Resposta á nota do goberno local sobre o reloxo da Plazuela.

Ante as acusacións do goberno local, quero manifestar o seguinte:

1. Non fun eu o encargado de mercar este reloxo en 1999, (recadación, trámites, empresas, etc..) nin tampouco o encargado de recibir ou coustodiar código algún. A do reloxo foi unha iniciativa (moi boa, por certo) de dous dos meus antigos compañeiros de corporación, os exconcelleiros socialistas Enrique José Herránz Grela e ?scar Gerpe Rodríguez. ¿Os códigos?, non os coñezo, pero pódenlle preguntar os integrantes do goberno, se acaso, á persoa que os lidera, o alcalde, Manuel Luis Álvarez Angueira. Presidia a corporación cando se mercou o reloxo en 1999 e logo de tantos anos no cargo pode ter algunha infomación.

2. Dende logo, en doce anos, o reloxo funcionou perfectamente, e tivo que chegar este goberno para que nos atopemos con esta desidia e incapacidade. ? o colmo ter un goberno que en catro meses non xestione o arranxo dunha avaría do reloxo da Plazuela.

3. Din que xa falaron co párroco sobre o arranxo. Tempo tiveron pero non sei de que falarían e que acordaron cando en catro meses non son quenes de solucionar esta cuestión.

En fin; que nos detallan un relato peliculero sobre chantaxes, libros e códigos, que non fai máis que amosar unha completa ineficacia que esta a provocar xa ata bromas entre os veciños. Haberá que tomalo con humor, e a ver se o reloxo alomenos funciona para o remate do ano.

Pontecesures, 17/09/12

Luis Ángel Sabariz Rolán
Concelleiro da ACP Pontecesures

La Casa de Rosalía.

Con frecuencia aparecen escritos a propósito de la compra de la Casa da Matanza, la vivienda que habitó Rosalía de Castro durante los últimos años de su vida. En unos se asegura que el Patronato Rosalía de Castro se creó expresamente para comprar la actual Casa Museo y en otros se mantiene que fue adquirida por suscripción popular.

Sin embargo, ninguna de esas presunciones es correcta. La realidad es que fueron dos compostelanos quienes adquirieron la casa de Rosalía en 1946 y la donaron posteriormente a todos los gallegos. Uno de aquellos dos hombres era José Mosquera Pérez, conocido por todos como O Vello dos contos. El otro se llamaba José Villar Granjel.

La peripecia de la compra ocurrió más o manos de este modo: O Vello dos Contos llevaba años ilusionado con la idea de convertir la antigua casa de Rosalía en un símbolo de nuestra cultura. Por eso cuando llegó a sus oídos la noticia de que su propietaria la había puesto a la venta, se apresuró a desplazarse hasta Padrón para interesarse por las condiciones de la operación.

Mosquera Pérez regresó a Santiago algo desencantado: la dueña valoraba el inmueble en 100.000 pesetas, una fortuna en aquel 1946, cuando todavía retumbaba el eco de los cañonazos de la guerra. Después de largas meditaciones, en lugar de rendirse, O Vello dos Contos decidió acudir a uno de sus amigos más íntimos, José Villar Granjel, quien disfrutaba de una situación económica lo bastante holgada como para hacer frente a semejante inversión.

Mosquera Pérez contó a Villar Granjel su intención de convertir la Casa da Matanza en un símbolo de galeguidade y fundar un Patronato compuesto por gallegos y gallegas ilustres que contribuyese a preservar la memoria de Rosalía.

Su amigo se entusiasmó tanto por el proyecto como el propio Mosquera y, a los pocos días, se trasladaron juntos a Padrón para tratar de llegar a un acuerdo con la propietaria de la casa.

Cuando supo que la intención de aquellos dos hombres era hacer de su vivienda un santuario de la cultura gallega, la dueña trató de reservarse un puesto como miembro del futuro Patronato y el derecho a sentarse, tanto ella como su hija, en la mesa de trabajo de Rosalía cuando les placiese. Con no poco esfuerzo, lograron hacerla desistir de aquellas pretensiones y apalabrar la compra de la casa en un precio de 85.000 pesetas.

José Villar Granjel satisfizo el importe íntegramente. Sin embargo, puesto que el empeño y la ilusión de O Vello dos Contos habían resultado tan determinantes para la adquisición de la vivienda como el capital del comerciante, decidieron escriturarla a nombre de los dos.

Así se lo contaba José Mosquera Pérez a Ramón Otero Pedrayo en una carta sellada el 10 de enero de 1947: «Villar Granjel aportou o capital íntegro, pro foi dexexo meu facer a merca de por mitá -e así se fixo- garantizando eu a miña parte co que hoxe teño ou poida ter mañá».

El caso es que la compraventa se rubricó finalmente en Padrón el 29 de diciembre de 1946 y que, inmediatamente después de la firma, Mosquera y Villar se dirigieron a la oficina de Correos con la intención de enviar un telegrama anunciando la buena noticia a los centros gallegos de la Habana, Nueva York, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile.

El telegrama que dictaron decía así: «Mercada Casa de Rosalía para adicala, con axuda galegos todos, futuro santuario galeguidade. ¡Ei Terra! Forte aperta irmáns. Mosquera Perez-Villar Granjel». Sin embargo, después de una consulta por parte del empleado de correos, hubieron de modificar el texto, pues no se autorizaba la transmisión de mensajes escritos en idiomas diferentes del castellano, el inglés o el francés.

A su regreso a Santiago, José Mosquera se reunió con los señores Bouza, Carro, Pedret, Fraguas y Cordero Carrete para explicarles el propósito con el que habían adquirido la Casa da Matanza y encomendó al Sr. Bouza la redacción de los estatutos del futuro Patronato al que habrían de donarla.

El día 15 de noviembre de 1947 se constituyó el Patronato Rosalía de Castro en el Hotel Compostela de Santiago y catorce días mas tarde fallecía José Villar Granjel. En su testamento «legaba a la Fundación o Patronato Rosalía de Castro, si existiera oficialmente, la parte que le pertenecía de la casa de la Matanza de Padrón y, si no existiese ésta, la dejaba a su muy querido amigo D. José Mosquera Pérez». Este es el relato de cómo, gracias a la visión de O Vello dos Contos y a la aportación altruista de José Villar Granjel, la Casa de Rosalía de Castro fue comprada para disfrute de todos los gallegos.

No está de más, de vez en cuando, refrescar un poco la memoria.

Por Manuel Villar
EL CORREO GALLEGO, 10/06/12

Archivan la denuncia de una edila del BNG contra Sabariz por perseguirla.

El juzgado acordó el sobreseimiento de la causa abierta a raíz de una denuncia presentada por Cecilia Tarela.

El juzgado número 2 de Caldas ha ordenado el «sobreseimiento provisional y el archivo» de proceso abierto a raíz de una denuncia presentada por Cecilia Tarela, concejala del BNG de Pontecesures contra Luis Sabariz, edil de ACP en el mismo ayuntamiento. Según esa denuncia formulada en el mes de febrero, Sabariz habría seguido a la nacionalista hasta su domicilio, situado en Padrón.
El relato de Tarela, sin embargo, no fue refrendado por las pruebas. «Al no resultar debidamente justificada la perpetración del dellito, procede acordar el sobreseimiento provisional y el archivo de la mismas», dice el auto dicado por el juzgado nº 2 de Caldas.
Luis Ángel Sabariz Rolán, el acusado en este aso, dijo ayer preferir «ni hacer valoraciones de este asunto tan desagradable». «Cada uno que saque sus propias conclusiones sobre la actuación de la señora Tarela contra este concejal», argumenta Sabariz.
Recuerda que Tarela formuló una denuncia el 22 de febrero en el cuartel de la Guardia Civil de Valga, en la que narraba que Sabariz la había perseguido desde Pontecesures a Padrón y que no era la primera vez que esto ocurría. Esa denuncia por «coacciones» no tuvo ningún eco en los organismos judiciales que instruyó diligencias previas para, tras ello, archivar la causa. La denunciante, por su parte, tampoco insistió más en el asunto; no presentó recurso contra esta decisión, por lo que la resolución es firme.

LA VOZ DE GALICIA, 02/06/12

Sobre la Fundación Camilo José Cela.

Cuando un cronista dedica un relato con magia, solo tiene que poner en marcha su imaginación; si la exposición trata de una opinión, goza de libertad individual de expresión; pero no se puede confundir al lector difundiendo una crónica engañosa sobre un tema que está en los juzgados.

Por tal razón, quiero sanear fielmente la mala observación del señor Castro, dejándose llevar por suposiciones.

Como denunciante de las presuntas irregularidades que, desde hace años, asolan la magna Fundación CJC, doy fe de que existen documentos fidedignos y razones contundentes por las que la sede iriense padece decadencia moral y económica.

El gran legado del nobel Camilo José Cela gozó desde el principio de todo el apoyo económico, político y cultural de alto rango. Tras el fallecimiento del fundador, postergando el artículo 13 de los estatutos de la sede, nombraron a Marina Castaño presidenta de la fundación, por la que no pasa ni de visita. Eso sin mencionar los trasiegos denunciados.

Desde el año 2002 no se volvieron a difundir las ediciones de los cursos de verano, que tanta relevancia le daban a la obra celiana y a la localidad padronesa. Decayeron las visitas y la revista Extramundi; mientras la nómina del exgerente, crecía demesuradamente. Por todo ello, defenderemos unánimes el legado de Cela, dejando que los jueces digan la última palabra.

Por Lola Ramos. * Fundadora presidenta de la Asociación Padrón Lírico D.C.

El Premio Cela recae en un relato procedente de Perú.

El perseguidor, de Javier Alejandro Mariscal Crevoisier, es el título del relato ganador del vigésimo segundo Premio Literario Camilo José Cela de Narrativa, fallado días atrás en el Concello de Padrón. El premio tiene una dotación económica de 1.500 euros, junto con una estatuilla del escritor padronés y un diploma acreditativo.
Para conceder el galardón por unanimidad, el jurado del certamen valoró «a orixinalidade e valentía da proposta, o tratamento da enunciación narrativa e a súa complexidade temática», asentada «nun exercicio de intertextualidade que pon en xogo a participación do lector».
A esta edición del certamen se presentaron un total de 172 relatos, procedentes de diversos países. De hecho, el ganador es de origen peruano.

LA VOZ DE GALICIA, 27/12/11

Unha mañá adicada á sega en Cordeiro.

O traballo xa está feito. Aos maiores de Valga non lles doeron prendas para madrugar e poucos minutos despois das nove da mañá estaban xa en Ferreirós (Cordeiro), na coñecida como ??Finca de Bandín?, para, cos primeiros raios do sol, segar o trigo que prantaran hai meses. ??Está duro, ben curado?, afirmaba Bienvenido Cordo antes de entrar en faena e examinando unha entre os milleiros de espigas que sobresaían da palla. Facíao no medio dun ??consello de sabios? do que formaban parte, entre outros, Antonio Ferro, Manuel Picón, José Ferro ou Ramón Fernández. Este último afondaba no argumento do seu compañeiro sobre as boas condicións do cereal: ??Non está preso, está ben?, pero tambén facía os seus matices: ??O que pasa é que o gorrión xa comeu a metade?. Daba o mesmo, porque quen máis e quen menos afiaba xa o fouciño para pisar a leira e dar comezo á sega, que era o importante. Posto que estes encontros interxeracionais o que perseguen é manter vivas as tradicións, máis aló de se os quilos de trigo que resulten sexan uns poucos máis ou menos. O alcalde, José María Bello Maneiro, non quixo perderse a sega e realizou unha visita aos improvisados campesiños. E ata se animou a botar man do fouciño e pañar uns cantos monllos.
Precisamente diso, de monllos, atados coa propia palla recén segada, comezou a encherse a ??Finca de Bandín? a medida que os maiores avanzaban na súa tarefa. Incluso ??construiron? algúns pallotes antes de que tractor levara todo o trigo ao colexio Ferro Couselo, onde permanecerá ata que, aló por setembro, co comezo do curso escolar, chegue o tempo da malla. O traballo estivo amenizado por Nela, Esther e Olga, tres pandereteiras de Ferreirós que lle deron ben a iso da música e o cante. ??Vimos apañar o trigo, vimos con moita ilusión porque non queremos, non, perder a tradición?, foi unha das coplas escritas para a ocasión por Nela.

Ás cinco da mañá > A súa compañeira de trío, Olga, a piques de cumprir os 81 anos, lembraba como eran antano os traballos no campo. ??Na nosa casa traballabamos moito. Eramos once e había que traballar moito. Iamos para a leira ás cinco da mañá?, xa fora para plantar o trigo ou para a sega. Esta última tarefa, ademais de cortar a palla co fouciño, incluía outros traballos. ??Faciamos uns pallotes cos monllos. Colocabanse dous enriba para que, se chovía, non caera a auga polo medio. Despois faciase un palleiro grande para que o trigo refixera un pouco e quedaba alí tres ou catro días?. A continuación chegaba a malla. ??Na nosa eira faciase sobre unha ola de barro que estaba tapada, con seis homes de cada lado. Os que máis ruído fixeran eran os que gañaban?, eso sí, simbolícamente, porque premio non había máis que ??a cazolada de bacalao que lles dabamos para comer?. Tralo relato de Olga intervén outra das pandereteiras, Esther: ??Ai, meniño. Pide a Deus que non volvan os tempos de antes, senón moito vos queda por traballar…?.

DIARIO DE AROUSA, 05/07/11