Recogen la leyenda del mal de ojo de Valga en un libro.

‘Mala Cosecha’, de Natalia Monje, dedica un apartado a este mito tras hablar con gente mayor del municipio // El ensayo reúne varios sucesos oscuros investigados en toda España // Muchos son gallegos, situados en Viveiro o Vigo.

La periodista e historiadora coruñesa Natalia Monje ha aglutinado en su libro Mala Cosecha (Editorial Odeón) numerosos sucesos oscuros investigados durante años a lo largo de toda España, de los que muchos de los más aterradores llevan sello gallego. Una parte de su ensayo está redactado a partir de conversaciones con gente mayor del Concello de Valga, en concreto sobre el mal de ojo. «Ese poder que poseía un individuo normal para provocar desgracias en otro ser sólo con mirarlo, una creencia popular que sigue muy vigente», explica la autora. «Una de las cosas que me sorprendió es que la gente dice que muchas personas echan mal de ojo sin querer simplemente porque tienen una mirada fuerte que puede hacer el mal y por eso llevan unas gafas de sol siempre», apuntó Monje. De ahí proviene la historia del señor que siempre iba al mercado con las gafas de sol y cuando se las levantó el buey que tenía delante se cayó desplomado y muerto. «Esto en los pueblos de Galicia te lo cuenta todo el mundo», asegura la periodista.

Su ensayo dedica largas páginas a los bebedores de sangre, un campo en el que se mezclan la realidad y las creencias, pues estos actos salvajes derivan de los consejos arrojados por algunos curanderos del siglo XIX que creían que bebiendo sangre humana, sobre todo de niño, podría curarse la tuberculosis, explica Natalia Monje. «Era una época de muchas hambrunas, en la que los médicos recomendaban a la gente con anemias ir a los mataderos para que les dieran vasos de sangre y reponerse así de esta dolencia, una cura que se aplicó equivocadamente a la infección mortal para la que no había tratamiento». Un ejemplo real, documentado y juzgado, fue el ocurrido en Agolada (Pontevedra), en el que se demostró que el asesinato había sido realizado por un móvil vampírico.

El pueblo comenzó a buscar a un niño de 19 meses que había desaparecido. «En aquella época los niños, incluso tan pequeños, jugaban solos delante de las casas», narra la escritora. Entonces, «lo encontraron enterrado en estiércol en la casa de sus vecinos. Estos lo habían secuestrado, lo habían asesinado y, como ellos mismos confesaron, le habían sacado la sangre para que la bebiera uno de los miembros de la familia, un joven de quince años que tenia tuberculosis».

A raíz de escándalos como este, se creó una verdadera «histeria social», en la que la gente, con el «ánimo muy avivado», comenzó a rumorear sobre la existencia de vampiros. Muestra de ello fue un caso acaecido en Vigo también en el siglo XIX, en el que un hombre invitó a una niña a tomar un helado y de pronto la muchedumbre lo rodeó al grito de «¡Es el vampiro!». Tras la acusación popular y un intento de agresión, la guardia lo rescató y corroboró que el sospechoso no había cometido ningún crimen, detalla la autora.

También describe en su libro una denuncia interpuesta por unos boticarios de Viveiro en el siglo XIX a raíz del rumor que decía que ellos mataban a personas para sacarles la grasa y hacer medicamentos. Nunca se evidenció tal cosa.

El Correo Gallego

Os socialistas cesureños consideran insólita a proposta da festa romana.

Recibimos a insólita proposta do equipo de goberno de Pontecesures de levar a cabo un mercado romano denominado «Pons Caesaris»» no mes de xuño, e para tal cometido vén de solicitar unha subvención de 20.715 €. Máis aló do resultado turístico que poida ter esta proposta, creemos que sería máis lóxico invertir noutras actividades propias, como a Festa da Lamprea, a Feira do Automóbil ou algunha competición náutica no río, propostas con máis historia ou arraigo en Pontecesures.

Socialistas de Pontecesures

Pontecesures aspira a organizar una fiesta romana.

El Concello solicita una subvención a la Diputación para celebrar el festival en junio.

Si consiguen la subvención solicitada a la Diputación de Pontevedra, el Concello de Pontecesures viajará en el tiempo, veinte siglos atrás. Lo hará para celebrar una fiesta «de la romanización», un evento con el que el gobierno local pretende hacer «un guiño á historia da nosa localidade». Podían haber escogido otros momentos históricos, pero han optado por aquellos tiempos en los que los barcos romanos subían por el Ulla, cuando la localidad era uno de los lugares cruzados por la Vía XIX extendida por el imperio para mejorar las comunicaciones en la Gallaecia.

Los vínculos de Pontecesures con Roma existen, aunque sean un tanto oscuros. Para explicar el nombre del pueblo, por ejemplo, se manejan dos teorías. Una, la del punte del césar, según la cual el puente interprovincial fue construido por orden del emperador César Augusto, en el siglo primero. Hay quien descarta esa hipótesis al asegurar que el puente no fue levantado hasta la edad media. Hay, aún, una segunda explicación para el origen del topónimo que la relaciona directamente con el poder romano. Provendría de «censuris», por ser el lugar en el que se realizaban los empadronamientos o censos en época romana. Sea cual sea el origen de su nombre, Pontecesures tuvo un pasado romano. Y es que el río Ulla fue una de las vías utilizadas por los latinos para extender su cultura por la costa de Galicia.

«A nosa intención era facer esa celebración asociada á Festa da Lamprea, pero non pode ser, así que a plantexamos para o mes de xuño», argumenta el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage (PP). Su intención es, con esta celebración, recordar el pasado de Pontecesures como el «crisol de culturas que foi durante moito tempo», al mismo tiempo que enriquecer el calendario de actos capaces de atraer turistas y visitantes a una localidad que quiere hacer de esta actividad uno de sus pilares económicos.

La Voz de Galicia

Alfonso Solar: «Nadie ha dado tantos besos a los vecinos del pueblo que uno quiere, y eso es un privilegio».

El médico Alfonso Solar Boga cumplirá 42 años como rey Melchor en la cabalgata de Padrón.

Este es un reportaje no apto para leer los niños porque desvela uno de los grandes secretos de la tradicional Cabalgata de Reyes de Padrón: la identidad de una de sus majestades. En cambio, sí es de lectura recomendable para padres, tíos y hasta abuelos que, seguramente de pequeños, la noche del 5 de enero le dieron un beso al Rey Melchor y, más concretamente, a Alfonso Solar Boga. El prestigioso médico de 62 años, afincado profesionalmente en A Coruña pero natural de Padrón, a donde regresa cada fin de semana, cumplirá hoy 42 años vistiendo las ropas del Rey Melchor, solo interrumpidos durante dos Navidades en las que no se celebró la cita a causa de las inundaciones.

Hablar con Alfonso Solar de su papel como Rey Melchor es hacerlo de la historia de la cabalgata de Padrón, pero también de sus gentes y de su amor declarado a la villa: «Soy muy afortunado. Puedo presumir de que se me acerquen abuelos que vinieron a junto de mí de niños, en las primeras cabalgatas, y eso hay que valorarlo como una suerte». «Nadie le ha dado tantos besos a los vecinos del pueblo que uno quiere y eso es un privilegio».

Son algunas de las confesiones que hace Alfonso Solar cuando mira hacia atrás y habla de sus vivencias en la cabalgata, que se remontan a 1978. Todo empezó de una manera un tanto peculiar, cuando varios jóvenes unidos por el hockey, como Masito Beiró Martínez, José Ángel González Piñeiro, Jesús Fraiz Calvo, Ramón Garea Rodríguez, y Totono y Cleto Barreiro Sorribas, se plantearon celebrar la cabalgata de Reyes, que en Padrón no había desde que quedara sin pagar el alquiler de las ropas de otra cita anterior. Los jóvenes no tenían dinero pero en su ingenuidad pensaron que tampoco costaría tanto celebrarla: sería cuestión de hacer unos trajes y comprar unos caramelos. La idea cogió fuerza y hablaron con el Concello pero el entonces alcalde, Eduardo Otero, les recordó que había una deuda pendiente y que había que pagarla antes de que el Ayuntamiento se pudiera implicar en la organización. El grupo lo valoró como «injusto», pero siguió adelante, limitando la cabalgata a A Matanza, Extramundi y Rois.

Los trajes de los Reyes los consiguió Masito Beiró por el trabajo de su padre en la Nestlé; las pelucas eran de carnaval y las barbas, de estropajo. Ese año, fueron: Gaspar, Mon Garea, Baltasar, Totono Sorribas, y Melchor, Alfonso Solar. Esa primera cabalgata, que es el germen de la actual, fue un éxito, pero no gustó en Padrón, donde según recuerda Alfonso, «nos dieron palos por todas partes, hasta en el periódico, pese a que éramos buenos chicos».

Rescatados del Sar

A partir de ese año empezaron a organizarse, a recaudar fondos yendo puerta por puerta y poco a poco se fueron sumando otros organizadores, como las amas de casa, entre las que Solar menciona a Mary Lago, Conchela López, Elena Palén y Angelines Parra. Poco a poco, Padrón empezó a tener «cabalgatas mejores» porque la gente respondía y los promotores quisieron dar un salto cualitativo para mejorar la llegada de los Reyes Magos a la villa.

Si en los primeros tiempos los Magos llegaban a Padrón en tren, hubo dos años (1981 y 1993) que lo quisieron hacer en barca por el río Sar, pero en una ocasión «calculamos mal las mareas y nos tuvieron que rescatar y sacar del río en el colo», recuerda Alfonso Solar. Para mejorar aún más la llegada, en 1982 se les ocurrió que podían hacerlo en helicóptero y se fueron a la Diputación de A Coruña a solicitar uno. El entonces presidente del organismo provincial, Enrique Marfany, se lo concedió de forma sorprendente pero, una vez llegado el día, el Rey Gaspar vomitó nada más bajar del helicóptero y poner un pie en el campo de fútbol. No obstante, esa llegada «fue lo máximo; ya no se podía superar», dice Solar. También se les ocurrió que la cabalgata podía empezar por la mañana, con la lectura de un pregón, que en 1983 leyó Pepe Domingo Castaño, y hasta fueron a hablar con el arzobispo Ángel Suquía para pedirle apoyo económico.

Todo ello hasta que el Concello echó mano de la organización hace más de veinte años, con la animadora cultural Cruz Taboada al frente, de modo que cada 5 de enero es un «día sagrado» para Solar, que tiene una cita ineludible con los niños de Padrón y comarca. «Cada año me pasan muchas cosas por la cabeza y me trae muchos recuerdos. Desde que empecé, pasó el tiempo suficiente como para echar de menos a muchas caras en los balcones de la villa, a través de los que puedes ver el paso de la vida. Falta gente en ellos pero hay otra nueva».

A todos estos entrañables recuerdos, el médico añade la única pega que le pone a su condición de Rey Melchor: su hija casi no recuerda ninguna cabalgata de Padrón ya que se la llevaba su mujer Begoña a ver la de Vilagarcía. «Para mi hija, ese día yo siempre estaba de guardia».

«Me gusta ver el 5 de enero el paso del tiempo en mi tierra»

«Mis primeros recuerdos de la Cabalgata de Reyes en Padrón se remontan a los años 1962-1964: organizada por la Delegación de Juventudes, salía a caballo (uno de Picusa, otro de Tejidos Ramos y el tercero de la Ferretería Francisco García) desde las instalaciones de Fenosa, precedidos por la banda municipal y escoltados por pajes con antorchas que recorrían las calles de Padrón para dirigirse al Ayuntamiento», recuerda Alfonso Solar, responsable de la unidad de Gastroenterología Pediátrica del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera (Chuac) y que este año recibió la medalla de oro y brillantes del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña en reconocimiento a su trayectoria profesional y los valores que transmite durante su ejercicio.

Como compañeros de cabalgata, Solar recuerda que le acompañaron durante muchos años Ramón, funcionario del Ayuntamiento jubilado; Eugenio Iglesias Catoira, y últimamente Arturo Reboyras. El médico padronés insiste en que «es un privilegio» vestir las ropas del Rey Melchor cada 5 de enero y recuerda que todo empezó hace más de cuarenta años, «una noche de verano en la que se reunió un grupo de chavales que tenía muchas ganas de hacer cosas por el pueblo».

«Me gustaría seguir participando en la cabalgata; no me preguntes cuántos años pero, si tengo salud, sí quiero porque me sigue gustando ver el paso del tiempo en mi pueblo la noche del 5 de enero», dice Solar, para quien ese día le sirve para reafirmarse, dice, «en una de las pocas convicciones que tengo: que Padrón es el mejor sitio para estar».

La Voz de Galicia

«Cada vez complican máis vivir do mar».

Antonio Pesado Romai desciende de una saga de valeiros, marineros que viven a caballo entre el Ulla y la ría de Arousa.

Los valeiros son hombres de mar y de río. Sus embarcaciones se mueven con soltura por la desembocadura del Ulla y por el fondo de la ría de Arousa, siguiendo el complejo ritmo que marcan unas vedas dictadas en el agua salada por Mar, y en agua dulce por Medio Ambiente. El pasado jueves, muchos de ellos bautizaron la campaña de la lamprea, que se prevé este año de abundantes capturas y calidad indiscutible. Antonio no forma parte de ese grupo. «Esta tempada estou indo ao chopo», y ha decidido aguantar en esa pesquería antes de hacer el cambio para el río.

Esa condición doble de hombres de mar y de río no supone, para Antonio, ningún problema de identidad. «Os valeiros somos mariñeiros», sentencia con rotundidad. «Mariñeiros», eso sí, atrapados por una doble esfera burocrática que en ocasiones amaga con ahogarlos. Cuando la Consellería de Medio Ambiente amplió su zona de afectación en la desembocadura del río Ulla «acabou coas artes de pesca todas», abocando a la captura de los peces de río -lamprea y anguila- con nasa butrón, y a la de la solla con el rastro. Son muy pocos los barcos que mantienen la segunda de estas posibilidades abierta. «Haberá tres. É un traballo que vai quedar case extinguido», reflexiona Antonio, que además de veterano en el trabajo, es el presidente de la asociación que aglutina a los valeiros.

La veteranía de la que hablamos le sobra: tiene más de treinta años cotizados como trabajador del mar. «Con 12 anos xa ía traballar con meu pai. Daquela, durante as vacacións ías botar unha man», señala. Así que aprendió el oficio en familia, porque también sus tíos y sus abuelos pertenecían al club de los valeiros de Pontecesures. «Daquela no río tamén se traballaba con trasmallos… Agora todo iso cambiou, hai normas por todos os lados, requisitos, esixencias… Cada día complican máis vivir disto», reflexiona.

Aunque su sector se ve especialmente ahogado por la burocracia, «isto pasa en todos». «Cando eu empecei a traballar, se querías mercar un barco non era fácil. Non encontrabas, e os que encontrabas estaban velliños. Agora en todos os lados hai barcos á venda. Por algo será», dice Pesado. Y eso solo se puede explicar porque cada vez hay menos interés por trabajar en el mar. Aunque no es su caso. «Teño dous fillos, e os dous traballan comigo. Un probou un tempo en terra, pero non se deu adaptado. Non é o mesmo traballar nunha fábrica que no noso oficio. É moi duro, pero ten moitas vantaxes, pásanseche as horas doutra maneira», dice. En su familia, en realidad, todo el mundo colabora con el negocio del mar y la pesca. «A miña muller tamén ten embarcado comigo, e cando toca vai vender á praza», explica. «A todos nos sobra que facer», indica risueño.

Y es que el buen humor debe ser lo último que se pierda, junto con la esperanza. Antonio no se descabalga de la sonrisa ni cuando habla de los atrancos que por momentos les pone la Administración. «Hai xente á que lle parece mal que defendas o teu traballo», explica. Porque «o das vedas está moi ben… Pero, e as verteduras? Cando van arranxar o problema das verteduras e da contaminación do río?», se pregunta. «Agora que está tan de moda a loita contra o plástico debían facer unha limpeza nas marxes do Ulla, porque están cheas del», recalca. Aunque lo peor son los efluvios contaminantes que emanan de las redes de alcantarillado de las localidades ribereñas, o de las empresas ubicadas en las márgenes del río. ¿Será el 2020 el año en el que se resuelva ese problema? Habrá que verlo. Aunque a Antonio Pesados la experiencia le dice que las cosas de palacio van despacio.

«Antes non era tan fácil atopar un barco para mercar; agora véndense en todos os portos»

«O noso traballo é duro, pero ten moitas vantaxes. Pasan as horas doutra maneira»

Las claves para pescar un pez prehistórico que levanta pasiones

En el Ulla acaba de comenzar la temporada de capturas de la lamprea. Una especie con una larga historia, cuya llegada a las cocinas es esperada con ansiedad por quienes la consideran un manjar. Sobre este pez circulan todo tipo de leyendas y rumores. Antonio, que conoce bien al animal, confía en que este sea un buen año de capturas: el río baja con mucho caudal y ese es uno de los síntomas de que la pesca no se debería dar mal. «Ten habido anos de moitísima lamprea, de velas pasar coma mosquitos», dice el marinero. Aunque eso no siempre garantiza que vaya a haber muchas capturas, porque «ás veces pasan por riba das nasas».

A pesar de que el Ulla dista mucho de estar en su mejor estado de forma, el río «recuperou moitísimo» en los últimos años. A ver si se nota en el balance del final de campaña.

La Voz de Galicia

EXTRUGASA, empresa extrusora de perfiles de aluminio, busca diseñador naval.

La compañía, con sede en Valga, busca profesionales creativos y con ganas de trabajar en equipo.

EXTRUGASA es una empresa extrusora de perfiles de aluminio de hasta 500 mm. con sede en Valga (Pontevedra) y múltiples delegaciones en Galicia y España. La empresa se ha caracterizado en toda su historia por incorporar la tecnología más innovadora en cada proceso, siempre anticipándose a una demanda de nuevos acabados, diseños o tendencias aplicadas sobre el aluminio.
La sede de EXTRUGASA consta de una superficie total de 220.000 metros cuadrados de terreno en los que, a su vez, se ubican 110.000 metros cuadrados de naves industriales dedicadas al aluminio en todas sus variantes.
El perfil profesional que están buscando en este momento es un DISEÑADOR NAVAL con las siguientes características:

  • Experiencia mínima 1 año.
  • Diseño estructural de embarcaciones.
  • Conocimientos de AutoCad, Solidworks y Catia.
  • Trabajo en equipos de I+D+i. Creativo.
  • Sueldo a convenir.


Los interesados deben enviar foto y currículum actualizado a:
info@extrugasa.com
C/ Campaña, S/N – 36645 Valga (Pontevedra)

Faro de Vigo