueve en el primer caso, y media docena en el segundo) «hace ya mucho tiempo, pero llevábamos tres o cuatro años tranquilos», explican.
También mostró su preocupación el concejal Luis Ángel Sabariz Rolán, que como integrante del grupo de gobierno tripartito de Pontecesures indicó que el jecutivo celebrará una reunión para analizar estos hechos, pero ya avanzó que «es preciso intensificar la presencia policial en nuestra localidad»
En Pontecesures dependen casi exclusivamente de la atención prestada por la Guardia Civil de Valga, ante la escasez de recursos de la policía local. De ahí que sea necesario «mejorar los medios de seguridad, tanto a nivel material como humano, para dar mayor tranquilidad a los ciudadanos y evitar este tipo de asaltos», esgrimió el independiente delegado de Relaciones Institucionales.
«No sabemos si estos robos están relacionados entre si o no, pero desde luego hay que estar preocupados y muy alerta ante lo que pueda suceder, y si se producen más episodios como estos habrá que tomar medidas o decisiones contundentes», añade el edil.
También sostiene que el aumento de la plantilla de la Guardia Civil, o, al menos, su mayor presencia en Pontecesures, «está más que justificada teniendo en cuenta que nuestra localidad está muy bien comunicada por carretera, y por tanto ofrece numerosas vías de escape para los posibles ladrones.

FARO DE VIGO, 22/01/09

«Déronme oito puntos e aínda levo o medo no corpo, o peor vai ser cando chegue a noite».

En la cafetería Galicia no se hablaba ayer de otra cosa. Mientras Sergio Campañó acudía a la Guardia Civil para denunciar el caso, el dueño del Sol y Mar se desahogaba en la barra de su colega, contando a los clientes lo que le había pasado a él la víspera. «Eu creo que eran do pobo, porque sabían ben o que facían». No tardó en llegar el propietario, con una fuerte brecha en la cabeza. «Tiveron que darme oito puntos, porque doume na cabeza cunha barra de ferro».
Con todo, él también se defendió. Fue cuando cerraba la verja cuando vio a un individuo sospechoso que asomaba del edificio de al lado, como si lo estuviese espiando. «Pensei que era unha persoa de raza negra, porque estaba encapuchado. Como xa ssopeitei, quixen pechar a rexa de novo, pero xa me atacou». Lo hizo con una barra de hierro que llevaba forrada de goma. Sergio trató de defenderse, pero no pudo evitar que su agresor le propinase un fuerte golpe en la cabeza.
Ni siquiera así se amilanó el hostelero, que persiguió al inviduo calle abajo, forcejeando el uno con el otro. «Pero nese momento sacou unha pistola, e entón si que marchei para pedir axuda».
Era, probablemente, lo que el atracador esperaba, porque aprovechando que se había quedaso solo, entró en el local y se llevó la pequeña caja metálica que Sergio había dejado en la barra con la recaudación del día. Además, se llevó un teléfono móvil. Nada más. Se ve que le corría prisa, consciente de que el dueño iba a dar aviso a la Guardia Civil.
Sergio se recuperaba en el local, con la brecha en la cabeza. Pero el negocio hay que atenderlo si se quiere llevar dinero a casa todos los días. «Aínda levo o medo no corpo, pero o peor vai ser cando chegue a noite e haxa que pechar de novo».

LA VOZ DE GALICIA, 22/01/09

Una oleada de atracos alarma a los hosteleros de Pontecesures.

Un encapuchado agredió con una barra de hierro al dueño de un bar para robarle la recaudación

Los hosteleros de Pontecesures tienen el miedo metido dentro del cuerpo. Los actos vandálicos son, por desgracia, habituales en la pequeña localidad, pero en los últimos días la situación se ha recrudecido. En tan solo cuarenta y ocho horas se produjeron dos robos en establecimientos hosteleros, y en el segundo de ellos, que tuvo lugar en la madrugada de ayer, al ladrón no le dolieron prendas a la hora de enfrentarse con el dueño del local cuando cerraba la cafetería Galicia, al lado de la casa consistorial; le atacó con una barra de hierro e incluso le amenazó con una pistola.
El primero de los sucesos tuvo lugar en la madrugada del martes, en el bar Sol y Mar. Un grupo de personas, que procuraban ocultar su rostro con capuchas, entraron en el establecimiento para llevarse del interior lo que pudieron. No contaban con que fuese a sonar la alarma, que alertó a la hija del dueño del establecimiento que, ni corta ni perezosa, optó por amedrentarlos tirándoles las macetas de la ventana encima. No lo consiguió, porque lejos de amilanarse, uno de ellos incluso recogió del suelo restos de las macetas y se las devolvió a la joven. Luego huyeron en un vehículo con el botín; unos 150 euros, la máquina tragaperras, tabaco y botellas.
Un día después, Sergio Campañó cerraba la verja de la cafetería Galicia a las dos y cuarto de la madrugada cuando un individuo encapuchado lo asaltó y le atacó con una barra de hierro, con la que le dio un fuerte golpe en la cabeza. El dueño del local intentó defenderse, pero cuando vio que el asaltante sacaba una pistola, consideró que era mejor marcharse. Ya sin cortapisas, el hombre entró en el local y se llevó la caja metálica que guardaba la recaudación, además de un teléfono móvil.
Ayer, las denuncias constaban ya en la Guardia Civil, pero de momento, los autores de los hechos siguen sueltos.

LA VOZ DE GALICIA, 22/01/09

Un encapuchado agrede con una barra de hierro en la cabeza al propietario del bar cesureño en que robó.

Sergio Campañó, propietario del Bar Galicia de Pontecesures, vivió en la madrugada del miércoles una de sus peores experiencias en los cuatro años que lleva al frente del negocio: un ladrón encapuchado lo aguardó a las puertas del establecimiento para robarle y le golpeó con una barra de hierro en la cabeza, abriéndole una brecha por la que sangraba profusamente y que necesitó de ocho puntos de sutura. El atracador lo apuntó además con una pistola, momento en el que el hostelero huyó ante el temor a que pudiera sufrir heridas aún más graves. Fue entonces cuando el ladrón aprovechó para entrar en el local y hacerse con un botín compuesto por unos mil euros, un teléfono móvil y unas gafas.

Sobre las dos de la madrugada del miércoles Sergio Campañó, propietario del Bar Galicia, se disponía a finalizar su jornada laboral y cerrar su establecimiento, situado la Avenida de Vigo, en un margen de la carretera N-550. El hostelero salió a depositar la basura en el contenedor y fue en ese momento cuando un hombre encapuchado se le echó encima. ??Tan pronto levantei a reixa veu a por min?, recuerda.
En ese momento se inició un forcejeo entre el propietario del bar y el atracador, que portaba en sus manos una barra de hierro cubierta de plástico y una pistola. El caco asestó un golpe con la barra en la cabeza de Sergio, provocándole una herida que sangraba profusamente. ??O sangue chegábame aos calzoncillos?, relata.

Cree que con el golpe el encapuchado ??quería deixarme sin sentido para poder entrar ao bar a roubar, pero non foi capaz e seguimos forcexeando? en las puertas del local. ??Fue entonces cuando el ladrón, en vista de que su agresión no había surtido el efecto que pretendía, sacó una pistola y apuntó al propietario de la cafetería. ?ste explica que el atracador ??levaba postos uns guantes de tela e esbaráballe o ferro. Eu tíñallo agarrado e por iso sacou a pistola, que non sei se era de plástico ou de verdade, porque a esas horas da noite non se percibía?.

Al ver el arma Sergio Campañó decidió poner tierra de por medio para evitar sufrir aún más heridas. Escapó hacia el centro del pueblo por la calle Miguéns Parrado hasta que llegó a las inmediaciones de la cafetería Holywood, donde encontró a su propietario, que también estaba echando el cierre a su establecimiento. Le contó lo ocurrido, ya que ??era a única xente que vin polo pobo? y, unos diez minutos más tarde, regresaron juntos al Bar Galicia y comprobaron que el ladrón ya había huido: ??penso que marchou a andar ou había alguén esperando cerca cun coche e recolleuno?.

En ese lapso de tiempo el atracador aprovechó para entrar en el bar y hacerse con un botín de unos 1.000 euros en metálico, que estaban en la caja registradora y en un maletín. Además, se apoderó de unas gafas y un teléfono móvil.

Guardia Civil > Sergio Campañó llamó entonces a la Guardia Civil de Valga, que se personó en el lugar poco después para conocer lo ocurrido y comenzar una investigación para tratar de localizar a la persona responsable del robo, de la que el afectado apenas puede ofrecer datos significativos puesto que ??non falou en ningún momento? y llevaba el rostro cubierto con un pasamontañas. El único detalle que recuerda es que ??era máis ou menos da miña estatura?, sobre 1,60 metros.

El hostelero herido se desplazó hasta el Centro Médico de Valga para que le curasen la brecha de la cabeza, en la que necesitó ocho puntos de sutura. Además, ayer por la mañana acudió al Hospital Clínico Universitario de Santiago para que le realizasen un TAC y comprobar que no sufría ningún tipo de lesión interna.

DIARIO DE AROUSA, 22/01/09

«Os comerciantes deberíamos contratar un garda xurado para vixiar durante as noites».

El robo en el Bar Galicia es el segundo que se produce en dos noches consecutivas en establecimientos hosteleros de Pontecesures. En la madrugada del martes fue la cafetería Sol y Mar la que recibió la visita de los ??amigos de lo ajeno?, que se llevaron la máquina tragaperras, botellas de alcohol y tabaco, además de causar daños en la verja de entrada. Los ladrones fueron ahuyentados por la hija del dueño, que les lanzó una maceta por una ventana, pero todavía no fueron identificados por la Guardia Civil, que continúa con las pesquisas para esclarecer el suceso.
Esta situación ha generado preocupación entre los hosteleros y comerciantes de Pontecesures ya que consideran que ninguno de ellos está a salvo de que le ocurran hechos similares. Algunos piensan ya en qué medidas se podrían tomar para aumentar la vigilancia en el municipio, especialmente durante las noches. Una de las alternativas que propone la última víctima de un robo, Sergio Campañó, es la de contratar seguridad privada para que vigile que nadie acceda a los establecimientos. Comenta, en este sentido que, ??para que haxa unha maior vixiancia na vila penso que, entre todos os comerciantes, deberiamos contratar a un garda xurado para que vixíe durante as noites? y evite nuevos atracos. Considera que ??isto non vai quedar así? y que, debido a la crisis, los atracos continuarán produciéndose. ??Isto é peor que Corrupción en Miami?, sentencia.

DIARIO DE AROUSA, 22/01/09