El servicio de recogida de basuras en Pontecesures con serios problemas.

Publicado por Redacción en

El modelo de gestión de basura que quiso ser alternativa a Sogama enfila su cierre.

Vista aérea de la planta de tratamiento de residuos de Servia

Vista aérea de la planta de tratamiento de residuos de Servia.

La mancomunidad Serra do Barbanza comenzará a enviar sus rechazos a Cerceda mientras busca una salida viable para su planta de tratamiento.

En el 2003 se puso en marcha en el municipio coruñés de Lousame un ambicioso proyecto impulsado por un puñado de concellos agrupados en la mancomunidad Serra do Barbanza que apostaban por un modelo de gestión de la basura centrado en el reciclaje y la elaboración de compost. La idea era buena, y durante más de dos décadas la planta radicada en Servia se erigió, junto a la coruñesa de Nostián, en la alternativa —defendida por grupos ecologistas, por ejemplo— al macrocomplejo de Sogama, vinculado a la incineración de restos. Sin embargo, el modelo hace agua y se encamina a converger en la planta de Cerceda.

Los alcaldes que integran la mancomunidad rehúsan hablar abiertamente de claudicar para adherirse a Sogama, pero en la práctica es lo que sucederá con el envío de la basura a ese centro. De hecho, ya se han mantenido contactos con la Xunta para ir de la mano en la búsqueda de una alternativa para salvar la planta de Servia destinándola a otros usos.

La situación es compleja y son múltiples los factores que han abocado a que Serra do Barbanza ponga sobre la mesa el fin de un sistema de gestión que durante años presumió de obtener los mejores resultados en cuanto a recuperación y reciclaje de residuos. La deuda arrastrada con la concesionaria encargada de las instalaciones —Fomento de Construcciones y Contratas— es una de las dificultades que condicionan la actividad de las instalaciones, pero la estocada definitiva llegó al confirmarse que el modelo utilizado para separar los residuos es incompatible con la normativa europea.

Plan de pagos

Este pasado lunes se celebró una reunión de la junta rectora de la mancomunidad para tratar tanto el asunto de la deuda como el futuro de Serra do Barbanza. En lo que respecta a lo primero, se aprobó un plan de pagos a diez años para abonar lo que se adeuda a la concesionaria.

La cifra varía porque son varios los conceptos que se valoran, pero lo que es seguro es que los nueve concellos —Ames, Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia, Pontecesures, Porto do Son y Rois— adheridos al sistema de Servia tendrán que pagar a la empresa unos 9 millones en impuestos por sentencia judicial.

El segundo asunto a dilucidar era el futuro de la entidad. El Concello de Ames ya anunció que su intención es desvincularse del sistema en el 2026, y Rois y Pontecesures posiblemente seguirán el mismo camino. Los seis concellos restantes seguirán mancomunados para prestar el servicio de recogida de la basura, y a partir de ahí buscarán alternativas para su tratamiento. «Imos buscar a viabilidade das instalacións indo da man da Xunta, hai opcións que se poden levar adiante, como planta de biorresiduos ou para a xestión de puntos limpos, por exemplo», apuntan desde la junta rectora.

Deuda con la empresa: 8,9 millones

Una sentencia judicial estipuló el pago de casi 9 millones por la actualización de precios

Población: 86.708

Ames y Noia son los concellos más poblados de los nueve adheridos al modelo de Servia

Volumen: 33.197 toneladas

En el 2023, la planta de Lousame recibió más de 33.000 toneladas de residuos

La prioridad es mantener el centenar de empleos en las instalaciones

El uso que tendrán las instalaciones del complejo medioambiental de Servia es una incógnita que despejará (o ese al menos es el objetivo) el estudio técnico y económico que se va a realizar para analizar la viabilidad de las instalaciones. Pero hay una premisa básica como punto de partida: mantener los puestos de trabajo en la planta.

Por ahora son solo ideas, pero entre las opciones que se plantean figuran desde dedicar la planta al tratamiento exclusivamente de residuos orgánicos, la gestión de enseres o de residuos procedentes de la construcción o que se convierta en un centro de transferencia, entre otras. Las instalaciones de Lousame tienen la ventaja de que cuentan con todas las autorizaciones ambientales, que actualmente son muy difíciles de conseguir, con lo que su utilidad resulta fuera de toda duda. Habrá que valorar cuál es la mejor salida con la premisa de mantener los más de cien empleos que existen actualmente.

En lo que respecta a lo más inmediato, los rechaces de residuos que no pueden reciclarse y no tienen cabida en el complejo de Servia se enviarán a Sogama. De hecho, ya se está haciendo porque desde el año pasado el vertedero de la planta de Lousame está colmatado y no caben más desperdicios. La primera opción fue enviar los desechos a Sobrado dos Monxes, pero era una solución provisional y la única alternativa que queda es Cerceda.

La Voz de Galicia


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