Carta a unha muller de aldea.

In memoriam // ASUNCI?N BARREIRO (VECI?A DE VALGA)

Lémbraste? Houbo un tempo en que a escuridade eran «longas noites de pedra», as ausencias compañeiras e estaba proibido morrer coa carraxe. Cando centos de mozas galegas se erguían soas porque ninguén podía alzalas, porque nin se quera se podían pousar. Aló ía Asunción a do Manco, cun 13 pintado no fado que a marcaría coma un sinal. O 13 de maio abriría os ollos en Ferreirós, parroquia de Valga, a única meniña de catro irmáns.

Aos 13 anos quedaría orfa para herdar por sempre o papel de nai. Recordas cando non se podían chorar as penas porque a vida era traballar? Ollárona en Rabanles, no Agro Bo, en Loncras, no Carracido, na Gandarela, no Corgo, na Raíña e no Cornide co lombo dobrado loitar e batallar.

Os veciños servíanlle de custodia e onde fixera falla alí a vían chegar, sempre cun fardo de herba, patacas, millo ou viño para que non faltara o sustento en ningún fogar.

Asunción tivo seis fillos -Elvira, Milagros, Manola, Eugenio, Fina e Carlos- para os que se desviveu cada un dos días que marca o almanaque. Lavar as roupas man a man coas veciñas, sembrar, recoller e «perolerar». Se na casa entraba un reximento, non importa un prato máis.

De feito, co paso dos anos, Asunción engadiu seis fillos políticos ao seu niño de mamá -Jose, Carlos, Félix, Mari, Jose e Elvira-, porque aquí sempre gostamos de sumar.

Unha matriarca infatigábel, desas nosas ás que lles sobra a humildade, das que mexen os ventos e teñen sangue de titán. Unha galega tímida e coibida, que repartía entre os mais necesitados da aldea sempre oculta, porque nunca soubo de fachenda nin de vaidad. A avoa de Diana e María, Martín e Isa, Sergio e Paula, Uxío e Antía, Cibrán e Roque, e a bisavoa de Héctor; que dende o seu lar soube ser maravillosa, grandiosamente exemplar.

Hoxe non podo dicir adeus á miña forza, á creadora da miña fortuna e da verdadeira unidade familiar.

Só che pido que cando reluzan as estrelas arroles aos teus nenos, porque ti eres a esenza a pesares dos tempos, porque seica nos espreitas aínda que xa non te vemos, porque eres a guía do noso proprio ceo, porque ti nos gardas e eu endexamais te esquezo.

Faro de Vigo

Las mujeres son las protagonistas en el auditorio de Cordeiro.

La programación cultural de este mes en el Auditorio Municipal de Valga, en Cordeiro, está estrechamente ligada al Día Internacional de la Mujer.

Se conmemora con actividades como el taller «Cóidome por fóra, gústome por dentro»; un homenaje a las mujeres de la localidad que promueven las artes escénicas, en el que se incluye la conmemoración del 150 aniversario del nacimiento de La Bella Otero; la exposición «Mulleres creando», abierta al público hasta el día 31; y la fiesta del 25 aniversario de la asociación de mujeres rurales Albor, en la que se hará un reconocimiento público a su primera directiva y un recorrido por la actividad desplegada desde su nacimiento.

Otras actividades destacadas del mes son la proyección de la película «Quiero ser como Beckham» y, mañana, el concierto de solistas de grado profesional de la Escola de Música, desde las 19.00 horas y con entrada gratuita. Además, la cantante Jorgelina Piana y el guitarrista Sergio Ariel actúan el 24.

Faro de Vigo

Los huesos hallados en Pontecesures eran de Lilia Miguéns, desaparecida en 2015.

La autopsia confirma que los restos pertenecen a la septuagenaria, que habría muerto el día de su desaparición por causas naturales -Fueron entregados hace días a la familia. Apenas había dudas, pero la autopsia y los análisis de ADN practicados lo han confirmado: los restos mortales encontrados en agosto de 2017 en un monte de Porto, en el Ayuntamiento de Pontecesures, pertenecían a Lilia Miguéns Iglesias, una mujer que había desaparecido dos veranos antes, a la edad de 79 años.

Vivía en el lugar de A Devesa, en la parroquia de Campaña (Concello de Valga) y había sido vista por última vez en junio de 2015 cerca de río Ulla, en el Ayuntamiento de Padrón, situándose todos los lugares citados hasta aquí en un reducido radio de acción. Los huesos de la septuagenaria recuperados para la autopsia -el cráneo, costillas y diversas partes de las piernas y manos-, fueron entregados hace un par de semanas a su familia, que hace días ofició una misa en su memoria en la iglesia de Pontecesures.

Al parecer no se encontraron signos de violencia y se cree que Lilia Miguéns falleció el mismo día de su desaparición, y en ese preciso lugar -el monte de Porto-, por causas naturales.

Esto permite cerrar el caso que se tramitaba desde el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Caldas de Reis, y que había llevado a las fuerzas de seguridad a investigar a diversos familiares y allegados de la víctima.

De este modo puede concluirse que Lilia Miguéns Iglesias falleció a escasos quinientos metros de su casa y que su cuerpo permaneció tirado en el monte de Porto un par de años, por lo que sufrió las consecuencias no solo del proceso de descomposición natural, sino también de la presencia de animales en la zona arbolada.

Esto último hizo que los huesos que permanecían en el lugar -ya no estaban todos-, acabaran parcialmente cubiertos por la maleza y desperdigados.

Como se explicó en agosto pasado fueron encontrados, junto a la ropa y las gafas de la víctima, tras declararse en aquel monte de Porto un incendio forestal, presuntamente intencionado.

Al día siguiente acudieron al lugar el alcalde, José Manuel Vidal Seage, y el jefe de Protección Civil. Querían inspeccionar la zona para determinar el alcance de los daños causados por el fuego, y lo que se toparon fueron los restos óseos de un ser humano, lo cual encendió todas las alarmas.

«Vi que en el suelo había lo que me parecía un fémur; al principio dudé de si sería humano, pero más adelante vi otro, y también una tibia, y a unos diez metros estaba la calavera, por lo que ya no me quedó duda alguna», declaraba el regidor pontecesureño tras aquella primera inspección ocular.

También confirmaba que los huesos habían sido esparcidos por los animales y aclaraba que «eran los restos óseos de una mujer; aparentemente de avanzada edad, a juzgar por el estado de su dentadura y las ropas que permanecían esparcidas por el suelo».

Esto llevaba a Vidal Seage a manifestar que los vecinos, «perplejos» ante el macabro hallazgo, «creen que se trata de aquella mujer que desapareció hace un par de años».

Se refería a Lilia Miguéns, y esa fue también la primera hipótesis manejada y la línea de investigación abierta por la Guardia Civil, que como ahora confirma la autopsia estaba en lo cierto.

Solo quedaba confirmarlo con pruebas como las de ADN, ya que los huesos recogidos en el lugar por la Policía Judicial para su traslado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Pontevedra estaban «totalmente limpios».

Cabe apuntar que si bien esos restos estaban en una zona arbolada, no se trata de un espacio alejado del núcleo poblacional o de difícil acceso, sino que es un pequeño monte rodeado de viviendas -e incluso un campo de fútbol muy frecuentado- que Lilia Miguéns conocía bien.

En su momento, cuando en verano de 2015 se denunció su desaparición, se puso en marcha un operativo de búsqueda por los alrededores, y lógicamente también por esa zona arbolada, aunque como es evidente no dio resultado.

Faro de ?Vigo

Los vecinos estaban inquietos.

A la espera de que se confirmara que los huesos hallados hace dos años eran los de Lilia Miguéns, y a expensas de que se determinara si murió por causas naturales, como así ha sido, los vecinos estaban realmente inquietos. Quizás ahora puedan sentirse un poco más tranquilos.

Faro de Vigo

La buscaron por tierra, mar y aire.

Tras saberse de la desaparición de Lilia Miguéns, el 26 de junio de 2015 efectivos de Protección Civil de varios municipios, Guardia Civil, buzos, una unidad canina y un helicóptero ponían en marcha un operativo de búsqueda que se centró inicialmente en la zona de Lestido (Padrón), ya que un vecino aseguró haber visto a la mujer en ese lugar a eso de las 19.00 horas. Se la buscó por tierra, con ayuda de unidad canina, y en el agua, tanto en el río Ulla como en uno de sus afluentes, el Sar, en este caso con apoyo de una lancha y buzos de la Guardia Civil. Como se dijo entonces Protección Civil de Valga, Pontecesures, Caldas y Padrón participaban en el peinado de las inmediaciones del río y de las proximidades de la vivienda en la que residía Lilia Miguéns desde unos años antes, cuando había regresado al domicilio familiar desde Lugo, donde tiene un piso. Aquella búsqueda continuó en días posteriores, pero nunca más se supo de la septuagenaria hasta dos años después, cuando gracias a un incendio forestal fueron descubiertos sus huesos a solo 500 metros de su vivienda.

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