Churros con denominación de origen cesureña.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

Una fiesta con vocación de continuidad

No hay feria, fiesta, o cuchipanda en toda la redonda en la que no plante su puesto un churrero de Pontecesures. Esta localidad es pequeña (tres mil y tantos habitantes) pero no llegan los dedos de las dos manos para contar los negocios familiares que giran en torno al dulce más festivo de todos: los churros. Para rendir homenaje a las 12 familias dedicadas a este negocio, y con ello a todos los cesureños con vocación ambulante (también hay muchos pulpeiros en la localidad) el Concello decidió poner en marcha una fiesta gastronómica sorprendente. La del churro. Y la primera edición, que tuvo lugar el lunes, fue un rotundo éxito.
Así lo cuenta, al menos, Luis Ángel Sabariz, el concejal para todo del gobierno de esta localidad. Aunque lleva muchos años lidiando con la cosa pública, Sabariz asegura haber sido sorprendido por el éxito de la celebración. Los datos cantan. En Cesures se repartieron unos 3.000 cartuchos de papel llenos de los sabrosos churros. En total, se frieron unos 12.000 canutillos de masa y azúcar.
Fue una fiesta espontánea, que creció a medida que el olor del producto homenajeado iba seduciendo estómagos y bocas. Las churreras locales, las reinas de la jornada, se pasaron la primer parte de la noche trabajando con tesón para demostrar sus bondades culinarias. Pero luego, cuando las colas desaparecieron frente a los puestos de fritura, las mujeres se soltaron el pelo, se subieron al escenario y disfrutaron de su noche. Una noche que, en vista del éxito, se repetirá año tras año a orillas del Ulla.

LA VOZ DE GALICIA, 09/07/08


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