Un tubo descolorido y con óxido se convierte en el nuevo pasamanos para los vecinos de Carreiras.

El portavoz de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP), Luis Sabariz, denuncia que el gobierno tripartito ha colocado un tubo descolorido y con óxido a modo de pasamanos, en Carreiras. Explica el edil independiente que el ejecutivo «no hizo prácticamente nada» durante el presente mandato en dicho lugar, «con el consiguiente enfado de muchos vecinos». Ahora parece que estos «reaccionaron con indignación a la colocación del pasamanos en las escaleras de acceso al parque, pues aunque es necesario, sobre todo para las personas de más edad, se trata de n tubo viejo almacenado hace tiempo con el color perdido e incluso con algún óxido». La ACP dice aceptar que se reutilicen materiales, «pero deben prepararse convenientemente antes de su colocación, pues de lo contrario se falta el respeto a los vecinos, quienes se sienten como ciudadanos de segunda».

Faro de Vigo

Sabariz reclama la mejora de la marquesina de la pista de A Barosa.

El edil de la ACP de Pontecesures, Luis Sabariz, reclama al Concello que proceda a ampliar la marquesina del autobús escolar situada en la pista de A Barosa, ya que, según afirma, los vecinos de Carreiras y Toxa llevan «mucho tiempo solicitándolo» sin éxito.

«En la marquesina solamente caben poco más de media docena de niños, cuando la utilizan habitualmente más de 25 alumnos del CPI de Pontecesures», explica. «Así como está tienen que esperar con viento y lluvia a la llegada del autobús escolar, en una zona desprotegida de las inclemencias del tiempo».

A pesar de las quejas vecinales, el gobierno local «sigue mostrando la apatía de siempre. En Carreiras y Toxa no ha hecho nada en estos últimos cuatro años», denuncia el edil.

Faro de Vigo

Denuncian la existencia de una «ciudad sin ley» en la calle del Doctor Mosquera.

Sabariz alerta de los obstáculos en la acera.

Luis Sabariz, portavoz de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP) denuncia que la calle del Doctor Mosquera es algo así como «una ciudad sin ley». Y pone ejemplos. Dice que tras la renovación de tuberías en la zona para mejorar los servicios se adecentó también una de las aceras, pero sobre ella se colocaron contenedores de basura, «con lo cual los peatones tienen que bajar a la calzada si van con un carro de la compra, un coche de bebé o en silla de ruedas». A esto se suma el hecho de que «se construyó un cierre de piedra sin ningún tipo de autorización municipal, y en lugar de conseguirse espacios de acera más amplios ocurre todo lo contrario». Además «hay una vivienda unifamiliar construida hace años que no cede terreno para el dominio público vinculado a la licencia ni se urbaniza la acera por el particular para que quede más ancha y se ajuste a la legalidad». Es decir, que «el ejecutivo local no hace nada y se inhibe».

Faro de Vigo

Las llamas devastan uno de los edificios centenarios en el centro de Pontecesures.

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Hasta siete vehículos antiincendios intervienen para evitar que las llamas se propaguen a las viviendas aledañas -El siniestro se saldó sin heridos al estar el inmueble vacío.

Un incendio originado por causas desconocidas asoló por completo el interior del centenario inmueble que ocupa el número 25 de la calle San Lois de Pontecesures. El hecho de que el edificio estuviese desocupado -salvo en el bajo, en donde se ubicaba el veterano bar A Pía y un almacén de ferretería, que también quedaron calcinados- y la rápida intervención de un equipo de cerca de 20 profesionales que evitaron que las llamas se propagasen a las viviendas aledañas, evitó que se produjesen daños personales. Lograron extinguir el fuego casi tres horas después, aunque la calle sigue cortada y las secuelas en la zona son más que evidentes.

La llamada de un vecino de la calle San Lois a Protección Civil puso en marcha el dispositivo. Al llegar al lugar del incendio, los voluntarios vieron que con su vehículo no tendrían suficiente y movilizaron a los GES de Padrón y Valga, a los que poco después tuvieron que unirse los bomberos de O Salnés y Vilagarcía, que desplazaron hasta Pontecesures cuatro vehículos. En total fueron siete los necesarios para trabajar en la extinción de las llamas. Los profesionales del cuartel de Vilagarcía admiten que el haber llegado a tiempo evitó males mayores, ya que el viento a punto estuvo de desplazar el fuego hacia uno de los edificios colindantes con el afectado, que sí estaba habitado. Los bomberos decidieron acceder a uno de ellos para, desde una de las habitaciones, iniciar las labores de extinción manguera en mano, ya que no podían penetrar en el interior del número 25.

Los vecinos de la zona tuvieron que abandonar sus domicilios, principalmente, por el riesgo de que el humo invadiese las habitaciones más próximas al lugar del incidente. Ya en la calle, los nervios se apoderaron de algún pontecesureño que no pudo evitar la tensión de presenciar lo sucedido y tuvo que ser atendido por la ambulancia que se desplazó hasta el lugar. No obstante, fuentes presenciales afirman que la calma se mantuvo en todo momento e incluso hubo residentes que siguieron durmiendo sin enterarse de lo que estaba aconteciendo hasta que ya era de día.

Fue entonces, alrededor de las 7,30 horas, cuando bomberos y voluntarios acabaron de apagar el fuego, aunque permanecieron en el lugar hasta casi las tres de la tarde para cerciorarse de que las llamas estaban completamente controladas y el fuego no volvía a propagarse. A mediodía se registró una nueva llamada de alarma que, afortunadamente, fue un simple susto.

La Guardia Civil de Tráfico fue la encargada de velar por la seguridad de los residentes y controlar el tráfico, que tuvo que ser desviado durante buena parte de la mañana. La parte de la calle san Lois más próxima al edificio siniestrado todavía sigue cortada a la espera de la visita de la Policía Judicial, que estudiará lo sucedido.

Los bomberos se ocuparon de enfriar los restos, retirar los escombros y echar abajo las vigas y salientes del edificio calcinado que amenazaban con caer.

Los dos edificios añejos han sufrido daños de diversa consideración, que será determinada por los peritos en los próximos días, aunque su habitabilidad no se ha visto comprometida y por la tarde ya pudieron ser reocupados.

Los máximos perjudicados del incidente fueron el propietario del inmueble y el dueño del bar A Pía, que estuvieron en el lugar desde casi el inicio del fuego. Para ellos poco consuelo quedó después de ver como tanto su propiedad como su negocio de casi tres décadas se veían consumidos por las llamas sin poder hacer nada para evitarlo.

Por lo demás, para el resto de los pontecesureños será un suceso que les marcará durante algún tiempo pero que, afortunadamente, se quedó en un susto sin secuelas para las personas.

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